domingo, diciembre 05, 2010
“Renuncia, Calderón”: clamor popular
En redes sociales, como Twitter y Facebook, miles de mexicanos exigen la “renuncia” de Felipe Calderón a la Presidencia. La demanda de la oposición –que pasó de las calles y del sector político al internet– se ha mantenido por meses, como muy pocos tópicos, entre los debates más asiduos y presenta puntos álgidos con cada masacre o anuncio de fracaso económico. Sin embargo, la Constitución no prevé la remoción del presidente a petición de la ciudadanía. Lo que sí establecen las leyes mexicanas es su destitución, que estaría en manos del PRI ante la composición política del Congreso de la Unión, explican especialistas
A dos años de que concluya el sexenio, miles de mexicanos “exigen” la renuncia de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa como presidente de la República. A partir de su popularización, las redes sociales Facebook y Twitter se han convertido en nuevas vías de expresión política, en las que es recurrente la petición de que el panista renuncie al cargo.
De las calles a las redes sociales de internet (@renunciacalderon) y, luego, a la solicitud formal. La demanda de revocar el cargo al político michoacano fue planteada por diversas organizaciones civiles y políticas desde mediados de 2009, cuando iniciaron un movimiento a nivel nacional a favor de rescindir el mandato a Calderón Hinojosa.
El movimiento tuvo su clímax en mayo pasado con la Consulta Nacional para la Revocación de Mandato de Felipe Calderón, en la que participaron más de 600 mil personas, la mayoría de las cuales votó a favor de revocar el cargo al actual titular del Ejecutivo federal, de acuerdo con la información publicada en el portal electrónico del Comité Nacional para la Revocación de Mandato de Felipe Calderón (www.revocacionmandato.org/revoca).
Sin embargo, estas demandas carecen de sustento jurídico: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no contempla la posibilidad de que el presidente sea removido de su cargo a petición de los ciudadanos.
Daniel Márquez Gómez, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica que, conforme al texto constitucional, la destitución del presidente de la República sólo puede darse porque se le acuse penalmente o se inicie un juicio político en su contra.
De acuerdo con el artículo 108 de la Constitución, el presidente sólo puede ser acusado de traición a la patria y delitos del orden común. En tanto, la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos establece que un juicio político procede cuando los actos u omisiones de un servidor público “redunden en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o de su buen despacho”.
Lo anterior puede configurarse cuando existan violaciones graves y sistemáticas a las garantías individuales y sociales, ataque a la libertad de sufragio, usurpación de atribuciones, ataque a las instituciones democráticas o a la forma de gobierno, así como violaciones sistemáticas o graves a los planes, programas y presupuestos de la Administración Pública Federal, de acuerdo con el artículo 7 de dicha Ley.
También son motivos de un juicio político las infracciones u omisiones graves a la Constitución o a las leyes federales cuando éstas causan perjuicios graves a la Federación o a uno o varios estados, o cuando motivan el trastorno en el funcionamiento normal de las instituciones.
De acuerdo con lo estipulado en la Constitución, tanto la acusación penal como el juicio político contra el presidente son procedimientos que se dirimen en el seno del Congreso de la Unión, de modo que la destitución de un presidente en México queda en manos de 500 diputados federales y 128 senadores.
En el caso de Calderón Hinojosa, su destitución estaría decidida por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), dado el control que tiene sobre la Cámara de Diputados, señala Jaime Cárdenas Gracia, diputado federal por el Partido del Trabajo (PT).
Pero no es la única razón por la que Cárdenas Gracia considera que el partido tricolor sería la fuerza determinante de la continuidad de Calderón Hinojosa en el cargo. El legislador, integrante de la Comisión de Puntos Constitucionales, señala que el mandatario “se sostiene con el apoyo del PRI. En el momento en que le retire el apoyo, se cae”.
El pronóstico de Cárdenas Gracia es que Calderón Hinojosa continuará en el cargo mientras “no se pase de la raya y haga enojar a los priistas”, pues en caso contrario, el PRI podría recurrir lo mismo a los mecanismos legales para destituirlo o presionarlo para que renuncie.
Sin embargo, Cárdenas Gracia considera poco factible que el PRI motive la remoción del mandatario en lo que resta del sexenio, aun frente a las expresiones sociales que podrían exigirla.
La razón, explica, es que dada la pretensión priista de regresar al poder en 2012, al PRI no le convendría acoger a un “país tan agitado” como el que se originaría con una anticipada salida de Calderón Hinojosa.
La factibilidad de la renuncia
La exigencia de la renuncia de Calderón Hinojosa también ha sido socorrida por miembros de los partidos de oposición. Uno de ellos es el diputado petista Gerardo Fernández Noroña, quien considera que ante la ausencia de la figura de revocación de mandato en la Ley, la única manera de destituir al presidente es “obligarlo a que renuncie”.
Sin embargo, tal planteamiento es “inconsistente”, refiere el doctor en derecho Daniel Márquez Gómez, pues no se puede obligar a alguien a renunciar a un cargo, sino que tal acción debe hacerse de forma voluntaria y como un ejercicio de “autocrítica”.
“La renuncia es el último acto de dignidad, y la dignidad no se pide”, expresa el investigador.
La posibilidad de que el presidente de la República renuncie está prevista en el artículo 86 constitucional. Éste señala que el cargo “sólo es renunciable por causa grave, que calificará el Congreso de la Unión, ante el que se presentará la renuncia”.
Cárdenas Gracia no duda que, ante un activo y amplio rechazo social, Calderón Hinojosa renunciaría. Sin embargo, el diputado federal considera que, hasta ahora, “la sociedad civil no ha logrado movilizarse de manera abundante en contra de Calderón”.
Además de que las muestras de rechazo vigentes no son suficientes para “tirar a Calderón”, Cárdenas Gracia expresa que el “arreglo en la elite” que el presidente tiene con el PRI, los medios de comunicación y algunos empresarios también atenúa por ahora la posibilidad de que renuncie.
Para el diputado panista Manuel Clouthier Carrillo, a Calderón Hinojosa no debe exigírsele que renuncie, “sino que gobierne”. Clouthier Carrillo dice que el michoacano tiene que continuar en la Presidencia hasta el último día de su mandato, “nos guste o no nos guste, le guste a él o no le guste”.
El legislador panista critica que, a dos años de que termine el sexenio calderonista, el presidente siga pensando “en conceptos estrictamente electorales o en medidas de tipo populista”.
No obstante, Clouthier Carrillo sostiene que no hay razones para exigir la renuncia de Calderón Hinojosa y que tampoco debería aceptarse si éste la llegara a presentar, pues considera que el mandatario “tiene que enfrentar su responsabilidad de gobernar a favor de todos los mexicanos, no de un grupito”.
Y lanza una última advertencia: “El verdadero peligro para México se puede convertir en el propio Felipe Calderón si no entiende que tiene que gobernar para todos los mexicanos”.
Redes sociales, la cara de la demanda
“A que en 30 días juntamos 1,000,000 (1 millón de usuarios en Facebook) que quieren que renuncie Calderón”. Ésta fue la consigna de un grupo virtual que el 22 de diciembre de 2009 comenzó a circular en la red social Facebook, que cuenta con 16 millones de usuarios en México.
Este grupo que apoya la renuncia de Calderón se dice apartidista y actualmente no es administrado por nadie, según la información de su página en la red social. Lo único que ahí se señala sobre su origen es que se trata de un grupo “para todos los que ya están hartos de Felipe Calderón en Los Pinos”.
Si bien no alcanzó su meta de reunir 1 millón de adherentes en un mes, el grupo sigue activo y continúa sumando adeptos. Actualmente cuenta con 319 mil 600 miembros, más del triple de los que registra la página de Facebook de Calderón Hinojosa.
La aparición de este grupo causó controversia desde su origen; incluso se denunciaron supuestos bloqueos en su página para evitar que los usuarios de Facebook se adhirieran a la causa. Aunque es el que registra el mayor número de miembros, no es el único grupo que ha sido creado en apoyo a la renuncia del presidente mexicano.
La demanda de la renuncia de Calderón Hinojosa también ha encontrado eco en Twitter, otra red social que cada día gana más adeptos en México. Aunque no se tiene el número exacto de personas que utilizan esta plataforma en el país, en enero de este año la revista Etcétera informó que México ocupaba el lugar 11 a nivel mundial en número de usuarios de Twitter, de acuerdo con un reporte de la empresa Sysomos, dedicada a analizar el impacto de las redes sociales.
A través de mensajes de no más de 140 caracteres, e identificados por el marcador #renunciacalderon, los usuarios de Twitter vierten a diario comentarios a favor de que Calderón Hinojosa deje el cargo.
El tema de su renuncia ha sido tan discutido por los tuiteros (como se les conoce a los usuarios de esta red) que incluso se posicionó entre los 10 tópicos más populares el 30 de agosto pasado.
Uno de los comentarios vertidos ese día por el usuario @taller2006, expresaba: “#renunciacalderon Porque un país tan hermoso como el nuestro no merece tener a una basura como tú de presidente”. El usuario @jcastells9 escribió en su cuenta: “aunque se lo pase por los huevos, son un reflejo de lo que pensamos de él. Entre más se diga, mejor #renunciacalderon”.
El descontento con el gobierno actual es la tónica de la mayoría de los comentarios que incorporan el marcador #renunciacalderon. En muchos casos, se incorporan marcadores de otros temas que también se han planteado en la agenda de esta red social, como el del incendio en la guardería sonorense ABC, en el que murieron 49 niños; la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, que dejó en el desempleo a más de 44 mil trabajadores; o el aumento de la violencia en el país.
El doctor en ciencia política Rodolfo Sarsfield refiere que las redes sociales virtuales, como Facebook y Twitter, se están configurando en mecanismos de participación política donde los ciudadanos pueden expresar sus preferencias, identidades e intereses de un modo multitudinario, ya que llegan a mucha gente de un modo fácil.
Además, Sarsfield señala que las discusiones vertidas en dichas plataformas son retomadas por medios de comunicación o por las propias personas en su vida diaria, con lo que tienen un “efecto multiplicador”.
Sin embargo, el investigador del Departamento de Derecho del Centro de Investigación y Docencia Económicas dice que las manifestaciones políticas que se generan en estas redes virtuales no son representativas en términos de opinión pública, debido a que el acceso a ellas continúa restringido a personas con un nivel socioeconómico y de formación política altos.
Para el diputado Clouthier Carrillo, el movimiento que se ha gestado en las redes sociales exigiendo la renuncia del presidente sencillamente “no existe”, pues en su opinión se trata de un mecanismo impersonal y no ve un verdadero compromiso ciudadano de parte de quienes “se esconden en la redes sociales”.
En opinión del legislador panista, el picar un botoncito para manifestar el apoyo a la renuncia de Calderón Hinojosa no hace ciudadanía y critica que la misma expresión de protesta no se manifieste en las elecciones, a las que considera como el espacio donde los ciudadanos pueden manifestar su inconformidad con sus representantes políticos.
“Para vivir mejor, renuncia Calderón”
Las expresiones en las plataformas digitales no han sido las únicas en las que se han manifestado el descontento con la actual administración y la exigencia de que Calderón Hinojosa sea removido del cargo presidencial.
En mayo pasado, cientos de organizaciones civiles y políticas, así como legisladores del Partido de la Revolución Democrática, PT y Convergencia, organizaron una consulta nacional para revocar el mandato a Calderón.
La campaña que antecedió a la consulta nacional incluyó la elaboración de 500 mantas con el lema “Para vivir mejor, renuncia Calderón” –ironizando un eslogan del gobierno federal–, las cuales fueron colocadas en distintos sitios públicos en todo el país.
El comité organizador de dicho movimiento también elaboró y difundió el documento Proclama a los pueblos de México para organizar la revocación de mandato de Felipe Calderón.
El documento manifiesta que la solución a la miseria, el desempleo y la inseguridad, así como la recuperación de “la dignidad nacional” es necesariamente la revocación del mandato a Calderón, a quien califican como “principal referencia de un régimen político corrompido y antinacional”.
Entre los motivos para la revocación, señalan el aumento de la pobreza, así como de la inseguridad y violencia en el país; además de que “ha degradado” al Ejército Mexicano al transformarlo en un ejército “de ocupación y contrainsurgencia al servicio de los oligarcas”.
Los más de 1 mil firmantes también acusan a Calderón de llevar a la economía nacional “al colapso”, dada la contracción del mercado interno, la destrucción de la planta productiva, una mayor dependencia técnica y científica, la devastación del campo y el fin de la autosuficiencia alimentaria, provocando mayor migración de trabajadores y afectando el nivel de vida de toda la población.
Además, lo señalan como responsable de “haber entregado ilegalmente el territorio nacional a empresas mineras, petroleras, agrícolas y hoteleras, solapando los daños ambientales y las afectaciones criminales en contra de pueblos y comunidades enteras”.
Francisco Saucedo, miembro del ya extinto Comité Nacional para la Revocación de Mandato de Felipe Calderón, reconoce que si bien la participación en la consulta no fue tan amplia como esperaban, se trató de “una iniciativa ciudadana que sobresalió respecto de la normalidad democrática que se vive en este país”, y por tanto, considera que sentó un precedente para “abrir expectativas”.
Leer articulo completo AQUI.Neutralizing DNS attack on Wikileaks
- Mirror. Dou you have available space on your website? Then you can help creating a mirror -ie a full copy of the Wikileaks website- and making it available under your own domain. That way Wikileaks will resist even the hardest attack because their data will be distributed across thousands of independent random sites all over the network. Here you have instructions to set up a mirror. After that, don't forget to register your mirror in order to make it reachable for anyone and: share it on your social networks.
- Subdomain. Are you the legal owner of a top level domain name? (like mydomain.org) Then go to your domain control panel and create a new subdomain "wikileaks" binded to the IP address 213.251.145.96. (new IP updated 2010.12.04 17:36) That way a new domain name will be created allowing global access to the censored Wikileaks server from your own domain.In my case the new domain is: wikileaks.susobaleato.eu. Again: don't forget to share your contribution in your social networks!
- Icon. Do you have a blog, personal webpage or the like? Then add in your frontpage or in a new post an image linking to the latter IP address. That way your page will show a Wikileaks logo allowing an easy access to the censored server by just clicking on it. This is an example HTML code you can copy&paste and adapt for your needings:HERE
- Post. Can you publish news or comment them? Some people, specially in northern countries, does still have the freedom to express themselves in public ;o). If you are one of those fortunate individuals, please think about what the censorship of wikileaks mean to your own freedom of speech. Yes, you are right: you are loosing your freedom of speech. Indeed, all we are loosing our freedom of speach. So please: spread the news. Tell your friends about the censorship event, notify them about your new wikileaks subdomain... sharing the Wikileaks mirror list could be a good idea.
"The first serious infowar is now engaged. The field of battle is WikiLeaks. You are the troops."
Updated 2010.12.05 17:53 GMT+1 I'm astonished. People from all over the world are massively accessing this page. More than 10.000 pageviews in less than 24 hours -and growing- from thousands of visitors all over the world -mainly Europe and USA- are turning this page as a central reference in the wikileaks struggle. I'm really impressed with the massive and global impact of this issue. I don't know how much time will Google (where this blog is hosted) resist the pressures to obscure this Wikileaks phenomena so: please share this post in your social networks (Facebook, Twitter and the like) to allow other people to engage the resistance against censorship by governments and corporations. Below you'll find a bunch of buttons to easily do that so: use them!
Please, don't give up. Freedom of speech, right to information: democracy itself: all they are now in our hands.
Wikileaks Mirrors
WikiLeaks strikes back. " Cut us down and the stronger we become "
Wikileaks is currently under heavy attack.
In order to make it impossible to ever fully remove Wikileaks from the Internet, you will find below a list of mirrors of Wikileaks website and CableGate pages.
If you want to add your mirror to the list, see our Mass Mirroring Wikileaks page
To open the Mirror List HERE.
Obama should resign if approved UN spying: WikiLeaks founder
MADRID — President Barack Obama should resign if it can be shown that he approved spying by US diplomatic figures on UN officials, the founder of WikiLeaks said in an interview published Sunday.
"The whole chain of command who was aware of this order, and approved it, must resign if the US is to be seen to be a credible nation that obeys the rule of law. The order is so serious it may well have been put to the president for approval," Julian Assange told Spanish daily El Pais.
"Obama must answer what he knew about this illegal order and when. If he refuses to answer or there is evidence he approved of these actions, he must resign," he added during an Internet chat interview published online.
WikiLeaks threw US diplomacy into chaos when it started releasing more than 250,000 classified State Department cables on November 28, creating an international firestorm as American diplomats' private assessments of foreign leaders and politics have been publicly aired.
According to one of the documents, US Secretary of State Hillary Clinton asked for UN personnel's telephones, emails, credit card details and frequent flier numbers.
The United States and other governments said the release of the documents broke their laws.
Assange gave the interview to El Pais on Saturday from an undisclosed location. The 39-year-old Australian is believed to be in Britain, and a report said he could be arrested this week.
WikiLeaks has come under intense pressure to close since it began releasing the trove of US State Department cables.
The site has already been forced to change its domain name and hop-scotch to servers around the globe as successive companies and countries bent to US arguments branding its divulgations over the past week "illegal".
It has also come under repeated cyber-attack, through a tactic known as distributed denial of service (DDoS) in which thousands of computers connect to its servers in a concerted attempt to knock them off-line.
Mirror websites, which replicate WikiLeaks's data, have sprung up on servers in various countries.
Interpol, meanwhile, has issued a "red notice" against Assange alerting all police forces that he is a wanted person in Sweden, which wants to question him "in connection with a number of sexual offenses", charges he denies.
"The organisation is strong. We have a lot of support, however we also have many attacks of different forms. From ongoing mass DDoS attacks to smears and the legal issues," said Assange.
He said WikiLeaks had "dozens" of people who were helping the organisation deal with the cyber-attack and set up the mirror websites "but it takes a lot of time for us to manage the process".
"We are automating that process and will soon have hundreds. If there is a battle between the US military and the preservation of History, we have insured History will win."
Assange said he and others who work for WikiLeaks had received "hundreds" of "specific" death threats from "US military militants".
"That is not unusual, and we have become practiced from past experiences at ignoring such threats from Islamic extremists, African kleptocrats and so on. Recently the situation has changed with these threats now extending to our lawyers and my children," he added.
Assange said he believed the "ripples are just starting to flow throughout the world" from the release of the State Department cables.
"But I believe geopolitics will be separated into pre and post cablegate phases," he said.
Assange will fight return to Sweden, says lawyer
Julian Assange's lawyer has said that the WikiLeaks founder will fight attempts to have him extradited to Sweden because he fears that it will be the beginning of a process which will ultimately see him handed over to the US authorities.
Mr Assange is wanted by the Swedish authorities for questioning over sexual allegations. A European arrest warrant has been circulated, but Mr Assange, who is currently in Britain, has yet to be arrested.
Yesterday his lawyer, Mark Stephens, told BBC1's The Andrew Marr Show that the warrant was a "political stunt" and that he would fight it on the grounds that it it could lead to the WikiLeaks founder being handed over to the US, where senior politicians have called for him to be executed. Mr Assange, 39, has come under growing pressure from politicians in the US and around the world after his WikiLeaks website started publishing excerpts from a cache of 250,000 secret American diplomatic cables last week. The leaks have caused the US huge embarrassment.
WikiLeaks difunde lista de lugares en México estratégicos para EU
Leer articulo AQUI.
WikiLeaks a la mexicana
En solidaridad con Ricardo Ravelo y el equipo de Proceso
Los políticos estadunidenses que han criticado la “amenaza” que para sus intereses implica la actividad de WikiLeaks tienen razón en repudiarla. El poder se sostiene no solamente con balas y armas, sino también sobre la base de la asimetría informativa. El que tenga más información sobre las acciones, los pensamientos y los planes de su adversario tendrá una clara ventaja ante el surgimiento de algún conflicto. Hoy, con la filtración de más de 250 mil comunicaciones diplomáticas, la cancha del juego se ha nivelado un par de grados. Los ciudadanos del mundo sabemos un poco más sobre cómo funciona el gobierno de Washington, y esto fortalece tanto a la democracia como a la defensa de los derechos fundamentales.
El doctor Ian Shapiro, de la Universidad de Yale, en su formidable obra El estado de la teoría democrática, define a la democracia como “un medio para manejar relaciones de poder con el fin de minimizar la dominación”. La celebración de elecciones populares sería, entonces, apenas un mecanismo más para fortalecer el ideal democrático. Otra vía, igualmente válida o incluso más importante, sería garantizar a los excluidos toda la información posible sobre las acciones y los pensamientos de los más poderosos. La reciente tarea de Julian Assange ha sido, entonces, eminentemente democrática y libertaria.
De acuerdo con el teórico holandés Mark Bovens, los derechos a la información deberían ser vistos como la cuarta gran ola histórica de derechos fundamentales, equivalente a los derechos civiles, políticos y sociales caracterizados en los textos clásicos de T. H. Marshall. Con el advenimiento de la “sociedad de la información”, el mundo necesita defender sin tregua este nuevo derecho, que es igual de importante que los otros, incluyendo el mismo derecho al voto.
En una entrevista con la revista Forbes, Assange afirma que su objetivo es evidenciar el “ecosistema de la corrupción” y hacer el capitalismo “más libre y ético”. No recurre al derecho para lograr sus fines porque se trata de “organizaciones que no obedecen el Estado de derecho”. Es simplemente imposible exigir cuentas por las vías normales a las agencias de inteligencia y a las grandes empresas trasnacionales. Su poder rebasa por mucho las capacidades de las instituciones de justicia y viven en un espacio de completa impunidad. La única opción es entonces recurrir a otro tipo de tácticas subversivas para equilibrar un poco el tablero de la dominación.
En otra entrevista, con la revista Time, el fundador de WikiLeaks afirma que su meta “no es lograr una sociedad más transparente, sino lograr una sociedad más justa”. Y la vía para conseguir este fin sería dando ejemplos de valentía y de resistencia que van contagiando al mundo entero. “Courage is contagious” (“la valentía es contagiosa”) es la frase que utiliza Assange para resumir el eje central de su estrategia. Afirma que más que el castigo, el miedo es la manera más efectiva para controlar a la sociedad. Por lo tanto, lo más peligroso para el sistema sería precisamente que la gente empiece a perderle miedo a la autoridad.
México necesita urgentemente de su propio proceso de filtración masiva para que la sociedad empiece a conocer las entrañas del sistema de impunidad y corrupción que predomina en el país. Las leyes de transparencia y la profesionalización de la actividad periodística nos han permitido asomarnos a la ventana para atestiguar algunos movimientos oscuros, pero todavía falta entrar por la puerta principal para ver cómo realmente funcionan los poderes estatales y fácticos cuando suponen que nadie los está viendo. Habría que demostrar a los que controlan el destino del país que no es tan fácil esconderse de la lupa ciudadana y traicionar la voluntad popular.
Un problema muy serio es, sin embargo, que desde la entrada en vigor de las leyes de transparencia, los servidores públicos ya no documentan sus decisiones más importantes. En lugar de levantar minutas pormenorizadas de sus reuniones, ahora se limitan a elaborar escuetas actas e informes sobre los acuerdos tomados. En lugar de enviar oficios, prefieren usar el teléfono para comunicarse o gestionar asuntos delicados. Hacen todo lo posible por no dejar algún rastro que posteriormente pueda ser usado en su contra.
El gobierno federal también ha hecho todo lo posible por evitar la divulgación de cualquier información relacionada con su estrategia de seguridad pública o sus relaciones en materia de seguridad con Estados Unidos. Asimismo, actualmente el sector privado se encuentra totalmente protegido de cualquier intento ciudadano por acceder a la información sobre sus operaciones. La negativa de la Secretaría de Hacienda a entregar la información sobre las exenciones fiscales, aun bajo una orden directa del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos (IFAI), y la vergonzosa intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en el caso, es apenas el ejemplo más reciente que confirma la vigencia de esta regla de oro que “blinda” al sector privado de la rendición de cuentas ciudadana.
Tal y como lo señala Assange, en México necesitamos más ejemplos de valentía pública de parte de políticos, servidores públicos y ciudadanos para generar un proceso de contagio que permita a la población perder el miedo ante el ejercicio arbitrario y autoritario del poder. ¿Manuel Espino divulgará los secretos sobre el funcionamiento interno del PAN y sus relaciones con la Iglesia y los poderes fácticos? ¿Gabino Cué y los antiguos colaboradores de Ulises Ruiz exhibirán todas las corruptelas y malos manejos del gobierno de Oaxaca? ¿Mario Marín y Fidel Herrera tendrán que rendir cuentas sobre sus abusos de poder? ¿Cuándo sabremos la verdad sobre las redes de corrupción que corroen las instituciones de seguridad pública en el país?
Los periodistas han estado haciendo su trabajo, y de forma particularmente admirable en la prensa escrita. Pero ha llegado la hora para que los futuros informantes internos se inspiren con el ejemplo de WikiLeaks y les ayuden a exhibir las entrañas del monstruo de la complicidad y la impunidad, que es el principal responsable de que México todavía se encuentre tan rezagado en materia económica, política y social. l
www.johnackerman.blogspot.com
Twitter: @JohnMAckerman
Torpe montaje de “El Noticiero”
Joaquín López Dóriga:
Acusan al semanario Proceso de recibir dinero del narcotráfico para acallar información.
A lo largo de los últimos años el tema del narcotráfico ha sido uno de los predominantes temas del semanario que fundó Julio Scherer García; su principal fuente de información han sido acusaciones e imputaciones de los llamados testigos protegidos, con el riesgo claro que implica dar por verdades consumadas dichos sin comprobar. Hoy las acusaciones se dirigen contra la revista Proceso y provienen de un jefe del crimen organizado, quien asegura que el semanario Proceso recibe dinero de jefes del narcotráfico.
Reportero Mario Torres:
Un reportero de la revista Proceso habría sido comprado por el crimen organizado, a decir de un testigo protegido; éste es un video en el que Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, declara ante un agente del Ministerio Público Federal.
Ricardo Ravelo de la revista Proceso está asignado a la información del narcotráfico y a la PGR. La revista Proceso ha dado seguimiento a los temas vinculados al narcotráfico y ha usado como base de muchos de sus artículos declaraciones de testigos protegidos; hoy uno de sus reporteros, Ricardo Ravelo, y la revista misma, se ven acusados por ese testigo colaborador.
Sergio Villarreal, alias El Grande, fue detenido por elementos de la Secretaría de Marina el 12 de septiembre en el estado de Puebla; era el principal operador de Héctor Beltrán Leyva, alias El H, líder de la organización criminal Beltrán Leyva.
4 de noviembre: Sergio Villarreal, alias El Grande, compareció ante el Ministerio Público Federal y en ese video se escucha a Sergio Villarreal decir que del 2003 a 2006 el reportero Ricardo Ravelo y la revista Proceso publicaron varios reportajes sobre su persona.
Dijo que en una reunión realizada en la Ciudad de México, en una casa de Arturo Beltrán Leyva, en San Ángel Inn, donde ubica como El Tapiz, se abordó el tema de los reportajes de Ricardo Ravelo de la revista Proceso; en esa reunión, además de él participaron José Alberto Pineda Villa, alias El Borrado, y un hombre a quien identifica como el comandante Bereta, y los escoltas de Arturo Beltrán Leyva. Y explicó que el comandante Bereta le dijo que era amigo del reportero Ricardo Ravelo de la revista Proceso y que podía hablar con él… que podía hablar con él para tranquilizar la situación.
En su declaración, Sergio Villarreal, alias El Grande, asegura que días después el comandante Bereta le dijo que ya había hecho contacto con el reportero Ricardo Ravelo…
Sergio Villarreal:
Para contarle cómo estuvo, ya Miguel va y habla con Ravelo a ver cuánto quiere, y le dice que quiere 50 mil dólares por dejarme de echar la prensa de la revista... Si va a los archivos de Proceso, va a ver que de perdida cada 15 días sale.
Mario Torres:
Ante el MPF, Sergio Villarreal dijo que aceptó entregar el dinero que pedía el reportero de la revista Proceso.
Sergio Villarreal:
Al decirme a mí, en palabras textuales, recuerdo bien que fueron: “Ok, está bien”, se los voy a dar los 50 mil dólares, y mágicamente ya no me vuelve a mencionar.
Mario Torres:
Declaró también que el periodista exigía un pago mensual.
Sergio Villarreal:
Quería un pago mensual y dije que no, que no se lo iba a dar.
Mario Torres:
A partir de ahí, según declaró Sergio Villarreal, la revista Proceso dejó de publicar reportajes relacionados con él.
Sergio Villarreal:
Podíamos mencionar a Arturo, a La Barbie, y así llenaban las páginas, y a mí no… cuando llegaba a salir, salía con una mínima mención.
Mario Torres:
Según este testimonio, la revista Proceso no se volvió a ocupar de El Grande hasta que fue detenido. Así lo declaró:
Sergio Villarreal:
No volvió a sacar una nota mía hasta ahora que recientemente salió un reportaje que incluso salí en una portada, siendo el principal en la cual sólo se incluyeron mentiras, pues me relaciona con personas que no conozco, aunque sí sé quiénes son, porque son personas públicas y a otras que sí, pero que no tienen nada que ver con la organización, como el caso del senador.
Mario Torres:
En la misma declaración ministerial también se lee:
Sergio Villarreal:
Sé que el periodista tiene comunicación con otros miembros de la organización, como Ismael Correin, alias El Judío.
Mario Torres:
También dice que varias organizaciones del crimen organizado entregan dinero al reportero Ricardo Ravelo, además de esta persona.
Sergio Villarreal:
Sé que diversas organizaciones le dan dinero al periodista, quien toma rachas contra alguna organización, y lo que hacemos es que le dan dinero y cesan las publicaciones, como en mi caso, que yo le mandé 50 mil dólares y con eso ya no aparecí en la revista Proceso.
Mario Torres:
Esta declaración forma parte de la investigación de la PGR en contra de la delincuencia organizada. l
Mentiras grandes... pero frágiles
Testigo estelar de la Procuraduría General de la República (PGR) y ahora “estrella de Televisa”, Sergio Villarreal Barragán, El Grande, ha sido para Proceso un personaje central de la historia reciente del narcotráfico mexicano, según consta en 27 reportajes publicados en el semanario y en diversos materiales incluidos en cuatro ediciones especiales, entre 2007 y 2010.
En un video y en una declaración ministerial que le fueron filtrados a Televisa –el miércoles 1 el consorcio ubicó como fecha del testimonio el “4 de noviembre” y después, el jueves 2, “corrigió” la fecha a “24 de noviembre”–, Villarreal Barragán afirma que entre 2003 y 2006 le pagó a este reportero 50 mil dólares por dejarlo de mencionar en los reportajes publicados en la revista.
A partir de ahí, según declaró Villarreal Barragán, este semanario dejó de publicar textos relacionados con él: “Podían mencionar a Arturo (Beltrán), a La Barbie, y así llenaban las páginas, y a mí no… cuando llegaba a salir, salía con una mínima mención”. Según esa declaración, la revista Proceso no se volvió a ocupar de El Grande hasta que fue detenido, en septiembre de este año.
El testimonio de Sergio Villarreal Barragán, El Grande, es falso. El primer reportaje que publicó este semanario sobre sus andanzas en el mundo del narcotráfico apareció en la edición 1583, del 4 de marzo de 2007, con la firma de Patricia Dávila. Ese año, según El Grande, ya había pagado a este reportero para que no se publicara nada en su contra.
En ese número de la revista se aborda la aparición de Villarreal Barragán como capo importante en la Comarca Lagunera. En uno de sus párrafos el texto dice: “La presencia del crimen organizado avanzó primero a la sombra de capos como Amado Carrillo, El Señor de los Cielos; Arturo González Hernández, El Chaky (lugarteniente de Ismael El Mayo Zambada), y ahora de Sergio Villarreal Barragán, El Grande.
“La influencia de este último se evidenció el 19 de febrero, cuando la Procuraduría General de la República dio a conocer el arraigo de Hugo Armando Reséndiz Martínez, subdelegado de la Procuraduría de Justicia de Durango, por su presunta relación con los homicidios de dos pilotos, un agente de la AFI, un empresario de Nuevo León y del dirigente perredista Jaime Meraz Martínez con su esposa, su hijo y su chofer.”
El siguiente reportaje en el que se incluyó a Villarreal Barragán se publicó en la edición 1594, del 20 de mayo de 2007, y está firmado por el reportero Arturo Rodríguez García.
Fechado en Torreón, Coahuila, el texto se refiere al caso del subprocurador Reséndiz Martínez, y en él se afirma: “El pasado jueves 17 (de mayo de 2007), a través de un comunicado, la dependencia informó que ejercerá acción penal contra el exfuncionario por delincuencia organizada y delitos contra la salud, ya que Reséndiz le daba información a Sergio Villarreal Barragán, El Grande, y a Arturo González, El Chaky”. Con base en información de la PGR, en dicho texto también se afirma que Villarreal Barragán es identificado como mando operativo del cártel de Juárez en La Laguna.
En otra edición de este semanario, la 1595, fechada el 27 de mayo de 2007, con el título Un video acusador, Armando Ruiz Arévalo, jefe antisecuestros en La Laguna, en un video grabado en el escondite donde un grupo delictivo lo mantenía secuestrado, sostiene que en abril de 2003 Sergio Villarreal Barragán se hizo cargo de la plaza en la Comarca Lagunera.
El 9 de septiembre de 2007, en un texto firmado por este reportero que se publicó en la edición 1610 de Proceso, en el que se aborda la ola de violencia –secuestros, desapariciones y homicidios– que azota a la Comarca Lagunera, se habla del descuartizamiento de un personaje conocido como Sabino Burciaga:
“Los pedazos del cuerpo de Sabino Burciaga tenían un mensaje amenazante dirigido a Sergio Villarreal Barragán, El Grande, a quien se identifica con el cártel de Sinaloa y está en disputa con Los Zetas por La Laguna”.
El tema del narcotráfico en La Laguna –antiguo feudo de Villarreal Barragán– se continuó abordando en este semanario sin cortapisas. En otro texto, éste de Patricia Dávila y publicado en la edición 1614, del 7 de octubre de 2007, se da cuenta de la protección que tenía Sergio Villarreal Barragán por parte de la entonces alcaldesa de Lerdo, Durango, Rosario Castro Lozano.
Dice el texto: “Fuentes del gobierno de Durango consultadas por la reportera sostienen que la exalcaldesa panista de Lerdo, Rosario Castro Lozano, es ‘protectora’ de El Grande, sucesor de El Chaky. Es más: añaden que a principios de este año impidió un operativo militar para detener a El Grande, quien posee tres ranchos en este municipio”.
El retrato criminal de Villarreal Barragán como amo y señor del narcotráfico en La Laguna fue publicado con la firma de este reportero en la misma edición de Proceso con el título Poderoso y protegido:
“Arropado por empresarios y políticos panistas, Sergio Villarreal Barragán, El Grande, se convirtió en el narcotraficante más poderoso de la Comarca Lagunera al servicio del cártel de Sinaloa: ni la Procuraduría General de la República ni el Ejército Mexicano han podido detener al capo, quien se jacta de tener compradas a todas las autoridades locales y federales.”
Centrado en la figura de Villarreal Barragán, el reportaje aborda toda la historia del presunto capo y, con base en el expediente 4/2007-III de la SIEDO, se afirma que la lista de gatilleros y operadores de la organización encabezada por Villarreal está integrada por personajes como José Luis Rodríguez, El Tenientillo, responsable del cobro y entrega de mercancía (cocaína), así como del pago de la protección de las autoridades federales, estatales y municipales.
Se menciona también que el brazo derecho de Rodríguez es David Rodríguez, El Teniente; que Claro Burciaga es el jefe de sicarios; Adolfo Villarreal Barragán, hermano de El Grande, es el brazo auxiliar de Sergio, y que Jorge Zamora, El Pollo, es el jefe de los halcones.
El reportaje añade: “José Luis Perea, El Pirrus, se encarga de acondicionar y tener disponibles las casas de seguridad del grupo criminal. José Guillén tiene la encomienda de mantener las cuotas y de corromper a los agentes ministeriales y de pagar sumas mensuales a comandantes y subprocuradores de La Laguna”.
El texto concluye así: “El poder criminal y económico de Villarreal Barragán es escudriñado por la PGR desde principios de este año. Pero una versión extraoficial indica que El Grande frenó las investigaciones en su contra mediante pagos millonarios. La semana pasada, sorpresivamente fue separado de la fiscalía que investiga a Villarreal el agente del Ministerio Público Ignacio Muñiz, quien colaboraba con el fiscal Raúl Hernández Trujillo. Hasta el momento se desconocen las razones por las que fue separado de la investigación e inclusive fuentes consultadas en la PGR aseguran que fue echado de la institución”.
Desplazado
Aunque era un capo en ascenso, Villarreal Barragán no siempre fue noticia ni personaje trascendente, pues otros acontecimientos –desapariciones, balaceras, temas de narcopolítica– cobraron más importancia. Sin embargo, no dejó de ser mencionado en las ediciones siguientes de este semanario, como la 1668, del 17 de octubre de 2008:
“(…) También está recluido el exsubprocurador de Justicia de Durango Hugo Armando Reséndiz Martínez, acusado de delitos contra la salud y delincuencia organizada. De acuerdo con la PGR, el exfuncionario está relacionado con varias ejecuciones, así como con filtrar datos confidenciales de dos operadores del cártel de Juárez: Sergio Villarreal Barragán, El Grande, y Arturo González Hernández, El Chaky”.
Villarreal Barragán volvió a ser mencionado cuando Proceso, en su edición 1679 (4 de enero de 2009) se ocupó de investigar la ligazón de intereses entre funcionarios de la SIEDO y el narcotráfico, lo que derivó en una investigación que la misma PGR denominó Operación Limpieza.
Firmado por este reportero y con el título Instrumentos sucios de la Operación Limpieza, en el texto se ahonda en el tema de la corrupción en la SIEDO al haber sido infiltrada por la organización encabezada por los hermanos Beltrán Leyva, a la que El Grande pertenecía. Con base en información oficial se afirma que los Beltrán pagaban medio millón de dólares a funcionarios de la PGR a cambio de protección e información.
En dicha historia se menciona a Sergio Villarreal Barragán, de quien se dice que recibía protección de Javier Jiménez Sánchez. Respecto de Villarreal se añaden estos datos: “Fue agente ministerial y estuvo adscrito al área de robo de vehículos en Coahuila, pero se pasó al cártel del Golfo y actualmente es un operador de los Beltrán Leyva en La Laguna y en el estado de Morelos, uno de sus principales refugios”.
El tema de la Operación Limpieza se tocó en varias ediciones de Proceso por tratarse de un asunto de interés público en el que salieron a relucir datos y evidencias de la colusión de funcionarios públicos con el narcotráfico.
Por ello, en el número 1683, del 1 de febrero de 2009, se menciona a Villarreal Barragán como una pieza clave del cártel de los hermanos Beltrán Leyva para corromper a funcionarios de la SIEDO. En el mismo reportaje se hace referencia al papel que jugó el capitán Fernando Rivera, quien fue jefe del Área de Inteligencia de la SIEDO, acusado de servir a la organización de los Beltrán Leyva.
Rivera se hizo testigo protegido. En el texto se incluye a Sergio Villarreal Barragán en estos términos: “El testigo está acusado de delitos relacionados con la delincuencia organizada, dentro de las investigaciones que derivaron en la Operación Limpieza. Concretamente se le acusa de formar parte del grupo de funcionarios de la SIEDO que servía al cártel de Sinaloa y a capos como Sergio Villarreal Barragán, afincado en la Comarca Lagunera”.
Con el título Capos, los verdaderos jefes de la SIEDO, en la edición 1681, del 18 de enero de 2009, este reportero se volvió a ocupar de la Operación Limpieza y de Villarreal Barragán con base en los datos de la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/0241/2008.
El reportaje señala en uno de sus párrafos centrales: “Asimismo, el capo Sergio Villarreal Barragán, El Grande, operador de los Beltrán en la Comarca Lagunera, Nuevo León y Morelos, aparece como protagonista de una historia truculenta: pretendió controlar a los policías adscritos a la SIEDO para que le brindaran protección y así traficar drogas sin ser molestado.
“El testigo Saúl –cuyo nombre real es Milton Cilia Pérez, quien fungió como comandante en la SIEDO, detalló el 4 de agosto de 2008 la manera en que se entablaron las negociaciones con Sergio Villarreal Barragán, El Grande, un narcotraficante ligado a los Beltrán Leyva que sigue impune. El Grande pretendía controlar las dos policías adscritas a la SIEDO.”
En otro texto firmado por este reportero, Se buscan soplones (Proceso 1692, del 5 de abril de 2009) Sergio Villarreal Barragán volvió a ser referido ante los fallidos intentos de la PGR por detenerlo.
En el texto se mencionan los vicios y fallas del programa de testigos protegidos de la PGR: “Testigos protegidos consultados por este reportero y que pidieron el anonimato por temor a represalias de la PGR aseguran que se encuentran frustrados y desesperados debido a que desde hace varios años están siendo utilizados por la SIEDO para denunciar a capos importantes a los que sirvieron y que, sin embargo, no son detenidos.
“Uno de los casos más sorprendentes, aseguran, es que la PGR dispone de un voluminoso expediente sobre el capo Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, quien opera para los hermanos Beltrán Leyva y no lo pueden detener a pesar de que los testigos que lo incriminan han dado pelos y señales de los lugares que frecuenta en la Comarca Lagunera, como los bares El Grande (presuntamente de su propiedad) y La Masacuata, ubicado en Gómez Palacio, Durango.”
En ese reportaje se menciona la destitución del agente del Ministerio Público Ignacio Muñiz, quien tenía a su cargo la investigación sobre Villarreal Barragán. Muñiz fue reemplazado por Moisés Jiménez Hipólito, de quien se afirmó: “También perdió el control de la investigación, pues varios de sus subalternos han extorsionado a empresarios del ramo automotriz, de venta y renta de casas que presuntamente están relacionados con el narcotraficante Sergio Villarreal Barragán”.
Abundantes menciones
En las ediciones 1699 (24 de mayo de 2009), 1717 (27 de septiembre de 2009), 1729 (20 de diciembre de 2009) y 1730 (27 de diciembre de 2009) este reportero le siguió los pasos a Villarreal Barragán, a quien siempre se le mencionó como principal operador de la célula de los hermanos Beltrán Leyva.
Después de la caída de Arturo Beltrán Leyva en diciembre de 2009 durante un operativo de la Marina, el reportero abordó otros episodios de la historia de Villarreal Barragán en un reportaje titulado Tras la vacante criminal, que se publicó en la edición 1730.
En dicho texto se habla de los personajes que se disputarían la posición del llamado Jefe de Jefes:
“Luego del tiroteo que segó su vida (la de Arturo Beltrán), los nombres de Édgar Valdez Villarreal; Sergio Villarreal Barragán, El Grande, y Héctor Beltrán, El H, se disputan el control de buena parte del Pacífico mexicano, así como la plaza de Morelos, donde se afincó la organización de los hermanos Beltrán Leyva con la protección policiaca y presuntamente de algunos miembros del Ejército.”
En las ediciones 1747 (25 de abril de 2010), 1754 (13 de junio de 2010), 1757 (4 de julio de 2010), 1759 (18 de julio de 2010), 1760 (25 de julio de 2010), 1766 (5 de septiembre de 2010) y 1772 (17 de octubre de 2010) de este semanario, Sergio Villarreal Barragán es mencionado en diversos temas del narco, así como de crímenes y escándalos de corrupción oficial.
Incluso en el número 1754, bajo el título de Narcoamigos en el Senado, la reportera Jesusa Cervantes cuenta la historia del presunto encuentro del entonces presidente electo, Felipe Calderón, con Sergio Villarreal Barragán y el senador Guillermo Anaya Llamas, durante el bautizo de la hija de éste.
En uno de los párrafos de ese texto, la reportera señala: “Entre los invitados, a un lado de la mesa de Calderón, estuvo Sergio Villarreal Barragán, El Grande, uno de los capos más buscados por el gobierno mexicano y recientemente por el estadunidense”.
Villarreal Barragán volvió a ser figura central de un reportaje de Proceso el pasado 21 de noviembre, cuando este reportero tuvo acceso a las declaraciones ministeriales del presunto capo, contenidas en la averiguación previa PGR/SIEDO/UETMIO/0992010/2010.
En dicho testimonio, El Grande habla de su presunto encuentro con Calderón, con quien lo presentó el senador Guillermo Anaya. Ante el presidente, Villarreal le dijo que estaba a sus órdenes para lo que se le ofreciera, a lo que Calderón contestó, según el capo, “igualmente”.
Con base en el testimonio de El Grande, en dicho reportaje se detallan varias historias de muertes y corrupción institucional, pues el presunto capo afirma que él mismo se encargó de la logística para asesinar al agente federal Édgar Millán Gómez y planeó, por órdenes de su jefe Arturo Beltrán, la ejecución de dos funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública, Luis Cárdenas Palomino y Armando Espinoza de Benito. Al primero porque le pagaron una suma y no se reportó con el cártel, y al segundo porque Arturo Beltrán estaba enojado debido a que recibía dinero de Joaquín El Chapo Guzmán.
En esa misma edición, el reportero Arturo Rodríguez cuenta la historia de la demanda que interpuso en su contra el senador Guillermo Anaya después de la información que publicó en la que se habla de la asistencia de El Grande al bautizo de la hija del legislador panista.
El más reciente reportaje bajo la firma de este reportero se publicó el 28 de noviembre último y se titula Testigos protegidos… creerles a conveniencia.
En el texto se cuentan varias historias de testigos protegidos que se quejan de que en la SIEDO son forzados a enderezar acusaciones contra personas que no conocen, y también señalan que les mutilan las declaraciones cuando señalan a funcionarios del gabinete federal.
Con estos elementos se echa por tierra el testimonio acusador de Villarreal Barragán en el sentido de que pagó a este reportero para no aparecer en reportajes de Proceso. Su historia y sus andanzas, así como sus nexos con políticos del régimen, han sido mencionados en todos los textos referidos. l
Televisa, poderosa y servicial
MÉXICO, D.F., 4 de diciembre (Proceso).- En estos días, como desde hace 34 años, Proceso ejerce su vocación y compromiso: el periodismo político. No es lo nuestro ni la criminología ni la criminalística. Menos aún, la aplicación de la justicia.
Por convicción, por desmesura o por desatino, desde el primer día de su gobierno Felipe Calderón hizo pasar al narcotráfico del terreno penal al político. En pos de legitimación, le declaró la guerra a los cárteles y, sin consenso, la convirtió en política de Estado. En automático, el narcotráfico y la guerra de Calderón se volvieron tema natural y recurrente de Proceso.
Este semanario ha cubierto la guerra de Calderón sin reticencias –guerra en la que se ha vertido más sangre que tinta en reseñarla, podría decirse, evocando a Joseph Roth–, incluso con riesgo de la integridad física de sus reporteros, enviados, corresponsales y fotógrafos. Y lo ha hecho utilizando las herramientas propias del periodismo de investigación del mundo de hoy. En ese seguimiento, las investigaciones de Proceso han dado cuenta de las fallas, errores, abusos y fracasos de la estrategia contra el narcotráfico, contrariando el discurso presidencial. Aún más: los reportajes de la revista han tocado el presunto tabú de la relación entre los capos del narcotráfico y la política y han llegado hasta el máximo nivel, la casa presidencial. Calderón lo ha intentado, pero no ha podido hacer prevalecer la mentira sobre la verdad.
El poder público requiere consustancialmente de lo que los politólogos llaman medios disponibles. Ambos, poder y medios adláteres, tienen sus propios intereses pero comparten por lo menos uno: la conservación de sus privilegios. Televisa es un medio disponible para el actual gobierno. No es el único; sí es el más poderoso y servicial.
En cambio, un medio de comunicación independiente acaba convirtiéndose, para un gobierno autoritario, en un enemigo real o imaginado. Así lo es Proceso para el gobierno que encabeza Calderón. Por ello emprendió un embate desproporcionado contra nuestro semanario –el día mismo de su cuarto cumpleaños como presidente– a través de su medio disponible preferido y de su conductor estrella, Joaquín López Dóriga. Aún ignoramos si es venganza, revancha o amenazadora advertencia. Olvidan quienes participan en la agresión, gratuitamente o no, que los lectores de los medios impresos independientes no son factores pasivos, sino activos, que con su juicio ponen en evidencia la calidad o la falta de calidad de sus contenidos. Este es uno de los principios que rigen la comunicación en las sociedades modernas. La fuerza imbatible de Proceso está precisamente en ellos, los lectores.
Hoy es Calderón. Mañana, quizás, Enrique Peña Nieto. Los medios disponibles al poder público, Televisa por delante, siempre estarán puestos para decir: a sus órdenes, señor.
Ricardo Ravelo de Proceso en entrevista con Carmen Aristegui
http://www.youtube.com/watch?v=39_OKarpHr0
http://www.youtube.com/watch?v=ncwtc44gkTI
Huesos del CEN del PAN para cuates y familiares de Calderón
Leer articulo completo AQUI.
Diez años de desilusión
“Este es el invierno de nuestro descontento”, anuncia el duque de Gloucester en la obra shakesperiana Ricardo III. Y vaya que lo es en México tras 10 años de gobiernos panistas en la Presidencia: 10 años con logros como la estabilidad macroeconómica, la expansión de las libertades, el crecimiento de la vivienda, la consolidación del programa Oportunidades, algunas reformas obtenidas en el Congreso. Logros sin duda, pero demasiado pequeños para el tamaño de los retos que México tiene enfrente y que ha ignorado. Mientras tanto, Felipe Calderón convoca a impedir la “tragedia” que significaría el regreso del PRI a Los Pinos, y las encuestas colocan a Enrique Peña Nieto a 40 puntos de ventaja sobre cualquier adversario.
La verdadera tragedia es que el PAN mismo ha contribuido a crear ese escenario. Lleva 10 años produciendo presidencias que no han podido o no han querido pelear por la modernización de México y han preferido conformarse con su inercia; celebrar su estancamiento; darse palmadas en la espalda por las crisis que evitaron y por los riesgos que no tomaron. Vicente Fox será recordado en gran medida por todo lo que pudo hacer y no hizo. Felipe Calderón, por la primacía que le dio a una guerra que no pudo ganar. Por todo lo viejo del antiguo régimen que sigue vivo entre nosotros.
Ambos se convirtieron en presidentes que no quisieron lidiar con los vicios del viejo sistema y erradicarlos. Dos líderes que no pudieron encarar a los peores demonios del PRI como forma de vida y encontrar la manera de exorcizarlos. Incapaces de entender que con la transición tenían ante sí la posibilidad de transformar y no sólo de preservar. Alguien como Vicente Fox, quien había denunciado a las tepocatas, a las alimañas y a las víboras prietas para después tomarse la foto junto a ellas.
Vicente Fox prefirió vender antes que gobernar. Prefirió promover antes que cambiar. Prefirió viajar a lo largo del país antes que comprender lo que debía hacer para echarlo a andar. Prefirió conformarse con la estabilidad macroeconómica, sin pensar en lo que tendría que haber hecho para construir una economía más dinámica sobre sus cimientos. Prefirió mirar el vaso medio lleno, sin ver que la mirada mundial lo ve cada vez más vacío. Un país económicamente estable pero paralizado, subsidiado por su petróleo y sus migrantes. Quizás mejor que ayer para algunos, pero igual que ayer para muchos.
Un país que –en términos de reformas profundas y necesarias– lleva 10 años dormido. Ignorando los retos que la globalización exige: una economía más competitiva, una mano de obra más productiva, una población más educada, un capitalismo más dinámico que genere riqueza y –al mismo tiempo– tenga los incentivos para distribuirla mejor. Un país con logros que palidecen ante el peso de los problemas que Vicente Fox y Felipe Calderón dejarán tras de sí.
Un México más libre pero más polarizado. Un México con más crédito pero con más crimen. Un México con más vivienda pero con más narcotráfico. Un México con más Oportunidades del cual un número creciente de personas decide emigrar. Un México con un Estado más descentralizado pero más acorralado por intereses particulares cada vez más poderosos. Un México con baja inflación y alta concentración de la riqueza. Un México dividido en un Norte violento y un Sur estancado. Un México que va perdiendo la ventaja competitiva de su cercanía con Estados Unidos, mientras lamenta el surgimiento del antimexicanismo que su letargo y su violencia han contribuido a desatar.
Quizás Vicente Fox y Felipe Calderón no son responsables de esta larga lista de sinsabores, ya que el PRI como partido mañoso y obstructor también carga con una parte de la culpa. Pero en muchos casos los presidentes panistas han exacerbado los problemas existentes. Por acción y por omisión. Por lo que hicieron y por lo que dejaron de hacer. Por las viejas reglas del juego que no modificaron y con las que permitieron que los poderosos y los privilegiados en México siguieran jugando. Por todo aquello frente a lo cual Vicente Fox cerró los ojos o volteó la mirada. Por la frivolidad desplegada que su propia esposa fomentó. Por las negociaciones difíciles que debió haber emprendido y eludió. Por el vacío de poder que produjo y que otros llenaron. Porque a lo largo de seis años Fox fue un candidato permanente pero un presidente intermitente. Fue un porrista de tiempo completo pero un jefe de Estado que llevó a éste a su debilitamiento.
Y ese probablemente es el peor legado foxista con el cual Felipe Calderón no ha podido lidiar. Un Estado que en rubros cruciales ha perdido la capacidad para serlo. Un Estado que existe para proteger la seguridad de la población pero no puede hoy asegurarla. Un Estado que existe para gobernar en nombre del interés público que ha sido rebasado por los intereses fácticos. Un Estado acorralado por las fuerzas que debería articular pero frente a las cuales se ha rendido. Un Estado arrinconado por los múltiples “centros de veto” que constriñen su actuación. Los monopolistas rapaces y los líderes sindicales atrincherados y las televisoras chantajistas y los empresarios privilegiados y los movimientos sociales radicales y los priistas saboteadores que ofrecen pactar pero sólo para diluir. Todos los que ejercen el poder informal en México. Todos los que han llenado el hueco que la Presidencia encogida deja allí.
En días recientes, Felipe Calderón ha argumentado que sería una “tragedia” volver al pasado con la corrupción, las complicidades y la opacidad que lo caracterizaron. El problema es que la tragedia ya está aquí entre nosotros. Encarnada en cada momento en que Felipe Calderón pactó con Elba Esther Gordillo, protegió a Juan Camilo Mouriño, salvó a Juan Molinar, se negó a entregarle datos al IFAI, se doblegó ante Televisa y no encaró a Carlos Slim. La tragedia de dos presidentes panistas: uno que sacó al PRI de Los Pinos y otro que lo regresará allí. Dos presidentes que salen relativamente mejor librados que sus peores predecesores, pero eso es poco decir. Dos figuras que sembraron esperanzas pero ahora cosechan reclamos. Al juicio de la historia le corresponderá aclarar si las presidencias desilusionantes de Vicente Fox y Felipe Calderón se explican por constricciones estructurales al margen de su temperamento o si ellos mismos las exacerbaron. Por miedo o flojera o ausencia de audacia o falta de experiencia. Sea cual sea la respuesta, el último presidente panista a dos años de terminar su periodo está inmerso en una tragedia como la definió Albert Schweitzer: “lo que muere dentro de un hombre mientras él sigue vivo”.
Hasta el último segundo
México, DF; 5 de diciembre (Apro).- Hace cuatro años, días antes de ocupar Los Pinos, Felipe Calderón se reunió con los periodistas que siguieron su campaña presidencial y los meses de la animosidad que dejó su cuestionado triunfo en las urnas. Eran días de tensión e incertidumbre. No se sabía si, en efecto, juraría en el Congreso como presidente constitucional de México.
En esa reunión se quejó abiertamente de Proceso. Dijo que no entendía por qué con su cobertura contribuía a un ambiente “golpista” si el fundador de la revista, Julio Scherer García, había sido, precisamente, víctima de un golpe en 1976 y expulsado de la dirección del periódico Excélsior.
Calderón hizo pública su querella, dolido por la cobertura periodística del semanario a su campaña presidencial como un candidato sin carisma, desconectado de la población, con el abierto apoyo de la presidencia de la República y de la cúpula empresarial y, sobre todo, como promotor del odio y la división.
Su encono respondía también a la decisión de la revista de requerir al Instituto Federal Electoral y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación las
boletas de su elección para hacer un recuento independiente, mediante una muestra, de los votos que en efecto obtuvo los comicios que también reclamó para sí Andrés Manuel López Obrador.
Por su naturaleza autoritaria, Calderón nunca entendió que la petición de la revista estaba lejos del ánimo “golpista”, sino que obedecía a la transparencia y al ejercicio de acceso a la información, vitales para una sociedad democrática.
Desde los primeros días del sexenio, su talante ya había operado la primera agresión contra la prensa al emplazar al periodista radiofónico y empresario mediático José Gutiérrez Vivó a “portarse bien” o prepararse para la estocada final de su proyecto periodístico de 33 años que, en pleno régimen autoritario priista, abrió la crítica en medio del control informativo.
Meses después acabó por darle la puntilla al proyecto periodístico Monitor de Gutiérrez Vivó, quien durante la campaña presidencial de 2006 tampoco fue adulador del candidato oficial; lo que le valió acusaciones de favorecer al principal candidato opositor. Aún cuando el empresario se hubiese inclinado por López Obrador, nada le impedía que lo hiciera, salvo la intolerancia y el autoritarismo.
Antítesis de la democracia, tales conductas pronto se repitieron en el caso de la periodista Carmen Aristegui, quien en su noticiario matutino de la cadena W aún desde antes de que llegara a Los Pinos se volvió incómoda no sólo para Calderón, sino para los propios concesionarios de ese espacio público radioeléctrico, nunca mejor dicho, dueños de la estación: Televisa.
Confabulados, el poder formal y el poder fáctico se deshicieron de Aristegui, quien estuvo un año fuera de los micrófonos por temor de los empresarios a perder la gracia presidencial si incorporaban a la periodista. Finalmente, llegó al grupo MVS, que tampoco ha sido ajeno a la presión y el chantaje gubernamental.
El pasado miércoles 1 de diciembre, justo en el cuarto año de haber ocupado la residencia presidencial, Calderón lanzó un nuevo golpe de la mano de Televisa. Arremetió contra Proceso en su más puro estilo autoritario, con el uso faccioso del aparato de justicia y en asociación con el grupo empresarial que desde hace décadas es una rémora para la democracia en México.
En un burdo montaje, como uno más de los que han caracterizado a su gobierno, –el más conocido hasta ahora, también con Televisa, fue en el caso de la ciudadana francesa Florence Cassez, procesada por secuestro– acusó al reportero de Proceso, Ricardo Ravelo, de recibir dinero del narcotraficante de Sergio Villarreal Barragán, El Grande, para dejar de publicar sobre él y sus encuentros con políticos.
Uno de ellos, incluso, con el propio Calderón durante la fiesta de bautizo de la hija del senador del PAN y compadre del presidente Guillermo Anaya. Basta una revisión de lo publicado por la revista para desmentir el supuesto arreglo.
No es la primea vez que Calderón actúa contra el semanario. Además del boicot publicitario –como lo hiciera el PRI en 1982 y Vicente Fox en 2005–, en julio del año pasado vinculó a la revista con el cartel del narcotráfico conocido como La Familia Michoacana.
A través de su policía, el secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, presentó a una célula de esa organización con ejemplares de varias ediciones junto a las armas, aparatos de telecomunicación, dinero y llaves de autos con los que operaban los detenidos. Además, difundió un video en el que uno de los inculpados se refería a la revista como uno de los implementos con los que actuaba Servando Gómez, La Tuta, uno de los líderes de esa organización.
Calderón y García Luna colocaron, de esa manera, al medio y a sus reporteros en el blanco de cualquier organización delictiva en su confrontación con La Familia.
Ahora la agresión de Calderón es más grave. Acusa a la revista, no sólo al reportero, de estar pagado por el narcotráfico. Gravísimo en sí mismo, el
señalamiento expone aún más a Proceso. Calderón y Televisa tienen motivos de sobra para emprender una represalia. Los abusos de ambos en detrimento de la vida pública de México han sido exhibidos reiteradamente por la publicación.
En aquella reunión de fines de 2006 con los periodistas, el entonces presidente electo obvió que el golpe contra el Excélsior de Scherer fue orquestado desde la
presidencia. Luis Echeverría, como él ahora, también arremetió en venganza.
Sus críticos deben estar preparados. El castigo puede llegar hasta en el último segundo de su gobierno.
jcarrasco@proceso.com.mx