viernes, agosto 14, 2009

Un proyecto científico en peligro

Juan José Morales

Impacto Ambiental

Hace ocho años, la asociación civil Amigos de Sian Ka’an (ASK) adquirió, en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, un extenso predio de 25 hectáreas con tres kilómetros de frente de playa, conocido como Pez Maya, donde no hay más que vegetación silvestre en muy buen estado de conservación

y unas cuantas cabañas de un antiguo hotel de lujo, ya en desuso y deterioradas. Su compra, por parte de ASK, tenía un doble propósito: mantener el lugar en su estado original, para preservar una muestra representativa del paisaje costero de Quintana Roo —que está desapareciendo rápidamente, sustituido por una interminable sucesión de moles de concreto— y establecer ahí una modesta estación científica y de educación ambiental.
Aquí cabe precisar, que —contra lo que muchos creen— Amigos de Sian Ka’an no es un simple grupo ambientalista, sino una institución científica, registrada como tal ante el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Fue fundada en 1986, al mismo tiempo que se creó la Reserva, con el propósito de apoyarla desde la sociedad civil, y desde entonces ha venido realizando importantes investigaciones tanto en Sian Ka’an como a todo lo largo de la costa de Quintana Roo e incluso fuera del estado. Todo ello financiado —también hay que recalcarlo— exclusivamente con dinero conseguido por la propia asociación de donadores privados y fundaciones internacionales. Así, de hecho, ASK ha venido, durante décadas, apoyando a los gobiernos federal y estatal, y a los propios municipios de Quintana Roo, al financiar estudios científicos que permiten conocer mejor los recursos naturales y planear adecuadamente su manejo, protección y conservación, así como elaborar planes de ordenamiento ecológico y desarrollo urbano locales y regionales. El mejor estudio hidrológico de la zona de Tulum, por ejemplo, fue realizado por Amigos —como se le conoce popularmente— y arrojó información de extraordinario valor sobre los acuíferos subterráneos, que permitirá aprovecharlos mejor y evitar su contaminación.
Pero ASK se ha topado con un grave problema: para realizar los trámites legales que garanticen la protección y conservación de los terrenos de Pez Maya, debe primero regularizar el pago del impuesto predial, y no tiene fondos para ello, justamente por la forma como opera y obtiene sus recursos económicos. Los donadores aportan dinero para financiar investigaciones, realizar tareas de educación ambiental, adquirir instrumental y equipo y otras cuestiones semejantes, no para pagar impuestos. Y lo que hay que pagar por concepto de predial no es cualquier cosa: 3.5 millones de pesos. Ocurre que los terrenos de playa se consideran de alta plusvalía, lo cual es cierto en el caso de hoteles, condominios y demás establecimientos turísticos, pero no de un terreno destinado a conservación ecológica, investigación científica y educación ambiental. ASK no recibe beneficio económico alguno de ese terreno, que con tantos esfuerzos logró adquirir para ponerlo al servicio de la comunidad. Al contrario, le ocasiona gastos. Por ello, ha solicitado a las autoridades que se condonen los impuestos atrasados y se exima al lote de pagar el predial.
Ciertamente, es una petición muy razonable. Conceder tal cosa sería una justa retribución por todo lo que durante más de dos décadas Amigos de Sian Ka’an ha hecho en beneficio de Quintana Roo y sus habitantes. Sin embargo, por presiones de algunos regidores del ayuntamiento de Tulum, la solicitud ha sido rechazada y se exige a la asociación el pago de esos tres y medio millones, lo que está fuera de sus posibilidades.
Ciertamente, sería lamentable que se frustrara este meritorio esfuerzo por conservar para los quintanarroenses un trozo del paisaje costero original y dar a la comunidad un sitio dedicado a la ciencia y la educación.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx

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