Así como el claro Apocalipsis que vive el mundo tiene ya un nombre reconocido incluso por él mismo: El Banco Mundial. Y así como el responsable de la inseguridad en el país tiene dos orígenes y un nombre: la IMPUNIDAD decidida desde el Poder para cobijar la CORRUPCION, destacada por estos días al salir a la palestra nuevamente, POR ESTO! no se ha cansado de señalarlo, la ilegal, ilegítima e inmoral venta de Banamex con dos delincuentes a la cabeza: Gil Díaz y Roberto Hernández.
Por María Teresa Jardí
El responsable de la inseguridad que hoy vive el país es Felipe Calderón Hinojosa. Y el narcotráfico convirtiendo a México en narcoestado lleva los nombres asociados de Vicente Fox y el Chapo Guzmán. Es decir, así como el Banco Mundial ya reconoce el fracaso, lo que no lo exculpa, obviamente, del sistema impuesto a su nombre por un Imperio que pudo elegir —como el usurpador mexicano actual pudo elegir ser un gobernante legítimo— destinar el dinero para mejorar el mundo, pero que eligió joder a los otros para tenerlo todo y resulta que hoy el todo se pierde en la nada de las guerras personales de una familia asesina: los Bush. También en nuestro país hay nombres de responsables de algunos de los problemas que enfrentamos.
La Gordillo, por ejemplo, asociada hoy a la represión al magisterio. Represión que ya acude a los granaderos hermanando al usurpador con Díaz Ordaz. Nada aprendió del 68 la derecha apátrida, que lo mismo en Londres, que en Israel, que en México, que Washigton, no ve más allá del becerro de oro que tantas desgracias trae aparejado para la humanidad entera. Tendrían que leer la Biblia: Carstens, Bush y Calderón.
De ahí la reacción que convierte en héroe lo mismo a Chávez cuando declara en contra del Imperio que eligió convertirse en policía del mundo y acabó siendo sólo el más malvado de los verdugos incluso para su pueblo deseducado por la telebasura y bajo de neuronas, con la comida chatarra que en obesos y diabéticos amén de drogadictos, caracteriza a los gringos por los niños salidos de casa luego del desayuno compartido con los padres antes de asesinarlos y llegan a la escuela y asesinan a compañeros y a maestros, antes de voltear el arma para matarse a ellos mismos, porque no encuentran en el camino ni valores ni creencias ni principios y cuando los ideales brillan por su ausencia el hartazgo sumado a los enajenantes juegos que interiorizan en la mente de los niños: mata, mata, mata, mata…
—¿Pero qué te han hecho? ¿Por qué los matas? —No me han hecho nada pero no son humanos. —¿Y qué son? —Son criaturas.
En esta aterradora respuesta está el daño moral imperdonable que al Imperio gringo le debe el mundo. Hay que temer al otro y para defenderte tienes que matarlo…
Que un joven que le grita en la cara al usurpador que es un espurio se convierta en el héroe incluso vitoreado en el avión que lo lleva al país donde estudia para convertirse en matemático encuentro la explicación: El mundo necesita nuevos héroes y en la valentía de quienes en otras circunstancias no pasarían de ser anécdota los empieza a encontrar, para bien del mundo, todo parece indicar.
Habla bien de la humanidad que no hayan podido acabar con la moral vinculada también a la verdad de decir y hacer lo correcto.
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