«La globalización fracasa en África»
Nadine Gordimer, Premio Nobel surafricana, participó en las jornadas del Pen Catalán - La autora cree que para una obra literaria «no importa el color de la piel»
Barcelona- La Premio Nobel de Literatura, Nadine Gordimer, estuvo ayer en Barcelona para participar en los actos que el Pen Catalán realiza con motivo del Día Internacional del Escritor Encarcelado. La escritora habló sobre el compromiso de los autores, especialmente cuando otros compañeros son perseguidos y acaban en la cárcel o el exilio. «Un día como este es un gran acontecimiento. Soy una escritora surafricana y viví el momento en el que el “apartheid” eliminó la libertad de expresión, prohibiendo tres de mis libros y una antología», apuntó Gordimer. Sobre esa época añadió que «fue una pena que no existiera una organización como ésta, porque acabamos perdiendo a algunos de los mejores autores de nuestra generación».
Gordimer consideró como «increíble» que muchos de sus compañeros de armas literarias deban exiliarse: «Cuando un escritor marcha al exilio pierde su lugar en el mundo. Nunca podremos rescindir nuestra libertad y siempre tendremos una implicación en todo esto porque lo importante es este tipo de lucha continúe»
A Gordimer le gusta definirse como «una africana de piel blanca». A este respecto añadió que «el color de la piel no importa cuando tienes que escribir. Nací y crecí en una sociedad blanca segregada y muy pronto me di cuenta que había alguna cosa que no funcionaba allí. Pude constatar que no había mucha diferencia entre la situación de mi país y, por ejemplo, los problemas raciales en Chicago». La autora constató la diferencia a los 18 años, «cuando me liberé porque no quería ser una racista contra los negros. Me di cuenta que tenía más en común con ellos que con los blancos. Era una escritora incipiente y me dije a mí misma que era una escritora europea, aunque mi identidad es la africana». Casi a la par, Gordimer conoció la censura y la persecución de cuanto escribía e intentaba publicar. Esa época le ayudó a formar su compromiso social. «Me prohibieron y opté por quedarme, y creo que es lo mejor que podía hacer. Fueron unos años en los que había que ganarse ser africano».
Pero los problemas, desde su punto de vista, no han acabado para África. Gordimer dijo que «no se están tratando» sus problemas económicos y advirtió de que así «no podremos escapar nunca de tiranos como Robert Mugabe» o conflictos como el del Congo. «Las antiguas potencias, incluso las que no han estado nunca en África, como China, hacen que todo sea más difícil. Es una situación muy grave que es consecuencia del fracaso de la globalización», explicó.
Gordimer consideró como «increíble» que muchos de sus compañeros de armas literarias deban exiliarse: «Cuando un escritor marcha al exilio pierde su lugar en el mundo. Nunca podremos rescindir nuestra libertad y siempre tendremos una implicación en todo esto porque lo importante es este tipo de lucha continúe»
A Gordimer le gusta definirse como «una africana de piel blanca». A este respecto añadió que «el color de la piel no importa cuando tienes que escribir. Nací y crecí en una sociedad blanca segregada y muy pronto me di cuenta que había alguna cosa que no funcionaba allí. Pude constatar que no había mucha diferencia entre la situación de mi país y, por ejemplo, los problemas raciales en Chicago». La autora constató la diferencia a los 18 años, «cuando me liberé porque no quería ser una racista contra los negros. Me di cuenta que tenía más en común con ellos que con los blancos. Era una escritora incipiente y me dije a mí misma que era una escritora europea, aunque mi identidad es la africana». Casi a la par, Gordimer conoció la censura y la persecución de cuanto escribía e intentaba publicar. Esa época le ayudó a formar su compromiso social. «Me prohibieron y opté por quedarme, y creo que es lo mejor que podía hacer. Fueron unos años en los que había que ganarse ser africano».
Pero los problemas, desde su punto de vista, no han acabado para África. Gordimer dijo que «no se están tratando» sus problemas económicos y advirtió de que así «no podremos escapar nunca de tiranos como Robert Mugabe» o conflictos como el del Congo. «Las antiguas potencias, incluso las que no han estado nunca en África, como China, hacen que todo sea más difícil. Es una situación muy grave que es consecuencia del fracaso de la globalización», explicó.
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