Rafael de la Garza Talavera
Rebelión
La 22ª Cumbre Iberoamericana, celebrada en Cádiz el 16 y 17 de noviembre, confirma una vez más que las aspiraciones neocolonialistas de la monarquía española están hoy más fuertes que nunca. Con tintes rayanos en el dramatismo, el llamado de Juan Carlos para recibir ayuda de los países latinoamericanos, según la nota de El País “…sonó casi como una súplica”- Por su parte Mariano Rajoy no se quedó atrás al afirmar frente a los mandatarios asistentes “Si en el pasado América Latina fue una oportunidad para Europa, hoy Europa es una oportunidad para América Latina”. Ahora resulta que la crisis en España representa una ‘ventana de oportunidad’ para Latinoamérica, región que según el malogrado Rajoy registra un “pujante crecimiento”.
El pujante crecimiento al que se refiera Rajoy es bastante discutible, tomando en cuenta que Latinoamérica, si bien ha registrado tasas de crecimiento del PNB (particularmente Brasil), sigue siendo una región con altos índices de marginación así como un crecimiento sostenido… de la pobreza. La mentira más parece una burla, que con el afán de estimular la inversión pasa por alto que en las últimas dos décadas las inversiones de capitales españoles en Latinoamérica han crecido como nunca. Según el propio Rajoy “…la inversión acumulada de España en Latinoamérica supera 115.000 millones de euros, de los cuales 7.000 millones fueron colocados en 2011”
Lo que no dice es que las ganancias de los bancos españoles en México, como BBVA o Santander, son las más altas de todo el mundo. Pero no sólo los bancos gozan de la oportunidad de saquear los países al sur del Rio Bravo. Las empresas del sector energético también gozan de impunidad, bajos impuestos y enormes ganancias que no dejan más que pobreza y desastres ecológicos. Los negocios turbios de Repsol y otras compañías en la venta de energía eléctrica o en la prospección de yacimientos de petróleo y gas representan otra fuente de enormes ganancias para los capitales españoles. Habrá que agregar la embestida reciente de capitales españoles contra comunidades del sur de México, como San Dionisio del Mar , para obligarlas a rentarles sus tierras por una bicoca y colocar cientos de hélices gigantes que utilizan la energía eólica para generar electricidad. Con el apoyo de los gobiernos locales, estatal y federal, las compañías han demostrado su desprecio por la resistencia de las comunidades y han comprado voluntades a diestra y siniestra.
Un caso que demuestra que la casi súplica de los representantes de la burguesía española para atraer capitales latinoamericanos parece olvidar las ‘exitosas’ relaciones comerciales, por ejemplo entre España y México, es el caso del contrato que Pemex firmó este año con astilleros españoles para construir barcos-hoteles para el personal extranjero que trabaja en las plataformas petroleras del golfo de México. La demanda de ese tipo de embarcaciones ha crecido como consecuencia de la participación de empresas españolas en la extracción del crudo. Los empleados extranjeros ni siquiera pisan territorio mexicano, sino que trabajan un tiempo en las plataformas y luego los mandan a descansar a hoteles flotantes para evitar que tengan que realizar trámites migratorios para descansar en tierra mexicana.
En lugar de realizar inversiones en las empresas nacionales para que los astilleros mexicanos cuenten con la capacidad de construir semejante tipo de embarcaciones, Felipe Calderón ha decidido ‘apoyar’ a los astilleros españoles con jugosos contratos que serán un precioso tanque de oxígeno para empresas al borde de la quiebra. Bien por los trabajadores españoles pero no hay que olvidar que los verdaderos beneficiados serán esos que hoy piden el rescate a gritos para mantener sus bolsas repletas de dinero.
¿Y qué va a hacer el reino de España para compensar el esfuerzo solicitado? ¿Va a evitar la discriminación a los visitantes mexicanos que lleguen a España? ¿Va a pedir a los bancos que bajen sus comisiones leoninas por servicios a los usuarios mexicanos? ¿Obligará a las empresas del ramo energético que eviten depredar el ambiente y paguen precios justos por el gas, la electricidad y el petróleo? Claro que no. Incluso disfrazados de corderos, el rey y su lacayo Rajoy no olvidan mencionar lo perniciosa que resulta para sus patronos la política de expropiaciones de Bolivia o Argentina. Al mismo tiempo que solicita a los países latinoamericanos que aumenten su inversión en España demanda seguridad jurídica para los capitales españoles en la región.
Los gritos de auxilio no lograron conmover a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien no tuvo empacho en recordar a Rajoy que la experiencia latinoamericana para afrontar la crisis, hace veinte años, demostró que las políticas de austeridad –que aplica a rajatabla el presidente del gobierno español- empobrecieron aun más a la mayoría de los habitantes de Latinoamérica, como están haciendo con el pueblo español. Dichas políticas sólo sirvieron para aumentar la desigualdad y abrieron paso a la situación de violencia social que hoy se vive en México y en buena parte de la región.
Así las cosas, la Cumbre de Cádiz más parece un desencuentro anunciado –que confronta dos realidades cada vez más enfrentadas- que además recuerda otro, también en Cádiz pero a principios del silgo XIX, cuando diputados españoles y americanos se reunieron para formular la primera Constitución liberal de España. Entonces, la demanda de igualdad entre americanos y peninsulares se quedó en una promesa que hasta la fecha parece mantenerse en el limbo. Las acciones y discursos de los empleados de la burguesía española siguen viendo los países de Latinoamérica como sus colonias y a sus habitantes como sus vasallos. A pesar de que el presidente del gobierno español ha declarado sin rubor “… que América Latina es un ‘pilar fundamental’ del mundo occidental, y que para España ‘nunca ha sido periférica sino central’”, los latinoamericanos sabemos que tales declaraciones aparecen en un contexto caracterizado por el enorme temor que tienen los que apoyan la monarquía constitucional. Temen, y con razón, que está crisis mundial la entierre definitivamente abriéndo paso a una nueva república. No encuentro otra razón para que Juan Carlos y Mariano Rajoy se rasguen las vestiduras casi con lágrimas en los ojos.
martes, noviembre 27, 2012
Cinco retos de Morena
Luis Hernández Navarro
Una vez que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se ha transformado en partido político que busca su registro legal, enfrentará grandes retos para sobrevivir como lo que pretende ser: un partido-movimiento. Señalo solamente cinco que son relevantes: la contradicción entre partido y movimiento, y entre dirección nacional y afiliados en los estados; la falta de financiamiento; la carencia de cuadros profesionales, la doble militancia y la coyuntura electoral de 2013.
Antes de su conversión en partido político, Morena fue, fundamentalmente, un movimiento electoral. Su papel en la lucha por la defensa del petróleo y en la denuncia del gobierno de Felipe Calderón fue muy relevante, pero su participación en otras causas sociales y políticas ha sido inexistente. El grueso de su energía y sus esfuerzos giró en torno a la construcción de la candidatura y la campaña de Andrés Manuel López Obrador.
Transformarse ahora en un partido que promueve, organiza y da cobertura a luchas sociales es una tarea compleja. Su objetivo central a partir de ahora será conseguir el registro. A ello tendrá que dedicar la mayoría de sus recursos. En esas circunstancias, funcionar como un partido-movimiento será muy complejo. Ciertamente, en el pasado congreso se modificaron los estatutos para no privilegiar unilateralmente la organización a partir de los distritos electorales y permitir la organización de comités de base por fábrica, escuela, barrio, ejido y comunidad en lucha, pero eso es insuficiente.
Morena tiene gran influencia entre la izquierda intelectual y muchos de sus militantes son destacados dirigentes ciudadanos y sociales. Sin embargo, la mayoría de sus afiliados provienen de distintas tribus del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que han sido desplazadas o relegadas de la conducción de ese partido, pero que conservan sus prácticas. ¿Podrá convivir creativamente una cabeza de jacobinos con un cuerpo que mantiene vivos el clientelismo y la política corporativa? ¿Podrán combinar su quehacer electoral con su participación en las luchas sociales?
El nuevo partido tiene un grave problema de financiamiento. Al separarse de la órbita del PRD, del Partido del Trabajo (PT) y de Movimiento Ciudadano (MC), Morena ha dejado de recibir los recursos que estas fuerzas le acercaban indirectamente. No hay ahora ningún incentivo de esos partidos para seguir apoyando económicamente a un adversario que a corto plazo los va a debilitar.
Para resolver esta limitación, el naciente partido acordó que sus militantes que no estén desempleados o que perciban un salario superior al mínimo legal paguen una cuota de, cuando menos, 55 pesos mensuales. Quienes tengan un puesto de representación popular deberán dar una parte de su dieta. Se trata de una posición que camina contra la corriente de la cultura política arraigada en la base militante. De una iniciativa que requiere de, por lo menos, un millón de afiliados que coticen a la organización política.
Un partido con registro legal está obligado a participar en las elecciones. Hacerlo requiere de mucho dinero. Hasta que Morena no obtenga el registro no tendrá derecho a obtener fondos públicos. Cuando acceda a ellos serán insuficientes para ganar comicios. ¿Qué hará para financiarse?
Los partidos de izquierda electoral en México son hoy grandes agendas de colocación de empleo en una sociedad en crisis. El financiamiento al que legalmente tienen derecho, los recursos provenientes de los puestos de representación popular a los que acceden en las legislaturas y las posiciones de gobierno que ganan son una fuente millonaria de recursos. Con ellos se sostienen ejércitos de profesionales de la política y la representación y se otorga trabajo a sus seguidores y allegados.
Los tiempos han cambiado drásticamente. Durante muchos años, los militantes de izquierda pagaban cuotas a sus organizaciones como símbolo de su compromiso. El número de cuadros que contaban con salario para dedicarse de tiempo completo a la militancia era muy limitado. Hoy, las cosas son al revés. Los partidos sostienen a una enorme cantidad de dirigentes, activistas, asesores y familiares de ellos. Con frecuencia, quienes se ven favorecidos con un empleo dan una parte de sus ingresos a la tendencia que les consiguió el cargo de representación, la chamba, no al partido del que forman parte.
Este esquema de funcionamiento ha permitido que los partidos tengan una vida estable y desahogada. Sin embargo, ha provocado efectos dañinos en el compromiso político. La burocracia de los partidos les proporciona estabilidad, pero los vuelve conservadores. Con frecuencia, en lugar de poner por delante los principios, el programa de lucha o la vocación militante, los dirigentes privilegian la obtención de canonjías y la conservación del empleo. En lugar de buscar transformar la realidad en favor de los sectores menos favorecidos, apuntalan el orden de cosas existente.
Morena acordó en su pasado congreso tratar de romper con esta lógica. Sus dirigentes no tendrán un salario. Su militancia no será remunerada. ¿Cómo garantizará una continuidad de las tareas de dirección? ¿Qué hará para que sus líderes no abandonen el partido para ganarse la vida? ¿Cuánto puede sostenerse una situación así?
Una muy importante cantidad de militantes de Morena provienen de otros partidos y organizaciones políticas. Hasta el 14 de agosto del año que viene podrán mantener la doble militancia. Después tendrán que definir dónde se quedan. Muchos de esos activistas viven de las redes de empleo articuladas alrededor de los otros partidos de izquierda. ¿Dejarán sus trabajos para meterse en Morena?
El próximo año se efectuarán elecciones en 14 estados, algunos, como Oaxaca, claves para el lopezobradorismo. Sin embargo, en las mismas fechas, Morena estará organizándose para obtener su registro. ¿Participará en los comicios a pesar de no contar con registro propio? ¿Se aliará con los otros partidos de izquierda?
Estos son algunos de los retos que el nuevo partido enfrentará. De las respuestas que ofrezca dependerá su futuro.
Una vez que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se ha transformado en partido político que busca su registro legal, enfrentará grandes retos para sobrevivir como lo que pretende ser: un partido-movimiento. Señalo solamente cinco que son relevantes: la contradicción entre partido y movimiento, y entre dirección nacional y afiliados en los estados; la falta de financiamiento; la carencia de cuadros profesionales, la doble militancia y la coyuntura electoral de 2013.
Antes de su conversión en partido político, Morena fue, fundamentalmente, un movimiento electoral. Su papel en la lucha por la defensa del petróleo y en la denuncia del gobierno de Felipe Calderón fue muy relevante, pero su participación en otras causas sociales y políticas ha sido inexistente. El grueso de su energía y sus esfuerzos giró en torno a la construcción de la candidatura y la campaña de Andrés Manuel López Obrador.
Transformarse ahora en un partido que promueve, organiza y da cobertura a luchas sociales es una tarea compleja. Su objetivo central a partir de ahora será conseguir el registro. A ello tendrá que dedicar la mayoría de sus recursos. En esas circunstancias, funcionar como un partido-movimiento será muy complejo. Ciertamente, en el pasado congreso se modificaron los estatutos para no privilegiar unilateralmente la organización a partir de los distritos electorales y permitir la organización de comités de base por fábrica, escuela, barrio, ejido y comunidad en lucha, pero eso es insuficiente.
Morena tiene gran influencia entre la izquierda intelectual y muchos de sus militantes son destacados dirigentes ciudadanos y sociales. Sin embargo, la mayoría de sus afiliados provienen de distintas tribus del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que han sido desplazadas o relegadas de la conducción de ese partido, pero que conservan sus prácticas. ¿Podrá convivir creativamente una cabeza de jacobinos con un cuerpo que mantiene vivos el clientelismo y la política corporativa? ¿Podrán combinar su quehacer electoral con su participación en las luchas sociales?
El nuevo partido tiene un grave problema de financiamiento. Al separarse de la órbita del PRD, del Partido del Trabajo (PT) y de Movimiento Ciudadano (MC), Morena ha dejado de recibir los recursos que estas fuerzas le acercaban indirectamente. No hay ahora ningún incentivo de esos partidos para seguir apoyando económicamente a un adversario que a corto plazo los va a debilitar.
Para resolver esta limitación, el naciente partido acordó que sus militantes que no estén desempleados o que perciban un salario superior al mínimo legal paguen una cuota de, cuando menos, 55 pesos mensuales. Quienes tengan un puesto de representación popular deberán dar una parte de su dieta. Se trata de una posición que camina contra la corriente de la cultura política arraigada en la base militante. De una iniciativa que requiere de, por lo menos, un millón de afiliados que coticen a la organización política.
Un partido con registro legal está obligado a participar en las elecciones. Hacerlo requiere de mucho dinero. Hasta que Morena no obtenga el registro no tendrá derecho a obtener fondos públicos. Cuando acceda a ellos serán insuficientes para ganar comicios. ¿Qué hará para financiarse?
Los partidos de izquierda electoral en México son hoy grandes agendas de colocación de empleo en una sociedad en crisis. El financiamiento al que legalmente tienen derecho, los recursos provenientes de los puestos de representación popular a los que acceden en las legislaturas y las posiciones de gobierno que ganan son una fuente millonaria de recursos. Con ellos se sostienen ejércitos de profesionales de la política y la representación y se otorga trabajo a sus seguidores y allegados.
Los tiempos han cambiado drásticamente. Durante muchos años, los militantes de izquierda pagaban cuotas a sus organizaciones como símbolo de su compromiso. El número de cuadros que contaban con salario para dedicarse de tiempo completo a la militancia era muy limitado. Hoy, las cosas son al revés. Los partidos sostienen a una enorme cantidad de dirigentes, activistas, asesores y familiares de ellos. Con frecuencia, quienes se ven favorecidos con un empleo dan una parte de sus ingresos a la tendencia que les consiguió el cargo de representación, la chamba, no al partido del que forman parte.
Este esquema de funcionamiento ha permitido que los partidos tengan una vida estable y desahogada. Sin embargo, ha provocado efectos dañinos en el compromiso político. La burocracia de los partidos les proporciona estabilidad, pero los vuelve conservadores. Con frecuencia, en lugar de poner por delante los principios, el programa de lucha o la vocación militante, los dirigentes privilegian la obtención de canonjías y la conservación del empleo. En lugar de buscar transformar la realidad en favor de los sectores menos favorecidos, apuntalan el orden de cosas existente.
Morena acordó en su pasado congreso tratar de romper con esta lógica. Sus dirigentes no tendrán un salario. Su militancia no será remunerada. ¿Cómo garantizará una continuidad de las tareas de dirección? ¿Qué hará para que sus líderes no abandonen el partido para ganarse la vida? ¿Cuánto puede sostenerse una situación así?
Una muy importante cantidad de militantes de Morena provienen de otros partidos y organizaciones políticas. Hasta el 14 de agosto del año que viene podrán mantener la doble militancia. Después tendrán que definir dónde se quedan. Muchos de esos activistas viven de las redes de empleo articuladas alrededor de los otros partidos de izquierda. ¿Dejarán sus trabajos para meterse en Morena?
El próximo año se efectuarán elecciones en 14 estados, algunos, como Oaxaca, claves para el lopezobradorismo. Sin embargo, en las mismas fechas, Morena estará organizándose para obtener su registro. ¿Participará en los comicios a pesar de no contar con registro propio? ¿Se aliará con los otros partidos de izquierda?
Estos son algunos de los retos que el nuevo partido enfrentará. De las respuestas que ofrezca dependerá su futuro.
“Tsunami monetario”, desde EE.UU.
Barómetro Internacional
Desde Bolivia
Fortunato Esquivel
El 13 de septiembre pasado,
el gobierno de Barack Obama, tomo una decisión poco difundida y menos explicada
por los entendidos nativos y que tendrá espectaculares repercusiones en las
economías de los países emergentes, pues a ellos está dirigida la estrategia
norteamericana.
El Federal Reserve de Estados Unidos, equivalente a
nuestros bancos centrales, anuncio que mensualmente inyectara 40 mil millones
de dólares a su economía con el supuesto propósito de reactivar su alicaída
economía. Esos millones, promocionaran la revaluación de las monedas de
Latinoamérica y la devaluación del billete verde. Con dólares más baratos,
todos querrán importar productos norteamericanos.
Países como Bolivia, atesoran reservas
internacionales en billetes verdes que en nuestro caso se acercan a 15 mil
millones de dólares. Es el fruto del sudor y trabajo de más de diez millones de
bolivianos. Estados Unidos no tiene “reservas internaciones” porque el Federal
Reserve es propiedad de bancos privados que manejan la maquinita de imprimir.
De esa manera, cuando Estados Unidos esta carente
de liquidez, simplemente imprime más billetitos y compra nuestros recursos
naturales con esos papelitos inorgánicos que ahora inundan nuestros bancos. Por
eso es importante la decisión del gobierno de Obama, porque significa que
inundara nuestros países con 40 mil millones de dólares cada mes.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue la
primera en reaccionar promocionando estrategias de resistencia a los efectos
del lanzamiento de semejantes cantidades de billetes verdes desde el Imperio.
La señora Rousseff acaba de indicar que utilizara todas las decisiones
necesarias para evitar la revaluación del Real.
La avalancha de dólares en la economía, inflo los
flujos de capitales hacia los países denominados emergentes y que la propia
presidenta brasileña, ya había calificado como un “tsunami monetario”. Esta
situación no se ha comentado en nuestro país, desde los niveles
gubernamentales, menos desde los denominados “analistas económicos” tan afectos
a criticar las políticas de gobierno, pero callan la boca en estos casos.
Nuestros gobernantes y economistas, inflan el pecho
a la hora de indicar que el Boliviano está cada vez más fuerte, que los
depósitos en moneda nacional se acrecientan y que el dólar baja de precio. Los
dólares emitidos por la Federal Reserve, espesaran los flujos de capitales
hacia Bolivia, revalorando nuestra moneda nacional, pero eso tiene que tener un
límite ¿O no?
¿Estamos equivocados en nuestras apreciaciones? En
todo caso quienes manejan las finanzas del país están obligados a explicar las
repercusiones que tendrá sobre Bolivia el Tsunami monetario que el gobierno de
Obama está promocionando, como parte de sus estrategias para salvar a su nación
de la crisis que le agobia.
Las explicaciones, son de urgencia porque de otra
manera podríamos ser sorprendidos. ¡Que vengan las explicaciones y pronto!
Derecho Humanitario, ¿cuál derecho humanitario?
Barómetro Internacional
Sergio Rodríguez Gelfenstein
Es
difícil escribir sobre lo que está ocurriendo en el Medio Oriente y el norte de
África desde hace dos años, y en particular en días recientes en Palestina, al
mirar con impotencia como el mundo observa a través de la óptica torcida de los
medios de comunicación lo que está ocurriendo, y no manifestar el repudio al
horror que significa el asesinato impune de una población civil inerme en un
conflicto que sólo conviene a las potencias occidentales y a su aliado
sionista.
Pero,
hay que sobreponerse e intentar una explicación que permita comprender el
trasfondo de los hechos para entender que el pueblo palestino enfrenta una
poderosa maquinaria bélica soportada tecnológica, financiera y militarmente por
Estados Unidos y las potencias occidentales. Todo esto con el objetivo de
satisfacer las ansias de dominio de la derecha que gobierna el Estado de Israel
financiado por los grandes capitales judíos que representan al mayor poder
financiero de Estados Unidos y Europa. Como vampiros, chupan de la sangre que
produce la guerra, la venta de armas, el negocio energético y el tráfico de
drogas. Por las venas de sus bancos fluyen los miles de millones de dólares que
enriquecen sus arcas y que a pesar de la crisis, y de ser menos del 1% de la
población han incrementado sus ingresos en los últimos dos años hasta en un
30%.
Veamos
los acontecimientos recientes y estudiemos su lógica. El domingo 11, un niño de
13 años, Hameed Abu Daqqa, recibió un disparo en el estómago mientras jugaba
frente a su casa en el sur de Gaza. Mientras eso ocurría helicópteros militares
israelíes sobrevolaban el lugar. La respuesta no se hizo esperar y se lanzaron
ataques contra las fuerzas militares sionistas. Aunque el lunes, Hamas ofreció
una tregua para investigar los hechos, Israel respondió con los violentos
bombardeos del miércoles que no se han detenido cuando se escriben estas
líneas.
Sin embargo, la respuesta es la que cualquier
pueblo digno debe hacer cuando es atacado. La resistencia está consagrada como
un deber universal y está incluida como tal en la Constitución de varios
países. Lo sabe el pueblo judío que se vio obligado a ella para sobrevivir a la
barbarie nazi. No es terrorismo salvaguardar la integridad y la soberanía de la
patria. Mientras el ejército sionista asesinó a un niño, los milicianos
palestinos atacaron al ejército. Es Israel quien ha violado todas las
resoluciones de la ONU, incluso la que le prohíbe poseer armas nucleares
Por otro lado, el concepto de terrorismo no
está definido por los organismos internacionales. Ese vacío jurídico ha
permitido que se dé siempre una idea que solo sirve a los intereses de los
poderosos. Ese fue el argumento
que utilizó Israel para iniciar
esta brutal ofensiva en lo que un editorial del periódico La Jornada de México
ha llamado “violencia asimétrica”.
No recuerdan acaso los sionistas que cuando
comenzaron a instalarse por la fuerza en Palestina en las primeras décadas del
siglo pasado, sus organizaciones armadas, la Haganah y después el Irgún fueron
caracterizados de terroristas por Gran Bretaña, pero que cuando a los ocupantes
les convino que sirvieran a sus intereses contra los árabes las permitieron y
hasta le dieron su apoyo. Ellos mismos las llamaban
su “organización militar popular” y ya en 1938 actuaron junto a los británicos
para sofocar la rebelión árabe. De manera que el uso del terror y del término
terrorismo ha tenido para los sionistas un sórdido manejo desde hace casi un
siglo. Nadie se puede sorprender que lo sigan utilizando para continuar
actuando como cabeza de puente de los intereses de los sectores más
reaccionarios de la derecha internacional.
Tratar
de encontrar la explicación de los hechos lleva al estudio de algunos factores
repetitivos de acciones que dan pistas al respecto. En primer lugar –y al igual
que en 2008- se producen después de las elecciones en Estados Unidos. En este
caso además, Netanyahu había apostado claramente por el candidato republicano
Mitt Romney, su antiguo amigo de la universidad. La derrota de éste adelantó la decisión. Nuevamente, y de la
misma manera que en 2008 están pautadas elecciones en Israel, ahora para enero
de 2013. Cabe destacar que en este país las principales fuerzas en pugna son
las llamadas ultra derecha del canciller Avigdor Lieberman, extrema derecha del
partido Kadima de la ex canciller Tzipi Livni y la derecha del Likud del actual
primer ministro Benjamín Netanyahu. Se necesitaba de una acción que despertara
el sentido nacional para llevar a Netanyahu a la reelección.
Otro
factor desencadenante de la agresión, es el anuncio del presidente de la ANP
Mahmoud Abbas de que dentro de pocos días va a solicitar el reconocimiento de
Palestina como Estado en la ONU, sin embargo la división entre las autoridades
de Gaza y Cisjordania es tan grande que Abbas incluso llamó “a las partes al
cese del fuego”, ubicándose en una posición externa del conflicto. De manera
que la invasión sionista persigue también el objetivo de profundizar esa
segmentación de las fuerzas políticas palestinas.
En
el análisis más global de los hechos, fuentes militares y de inteligencia tanto
de Israel como de Estados Unidos han aportado elementos suficientes para
demostrar que una acción bélica contra Irán no tiene ninguna garantía de éxito.
También debe considerarse que el ejército sionista ya fue derrotado por
Hezbollah en Líbano en 2006. Así, la desesperación de Israel por provocar a
Irán y escalar una crisis en Oriente Medio lo ha llevado a operaciones de todo
tipo. Sólo una semana antes respondió de manera desmesurada a disparos hechos
en los territorios ocupados del Golán, por fuerzas sirias que se enfrentaban en
el conflicto interno de ese país.
En
ese marco, el presidente Obama parece considerar la realidad de los
acontecimientos y ha comenzado a buscar la negociación con Irán, un escollo que
necesita superar en su proyección en dirección a Asia para su confrontación
estratégica (no necesariamente bélica) con China. Al respecto, el mandatario
estadounidense ha dicho que “Tiene que haber un camino mediante el cual ellos
(Irán) puedan tener energía nuclear pacífica mientras satisfagan sus
obligaciones internacionales y suministrar claras garantías a la comunidad
internacional de que no andan tras el arma nuclear” y agregó posteriormente que
ha hecho un compromiso de “realizar un impulso en los próximos meses para ver
si podemos abrir el diálogo”.
Todo
el mundo sabe que las relaciones entre Netanyahu y Obama no son buenas, pero
todo el mundo sabe también que éste y cualquier presidente de Estados Unidos es
“prisionero” de sus compromisos con el lobby judío, que al igual que el cubano,
dejaron de ser –hace muchos años– un problema internacional para transformarse
en parte de la cotidianidad de la política interna de Estados Unidos.
En
este marco de inscribe también la destitución del General Petraeus como Jefe de
la CIA. Lo que han hecho aparecer como un tema de infidelidad conyugal forma
parte de la misma conspiración sionista. No por casualidad la cesantía de
Petraeus se produce días antes de la agresión.
En marzo de 2010, Petraeus compareció como jefe del
Comando Central de EE.UU. ante el Comité de Servicios Armados del Senado. Ahí
manifestó que “Las hostilidades permanentes
entre Israel y algunos de sus vecinos presentan claros desafíos a nuestra
capacidad de avanzar nuestros intereses en el Área de Operaciones (AOR). Las
tensiones israelí-palestinas frecuentemente estallan en violencia y en
enfrentamientos armados en gran escala. El conflicto fomenta el sentimiento
antiestadounidense, debido a una percepción de favoritismo de EE.UU. hacia
Israel. La cólera árabe por la cuestión palestina limita la fuerza y la
profundidad de las relaciones de EE.UU. con gobiernos y pueblos en el AOR y
debilita la legitimidad de los regímenes moderados del mundo árabe. Entretanto,
Al Qaeda y otros grupos militantes explotan esa cólera para movilizar apoyo. El
conflicto también otorga influencia a Irán en el mundo árabe a través de sus
clientes, Hezbollah en el Líbano y Hamás”. No lo hizo por amor a Palestina,
sino porque necesitaba evidenciar los riesgos que está significando Israel para
los objetivos estratégicos de Estados Unidos.
Así mismo, Meir Dagan jefe del Mossad, la principal agencia de
inteligencia israelí dijo en el
parlamento de su país que “Israel está pasando gradualmente de ser
un activo de EE.UU. a ser una carga”
En
esa medida, y frente a la impotencia ante la búsqueda de negociaciones de
Estados Unidos con Irán, Israel actuó en el único lugar donde puede obtener el
“éxito” militar. En Gaza, la agresión contra un pueblo inerme ha devenido en
genocidio. Los palestinos ni siquiera han recibido el apoyo de la mayoría de
los países árabes, desmintiendo una vez más que exista un conflicto
árabe-israelí. Éste sólo se circunscribe a Palestina cuya resistencia impide la
consumación de los planes imperiales en el Medio Oriente.
Con
ello, Israel sin escrúpulos de ningún tipo y violentando el derecho
internacional, realiza una operación de exterminio étnico, provoca a Irán,
buscando al escalada del conflicto, induce a Estados Unidos y a Europa a darles su apoyo y preparan sus
elecciones utilizando la agresión como instrumento de unidad nacional. Estados
Unidos lo podría impedir, pero no lo va a hacer. Por encima de todo, están sus
intereses expansionistas y hegemónicos. Israel lo sabe y ante la mirada
impotente del mundo ha desatado un nuevo asesinato masivo de un pueblo que
lucha y resiste.
sergioro07@hotmail.com
Los estados de los magnates globales declinan y miran entonces hacia la guerra
Rómulo
Pardo Silva
Israel
sufrió otra derrota militar. La situación mundial lo trabó y no pudo ejecutar su
plan de invasión terrestre de Gaza. Tel Aviv tuvo que devolver a casa los
reservistas que llamó. Los palestinos celebran, los israelíes no.
De mil misiles con tecnología
iraní de Hamás Israel solo pudo interceptar 310 y va a tener que repensar su Cúpula
de Hierro. El acuerdo de tregua es débil pero integra oficialmente en el
conflicto como parte propalestina a Mursi y los Hermanos Musulmanes egipcios,
que distan del general Mubarak. Netanyahu despidió al general que le servía
como asesor militar.
El fenómeno de parálisis afecta a
todo el bloque liderado por Estados Unidos, como ejemplos Siria e Irán.
Washington retira tres barcos de guerra de las proximidades de Irán y vacila en
usar el modelo libio contra Damasco.
Es probable que el freno principal
de los políticos y militares de las transnacionales centrales y sus seguidores sea
la crisis económica. La Unión Europea está en recesión con riesgo de desintegración,
Estados Unidos enfrenta el abismo fiscal, en los
últimos 20 años la tasa media de crecimiento anual en Japón no llega al 1%.
Hay análisis negativos sobre el futuro
de esos países. El inversionista británico Jeremy Grantham, uno de los
financistas más influyentes del mundo según Bloomberg, cree que en los próximos
40 años si no suceden desastres el crecimiento económico de EE.UU. será menos
del 1% al año, en cuatro años más la primera potencia económica será China,
según el informe "Preparativos para un Oriente Medio sin Israel" de
la Comunidad de Inteligencia norteamericana y Henry Kissinger “En diez años no
habrá más Israel” porque Washington ya no cuenta con los recursos militares y
financieros "para continuar apoyando al país frente a los deseos de sus
más de mil millones de vecinos" musulmanes.
En esas circunstancias adversas una
alternativa del poder dominante es romper las reglas que le impiden ganar y recurrir
a la violencia hitleriana para establecer la dictadura mundial que le permita
gobernar en el tiempo del colapso. El irrespeto a la legalidad internacional ya
es común, el bloqueo a Cuba, los ataques a Yugoslavia, Irak, Libia, la
injerencia para derribar el régimen de Siria.
El presupuesto, la tecnología y el
despliegue militar del Pentágono tiene lejos el primer lugar, el Parlamento Europeo ha aprobado una
resolución diciendo que la Unión Europea no debe convertir la recesión en un
pretexto para abandonar los gastos militares, se arman Japón, Alemania,
Corea del Sur, Arabia Saudita, Catar, Taiwan…
Pero India, China, Irán, Rusia se
preparan para responder a un ataque.
El gasto en armamento después de
la caída de la URSS al contrario de lo que se dijo no ha dejado de crecer.
Hay dos respuestas necesarias para
mantener la paz: Moscú y Beijing no deben permitir que se rompa el equilibrio
nuclear y convencional a favor de Occidente. Se debe levantar una propuesta
mundial por una política ecológicamente sustentable y solidaria que se oponga al
ecofascismo del imperio.
Lo primero ya tiene resultados
visibles, lo segundo aunque es urgente no logra un desarrollo que permita el
optimismo.
En Estados Unidos donde en tiendas
se pueden comprar armas automáticas crece el odio interno, un sector «blanco, anglosajón y protestante» se enfurece porque el voto latino
y afroamericano es decisivo. También en Europa gana fuerza el fascismo.
Esta lucha política es una tarea
inédita en la historia porque está en juego la vida humana y no humana.
Contacto romulo.pardo@gmail.com
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