El Despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti
Bastó una mención discreta sobre AMLO de Manuel Zelaya, legal y legítimo mandatario de Honduras (más vale sentirse presidente que serlo), para desatar condenas severas de la derecha. Andrés Manuel ha recorrido todos los municipios del país celebrando asambleas y ahora recorre de modo inédito, para un líder político, la sierra de Oaxaca, bajo amenazas del gobernador y los caciques. Su presencia es negada y/o maldecida. Él y su movimiento son una visión quimérica, una pesadilla que se exorciza cada semana y que la siguiente reaparece. La academia poco ha hecho para esclarecer el fenómeno. Los que integramos el movimiento hemos preferido crecer en forma silenciosa. Creo que es bueno para la República que digamos qué es el movimiento, no sólo para romper la negación y las calumnias, sino porque se trata de un fenómeno importante, quizás decisivo.
Empecemos con lo que no es. No se trata de una iniciativa para llevar a AMLO a la Presidencia de la República. Él lo ha repetido numerosas veces. El movimiento no pretende imponerlo como candidato de las fuerzas progresistas para contender en 2012. Lo hemos reiterado hasta el cansancio: quien esté mejor posicionado será el candidato.
Mucha gente confunde el movimiento con el PRD o con los partidos. El movimiento no participó como protagonista en el último proceso electoral. AMLO no encabeza ninguno de los partidos reformistas. Tampoco ejerce hegemonía sobre ninguno de ellos. Todos conservan sus estrategias y tácticas. Somos, en el mejor de los casos, un aliado temporal.
Se dice que esta organización naciente es un movimiento social. Es decir, que no pretende conquistar el poder, sino influir en la vida pública para que algo determinado suceda o no suceda. Esto es otro error frecuente. El movimiento está diseñado para conseguir el poder. Queremos alcanzar la Presidencia de la República en 2012 para iniciar el renacimiento de México.
¿Buscamos derrocar al gobierno como dicen los plumíferos? Nuestro movimiento es pacífico, quiere ganar el poder por las elecciones, dentro de los márgenes de la ley, ejerciendo derechos y garantías de libertad de asociación, manifestación y expresión política que consagra la Constitución. No hemos convocado a la violencia y hemos descalificado esa vía.
jaorpin@yahoo.com.mx
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario