¿Cómo se derrumba lo que no se edificó? “La respuesta está en el viento”, afirma una legendaria canción de rock.
Por Ricardo Andrade Jardí
No hay derrumbe de lo que ya se había derrumbado, Fecal usurpador y todos los que lo impusieron actuaron en la lógica, a su vez impuesta, de lo que el imperio del mercado espera de toda democracia en el mundo: que las oligarquías se llenen el buche de retórica de tolerancia, mientras derraman sus recursos económicos en una confrontación de masas donde las enajenadas clases medias, salen en defensa de un estilo de vida que no tienen y jamás tendrán, pero que idealizan, aunque esa defensa signifique aplastar la voluntad popular (basten de ejemplo la República Española y el Chile de Allende), recursos que imponen imaginarios de miedo y odio, que fomentan la división social, la intolerancia, el racismo y la estupidez. Ahí sobre esas ruinas impusieron a Calderón, los mismos que se han beneficiado hasta el hartazgo de la explotación “inmóvil” de inmensas mayorías que son agredidas sistemáticamente en sus precarias economías, sin que éstas atinen a defenderse más allá de lo que la “tolerancia” impuesta por la telecracia les permite.
El desprestigio, la ilegitimidad, la corrupción, la mentira y la IMPUNIDAD, son la única edificación sobre la que se sostiene el desgobernante Ejecutivo, que ha recurrido incluso al terrorismo para intentar salvar la imposición, no sólo política sino económica que responde a intereses siempre ajenos, nunca soberanos y menos aún sociales.
Pero la historia registra la experiencia terrible de la caída sobre lo derrumbado, sobre las ruinas de lo que no existe, es decir la caída infinitamente dolorosa de la ruina, la que lamentablemente se compone de la soberbia de los ciegos y la pasividad de los hambrientos, dolorosa porque el ciego hará todo para “salvar” su estupidez y en ese todo entra sin límite el dolor ajeno, y el dolor ajeno tarda mucho en despertar conciencias, enajenadas, que normalmente no reaccionan hasta que el dolor ajeno se vuelve íntimo, personal, pero para eso la sangre, la explotación, el abuso habrán cobrado una tasa incuantificable de dolores aparentemente “ajenos” pero tan nuestros.
No se trata de dar tesis golpistas, el golpe fue dado desde el día en que los “demócratas” negaron el ejercicio bien, pero bien, democrático del recuento de votos, frente a una elección que el sistema mismo calificó de inconsistente (fraudulenta en castellano). Se trata de parar el golpe, de hacer reaccionar a lo que quede de “inteligencia” (puede ser ya muy tarde) en la clase política, para que su parásita ambición no les ciegue la visión inocultable de la realidad concreta. Se trata pues de corregir el rumbo y éste no podrá ser corregido por quien, en poco menos de dos años de imposición, ha colocado al país en la peor espiral de violencia del continente, violencia siempre cobijada por la IMPUNIDAD corrupta de las usurpadas instituciones de la democracia. Es hora de impulsar el Despertar Ciudadano, es hora de decir basta y empezar a llamar a las cosas por su nombre… lo mismo da si es “La Maestra”, el usurpador, el empresario chatarra, el comunicador basura o el banquero FOBAPROA: al que hace fraude llámalo CORRUPTO.
“Honestamente necesitamos que se vayan”… cuando menos para Almoloya.
Es hora de parar el golpe contra la soberanía y democracia mexicana. Después será muy tarde.
martes, septiembre 23, 2008
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