María Teresa Jardí
“Si algo no tienen sus señorías --efectivamente-- es vergüenza”, como bien decía La Rayuela de La Jornada, a propósito del aumento de salario, en tiempos de crisis, a más de 300 mil pesos, conservando todo el resto de prebendas y concesiones los señores ministros. Cuando incluso Obama reduce el suyo en aras de demostrar el mínimo de solidaridad que los pueblos esperan de quienes les sirven, en particular en tiempos donde muchos pierden el empleo que es lo único que tienen. Y, la marcha atrás de los, también, bien comprados consejeros del IFE, ante la avalancha de críticas recibidas, es por aquello de las elecciones en puerta y, a final de cuentas, sólo se trata de un atraso en la percepción del brutal aumento salarial, que se otorgarán, que nadie lo dude, luego del nuevo fraude “legalizado” que ya se avecina con Calderón jugando como jefe de campaña de lo que quiera que sea que se esté preparando en contra del país en la etapa que sigue a ésta, tan profundamente funesta.
Y para eso dejan abierta la puerta de los vacíos legales que, debidamente puestos de acuerdo los tres poderes, conforman hoy el cuerpo legal más alejado cada día de la democracia y tan cercano ya a la dictadura en puerta.
Aquí no han renunciado a sus abusos ni uno solo de los integrantes del Ejecutivo usurpado y ni un solo integrante de ninguno de los otros dos poderes igual de agotados. Es lógico que así sea. Se pudrieron los partidos políticos y las democracias se construyen justamente a base del juego que los partidos políticos representantes de las distintas ideologías, que entre los pueblos convergen, propician.
El problema fundamental es ese y hasta puede ser que sea más de fondo que la violencia y el narcotráfico y que la crisis económica, etc., porque enfrente de la democracia está la dictadura y cuando una no avanza la otra lo hace y cada vacío de poder dejado por la primera va siendo llenado por la segunda.
Han renunciado a ser juristas los señores ministros y las señoras ministras y se han conformado, bien comprados que se encuentran, con ser togados coyotes como contribución al fallido Estado que cada día se aparta más de la posible construcción de una democracia y se acerca más a la dictadura que ya piden a gritos los a modo del sistema sugiriendo, los que de plano, por un resto de vergüenza, supongo, no se atreven a exigirlo, los respectivos toques de queda para algunas ciudades de momento, que se generalizarán una vez que vayan siendo impuestos. Intelectuales a modo del sistema, impuesto a la mexicana, que ni por equivocación se refieren ni a los desaparecidos políticos ni a los detenidos políticos asesinados que se van acumulando gota a gota lo mismo en el haber de gobernantes emanados del PRI, que del PAN, que del PRD, por la Derecha, pues, a la que se han convertido, por intereses económicos, que no por ideología, ni si quiera como pretexto, los dirigentes de todos los partidos políticos.
Y así es como la tremenda Corte de Injusticia lo mismo negocia con Hacienda el negar a los empresarios el amparo a sabiendas de la inconstitucionalidad que representa el IETU, que exonera delincuentes de la talla de Peña Nieto, Medina Mora y Yunes… con la dudosa facultad que se les otorga para hacer lo contrario justamente a los señores ministros de una Corte que ha dejado de cumplir con su función de impartidora de Justicia.
El respeto, como he dicho otras veces, se gana siendo y pareciendo respetable, pero, además, el respeto va unido necesariamente a la credibilidad que tampoco es fácil de ganarse hoy en día y menos aún por los miembros de la clase política sin importar la ideología con que se manejen en este mundo que festejó “el fin de las ideologías” cuando la caída del muro sin percatarse de que eso, que en su momento, sin duda, era positivo, podía traer consigo, según cómo se decidiera manejar las cosas por el poderoso imperio, que decidió asumirse como asesino con los Bush como cabeza, trayendo aparejado consigo como bagaje la cancelación de la esperanza de construcción de ese otro mundo posible en el corto plazo para el mundo.
Y la mexicana lo anterior se entendió como el permiso para impunemente corromperse y corromperlo todo a cambio de apoyar: la cabeza, la empresa monopólica y la jerarquía eclesiástica, a los Bush y compañía como los amo del mundo que no están dispuestos a dejar de ser, a pesar de la llegada de Obama, al que quién sabe si vayan a dejar seguir siendo los depredadores del planeta. Por lo pronto para México las cosas pintan muy poco claras.
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