Claudia Herrera Beltrán
Bogotá, 13 de agosto. En su visita de Estado a Colombia, el presidente Felipe Calderón se reencontró con amigos de la política de este país. Con el gobierno conservador de Álvaro Uribe concretó un nuevo acuerdo comercial y otro para la capacitación de 11 mil policías mexicanos, mientras con el alcalde izquierdista de esta ciudad, Samuel Moreno, recordó sus tiempos en la Universidad de Harvard, cuando un grupo de latinoamericanos soñaban con gobernar sus países.
Al entregar las llaves de la ciudad a su antiguo compañero de clase en la maestría de la Escuela John F. Kennedy, el alcalde de Bogotá contó que en las elecciones de 2006 deseaba que el panista fuera presidente, pero confesó que lo hacía en su interior, porque la inmensa mayoría en el Polo Democrático, partido identificado con la izquierda, respaldaba a Andrés Manuel López Obrador.
La confesión pública de su compañero de clase se tradujo en un reproche del Presidente. Luego discutiremos eso de que desde mi interior yo apoyaba, porque las convicciones y los amigos se apoyan desde lo interno y lo externo, dijo, provocando risas en el auditorio.
Desde su primera reunión en la Casa de Nariño, Calderón dejó en claro sus coincidencias con Uribe en la lucha contra el narcotráfico y en los ámbitos comerciales y de las relaciones exteriores.
De entrada, los dos gobernantes se elogiaron mutuamente por la lucha que han emprendido contra el narcotráfico. El primero en hacerlo fue el presidente colombiano, quien expresó su admiración por Calderón y resaltó incluso que los criminales han planeado atentados en su contra.
Para derrotar el narcotráfico, que Uribe equiparó con el terrorismo, acordaron que 11 mil policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal recibirán capacitación de la Policía Nacional de Colombia, en particular, para la conformación de grupos antisecuestros en diversas entidades y fortalecer los del gobierno federal. Uribe mencionó que habrá una gran integración con México en materia de inteligencia y de preparación policiaca, mientras Calderón se congratuló por el apoyo de la muy prestigiada policía colombiana.
Durante su estancia de día y medio en Bogotá, Calderón reforzó su alianza comercial con Colombia al anunciar el ajuste y la profundización de un acuerdo de libre comercio –suscrito desde 1995–, que en los hechos se tradujo en la salida formal de Venezuela del mismo.
Para el michoacano, estas negociaciones concluyeron con la adaptación exitosa del convenio a partir del retiro de Venezuela, mientras Uribe lo festejó como la reducción del G-3 (Grupo de los 3) al G-2. Las modificaciones definidas por los gobiernos de ambos países todavía deberán ser ratificadas por sus respectivos congresos. También se convino un acuerdo para evitar la doble tributación, prevenir la evasión fiscal y posibilitar la integración productiva de las empresas de ambos países.
Vida sin guardaespaldas
Acompañado por su esposa, Margarita Zavala, Calderón visitó al alcalde mayor de Bogotá, quien rompió el protocolo "un poquito" y contó unas anécdotas de cuando los dos eran estudiantes en Harvard.
“Hace 10 años nos conocimos y usted y yo hicimos un alto en el camino: abandonamos, podríamos decir, nuestra responsabilidad política con nuestros partidos y asumimos la condición de estudiantes sin presiones, sin cámaras, sin medios, sin guardaespaldas; estudiantes de morral, viajábamos en Metro, en tren, caminábamos, aguántábamos muchísimo el frío en Boston, especialmente en la época de invierno… y en bicicleta también”, recordó el alcalde.
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