Aunque afirmó que no conoce en detalle el asunto, el Presidente mexicano, en conferencia de prensa con su par Álvaro Uribe, coincidió con los argumentos de Bogotá y Washington de que es necesario construir los mecanismos para garantizar la seguridad de nuestros pueblos. Reveló que Barack Obama le confió que Estados Unidos no tiene la pretensión de establecer nuevas bases militares. Foto Ap
Claudia Herrera Beltrán
Bogotá, 13 de agosto. El presidente Felipe Calderón Hinojosa marcó distancia de la mayoría de sus pares de Sudamérica, quienes han cuestionado el acuerdo de cooperación que permite a militares de Estados Unidos operar en bases colombianas, y se hizo eco de las argumentaciones expuestas por Barack Obama en defensa de ese pacto.
Después de reunirse en privado con el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, en la Casa de Nariño, Calderón debió fijar en conferencia de prensa su posición en torno a este tema que ha provocado un clima de tensión en la zona. Señaló que en apego a los principios de política exterior de México, nosotros respetamos la decisión que asuma cualquier país en función de la salvaguarda imprescindible de su soberanía y de la seguridad de los ciudadanos.
Situado al lado de Uribe en conferencia de prensa conjunta, Felipe Calderón explicó que no conocía al detalle el asunto, pero que en su reciente reunión con Obama, el pasado fin de semana en la ciudad de Guadalajara, el jefe de la Casa Blanca fue muy enfático al señalar que, contrario a lo que se ha señalado, no hay pretensión de Estados Unidos de establecer nuevas bases militares o algo así, como se ha señalado en algunos puntos de opinión pública internacional.
Como lo adelantó este diario, durante su visita de Estado a Colombia Calderón abogó en favor del gobierno conservador de Uribe y de su no aislamiento en la región. Con base en la versión que recibió del presidente colombiano señaló que, contrario a lo que se dice, éste es un acuerdo que data de muchos años y que periódicamente se revisa y se actualiza conforme a las ocupaciones y preocupaciones en materia de seguridad que tienen ambos países.
El propio Uribe confirmó, en presencia de Calderón, que aunado a la gira que hizo por Sudamérica para explicar este polémico acuerdo, asistirá a la cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), el próximo 28 de agosto en Bariloche, Argentina, con el fin de abordar con sus pares los alcances del acuerdo de cooperación militar que sí se negocia con Estados Unidos.
El periódico bogotano El Tiempo publicó hoy que el gobierno confía en cerrar el próximo fin de semana ese convenio, y de hecho Jorge Ballesteros, comandante de las fuerzas militares colombianas, anunció que una comisión integrada por expertos de los ministerios de Defensa, Relaciones Exteriores y del Interior, están actualmente en Washington para ultimar detalles del convenio.
El mismo diario informó que el miércoles pasado, miembros de la comisión del Senado se reunieron en la base de Palanquero (Puerto Salgar, Cundinamarca) con el ministro de Defensa, Gabriel Silva, quien pidió a los colombianos que no se dejen meter en discusiones retóricas sobre si el acuerdo es conveniente o no.
El acuerdo que les permitirá a los militares estadunidenses operar en bases colombianas ha generado tal nivel de inquietud en la región que los presidentes de Unasur convocaron a esta reunión especial a Uribe. Incluso el mandatario de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, pidió que asistiera Obama para que informara los términos del acuerdo, luego de que Hugo Chávez expresó que soplan vientos de guerra en la región.
El presidente Calderón, quien planeaba abordar el asunto sólo en el ámbito de la diplomacia privada, terminó por marcar distancia de sus pares latinoamericanos y coincidió en los argumentos expuestos por Colombia y Estados Unidos, en el sentido de que es necesario que construyamos los mecanismos para garantizar la seguridad de nuestros pueblos.
A tono con la postura de la Casa Blanca, que asegura que las bases servirán para el combate al narcotráfico y el terrorismo, señaló que el crimen organizado tiene claramente un comportamiento trasnacional, continental y actúa de manera organizada y coordinada desde Colombia hasta Estados Unidos.
Porque no conozco en detalle estas circunstancias, pero obviamente el crimen organizado debe ser combatido también de manera organizada y comprometida a nivel internacional, subrayó el mandatario mexicano.
También dijo que está dispuesto a mediar en los diferendos diplomáticos que mantienen Ecuador y Venezuela con Colombia, siempre y cuando haya aceptación y voluntad de las partes, porque no queremos tener intromisión donde no debemos hacerlo.
Como secretario pro tempore del Grupo de Río, explicó que busca el entendimiento y solución de controversias entre los pueblos latinoamericanos, pero planteó que la resolución de los conflictos depende más bien de las partes, que de la presencia de un tercero.
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