Antonio Gershenson
Crisis. Algunos síntomas de la crisis en Estados Unidos:
Empleo. Ciento 59 mil empleos perdidos en septiembre, que a su vez es el noveno mes de baja consecutiva del empleo.
Consumo. Se había gastado más en los primeros meses del año, en buena medida por los más de 100 millones de millones de dólares de cheques del gobierno para estimular el consumo. Pero la tendencia se revierte y va a la baja desde junio.
Fabricantes. Habían tenido avances por la devaluación del dólar que ayudaba a impulsar las exportaciones. Ya habíamos mencionado que en agosto los pedidos que recibieron bajaron en un 4 por ciento.
Gobiernos de los estados. Veintinueve de los 50 estados han hecho recortes presupuestales o elevado impuestos. De éstos, 15 estados, incluso Nueva York, tienen números rojos.
La medida gubernamental de destinar muchos dólares a cubrir a los bancos de créditos impagables podrá ayudar con ese problema, pero nadie supone que va a cortar la crisis de tajo, ni siquiera el propio gobierno. Sin embargo, funcionarios que llegaron al gobierno de ese país en aras del libre mercado, están llevando a cabo la mayor intervención del Estado en la economía de ese país desde el “nuevo trato” de Roosevelt.
A las medidas ya mencionadas, agregamos que el 7 de octubre fue nacionalizado en Islandia el segundo banco en importancia, Landsbanki, conforme a los nuevos poderes del Estado.
Una solución internacional. El primer ministro de China hizo su exposición ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el miércoles 24 de septiembre. Ya lo habían hecho otros mandatarios. Pero esta intervención incluyó planteamientos que luego tuvieron cierta continuidad en torno al tema que estamos abordando.
El funcionario dijo que China, el país con mayores reservas de divisas y oro del mundo, está dispuesto a contribuir a una solución internacional de la crisis de los mercados financieros en el mundo. Reclamó, para ello, que se hagan esfuerzos concertados y se deje la hostilidad en aras de un desarrollo pacífico.
Después, el presidente de Corea del Sur propuso una reunión de ministros de finanzas de su país, China y Japón, para coordinar sus posiciones ante la crisis y el problema financiero. Esta región tiene la mitad de los documentos de pago del gobierno estadunidense que están fuera de ese país. Corea del Sur redujo los dólares que tenía en los mencionados instrumentos a menos de la mitad, entre febrero de 2006 y julio pasado, para evitar el daño de las devaluaciones de esta moneda. Japón tuvo un aumento moderado en dólares y China también, pero un poco mayor. Ayuda al dólar, y a la vez plantea la necesidad de una cooperación internacional ante el problema financiero.
Europa y la conferencia internacional. Al término de la reunión de tres horas y media de los jefes de gobierno de Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia, los países de la Unión Europea que también están en el G-7, se anunció el planteamiento de una conferencia internacional. Ésta debería ser convenida antes de fines de noviembre para decidir las reglas que operarían en adelante para el sistema financiero. Se equipara en cuanto a su alcance con la conferencia de Bretton Woods, hace 60 años, en la que se crearon el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Obviamente, ahora sería el entierro del “libre comercio” y el fortalecimiento de la intervención del Estado en la economía, que es lo que hemos estado viviendo.
Se presupone que este planteamiento será tratado en la reunión que tendrán los 27 estados miembros de la Unión Europea en Luxemburgo, así como en la próxima cumbre de ministros de Finanzas y directores de los bancos centrales del G-7 en Washington. Cuatro de los siete países, los europeos, ya plantearon la necesidad de esa reunión internacional. Los otros tres son: Estados Unidos, Japón y Canadá. Ahí mismo se reúnen el BM y el FMI.
Si la convocatoria se lanza a finales del mes próximo es muy probable que la conferencia tenga lugar con la asistencia del nuevo gobernante de Estados Unidos, quien debe tomar posesión en enero de 2009. Todo esto está sujeto aún a lo que digan los demás.
El peso de China. En el Foro Económico Mundial (antes Davos, ahora celebrado en Tianjin, antes Tientsin, China), a fines de septiembre, se habló del peso que tendrá China en esa conferencia, muy diferente del que tuvo en reuniones anteriores. No sólo son sus reservas y en general su capacidad económica. No nada más son sus reservas en dólares, que los hacen indispensables para la estabilidad económica y financiera de Estados Unidos. Es haber sobrevivido a anteriores crisis, haber mantenido un crecimiento constante y llevado a cabo desde hace mucho tiempo acciones de intervención del Estado en la economía, que es lo que para otros son ahora medidas nuevas.
Entre las opiniones, la Afp registra la del multimillonario mexicano Carlos Slim, quien calificó a China como “el país más importante para ayudar responsablemente” en la crisis financiera.
En México, ¿la respuesta oficial seguirá siendo “a la antigüita”?
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