VOX POPULI
Por José Luis Castillo Reynoso
MARIO ROMERO TINOCO, HEROE O VILLANO
Difícil integrar tres temas tan ligados como opuestos; el estado de contingencia decretado por el Gobierno Federal en Michoacán para el combate al crimen organizado; el régimen jurídico de excepción que prevalece en nuestra entidad; y encontrarse inmerso en ese inframundo un profesor investigador excepcional.
Ante la privación de la libertad de Mario Romero Tinoco, muchos académicos han transitado de la sorpresa a la incredulidad, pero siempre concluyendo en el sincero propósito de hacer algo por un colega, lamentablemente solo para constatar que el Estado y sus instituciones ejercen un férreo e incomprensible poder para imponer su “justicia”.
La fase II del operativo Michoacán cuenta ahora con 8 mil 300 enviados de las fuerzas federales, Ejército, Marina y Policía Federal, dotados de helicópteros Black Hawk, aeronaves artilladas, carros y camiones blindados y armamento moderno. Por tierra ampliaron el patrullaje en carreteras y ciudades estratégicas, se desplegaron 25 bases de operaciones móviles sobre autopistas y carreteras, por aire se coadyuva en la vigilancia con helicópteros y aeronaves y se fortalecieron los puestos de control en las zonas costeras de Michoacán y Guerrero.
Sin embargo, después de dos años de iniciado el operativo Michoacán se han ampliado los factores de riesgo, la producción de drogas continua, el trasiego de enervantes se mantiene, la delincuencia y los delincuentes se incrementaron y los vínculos con el poder económico y político aún permanecen. En tanto crece la violencia, pues se reportan más ejecuciones, levantamientos y enfrentamientos, no terminan las quejas por violaciones a garantías fundamentales por agentes de seguridad y del ejército; de manera que, a fin de cuentas el costo social lo paga la población civil.
Resulta insuficiente la captura de varias decenas de presuntos y confesos delincuentes, incluidos algunos por el “delito” de mantener relaciones profesionales, sociales o afectivas con los implicados; es escasa la destrucción de pseudo laboratorios, sustancias y cacharros para procesar la droga. En los carteles, los ausentes son sustituidos de inmediato y las “cocinas” reubicadas, en tanto los costos económicos, humanos y sociales no parecen compensar los magros resultados.
En Michoacán se vive un estado de excepción en cuanto a la vigencia del derecho, puesto que el pacto federal no se respeta; la Federación se impuso por sobre la soberanía constitucional del Estado de Michoacán; las fuerzas armadas y las policías han actuado sin coordinación, aduciendo mutuas desconfianzas; se ha dado trato desigual a los Estados en casos similares; no se han atendido denuncias que involucran a funcionarios de la Federación; se violan garantías constitucionales bajo la más completa impunidad; y la sociedad no sabe a qué atenerse ya que visten y actúan de manera semejante autoridades y delincuentes.
Persiste la incredulidad sobre el tratamiento dado a la contingencia de seguridad implementado, no solo por la sabida incongruencia de los encumbrados que prometen y no cumplen o por el absurdo “pleito de callejón” adoptado por una autoridad federal como vía de solución ante los delincuentes : “venimos a partirles la madre”, “aquí los esperamos” “métanse con nosotros”; sino por la ausencia de una metodología integral para abatir el flagelo del crimen organizado por sus causas y consecuencias.
Moraleja. Se nos impuso la certificación y ahora que se la aplican al Gobierno Federal, alegan y exigen respeto a la autonomía. Organismos nacionales y estadunidenses solicitaron al Congreso de Estados Unidos que retenga los fondos de la Iniciativa Mérida que aún no entrega, ya que México ha fallado en la defensa y respeto de los derechos humanos.
En diferentes espacios y momentos los académicos nicolaitas hemos concluido en demandar el castigo respectivo a quienes atentan contra la integridad física y patrimonial de los ciudadanos y con mayor severidad para los que envenenan y corrompen a la juventud; ahora, enfáticamente esperamos castigo a quienes han acelerado la destrucción del tejido social y sus instituciones, es decir al crimen organizado. Pero también demandamos el respeto a los derechos humanos de indiciados y sentenciados.
Esta catástrofe se le vino encima a Mario, ignoramos si justa o injustamente, lo que sí sabemos es que ha sido tratado indebidamente para dilucidar racionalmente su situación o paradoja. Nosotros sabemos, constatamos y exponemos lo positivo de su vida profesional; la autoridad conforme a sus normas y procedimientos debe demostrar lo contrario.
SOLO PEDIMOS EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS DE MARIO ROMERO TINOCO
REENVIO LECTURAS
Me permito compartirle  dos opiniones vertidas en torno al caso Mario Romero Tinoco, que prescindiendo  de subjetividades, describen situaciones y hechos reales, que espero  sirvan como reflexión y posiblemente como motivación para solicitar  la intervención de los poderes legislativo y judicial de nuestro Estado  y del país, así como de instituciones y organismos internacionales  para la aplicación y respeto a las normas vigentes y un trato humanitario  y justo a todos los sentenciados del país y en particular a los “presos  de Nayarit”. 
COLECTIVO ONGs MICHOACANAS DE DERECHOS HUMANOS
Cristina Cortés Carrillo
NARRANDO LO INNENARRABLE…”LOS PRESOS  DE NAYARIT”
Lunes 6 de julio de 2009, once de la mañana aproximadamente, ingresamos al CEFERESO de Nayarit, muy parecida su estructura arquitectónica a la del cereso Mil Cumbres, pero en proporción mayor. Hace calor, estamos a las afueras del Centro de Reclusión, nos piden nuestras identificaciones, pasamos el formulismo para ingresar: recibir gafete, una aduana, inspección con una paleta de rayos x, vista a una cámara, entrada a las oficinas, saludar a la directora y dialogar con ella en la sala de juntas.
Los funcionarios de la Comisión Nacional  de Derechos Humanos nos presentan y agradecen las consideraciones para  que podamos ingresar, el Senador Silvano Aureoles hace lo propio.   La directora nos informa del procedimiento y nos acompaña al interior.   Pasamos por otra aduana, vista a la cámara, aplicación del sello invisible  en el dorso de la muñeca del brazo derecho, ingreso por un túnel,  pasillos recién lavados el día anterior o por la mañana pues todavía  está mojado el piso, salimos del túnel, se observan los edificios  en donde se ubican las celdas a las que la directora llama estancias,  también se observan  amplios campos con  césped  recién  podado, caminamos acompañados por la directora hasta llegar a la palapa  para las visitas que cuenta con  4 mesas de cemento con asientos  del mismo material ubicadas en las cuatro esquinas.  Esperamos  un buen rato y al fin aparece la primera fila de “reos”, más o  menos integrada por 9 de ellos, todos enmudecimos al ver el cuadro que  se presentaba ante nosotros, yo observé los rostros de quienes integrábamos   la Delegación de Visita:  Senador Silvano Aureoles, Diputada Local  Lupita Calderón, Presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos  Víctor Serrato, cuatro personas de la Comisión Nacional de Derechos  Humanos y yo Cristina Cortés Carrillo, Comisionada del Colectivo de  Organismos no Gubernamentales de Derechos Humanos de Michoacán. Todos  nosotros pasamos saliva  para disimular el nudo en la garganta  y esquivamos la mirada para evitar que se viera el llanto contenido…ahí  ante nosotros estaba aquella hilera de hombres que parecía que caminaba  en cámara lenta…vestidos de café, uno tras otro con la cabeza agachada  mirando al suelo y con las manos por detrás sujetas una con la otra,  es decir, esposados sin esposas, apenas les empezaba a salir pelo, se  veía de inmediato que los habían rapado… junto a ellos caminaba  un guardia de seguridad.
No podía reconocerlos, hacía un esfuerzo  y no lograba identificarlos ¡Dios Mío! mi corazón se estrujó, estaba  ante mí el cuadro más denigrante que he visto en mis cincuenta años  de vida, la humillación más grande a un ser humano…estos hombres  iban caminando agachados,  con las manos atrás…pasaron frente  a nosotros sin poder mirarnos ...  sin poder hablar…hasta llegar  a la otra esquina…nosotros seguíamos mudos, sólo la voz de la directora  se escuchó para decirnos quién sabe qué cosa, yo no la escuchaba,  me dolía el alma…y me retumbaba una pregunta ¿quién ha sido capaz  de hacer semejante atrocidad? Y un grito de impotencia se ahogó en  mi garganta…así llegó el segundo grupo de “reos” y luego el  tercer grupo…allá estaban todos en la esquina opuesta, de pie, con  la cabeza agachada, los brazos y las manos atrás, la boca silenciada…hombres  a los que la gente de su municipio impulsó como munícipes, hombres  a los que debido a su trayectoria de lucha y compromiso social se les  asignó en lo estatal un cargo de modesto o de alto nivel para velar  por la procuración de justicia, la economía  y la seguridad de  los michoacanos, hombres que prescindieron muchas veces de comer con  sus familias o llevar a sus hijos a la escuela, o cuidarlos cuando estaban  enfermos porque estaban trabajando para los demás…ahora ahí estaban,  éste era su premio y su reconocimiento a su entrega…la tortura y  la cárcel…
La directora mandó traer unas  sillas y unas botellitas de agua para nosotros y se retiró dejándonos  en completa libertad para hablar con los “presos” y desde luego  sin preguntarnos asignó la nunca deseada compañía de algunos guardias  de seguridad, no recuerdo si eran dos o tres.
El primero en reaccionar fue el Senador  Silvano Aureoles y luego los demás. Nos acercamos a saludar a aquellos  27 hombres…saludo de mano y un abrazo…manos temblorosas, voces quebradas,  ojos con lágrimas de emoción, frases queditas, frases cortadas, hombres  humanos, despojados del más preciado valor “la libertad”,   pisoteados en el más humano valor “la dignidad”.
La voz del Primer Visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se sobrepuso al difícil momento y les explicó el motivo de nuestra visita, constatar y escuchar de viva voz el trato que les han dado desde el momento de su detención para terminar de implementar el expediente que da lugar a la queja por violación a sus derechos humanos y formular el informe, recomendaciones y/o las medidas cautelares pertinentes.
En seguida tomó la palabra el  Senador para darles un saludo colectivo y expresar la preocupación  por su estado de salud y de condiciones en prisión así como la  voluntad para participar con sus familias y las instituciones de derechos  humanos para hacer respetar sus garantías individuales. 
Hubo un momento de deliberación entre todos para definir el mecanismo de la reunión y finalmente se acordó establecer dos mesas con los Visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos ubicadas en dos esquinas simultáneamente, en una se abordaría la etapa desde el momento de la detención hasta su salida de la SIEDO y la segunda sería a partir de su salida de la SIEDO hasta el momento actual en el Penal del Rincón. Se acordó que sería de manera individual para que los visitadores tomaran a cada uno su dicho. Fue aprobado por unanimidad el acuerdo.
Así empezó el difícil  momento de la catarsis, yo estuve monitoreando las dos mesas y constaté  el profesionalismo con el que se conducían los Visitadores de la Comisión  Nacional de Derechos Humanos así como  el Presidente de la Comisión  Estatal de Derechos Humanos  y fui testigo del dolor y sufrimiento  de aquellos hombres que uno a uno fueron dando cuenta del trato inhumano  del que han sido objeto.  
En síntesis, de nuestra visita al  Penal del Rincón ubicado en Tepic, Nayarit, según las narraciones  de los detenidos y lo que pudimos observar  afirmamos que:
Los vejaron en su dignidad humana al  privarlos de su libertad con lujo de violencia, al más puro estilo  del clásico “levantón”, pues no se identificaron los que fueron  por ellos ni les informaron de dónde iban ni por qué se los llevaban,  los raparon, obligándolos a desnudarse continuamente, sometiéndolos  contra la pared provocando que se golpearan en  la frente con lo  que uno de ellos se desmayó, gritándoles al oído y obligándolos  a contestar a gritos con un “sí señor”, “no señor”, mientras  un perro les ladraba al lado siendo sujetado por “otro perro” (perdón,  quise decir, siendo sujetado por un guardia de seguridad), los mantuvieron  esposados de pies y manos (algunos de ellos nos mostraron las huellas  en sus muñecas y tobillos), les mantienen en celdas  reducidas  (perdón se llaman estancias)  en grupos de 5 personas, ahí mismo  tienen el excusado,  no les dejan bañarse (ese día tenían ya  18 días sin bañarse) toman agua de la llave, desde que llegaron traen  puesta la misma ropa (un uniforme café que ahí les proporcionan),  no les permiten ni una escoba para barrer su celda, no les proporcionan  el reglamento que debe observarse al interior y por lo mismo son sujetos  de maltrato físico por cualquier incidente (como colgar su camisa)  por estar violentando el reglamento, no les habían proporcionado (  hasta ese día) medicamento a los hipertensos y diabéticos, al que  llevaba pupilentes se los quitaron, sólo a un hipertenso le proporcionaron  medicamento y no era el adecuado, cuando éste se puso mal uno de sus  compañeros quiso hablar con la enfermera y se ganó un golpe del guardia  de seguridad, entonces le dijo a la enfermera que “por humanidad”  atendieran a su compañero y ésta le contestó “aquí no hay humanidad  ya veremos cuando se esté muriendo”, constantemente los amenazan  con que los van a llevar de uno a uno “al pozo”, que se dice es  el mayor método de tortura del lugar, en cuanto a la comida (hasta  ese día) ésta consistía en una plasta de frijoles con unas boronas  de queso.  Aunado a lo anterior, no les había permitido ver a  sus familias ni a sus abogados, desconocían cuáles eran los delitos  que se les imputaban, tienen tiempo perentorio para su defensa y los  dejan en estado de indefensión al no permitir la comunicación con  sus abogados. Viven privación de la libertad, aislamiento, tortura  física y psicológica. Además en el caso particular, hicieron escarnio  de sus personas ante la opinión pública, con todo un ejercicio mediático  en donde los medios de comunicación masiva mostraron su carencia de  ética y su rapacidad, en donde la medalla de oro la obtienen televisa  y tv azteca con mención de honor a sus voceros Joaquín López Dóriga,  Lorett de Mola y Javier Alatorre.
El método de tortura que utilizan  tiende a lograr el “sometimiento absoluto de la persona”.   Lo podemos deducir de la forma en que los ex funcionarios michoacanos  detenidos se conducían aún cuando ya estaban únicamente con nosotros:  al dirigirse hacia nosotros o hacia el sanitario, en automático caminaban  con la cabeza agachada y las manos atrás.  Ya no estaban ante  los verdugos y sin embargo así caminaban.  Cuando estaban en medio  de su catarsis se les hacía un nudo en la garganta y en varios   de ellos vi resbalar las lágrimas por sus mejillas, les proporcioné  una botellita de agua (que únicamente habían llevado para nosotros  no para ellos) y cuando se levantaban para regresar a su lugar (la otra  esquina) en voz muy queda me decían ¿“me puedo llevar la botellita  de agua”? 
Se les informó que el Presidente  de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Dr. José Luis Soberanes,  estaría en Morelia el día miércoles 8 de julio para platicar con  sus familiares, noticia que recibieron con ánimo, así que  les  pedimos que nos proporcionaran el nombre y número telefónico   del familiar a quien dé su parte llamaríamos, así que cada uno de  ellos me dio uno o dos nombres y uno o dos números telefónicos. Cuando  me proporcionaban sus datos algunos de ellos me tomaba de las manos  y con lágrimas en los ojos me decía “les encargo a mi familia díganle  que los quiero”, “díganle a la sociedad  que esto que nos  hacen es totalmente injusto”, “dígales a nuestros partidos que  no nos dejen solos, que ellos saben que somos chivos expiatorios de  un golpe político electoral”.
Pasaron las horas y después de este  ejercicio en lo individual, tuvimos un ejercicio colectivo de diálogo,   en donde poco a poco el ambiente se fue suavizando hasta llegar a un  momento en el que pudimos incluso bromear entre todos, alguien de ellos  nos dijo “disculpen que no los podamos invitar a comer pero habrán  de comprender la razón”; pudimos tener un poco de más acercamiento,   nos  decían algunos de ellos que cada mañana observaban desde  sus celdas el camino que conduce desde la carretera al penal y su ilusión  era ver llegar a algún vehículo que viniera con gente de Michoacán  a visitarlos, al parecer,   la nuestra, fue la primer visita  que tuvieron en el penal y la primera vez que pudieron estar todos juntos.   Nos  dijeron: “nos parecía que alguien iba a venir porque ayer  lavaron el cefereso y cortaron el césped y hoy en la mañana que vimos  llegar las tres camionetas se nos alegró el corazón pensando que fueran  gente de Michoacán, sabíamos que no nos olvidarían”;  “hoy  es el día más feliz para nosotros porque ustedes están aquí”;  “ustedes son como unos ángeles para nosotros”; “nos vienen a  dar fortaleza”; “no dejen solas a nuestras familias”.    Finalmente el Primer Visitador de la Comisión Nacional de Derechos  Humanos  nos señaló la hora y vimos que era tarde y todavía  nos faltaba visitar el penal Venustiano Carranza donde se encuentran  las mujeres.  Así que procedimos a despedirnos con la promesa  de regresar pronto.  Abrazos, palabras de gratitud, lágrimas contenidas,   sonrisas de esperanza…esperanza…esperanza.
Nos dirigimos a las oficinas de la  directora  en donde el Senador le hizo notar en corto los temas  de: impedimento para ver a sus abogados y a sus familiares, la falta  de  medicamentos para los enfermos; la carencia del  reglamento  interno; la carencia de implementos para asear su celda; la necesidad  de que les permitan lavar su ropa y bañarse  y pidió que no fueran  a ser objeto de represalias por parte de la autoridad debido a nuestra  visita, pues varios de ellos expresaron ese temor; la directora se comprometió  a atender estos casos y  a proporcionarles el reglamento, señalando  que al día siguiente les cambiarían a estancias más amplias y les  permitirían lavarse ellos y sus ropas,  también entregó las  pertenencias de uno de ellos al Senador, a quien los oficiales le sustrajeron  dinero pues él llevaba consigo una cantidad determinada y reportaron  una cantidad menor.   Nuevamente la directora recalcó su  compromiso de atender las peticiones presentadas por el Senador. 
Salimos de ahí y nos trasladamos  al penal Venustiano Carranza, éste en su exterior muy parecido al cereso  de Apatzingán inclusive  por el empedrado en las calles y las   instalaciones deprimentes. Ya nos esperaban  y aquí el procedimiento  de ingreso fue más sencillo al tratarse de un penal estatal, así que  únicamente entregamos nuestra credencial de elector. Nos recibió   el director, nos pasó al recibidor de la dirección y mandó llamar  a las tres mujeres michoacanas detenidas en ese penal. En breve ellas  se presentaron, saludamos y el director se retiró para dejarnos privacidad  a fin de sostener nuestro diálogo con ellas.  También los Visitadores  de la Comisión Nacional se retiraron  porque su vuelo estaba por  salir y dejaron la encomienda a las Comisiones Estatales de Nayarit  y Michoacán para que tomaran nota de los dichos de las tres mujeres.   Ellas expresaron todas las irregularidades, arbitrariedades y violaciones  a sus derechos desde la detención hasta el momento actual.  Si  bien en su caso prevalece el hacinamiento y la pésima alimentación  que se prepara en tambos  como para la basura (como en la mayoría  de los penales)  afortunadamente no sufren los métodos de tortura  que han sido aplicados a los varones en el cefereso del Rincón.   Las dos  ex ministeriales pidieron especial apoyo para sus hijos  menores que se quedaron en Morelia, ya que se encuentran en total desamparo  pues ellas eran las jefas de familia en sus hogares. En todo momento  las tres mujeres se trataron de hacer fuertes durante la entrevista  con nosotros, sin embargo finalmente no pudieron contener la emoción  en las partes más duras de su narración sobre todo durante las etapas  de detención, arraigo en la SIEDO y traslado a Nayarit, y el llanto  fue inevitable.  Nos despedimos, ellas con palabras de gratitud  y esperanza…esperanza…esperanza.
Salimos de Nayarit, tomamos la carretera  que nos traería de regreso a Morelia, nubes grises nos acompañaron  al salir y en medio del camino una tormenta que opacaba la visibilidad…todos  veníamos en silencio…finalmente  calladas lágrimas permitieron  que mi alma se descargara de tan enorme y fuerte experiencia.
Entramos a Morelia a las cinco de la  mañana, en las oficinas de la Comisión Estatal de Derechos Humanos  nos despedimos…hasta el miércoles en que nuevamente nos saludaríamos  con motivo de la visita del Ombudsman Nacional para abordar este tema  con los familiares de los detenidos.
Esperamos el informe, recomendaciones  y/o medidas cautelares que habrá de emitir la CNDH y nos comprometemos  como Colectivo de ONGs Michoacanas de Derechos Humanos para seguir acompañando  a los familiares  ante las Comisiones Estatal y Nacional de Derechos  Humanos  y de ser necesario ante  las Instancias Internacionales  de Derechos Humanos.
El punto es colocar sobre la mesa EL DERECHO CIUDADANO A UN JUICIO JUSTO BAJO LA PREMISA DEL RESPETO A SUS DERECHOS HUMANOS.
 
Colectivo de ONGs Michoacanas de Derechos Humanos.
Cristina Cortés Carrillo
Comisionada.
Morelia, Michoacán,  México, Julio de 2009.
Mario Romero: un héroe municipal encarcelado
Víctor M. Toledo (1)
En el país, donde los logros municipales no sólo son escasos, sino extraños, existen por fortuna ejemplos extraordinarios que deben ser tomados como casos a imitar a escala nacional y en el mundo entero. Uno es el que encabezó Mario Romero, presidente municipal de La Huacana (2005-2007), quien en tres años colocó a un municipio pobre y de alta marginación de la tierra caliente michoacana en el centro de la atención nacional e internacional.
Originario de esa región, Mario Romero no estudió ni se formó para político, sino para científico: estudió la carrera de biología y después una maestría en conservación y manejo de recursos naturales en la Universidad Michoacana. Asimismo se graduó como profesor de física y química en la Normal Superior de México. Por sus capacidades y méritos fue profesor investigador en la Facultad de Biología de su universidad. Ahí impartió numerosos cursos, dirigió tesis, asistió a congresos y dictó conferencias, y por su liderazgo y entrega llegó a ser director de la misma entre 1997 y 2000.
Mario Romero aceptó jugar por la presidencia municipal no sólo por el amor a sus raíces territoriales, sino para demostrar dos cosas: que los profesionistas de provincia deben y pueden retornar a sus poblados de origen, y para poner a prueba lo aprendido y discutido en la academia: la viabilidad de un desarrollo sustentable que fuera ambientalmente adecuado, económicamente exitoso y socialmente justo. Esto último lo situó como el funcionario político más vanguardista del país, pues al adoptar la sustentabilidad de manera seria y comprometida como el paradigma central de un plan de desarrollo municipal, dejó atrás décadas de esquemas obsoletos y de dogmas de todo tipo.
Ya convertido en presidente se topó con una realidad que conocía no por los datos, sino por los ojos, el oído y la piel. Con cerca de 35 mil habitantes, 60 por ciento de los cuales vive en asentamientos de menos de cien, La Huacana es un municipio sacudido por la migración y el desempleo, lluvias escasas, uso inadecuado de sus recursos naturales, y con la sociedad desnutrida, desorganizada y en parte socialmente deprimida. Para complicar el panorama, La Huacana se ubica en el ojo de una de las regiones del país más afectadas por la violencia y el narco.
A la superación de esta realidad lacerante, Mario Romero dedicó todo su esfuerzo, inteligencia y conocimientos científicos. Como él mismo dijo, su primer reto, el más importante, fue convencer a su familia (mujer e hijos) de acompañarlo en una extraña empresa llena de riesgos. La claridad y altura de sus metas fueron determinantes para alcanzar lo logrado. Trazó premisas, organizó un equipo competente y honesto y buscó vincular al municipio con el mundo exterior.
En tres años logró un sistema local de política pública de alta calidad: erradicó el analfabetismo, creó comités de desarrollo en la casi totalidad de las comunidades y auspició campañas de salud, cocinas comunitarias, desayunos escolares, además de fundar la banda de música municipal. Construyó dos centros comunitarios de aprendizaje, arregló calles y sistemas de agua potable, pavimentó carreteras y rehabilitó brechas. También les evitó la ceguera a 200 ciudadanos y edificó un hospital regional. Uno de sus mayores éxitos fue lograr la colaboración de 15 centros de investigación del país y siete internacionales; por ello casi 100 investigadores y técnicos se volcaron a resolver problemas bien identificados del municipio. Ello contribuyó, entre otras cosas, al establecimiento de programas de pesca y milpa responsables, una planta que generó 3 mil 500 dosis de biofertilizante, la producción orgánica de flor de Jamaica, la creación de un área natural protegida en el volcán del Jorullo, recolección de basura separada, ejidos que conservan su biodiversidad, un centro intermunicipal para el reciclado de residuos sólidos y una planta de tratamiento de aguas residuales. Al final de su gestión, Mario Romero retornó a su trabajo de investigador y profesor de la Universidad Michoacana.
La noche del miércoles 8 de julio, un piquete de agentes de la Procuraduría General de la República detuvo a Mario Romero cuando salía de una reunión de profesores de la universidad, acusado de “dar información al cártel de la Familia Michoacana”. Incomunicado, sin derecho a abogado defensor y teniendo como pruebas una denuncia anónima, le fue declarado el auto de formal prisión el martes siguiente. Ninguno de los que lo encarcelaron y juzgaron supo a ciencia cierta que él había recibido del Centro de Investigación y Docencia Económicas el Premio Nacional de Gobierno y Gestión Local 2006, así como el Premio Michoacán a la Gestión Municipal 2007 y el Reconocimiento por Gestión de Calidad 2007 por la Asociación Española de Normalización y Certificación, con sede en Madrid.
Quizás resulta iluso pensar que aun sabiéndolo no lo hubieran detenido. Más incomprensible y extraño resulta el hecho mismo, puesto que no coinciden la trayectoria personal, impecable y brillante del detenido con la dimensión de lo que se le acusa. Quedan igualmente innumerables preguntas por responder. Mientras, la noticia de este inmenso desacato corre ya como un río, no sólo en México, sino en España y Latinoamérica, multiplicando las voces de quienes exigen una revisión escrupulosa, imparcial y transparente de su caso.
- Publicado en La Jornada. 27/07/09
 
Morelia, Michoacán, julio 31 de 2009




















