viernes, mayo 21, 2010

Columna Asimetrías. Diego: el Síntoma





21 mayo 2010
“Leyendo la biografía de Diego Fernández de Cevallos me queda muy claro que todos tenemos razones para secuestrarlo”.

Pablo Amézcua Trujillo.

I

La abducción –misteriosa para muchos, incluido el gobierno-- de Diego Fernández de Cevallos, El Jefe Diego, siniestro personaje de la tragedia del poder político del Estado mexicano, trae a un primer plano otro síntoma de descomposición de éste.

Trátase del secuestro como modus vivendi –modo de ganarse la vida— de no pocos mexicanos e incluso idiosincrásica en ciertos estratos societales de México movidos por imperativos obvios, los de la supervivencia en escenarios de alevosías y ventajas.

Aclárese antes de proseguir con el tema que el vocablo abducción (no existe el verbo abducir en castellano) tiene tres acepciones, siendo una la de “supuesto secuestro de seres humanos llevado a cabo por criaturas extraterrestres para experimentar”.

El vocablo, pues, es usado aquí como un tropo, pero aplicable, en el caso del señor Fernández de Cevallos, por los enigmas que devienen de su secuestro, pues ignóranse la identidad de sus perpetradores y la sospecha de que los móviles no son crematísticos.

Cierto: no se ha exigido rescate monetario. El personaje, de quien no se tiene noticia desde el 15 de éste mes, pudo haber sido secuestrado no sólo por algún cártel del narco –tenía vínculos con el de Juárez--, sino por otros intereses, v. gr., los del poder político.

II

Según la entidad Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial, en México se denuncian cada año más de ocho mil secuestros, cifra que supónese inferior al total de abducciones cometidas que no son denunciadas ante las autoridades.

El mayor número de abducciones se registra en el Distrito Federal, en donde, en los cuatro meses de lo que va del año, ha ocurrido más del 43 por ciento del total del país. Le siguen los Estados de México, Chihuahua, Sinaloa y Guerrero.

En ese orden continúan los Estados de Jalisco, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz y Baja California, en donde sospéchase que el grueso de secuestros cometidos no es reportado no sólo por instrucciones de los secuestradores, sino por otras razones.

Y una poderosísima razón es la sospecha generalizada de que existe un contubernio implícito y hasta explícito entre las autoridades y los secuestradores. Es decir, percíbese que la autoridad judicial es parte de esa expresión del crimen organizado.

Incluso, en algunos Estados adviértese la existencia de una percepción de que en la práctica del secuestro están involucrados la autoridad judicial y la política, ora por omisión, ora por comisión.. Sospecharíase incluso de ciertos gobernadores priístas.

III

La moraleja que deviene del fenómeno es la de que existe un índice altísimo –casi del cien por ciento— de impunidad y que, por añadidura, es un quehacer ilícito altamente rentable y sin los grandes riesgos, digamos, del narcotráfico.

Ello se ha traducido en la proliferación de organizaciones –que no son personas físicas ni morales— creadas para mediar entre los secuestradores y los familiares de las víctimas. Sospecharíase incluso de vínculos entre mediadores y perpetradores.

Esa sospecha generalizada tiene fundamentos en la experiencia: los cuerpos de seguridad pública actúan con arreglo a las premisas determinadas por la cultura de la procuración de justicia: ésta se vende sin pudor cual mercancía a los mejores postores.

Fueren quienes fueren los perpetradores del secuestro del señor Fernández de Cevallos –individuo odiado por muchos, aunque ello no justifica su desaparición forzada--, el episodio es una realidad ominosa y, como tal, síntoma de una patología gravísima.

El síntoma nos confirma que el poder político del Estado y sin tapujos diríase también que el Estado mismo padece una descomposición acelerada que, previsiblemente, ya lo conduce a su desintegración. Sólo la ciudadanía puede detener ese proceso.

ffponte@gmail.com

Vitral. “Shampoo” de cariño






21 mayo 2010
El Presidente se ha de sentir incomprendido. Mientras el Congreso de EU lo recibe e interrumpe con aplausos, en su propia casa se le escatima todo lo que hace y dice. A los legisladores estadounidenses les puede asombrar la forma en que se está enfrentando al narcotráfico, quizá porque encuentran una especie de código con la palabra “guerra”.

La visita de Calderón confirmó que difícilmente los encuentros entre presidentes dan resultados. El Presidente pidió de nuevo frenar el tránsito de armas, las que arman a los cárteles, y EU de nuevo hizo como que hace pero no. No se ve que tenga intención o quiera enfrentar una industria que para ellos es importante y estratégica.

Con la migración pasa algo parecido. Los encuentros entre presidentes y las reuniones interparlamentarias la han tenido como constante. México lo pone en la mesa y EU lo coloca en el cajón. Obama puso toda su atención en la reforma de salud y en ella se jugó buena parte de su capital político. Echar a andar una ley migratoria parece en este momento imposible. Los amarres para lograr la reforma de salud lo dejaron con más deudas políticas de las que ya traía. Para Obama la migración se mueve entre su convicción y la obligación de responder a una promesa de campaña, pero por lo pronto no va a pasar nada. Su mensaje a Calderón no ofrece dudas: “Nos faltan 60 votos”. No nos toman ni muy en cuenta ni muy en serio.

El enésimo ejemplo lo pusieron en la mesa los propios diputados mexicanos. Se plantean la posibilidad de suspender la próxima interparlamentaria México-EU, en Campeche, debido al bajo perfil de la delegación de EU. No es la primera ni será la última vez que suceda. No hay manera de cambiarles el chip porque para ellos la vida empieza y termina en su país, a lo que se suma que nosotros nos ayudamos poco. No nos toman en cuenta pese a la escena en los jardines de la Casa Blanca para recibir a Calderón. Adolfo Aguilar tenía razón cuando hace años dijo en la Ibero que para EU somos “patio trasero”, como ya lo había dicho Ronald Reagan.

No se ve que vayan a reducir el flujo de armas, no se ve que venga una reforma migratoria y no se ve que les preocupe la violencia en México de no ser que los toque. Importa cuando aparecen trabajadores de uno de sus consulados asesinados, cuando un asesor en seguridad es secuestrado, o cuando uno de sus turistas desaparece en el país. Al Presidente le habrá caído más que bien el shampoo de cariño, pero de ahí a que nos vayan a hacer caso hay un largo trecho.

¡OUUUCHCHCH! Se decían diferentes. Serían alternativa en todo, incluyendo el negocio del futbol. Hoy se ríen de la actitud convenenciera y ambigua de FIFA. 25 millones de dólares costó Jaguares. El gobierno de Chiapas ha de estar feliz por el dinero, y por lo que sabremos y veremos pronto.

El mundo al revés. De género y homofobia





21 mayo 2010
El mundo al revés
En ocasión del Día Internacional contra la Homofobia, que se celebró el pasado 17 de mayo en más de 50 países del mundo, cabe recordar que esa fecha fue fijada para conmemorar el mismo día, pero de 1990, que la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud suprimió la homosexualidad de la lista de las enfermedades mentales. El sentido simbólico de ese acontecimiento no es superficial, sino todo lo contrario: significó la institucionalización y legitimación del derecho a la igualdad de quienes experimentan la orientación sexual hacia personas de su mismo sexo. Sin embargo, su instrumentación en las políticas públicas de México ha sido un proceso extremadamente lento. Solamente los estados de Oaxaca, Tabasco y Quintana Roo, así como el Distrito Federal, han instaurado el 17 de mayo como día contra la homofobia. Hay que destacar que únicamente en la capital del país dicha conmemoración ha avanzado más allá del discurso. La ciudad de México es la única de América Latina donde el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de menores es una opción legal. En esta capital ya no sólo se reconoce, sino que se ejercita el derecho a la igualdad, al matrimonio, a la maternidad y a la paternidad, y dejan de ser excluidas las comunidades de lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgéneros e intersexuales (LGBTTTI). Tal vez por eso nos quieren estrangular a los chilangos, cuando panistas y priístas apoyan leyes locales y demandas antiaborto y antimatrimonio gay.

Porque la homofobia no es solamente una enfermedad siquiátrica que se expresa como odio o discriminación contra las personas que integran la diversidad sexual, es también una expresión de opresión cultural relacionada con el género y la sexualidad. Los individuos nacen sexuados, pero sin género, y son después construidos como masculinos o femeninos. Paradójicamente, desde bebés se oculta el sexo, y al mismo tiempo cada cultura despliega sofisticadas vestimentas para marcar las diferencias de género, después las normas prescriben formas masculinas y femeninas de moverse y jugar, de gesticular y hablar, de expresar o negar los sentimientos, de bailar y actuar, de negociar y trabajar, y hasta de comer y satisfacer los deseos sexuales. La sexualidad es resultado de prácticas sociales que dan significado a las actividades humanas, y es producto de luchas y negociacio- nes entre quienes tienen poder para reglamentar y quienes se resisten. Todos y todas crecemos luchando frente a imposiciones que regulan nuestro comportamiento en la casa, en la escuela, en la calle; aunque en principio todos y todas lo que deseamos es amar, ser amados y hacer lo que nos gusta. Bien dice Judith Lorber que "para el individuo el género es semejanza y para la sociedad el género es diferencia" (Paradoxes of Gender, Yale University Press, 1994).

En el fondo, la homofobia es la imposibilidad de aceptar las necesidades semejantes que tenemos todos los seres humanos, y se expresa como "desprecio a lo femenino"; por eso sus principales víctimas son los hombres gay y bisexuales. ¡Se parecen tanto a las mujeres! Pero también son víctimas las lesbianas, los travestis, transexuales, transgénero e intersexuales, quienes no ocultan su "feminidad"; los y las heterosexuales no somos inmunes. El odio ha llegado a múltiples ejecuciones con saña para quienes no parecen ser "suficientemente hombres". La comunidad LGBTTTI considera grave el decreto calderonista, porque desvirtúa el sentido de la lucha contra la homofobia, al cambiar el título por el del "Día de la Tolerancia y el Respeto a las Preferencias", y no llamar las cosas por su nombre.

gabriela.afluentes@gmail.com

EDITORIAL. Insufrible, intrascendente e insustancial.

Año 8, número 3356
Viernes 21, mayo del año 2010

Sin soslayar que en España le gritaron “Asesino” y que el senador McCain consideró desafortunado y decepcionante que Calderón se inmiscuyera en asuntos de la política interna de los EEUU y criticara al Estado de Arizona en su visita oficial.

Entre desfiles hollygoodezcos, globos, fuegos artificiales, comidas, cenas de gala con smokin que le hizo lucir más que como invitado, como mesero, y aplausos, muchos aplausos, los que sin duda nos dañarán a todos los mexicanos, pues con toda esa parafernalia le darán más cuerda a don Felipe que así creerá que no está equivocado si merece tantos honores.

Olvidando que a las repúblicas las acaba el lujo y echando la casa por la ventana, don Felipe y don Barak brindaron por los sueños de ambos y mientras en México continúan los asesinatos y los secuestros, ambos Presidentes y sus ínclitos invitados se divirtieron de lo lindo con mariachis y toda la cosa.

Pero del tema de la migración y la Ley Arizona (la que por cierto ya están listos para aplicar otros Estados de la Unión) nada. De las restricciones para el control en la ventas de armas, nada.

Ni el Presidente americano ni su homólogo mexicano pudieron hacer nada por los indocumentados mexicanos. Excepto hacer declaraciones harto bonitas ; y que se recuerden las palabras de Carlos Marx cuando dijo que:

“Los Ejecutivos de los Estados modernos no son otra cosa que el comité de administración de los negocios de la burguesía”.

Pero lo cierto es que a nuestras costillas, o sea, con el dinero del erario, se pasearon de lo lindo, bebieron, bailaron y se tomaron fotos con personajes que nada tienen que envidiarle a Diego Fernandez de Cevallos en lo que a ser repudiados por la sociedad se refiere.

Pero las exhibirán orgullosos en sus casas y oficinas. “Esta fue cuando cenamos en la Casa Blanca” les dirán a los que pregunten; y a los que no pregunten, también.

El viajecito nos lo podíamos haber ahorrado, fue insufrible, intrascendente e insustancial.

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