jueves, junio 24, 2010
Circulo Estudios Coapa Diputado Ramón Jimenez
El Dip. Ramón Jiménez hablando del recurso contra el Decreto ilegal de LYFC y SME, del decreto ilegal del usurpador Felipe Calderón. Germán Larrea no quizo reunirse con la Comisión por el Caso Cananea .
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Plaza Pública. La Suprema Corte se quedó corta
24 junio 2010
ma@granadoschapa.com
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Una vez más, y ahora con mayor sinceridad, el pleno de la Suprema Corte de Justicia se negó a crecer, a hacer de esa institución un órgano al mismo tiempo dotado de solidez institucional y de audacia social, que no son términos incompatibles, sino necesarios. Los invitó a hacerlo, al presentar el proyecto de dictamen sobre la guardería ABC, el ministro Arturo Zaldívar. La Corte podía haber aceptado esa invitación. Se negó a hacerlo. No la contuvo su respeto a otros poderes, pues no era verdad que intentara situarse por encima de ellos. Frenó sus posibilidades una timidez, acaso timoratez de que ya había dado cuenta en otros procesos de investigación constitucional.
Nadie pedía, menos que nadie el ministro Zaldívar, que el tribunal constitucional relajara los rigores formales a que está sujeto cuando ejerce sus funciones jurisdiccionales. En ese terreno es exigible que la Corte no haga de la interpretación un imaginativo recurso de creación jurídica, lo que le está vedado por la división de poderes, ya que toca al Poder Legislativo la gestación de la norma legal, no a los tribunales, ni siquiera al que está en la punta de la pirámide institucional de impartición de justicia. El ministro Zaldívar colocó su proyecto en el corazón de lo que significa la facultad de investigación establecida en el segundo párrafo del articulo 97 constitucional. La excepcional facultad allí contenida, nunca reglamentada por el Congreso, abrió desde siempre las puertas a la interpretación del propio órgano facultado. Atribuirse funciones no es un acto de soberbia institucional ni de abuso del poder. Lo ha hecho el Poder Judicial aun en ejercicio de su papel jurisdiccional. ¿No ha establecido los juzgados de control conforme a reglas generales a falta de norma legislativa?. ¿No ha normado el procedimiento a que se sujeten las investigaciones a que autoriza el artículo 97? Con la misma autoridad con que reguló la Corte su atribución investigadora, pudo haber trazado el dilatado espacio que dote de sentido a esa facultad excepcional. La Corte tuvo la oportunidad de roturar ese espacio. Zaldívar le dio esa oportunidad. Pero, al modo de Nervo en otra circunstancia, cerró lo ojos y la dejó pasar.
Como en otras ocasiones, la mayoría del pleno incurrió en una grave incongruencia, si no en una suerte de bipolaridad judicial. Reconoció, porque la evidencia del informe preliminar recogida en el proyecto de dictamen era abrumadora, que en el caso expuesto a su consideración, en que murieron de modo horrible 49 niñas y niños y otros tantos padecieron, padecen aún y padecerán males permanente, que ello fue consecuencia de grave violación de garantías individuales. Pero en su opinión, tales violaciones se produjeron solas, no hubo quien las perpetrara. Rehusaron enriquecer el sistema jurídico mexicano con la noción de responsabilidad constitucional. Se negaron a entreverar el derecho con la ética, posible en el anchuroso campo de la indagación constitucional prevista en el 97, abominado dicho sea de paso por una mayoría de miembros de la Corte.
Incurrieron también, Zaldívar incluido, en otra grave incongruencia, con un criterio que de extenderse convertiría automáticamente a la economía subterránea en economía formal. El informe preliminar reparó en la ilegalidad del mecanismo de subrogación, de privatización de un servicio público. Sólo 12 de las 1,500 guarderías del país están legalmente subrogadas, puesto que las instalaron y operan patrones. Y en vez de declarar en su dictamen la ilegalidad del sistema, la Corte lo cohonestó fundada en la falacia de que el IMSS no podría atender directamente a la población derechohabiente en ese rubro. La Corte hubiera tenido que declarar, sin alejarse del pragmatismo de que dio cuenta su presidente, que a partir de ahora no se practicará la llamada subrogación y no se renovarán los contratos vencidos y el Instituto asumirá directamente la obligación que la ley le impone.
Quiso el azar que el ministro dictaminador fuera Zaldívar. Sustituyó al ministro Fernando Franco que declinó la encomienda, y porque su turno estaba fijado con anterioridad. Amén de los juicios adversos de sus colegas, Zaldívar tuvo que soportar la crítica pública, carente de información la mayor parte de ella, que lo acusó de protagónico, de buscador de reflectores, de actuar no para el pleno sino para la galería. Como integrante de un poder público, Zaldívar está sujeto al escrutinio de la sociedad, pero éste es productivo cuando considera los factores de una conducta y no un acto aislado.
En su discurso ante sus nuevos compañeros, al tomar posesión de su sitial, Zaldívar se manifestó precisamente contrario al individualismo y el protagonismo, consciente de su pertenencia a un cuerpo colegiado. No aprovechó, con oportunismo, la ocasión para el lucimiento personal. Al construir su proyecto de dictamen no hizo más que aplicar sus convicciones, ya anticipadas al hablar ante el Senado que lo eligió. Se siente parte de una Corte que debe situarse en la consolidación de la democracia. Y propuso la generación de una doctrina constitucional que, entre otros fines, “permita emprender una mayor actividad en la protección y desarrollo de los derechos humanos”. Y podemos entender que no sólo en su función jurisdiccional sino en el ámbito pesquisitorio, conforme el credo del ex ministro Guillermo Guzmán Orozco, “la función del juez constitucional es defender al pueblo frente a los abusos del poder”.— México, D.F.
karina_md2003@yahoo.com.mx ————— *) Periodista
Nadie pedía, menos que nadie el ministro Zaldívar, que el tribunal constitucional relajara los rigores formales a que está sujeto cuando ejerce sus funciones jurisdiccionales. En ese terreno es exigible que la Corte no haga de la interpretación un imaginativo recurso de creación jurídica, lo que le está vedado por la división de poderes, ya que toca al Poder Legislativo la gestación de la norma legal, no a los tribunales, ni siquiera al que está en la punta de la pirámide institucional de impartición de justicia. El ministro Zaldívar colocó su proyecto en el corazón de lo que significa la facultad de investigación establecida en el segundo párrafo del articulo 97 constitucional. La excepcional facultad allí contenida, nunca reglamentada por el Congreso, abrió desde siempre las puertas a la interpretación del propio órgano facultado. Atribuirse funciones no es un acto de soberbia institucional ni de abuso del poder. Lo ha hecho el Poder Judicial aun en ejercicio de su papel jurisdiccional. ¿No ha establecido los juzgados de control conforme a reglas generales a falta de norma legislativa?. ¿No ha normado el procedimiento a que se sujeten las investigaciones a que autoriza el artículo 97? Con la misma autoridad con que reguló la Corte su atribución investigadora, pudo haber trazado el dilatado espacio que dote de sentido a esa facultad excepcional. La Corte tuvo la oportunidad de roturar ese espacio. Zaldívar le dio esa oportunidad. Pero, al modo de Nervo en otra circunstancia, cerró lo ojos y la dejó pasar.
Como en otras ocasiones, la mayoría del pleno incurrió en una grave incongruencia, si no en una suerte de bipolaridad judicial. Reconoció, porque la evidencia del informe preliminar recogida en el proyecto de dictamen era abrumadora, que en el caso expuesto a su consideración, en que murieron de modo horrible 49 niñas y niños y otros tantos padecieron, padecen aún y padecerán males permanente, que ello fue consecuencia de grave violación de garantías individuales. Pero en su opinión, tales violaciones se produjeron solas, no hubo quien las perpetrara. Rehusaron enriquecer el sistema jurídico mexicano con la noción de responsabilidad constitucional. Se negaron a entreverar el derecho con la ética, posible en el anchuroso campo de la indagación constitucional prevista en el 97, abominado dicho sea de paso por una mayoría de miembros de la Corte.
Incurrieron también, Zaldívar incluido, en otra grave incongruencia, con un criterio que de extenderse convertiría automáticamente a la economía subterránea en economía formal. El informe preliminar reparó en la ilegalidad del mecanismo de subrogación, de privatización de un servicio público. Sólo 12 de las 1,500 guarderías del país están legalmente subrogadas, puesto que las instalaron y operan patrones. Y en vez de declarar en su dictamen la ilegalidad del sistema, la Corte lo cohonestó fundada en la falacia de que el IMSS no podría atender directamente a la población derechohabiente en ese rubro. La Corte hubiera tenido que declarar, sin alejarse del pragmatismo de que dio cuenta su presidente, que a partir de ahora no se practicará la llamada subrogación y no se renovarán los contratos vencidos y el Instituto asumirá directamente la obligación que la ley le impone.
Quiso el azar que el ministro dictaminador fuera Zaldívar. Sustituyó al ministro Fernando Franco que declinó la encomienda, y porque su turno estaba fijado con anterioridad. Amén de los juicios adversos de sus colegas, Zaldívar tuvo que soportar la crítica pública, carente de información la mayor parte de ella, que lo acusó de protagónico, de buscador de reflectores, de actuar no para el pleno sino para la galería. Como integrante de un poder público, Zaldívar está sujeto al escrutinio de la sociedad, pero éste es productivo cuando considera los factores de una conducta y no un acto aislado.
En su discurso ante sus nuevos compañeros, al tomar posesión de su sitial, Zaldívar se manifestó precisamente contrario al individualismo y el protagonismo, consciente de su pertenencia a un cuerpo colegiado. No aprovechó, con oportunismo, la ocasión para el lucimiento personal. Al construir su proyecto de dictamen no hizo más que aplicar sus convicciones, ya anticipadas al hablar ante el Senado que lo eligió. Se siente parte de una Corte que debe situarse en la consolidación de la democracia. Y propuso la generación de una doctrina constitucional que, entre otros fines, “permita emprender una mayor actividad en la protección y desarrollo de los derechos humanos”. Y podemos entender que no sólo en su función jurisdiccional sino en el ámbito pesquisitorio, conforme el credo del ex ministro Guillermo Guzmán Orozco, “la función del juez constitucional es defender al pueblo frente a los abusos del poder”.— México, D.F.
karina_md2003@yahoo.com.mx ————— *) Periodista
Detrás de la Noticia. Monsiváis
24 junio 2010
El jueves 1 de octubre de 2009 escribí en este mismo espacio:
“Carlos Monsiváis Aceves es un ser humano extraordinario que empezó a iluminar la ciudad y todo este país desde su nacimiento en 1938. Carlos Monsiváis es, sin la menor duda, uno de los escritores hispanoamericanos más poderosos de todos los tiempos. Carlos es un amigo entrañabilísimo que siempre nos conmueve la piel, nos electriza las tripas y nos ventila las neuronas.
En estos tiempos de mezquindades y miserias públicas siempre resulta gratificante el rememorar lo mucho que nos ha dado, en décadas de actividad infatigable, quien está unánimemente considerado como el intelectual más químicamente puro de México. Y también sin duda alguna el icono de la izquierda, entendida como una manera de mirar al mundo y no como la pertenencia a algún mediocre partido político.
Imposible en tan breve espacio reseñar la magnitud y la calidad de una obra que incluye más de 50 libros como Días de guardar, Amor perdido, Nuevo catecismo para indios remisos y Escenas de pudor y liviandad que con sus puros títulos establecen el permanente ejercicio de libertad, espíritu crítico y humor monsivaiano que ha caracterizado a este escritor comprometido con México y con su tiempo. Añádanse los miles de artículos y columnas “Por mi madre, bohemios”. Luego las conferencias, entrevistas, tareas de difusión cultural y de militancia ideológica que en una febril e inagotable actividad de décadas lo han llevado a ejercer una ubicuidad que se antoja increíble para un hombre que jamás ha manejado un automóvil, pero que es capaz —me consta— de leer ocho páginas de un libro mientras caminamos el cortísimo tramo del asiento a la puerta del avión. ¿Sabe el propio Monsi cuántas novelas ha leído en su vida? ¿Y cuántas biografías? ¿Y cuántas películas ha visto?
Por eso y más es un portento viviente: a ver, díganme de alguien que al mismo tiempo sea tan sabio, tan memorioso y a la vez tan inteligente como para inventar una frase tras otra a cual más de ingeniosas”.
Algunos de ustedes se extrañaron no tanto por el contenido de la columna sino por el momento en que lo expresaba. A pesar de que incluía alguna pista: “Por eso el México que amamos no sería posible sin la obra de Carlos Monsiváis. Y no nos acordaríamos igual del 68 o del 85, que él cronicó como nadie, en su infinito amor por esta ciudad a la que se aferra tanto como a sus 17 gatos, a pesar de los riesgos que una y otros entrañan”.
Y es que por esos días, de fuente confiabilísima, me enteré que todo era cuestión de tiempo. Que sus pulmones estaban invadidos de pelos de esos gatos a los que nunca quiso renunciar y a los que en cambio se aferró amorosamente. Con ese mismo amor yo me aferro al final de aquella columna: “Dice Elena Poniatowska que de chiquito Carlos entonaba así con devoción en el templo de su colonia Portales: ‘Cristo bendito / yo, pobre niño / por tu cariño me allego a ti / para rogarte humildemente / tengas clemente / piedad de mí’”.
Hoy, yo me uno a su canto.
“Carlos Monsiváis Aceves es un ser humano extraordinario que empezó a iluminar la ciudad y todo este país desde su nacimiento en 1938. Carlos Monsiváis es, sin la menor duda, uno de los escritores hispanoamericanos más poderosos de todos los tiempos. Carlos es un amigo entrañabilísimo que siempre nos conmueve la piel, nos electriza las tripas y nos ventila las neuronas.
En estos tiempos de mezquindades y miserias públicas siempre resulta gratificante el rememorar lo mucho que nos ha dado, en décadas de actividad infatigable, quien está unánimemente considerado como el intelectual más químicamente puro de México. Y también sin duda alguna el icono de la izquierda, entendida como una manera de mirar al mundo y no como la pertenencia a algún mediocre partido político.
Imposible en tan breve espacio reseñar la magnitud y la calidad de una obra que incluye más de 50 libros como Días de guardar, Amor perdido, Nuevo catecismo para indios remisos y Escenas de pudor y liviandad que con sus puros títulos establecen el permanente ejercicio de libertad, espíritu crítico y humor monsivaiano que ha caracterizado a este escritor comprometido con México y con su tiempo. Añádanse los miles de artículos y columnas “Por mi madre, bohemios”. Luego las conferencias, entrevistas, tareas de difusión cultural y de militancia ideológica que en una febril e inagotable actividad de décadas lo han llevado a ejercer una ubicuidad que se antoja increíble para un hombre que jamás ha manejado un automóvil, pero que es capaz —me consta— de leer ocho páginas de un libro mientras caminamos el cortísimo tramo del asiento a la puerta del avión. ¿Sabe el propio Monsi cuántas novelas ha leído en su vida? ¿Y cuántas biografías? ¿Y cuántas películas ha visto?
Por eso y más es un portento viviente: a ver, díganme de alguien que al mismo tiempo sea tan sabio, tan memorioso y a la vez tan inteligente como para inventar una frase tras otra a cual más de ingeniosas”.
Algunos de ustedes se extrañaron no tanto por el contenido de la columna sino por el momento en que lo expresaba. A pesar de que incluía alguna pista: “Por eso el México que amamos no sería posible sin la obra de Carlos Monsiváis. Y no nos acordaríamos igual del 68 o del 85, que él cronicó como nadie, en su infinito amor por esta ciudad a la que se aferra tanto como a sus 17 gatos, a pesar de los riesgos que una y otros entrañan”.
Y es que por esos días, de fuente confiabilísima, me enteré que todo era cuestión de tiempo. Que sus pulmones estaban invadidos de pelos de esos gatos a los que nunca quiso renunciar y a los que en cambio se aferró amorosamente. Con ese mismo amor yo me aferro al final de aquella columna: “Dice Elena Poniatowska que de chiquito Carlos entonaba así con devoción en el templo de su colonia Portales: ‘Cristo bendito / yo, pobre niño / por tu cariño me allego a ti / para rogarte humildemente / tengas clemente / piedad de mí’”.
Hoy, yo me uno a su canto.
Plan B. Las otras grabaciones
24 junio 2010
A Mario Marín le quedó el mote de góber precioso por las conversaciones en que Kamel Nacif, con agradecimiento, le reconoce el apoyo a su amigo y socio Jean Succar Kuri. Hoy Marín vuelve a los medios con las grabaciones telefónicas de una relación delictiva con una menor de edad.
Esas llamadas serían un asunto privado, de no ser porque lo que Marín cometió es un delito denominado estupro, que consiste en que un adulto tenga relaciones sexuales con una menor y éste se agrava cuando el adulto tiene una posición de poder (políticos, sacerdotes, maestros).
Al principio a la joven se le escucha alegre y coqueta, cierto. En una llamada Meneses, el secretario de gobierno, intenta convencer a la “chiquita” de que vaya a beber con ellos. En otras, Marín explica a la adolescente que su esposa está con él y no puede deshacerse de ella. Otras son sexualmente explícitas.
Pero quiero concentrarme en una en particular. Marín exige a la chica angustiada un rompimiento “maduro, sensato y alegre”; ella llora y él insiste en que no está dispuesto a una relación en que “se vean una vez cada quince días”, como ella le proponía (él pone las reglas porque él tiene el poder). El mandatario argumenta: “Esto es engañarse. Te dije un día, mi amor, si te hubiera conocido en otro momento si supiera que eres una niña dedicada a su casa, virgencita, etcétera… Me sentiría mal”. La niña desesperada le responde que ella era virgen cuando lo conoció. Acto seguido, para deshacerse de ella, Marín le dice: “Eso es engañarse, es una cochinada, prefiero… mejor solo, que tener una relación vergonzosa” (Se refiere a verla cuando ella quiere y no cada vez que él manda). Su infidelidad matrimonial no forma parte de la vergüenza; el hecho de que la adolescente desee una vida personal resulta cochino para el mandatario. La quiere encerrada y obediente, en exclusividad.
El gobernador argumenta lo mismo que Succar Kuri y Nacif sobre las adolescentes. Las quieren vírgenes, chiquitas y obedientes; cuando esas condiciones no se cumplen, las desechan.
Este caso es relevante porque Marín siendo alcalde violó la ley, y siendo gobernador usó la Procuraduría y los juzgados para proteger a tratantes que producían pornografía con adolescentes e infantes.
Nadie niega la sexualidad de las adolescentes; lo que se cuestiona es el abuso de poder de un adulto a una menor. El estupro es un delito porque los abusadores igual violentan a una niña de 17 que a una de 13. Seducen, controlan, corrompen y desechan a menores. Les da igual; por eso hay leyes y límites. Las complicidades se tejen ideológicamente, eso justamente revelan estas grabaciones. Marín no sólo defendió a Kamel, sino a sí mismo.
No se “ventaneó un romance ”, se evidenció a un gobernante cometiendo un delito. De eso hablamos. (Difundirlas en periodo electoral es cuestionable, pero nadie puede negar el fondo del asunto). Júzguelo usted. Está en Youtube.
Esas llamadas serían un asunto privado, de no ser porque lo que Marín cometió es un delito denominado estupro, que consiste en que un adulto tenga relaciones sexuales con una menor y éste se agrava cuando el adulto tiene una posición de poder (políticos, sacerdotes, maestros).
Al principio a la joven se le escucha alegre y coqueta, cierto. En una llamada Meneses, el secretario de gobierno, intenta convencer a la “chiquita” de que vaya a beber con ellos. En otras, Marín explica a la adolescente que su esposa está con él y no puede deshacerse de ella. Otras son sexualmente explícitas.
Pero quiero concentrarme en una en particular. Marín exige a la chica angustiada un rompimiento “maduro, sensato y alegre”; ella llora y él insiste en que no está dispuesto a una relación en que “se vean una vez cada quince días”, como ella le proponía (él pone las reglas porque él tiene el poder). El mandatario argumenta: “Esto es engañarse. Te dije un día, mi amor, si te hubiera conocido en otro momento si supiera que eres una niña dedicada a su casa, virgencita, etcétera… Me sentiría mal”. La niña desesperada le responde que ella era virgen cuando lo conoció. Acto seguido, para deshacerse de ella, Marín le dice: “Eso es engañarse, es una cochinada, prefiero… mejor solo, que tener una relación vergonzosa” (Se refiere a verla cuando ella quiere y no cada vez que él manda). Su infidelidad matrimonial no forma parte de la vergüenza; el hecho de que la adolescente desee una vida personal resulta cochino para el mandatario. La quiere encerrada y obediente, en exclusividad.
El gobernador argumenta lo mismo que Succar Kuri y Nacif sobre las adolescentes. Las quieren vírgenes, chiquitas y obedientes; cuando esas condiciones no se cumplen, las desechan.
Este caso es relevante porque Marín siendo alcalde violó la ley, y siendo gobernador usó la Procuraduría y los juzgados para proteger a tratantes que producían pornografía con adolescentes e infantes.
Nadie niega la sexualidad de las adolescentes; lo que se cuestiona es el abuso de poder de un adulto a una menor. El estupro es un delito porque los abusadores igual violentan a una niña de 17 que a una de 13. Seducen, controlan, corrompen y desechan a menores. Les da igual; por eso hay leyes y límites. Las complicidades se tejen ideológicamente, eso justamente revelan estas grabaciones. Marín no sólo defendió a Kamel, sino a sí mismo.
No se “ventaneó un romance ”, se evidenció a un gobernante cometiendo un delito. De eso hablamos. (Difundirlas en periodo electoral es cuestionable, pero nadie puede negar el fondo del asunto). Júzguelo usted. Está en Youtube.
EDITORIAL. Quién lo iba decir.
Año 8, número 3390
Jueves 24, junio del año 2010
La demanda que recién interpuso ante la Justicia norteamericana el hijo biológico del “Padre” Marcial Maciel, a quien ahora quieren desde el Vaticano hacer aparecer como un verdadero monstruo despreciable que supo engañar magistralmente a todos para que no descubrieran sus bajezas (y al decir todos, es a todos)
Cuando los curas están igual que los políticos, que hoy se alarman por el espionaje, y todos son iguales.
Bajezas que antes ya se sabían por las demandas que interpusieron sus numerosas víctimas y que los religiosos acallaron a no poco costo, pero que ahora abiertamente se saben ciertas al haber documentos que acreditan que los Jerarcas vaticanos sí lo sabían, y lo solapaban.
Que siempre si las ocultaron y se hicieron los desentendidos fue porque Marcial Maciel era un gran proveedor de dinero para el Vaticano. Y además porque todos son iguales, como líneas arriba se estipula y por eso se tapan con la misma cobija.
Ejemplos de su proteccionismo hacia los pederastas sobran, y tarde o temprano le ajustarán cuentas a Norberto Rivera Carrera.
Y los demandó Raúl González Lara que así se llama el hijo de Maciel, no solo porque su padre biológico hubiera abusado de él sexualmente “más de mil veces (de él y de su hermano) desde que tenía siete años hasta los 16”.
Sino que la demanda es en contra de toda la Congregación de Los Legionarios de Cristo, y sus bienes, porque bien sabían de las perversiones de su padre (al que por poquito hacen Santo, cabe aclarar) y no hicieron nada para evitar que siguiera abusando de otros.
Lo delicado del asunto es que la demanda involucra no solo a Benedictus XVI y a Juan Pablo II a quien también por poquito y hacen santo. Pero resultó ser un protector de pederastas (por lo que debieran de retirar sus bustos, sus estatuas y el nombre de muchas avenidas, pues es una vergüenza.
Sino que también involucra a Paulo VI y a Juan XXIII, quienes supieron de las desviaciones del Fundador de los Legionarios de Cristo. Es más Pío XII ya había corrido a Maciel y Juan XXIII lo volvió a aceptar de nueva cuenta.
El caso es que el Vaticano y sus Legionarios vuelven a estar metidos hasta el cuello en un asunto que ellos callaron, y hasta tal vez compartieron. Lo que no sería de dudarse cuando se compartieron el dinero.
Pero ya se sabe de nueva cuenta, y a ciencia cierta, lo que históricamente se ha sabido: el clero vaticano es el enemigo de México; y ahora también de los niños. Quién lo iba a decir.
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http://www.diariolibertad.org.mx/diario/index.php
Diario Libertad
Av. Manuel Ávila Camacho N° 90-11
Jalapa, Ver. Centro
Tel. 01 22 88 17 24 80
" Movimientos sociales y la refuncionalización de la Violencia Institucional actual"
Movimientos sociales y la refuncionalización de la Violencia Institucional actual from TONATIUH MALDONADO on Vimeo.
Los casos emblematicos de Aguas Blancas y el Charco, Guerrero. La criminalización de la protesta social.
Platica impartida por el investigador
Mtro. Andres Rubío Zaldivar
Investigador especializado en la Historia de los Movimientos Sociales radicales,
y en Derechos Humanos desde una perspectiva política
Forma parte del movimiento para la constituciòn de la Comisiòn de la Verdad y la Justicia de la Sociedad Civil para los delitos de Lesa Humanidad
y del Comité Coordinador de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero,
Libros de su autoría: "La Guerrilla como brazo armado del movimiento social", La experiencia de Ruben Jaramillo, El Asalto al Cuartel Madero, Lucio Cabañas. "Policia y Justicia comunitaria de la Costa Chica de Guerrero" "El movimiento del Charco y la experiancia social.
Publicado por: TONATIUH MALDONADO.
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