Empleados, trabajadores y sindicalizados de Pemex, así como gente ajena a la paraestatal, roban millones de pesos con la “ordeña” / En 2006, el General de Brigada del Estado Mayor, Víctor Manuel de la Peña Cortés, realizó por encargo un plan para integrar un ejército propio de Pemex, para sustituir de manera paulatina, a casi cuatro mil vigilantes sindicalizados por militares retirados / La propuesta no se ha concretado, por oposición del sindicato petrolero / El revelador diagnóstico sigue teniendo actualidad
MÉXICO, D.F., 13 de agosto (UNIVERSAL).- Desde empleados, trabajadores y sindicalizados de Pemex, así como terceros, han logrado sacar provecho de las debilidades de la empresa en materia de seguridad, obteniendo ingresos ilícitos millonarios por el robo de combustible, petróleo crudo, condensado, petroquímico, secuestro de carrotanques, pipas, adulteración de petrolíferos, extracción ilegal de materiales, equipos y productos de las propias instalaciones.
Frente a esta actividad criminal, el general de brigada diplomado del Estado Mayor, Víctor Manuel de la Peña Cortés, realizó por encargo del entonces director corporativo de Administración de Pemex, Rosendo Villarreal Dávila, un plan para integrar un ejército propio de Pemex, para sustituir de manera paulatina a casi 4 mil vigilantes sindicalizados por militares retirados con “récord impecable’’ para salvaguardar las 288 instalaciones estratégicas.
El plan Revelo, que se realizó desde el año 2006, diagnosticaba que “el control de los accesos a las instalaciones estratégicas que actualmente realizan 3 mil 800 vigilantes sindicalizados y 202 agentes de confianza, estaba a la deriva porque “sólo obedecen a sus líderes sindicales o a los jefes de quienes dependen e incurren cotidianamente en actos delictivos’’.
Argumentó la falta de “control para evitar la introducción de material explosivo, armamento y productos químicos que puedan inutilizar maquinaria o puntos críticos de las instalaciones, cuantiosos robos de productos, material, equipo y herramientas, cuyo monto asciende a decenas de miles de millones de pesos y, por el contrario, se tiene la certeza de que los vigilantes sindicalizados no sólo toleran esas anomalías, sino que son cómplices en la comisión de esos delitos’’, advertía.
Incluso, citó que tras el extravío de 64 armas, la Secretaría de la Defensa Nacional “les canceló la licencia de portación’’, y las existentes las concentró la Gerencia de Seguridad Física de Pemex.
El plan, sin embargo, fracasó por oposición del sindicato petrolero. Lo cierto es que tras los atentados a las torres Gemelas en Nueva York en septiembre de 2001, salieron a relucir las enormes debilidades de seguridad de Pemex, aunque no fue sino hasta 2008 cuando se abrieron expedientes y diagnósticos en materia de seguridad física de las instalaciones de la petrolera, a los cuales ahora tuvo acceso El Universal, y que dan cuenta de esta problemática que permaneció en reserva.
El diagnóstico expuso las principales fallas de seguridad que han permitido que la delincuencia organizada encuentre en ellas millonarias ganancias El documento señala que la Unidad Corporativa de Servicios Aduanales (UCSA) “no cuenta con el equipo electrónico indispensable para el despacho aduanal de mercancías, y que estas actividades requieren de homologar tecnologías para prestar servicios con las especificaciones y la calidad requerida por la Administración General de Aduanas dependiente del Servicio de Administración Tributaria’’. Sostiene, que en esas condiciones, “se corre el riesgo de no realizar los despachos aduaneros con la oportunidad requerida por PEMEX, Organismos Subsidiarios y Empresas Filiales, incurriendo en desabastos o retrasos en la liberación de productos indispensables para la industria petrolera y ocasionando gastos como multas, recargos, almacenaje, cargas y descargas de mercancías. Asegura que los focos rojos están puestos en las aduanas de Lázaro Cárdenas, Michoacán; Tijuana, Baja California; Ensenada, Baja California; Naco, Sonora; y Mexicali, Baja California, en las cuales se trabaja desde el año pasado. Otro de las deficiencias de la Pemex es la obsolescencia de sus más de 50 mil equipos de cómputo, lo que impide el desarrollo eficiente de las funciones tanto técnicas como administrativas de su personal.
Debido a que durante los últimos dos años no se han adquirido equipos de cómputo (salvo en situaciones de reposición de equipo derivadas de algún siniestro), 72e dichos equipos han llegado al final de su vida útil (4 años o más) y 23resenta un alto grado de obsolescencia y alcanzarán el final de su vida útil durante este año.
Esto representa “altos costos de mantenimiento, riesgos de pérdida de información, así como disminuciones en la productividad del personal’’.
El informe también detectó que actualmente “no se cuenta con suficientes equipos tecnológicos, que nos permitan prevenir actos hostiles en contra de la empresa, por lo que se hace necesario la adquisición de equipos detectores de explosivos y la ampliación de circuito Cerrado de Televisión del Centro Administrativo de Petróleos Mexicanos’’.
Explica que los hechos violentos que se vienen presentando a lo largo y ancho el territorio nacional son un indicador claro de la inseguridad que prevalece.
Añade que la ubicación geográfica del Centro Administrativo de Petróleos Mexicanos es de alto riesgo ya que se encuentra rodeado de colonias con alto índice delictivo, lo que representa un riesgo permanente para los empleados y las instalaciones consideradas como estratégicas.
Pemex argumenta que las organizaciones delictivas incrementan su operatividad día a día, utilizando herramientas, equipos, tecnologías de punta y que son de primer mundo para atentar no sólo en contra de la industria petrolera, sino también contra otras industrias, por lo cual recomendó fortalecer la Gerencia de Servicios de Seguridad Física, ya que es el único ente interno de Petróleos Mexicanos con la capacidad para proporcionar servicios de protección y seguridad a instalaciones, personal, bienes y valores de esta institución, aunque por razones de seguridad no detalla el tipo de armamento que requiere.
En materia operativa y sólo como ejemplo, un análisis realizado en agosto de 2007, en conjunto con SEDENA, SEMAR y a Gerencia de Servicios de Seguridad (GSSF), permitió identificar problemas en los sistemas y equipos de seguridad destinados a salvaguardar la integridad física del personal y de la mayor parte de las instalaciones de la petrolera, que en su mayoría resultaron obsoletos y limitados.
El diagnóstico fue revelador en el aso de los complejos petroquímicos, pues la mayor parte de los problemas detectados siguen vigentes dos años después. Pemex reconoce, por ejemplo, que en la planta de Cangrejera los controles de acceso son vulnerables, por lo está expuesto a actos de sabotaje que pudieran conducir al paro de la operación de las plantas y de sustracción de materiales o equipos.
El complejo Pajaritos no cuenta actualmente con equipo o infraestructura que ayude a salvaguardar y disminuir la vulnerabilidad del centro, que pudieran generar un daño parcial o total al personal o a las instalaciones.
Asimismo, se adolece de equipo o infraestructura necesaria para detectar y limitar la entrada de personas ajenas y evitar la pérdida de materiales por robo y el riesgo en materia de seguridad al personal y a las instalaciones.
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