COMUNICADO
Palacio Nacional, D. F., 27 de Noviembre de 2006
A las 19.00 horas del día 20 de Noviembre de 2006 Ferrer Galván Acosta, Juan Carlos Escandón , Eliseo Junior Flores, Fernando Zamudio y Alejandro Sandoval, iniciamos una Huelga de Hambre ante la Puerta Mariana del Palacio Nacional, para impedir que el espurio intente acceder por esta entrada, destinada a los Presidentes legítimos. A la mañana del viernes 24 de noviembre se unió a este acto de resistencia la compañera Hilda Lizalde.
A siete días de iniciada la Huelga de Hambre, deseamos comunicar lo siguiente:
1. A la 01.00 horas de este 27 de Diciembre, es decir, iniciada la madrugada. Luego de que dos taxis, uno volkswagen sedan placas L52272 y otro Tsuru placas L78235, pasaron cerca del campamento a velocidad muy lenta registrando lo que sucedía, alrededor de 30 automóviles y varias motocicletas, participantes de los llamados arrancones, entre ellos un Jetta Rojo de placas LRP 7714, hicieron presencia en las inmediaciones del Zócalo capitalino, quienes burlando la persecución policial subieron a la plaza de la Constitución donde realizaron maniobras y trompos; luego varios de los susodichos se dirigieron hacia nuestro campamento amenazando con atropellarnos en reiteradas ocasiones; al grito de “No hubo Fraude” un motociclista se arrojó sobre nosotros, sin que alcanzara a subir la acera. Reconocemos que el operativo de seguridad pública inhibió los lances de estos “juniors” contra nosotros, pero no los detuvo. Tras varias rondas y persecuciones, uno de los automóviles se acercó lo más posible a nosotros y del interior nos arrojaron huevos, los cuales quedaron embarrados en varios de los carros que colocamos para protegernos y algunos alcanzaron a dos de nuestros compañeros.
2. Una vez que la policía había logrado contener lo hechos narrados, una de las camionetas tipo Voyager con placas del Estado de Aguascalientes ABR 4570, se acercó al Palacio Nacional gritando la consigna “Voto por Voto. Casilla por Casilla” a modo de burla y se estacionó a unos metros de nuestro campamento. De la camioneta descendieron seis hombres robustos vestidos de negro, los cuales al ver que los superábamos en número desviaron su camino hacia el Palacio Nacional, luego de 10 minutos de hacer presencia, se retiraron nuevamente y fingiendo tener acento anglosajón, gritaron la consigna mencionada.
3. Al amanecer, al filo de las 08.00 se presentaron en el campamento hombres de distintas características a fotografiar al campamento y uno a uno a los integrantes del mismo, luego de que algunos de nosotros también los fotografiamos se retiraron.
Denunciamos, que el gobierno federal insiste en hostigar al Movimiento Nacional de Resistencia Civil Pacífica, por medio de intimidaciones de todo tipo, caracterizadas por infundir temor a quienes nos encontramos impidiendo el acceso del usurpador calderón al Palacio Nacional. Les decimos que no nos sentimos amenazados ni vulnerados, cuando un movimiento es mayoritario y se está del lado de las causas justas, no hay temor a nada, porque se sabe que llevamos la razón de nuestra parte.
Por otro lado, manifestamos nuestra tristeza porque la campaña de odio orquestada por el PAN, los empresarios y la Televisión en contra de López Obrador se ha convertido en una carta de impunidad.
Lo sucedido con los aficionados a los arrincones, no es una agresión orquestada por nadie desde ninguna cúpula, es el resultado de años y meses de hostigamiento contra Andrés Manuel López Obrador y sus simpatizantes. Son años de elitismo y racismo fomentado desde la televisión y, es la consecuencia de la violencia institucional.
La violencia de los de arriba, fomenta la violencia de los de abajo. Hasta el más insulso conductor de televisión que afrenta contra López Obrador, desde el televisor, es promotor de este tipo de agresiones.
Quienes estamos en resistencia civil contra la usurpación, hemos sido víctimas de agresiones que pudieran parecer mínimas, pero que la suma hace referencia a una polarización social de un grupo de poder contra el pueblo y que lanzan campañas para aliar a un sector altamente impactable que le da credibilidad a los dichos de la televisión. Desde esa pequeña agresión de arrancar el cartel de AMLO de nuestras casas, recibir cristalazos en coches con propaganda, correos electrónicos con amenazas chistes o comentarios racistas, insultos directos adjetivos como “huevones” “mugrosos”, “indios” “nacos” etcétera, hasta agresiones físicas como las que vivimos esra madrugada en la Puerta Mariana del Palacio Nacional.
Quienes nos agredieron desde sus carros, se divertían alcoholizados poniendo en riesgo sus vidas y las nuestras, no son sino la versión urbana de esos “narcojuniors” que se divierten prendiendo fuego a indigentes. Racistas y elitistas, que se pretenden jóvenes pese a ser visiblemente mayores de treinta años. Un sector social, al que la violencia gubernamental y la impunidad les resta responsabilidad ante actos deliberadamente criminales.
Lo triste es que entre los “narcojuniors urbanos” se encuentran quienes luego de divertirse, codeando el “vocho” de sus padres con los autos deportivos, regresan a su casa o departamento para dormir hasta medio día o más tarde porque gracias al gobierno de Vicente Fox y sus reducciones al presupuesto de la UNAM, no pudieron ingresar y los recursos de sus padres no alcanzan para costear una escuela privada. Ellos, víctimas de la peor cara del neoliberalismo, subempleados en empresas trasnacionales, son quienes, juegan a ser parte de la elite por unos minutos de la madrugada.
Qué triste que las Televisoras y la elite, hayan logrado su cometido de generar un sector poblacional dócil al poder político-económico y resentido con la sociedad que le golpea la cara con la realidad.
Sin embargo, luego de siete días en Huelga de Hambre, tenemos la claridad para constatar, que la solidaridad y el apoyo hacia el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador es mayoritario y que con la resistencia del pueblo organizado se logrará mucho más que con todo el dinero y las armas que protegen al pequeño Calderón.
Siete Días en Huelga de Hambre Frente a Palacio Nacional
Ferrer Galván Acosta, Fernando Zamudio, Hilda Lizalde, Juan Carlos Escandón, Alejandro Sandoval y Eliseo Junior Flores