Por: TeleSUR
El Gobierno de Colombia informó este viernes la culminación de las negociaciones para la instalación de siete bases militares estadounidenses en su país, enmarcadas en un acuerdo de cooperación destinado supuestamente a luchar "contra el narcotráfico y el terrorismo" y que ha generado gran preocupación en los países de la región.
Según un escueto comunicado emitido por la Cancillería colombiana, el acuerdo "reafirma el compromiso de las partes en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo".
A partir de este momento el texto acordado pasará a las instancias gubernamentales de cada país para su revisión técnica y posterior firma.
El acuerdo incluye la presencia de militares estadounidenses en siete bases colombianas y ha sido calificado como un peligro y un factor de desestabilización por los países suramericanos, quienes abordaron el tema en la reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) realizada el pasado lunes en Quito, Ecuador, y a la que el Jefe de Estado de Colombia, Álvaro Uribe se negó a asistir.
Uribe ha tratado de justificar a través de los medios de comunicación la presencia de los marines en su país, afirmando que supone una "fase mejorada del Plan Colombia" y que fortalecerá la lucha contra los grupos irregulares, explicación que no ha convencido a sus homólogos regionales, quienes han exigido más transparencia y claridad.
Uno de los países que ha mostrado su preocupación ante el citado Acuerdo de seguridad es Venezuela, que ha alertado sobre "los vientos de guerra que comienzan a soplar en la región" tras la instalación de las bases.
Entre las razones que ha presentado Venezuela para oponerse a la instalación de tropas y equipos militares estadounidenses en bases colombianas, es la violación del espacio aéreo de su nación y las tareas de espionaje que podrían realizarse y que colocarían al país en un estado de vulnerabilidad.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha enfatizado que Estados Unidos (EE.UU.) será el que tome el mando de las acciones militares en Colombia, y que ni el mismo Uribe podría controlarlas, incluso aquellas que se ejecuten con el mismo Ejército colombiano.
"Se está formando un cuadro severo de amenazas contra Venezuela desde Colombia con la participación del alto gobierno y de los militares", denunció Chávez.
Por su parte, el presidente boliviano, Evo Morales, afirmó que EE.UU. quiere usar bases militares en Colombia contra los "procesos revolucionarios que se gestan en América" y no para combatir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o al narcotráfico, como se ha pretendido hacer entender.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, calificó como un peligro y una preocupación para la región la presencia de militares estadounidenses en las bases de Colombia por lo que sugirió tratar este tema en la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Unasur que se realizó en Quito.
Al respecto, el primer mandatario de Ecuador indicó que su país es uno de los que más sufre las consecuencias de un problema que no es de ellos, compartir frontera con una nación "que se desangra en una guerra civil de hace 50 años , siete años de fumigaciones, bombardeos y 300 mil desplazados".
Según el nuevo convenio militar entre Colombia y EE.UU. dos bases del Ejército Nacional y dos de la Armada, se sumaron a las tres de la Fuerza Aérea en las que ya se sabía que iba a haber operación de militares de Estados Unidos, de esta manera las bases de Cartagena, Larandia (Caquetá), Tolemaida (Cundinarca), Málaga, en el Pacífico son las nuevas que se suman a Apiay (Meta), Palanquero (Cundinamarca) y Malambo (Atlántico).
Esta instalación de bases militares en Colombia cuenta con la bendición de Alan García de Perú y Fecal, el presidente espurio de México.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario