Prisiones flotantes
El buque militar USS Peleliu. Tortura a bordo
Al menos unos 17 buques militares de Estados Unidos han sido utilizados, en su “guerra contra el terrorismo”, como secretas “prisiones flotantes”. Un informe de la ONG londinense Reprieve identificó a casi una veintena de esos barcos en los que, dice, han sido retenidos, interrogados y torturados miles de “sospechosos” de actividades terroristas. El organismo calcula que por esas embarcaciones, que hasta ahora mantienen recluidos a un número indeterminado de “desaparecidos”, han pasado unas 80 mil personas...
LONDRES.- “Prisiones flotantes”, denominan a por lo menos 17 buques militares utilizados en secreto por Estados Unidos para retener, trasladar, interrogar y torturar a miles de sospechosos de actividades de terrorismo que, en su mayoría, permanecen “desaparecidos” o sin ubicación precisa. Así lo denuncia un informe publicado el pasado 2 de junio en Londres por Reprieve, organismo de derechos humanos fundado en 1999 y que representa a prisioneros en espera de ser ejecutados, así como a personas capturadas en la “guerra contra el terrorismo”.Tras una investigación de cinco años, la ONG señala que Washington intenta esconder la identidad, el número y el lugar donde se encuentran esos detenidos transportados o recluidos en “buques fantasma”. De acuerdo con el documento de 25 páginas –que será ampliado y divulgado nuevamente a fines de año–, los datos de las “prisiones flotantes” son escondidos por el gobierno estadunidense para evitar que los medios de comunicación y organismos internacionales de derechos humanos detengan el operativo e impidan esas prácticas. Reprieve, ente no gubernamental integrado por abogados de derechos humanos y expertos en leyes internacionales, logró recopilar esa información a partir de comunicados secretos de las fuerzas militares estadunidenses, del Consejo de Europa y de organismos parlamentarios, así como de exprisioneros que denunciaron vejaciones.Según la ONG con sede en Londres y con oficinas en Estados Unidos, Australia y Holanda, desde 2006 se han presentado al menos 200 nuevos casos de “rendición extraordinaria” de personas sospechosas de realizar actividades terroristas, pese a que en el año mencionado el presidente estadunidense George W. Bush declaró que esas prácticas habían sido suspendidas por completo.Además, el grupo de abogados acusó al gobierno británico del primer ministro Gordon Brown de haber prestado ayuda en las llamadas “prisiones flotantes de Guantánamo”, sobre todo al permitir que esas embarcaciones hicieran “escala” en la isla inglesa de Diego García, en el océano Índico.El informe muestra cómo Estados Unidos ha utilizado desde 2001 hasta 17 buques de guerra para trasladar a sospechosos de terrorismo, quienes fueron arrestados, interrogados a bordo y luego entregados en secreto a terceros países, donde habrían sido torturados para extraerles información.Entre las “prisiones flotantes” que han participado en esos operativos se identifica a los buques USS Bataan y USS Peleliu, que intervinieron en la invasión anglo-estadunidense en Irak, en marzo de 2003, y a otros 15 barcos que al parecer operaron en la isla británica de Diego García, utilizada como base de las fuerzas armadas estadunidenses.El USS Bataan, un buque anfibio de ataque clase Wasp, de 257 metros de largo por 32 de ancho, puede transportar hasta 3 mil 200 personas y formó parte de la flotilla de operaciones militares en Irak y Afganistán. Cuenta con un hospital para 600 personas.A su vez, el USS Peleliu es un barco de asalto anfibio tipo Tarawa, también de ataque. Mide 250 metros de largo y 32.5 de ancho. Puede transportar hasta 2 mil 805 personas, y fue empleado en la Operación Libertad de Irak el 22 de agosto de 2003. Otras “prisiones flotantes” identificadas hasta ahora son: USNS Stockham –barco utilizado para proveer apoyo al Cuerpo de Marines–, USNS Watson, Watkins, Sister, Charlton, Pomeroy, Red Cloud, Soderman y Dahl, MV PFC William B. Baugh, Alex Bonnyman, Franklin J. Phillips, Louis J. Huage Jr. y James Anderson Jr.Además, Reprieve destaca que le han causado “mucha preocupación” las actividades secretas, a principios de 2007, del buque USS Ashland en las costas de Somalia, donde habría conducido operaciones de seguridad marítimas para capturar a supuestos miembros de Al-Qaeda. Allí, sostiene la ONG, muchas personas fueron secuestradas por las fuerzas somalíes, kenianas y etiopes, en operativos sistemáticos “de interrogatorios regulares” conducidos por miembros del FBI y de la CIA. Al menos cien personas fueron “desaparecidas” en prisiones de Kenia, Somalia, Etiopía, Djibouti y la Bahía de Guantánamo, según el organismo londinense de derechos humanos.Reprieve afirma que numerosos detenidos y secuestrados fueron interrogados y torturados en el USS Ashland y otros barcos anclados en las costas del Golfo de Adén, al sur de Yemen.La extensa investigación incluye detallados testimonios de prisioneros que fueron liberados de Guantánamo, quienes describen en detalle historias de compañeros arrestados en las “prisiones flotantes”.
Testimonios“Uno de mis compañeros (…) estuvo detenido en un buque estadunidense con otras 50 personas antes de llegar a Guantánamo. Estaba en una jaula junto a la mía (...) Él me dijo que había otras 50 personas en la embarcación. Estaban todos hacinados en el fondo del buque. Me dijo que era como en las películas que se ven en la televisión. Los detenidos eran golpeados incluso de forma más severa que en Guantánamo”, testimonia uno de los exprisioneros, identificado sólo con la letra “X”, ya que su nombre es mantenido en secreto por razones de seguridad.“Los tenían encadenados, los golpeaban salvajemente. Aún siguen en mi memoria esos gritos de desesperación”, apunta.Clive Stafford Smith, director legal de Reprieve, declaró el 2 de junio pasado a Proceso que Estados Unidos decidió utilizar los buques fantasma “para tratar de mantener sus operativos ilegales lo más lejos posible de los ojos de los medios y de los abogados, pero nosotros eventualmente reuniremos a esos prisioneros fantasma con sus derechos”.El propio gobierno de Estados Unidos admite que tiene detenidas en prisiones secretas “al menos a 26 mil personas, y nuestra información sugiere que unos 80 mil habrían pasado ‘a través del sistema de prisiones flotantes’ desde 2001. Las autoridades estadunidenses deben respetar los derechos humanos básicos y revelar la identidad de los arrestados: quiénes son, dónde están, qué se ha hecho con ellos”, manifestó el jurista.Por su parte, Andrew Tyrie, legislador conservador británico que preside un comité parlamentario sobre el tema, exhortó desde la Cámara de los Comunes a Estados Unidos y a Gran Bretaña “a dar a conocer todo lo que sepan sobre estos detenidos-desaparecidos”.Tyrie denunció el día 3 de este mes al gobierno británico por supuesta complicidad con Washington mediante el uso de la isla Diego García para el traslado de prisioneros sospechosos de terrorismo a través de los “vuelos de rendición”. Según el parlamentario con amplia trayectoria en la lucha de derechos humanos, Gran Bretaña violó la Convención de la ONU contra la Tortura.“El canciller británico (David Miliband) se ha visto forzado a admitir que dos ‘vuelos de rendición’ recargaron combustible en Diego García, a pesar de las garantías dadas por Estados Unidos y Gran Bretaña acerca de que esos vuelos no habían existido”, declaró Tyrie a Proceso tras haber hecho la denuncia ante la Oficina del Comisionado de Información en Londres. “Claramente, la gente concluirá que esas garantías no tenían valor. El gobierno británico debe ser investigado como consecuencia de ello”, agregó. Ante la difusión de esta información, el portavoz de la Marina estadunidense, comandante Jeffrey Gordon, manifestó en un comunicado emitido en Washington: “No hay facilidades de detención en los buques de la US Navy”.Sin embargo, reconoció que algunos individuos fueron trasladados en buques “por algunos días”, en lo que el militar denominó “días iniciales de detención”.El 12 de febrero de este año, el canciller Miliband se vio obligado a pedir perdón al Parlamento británico tras aceptar que dos aviones de “vuelos de rendición” aterrizaron en secreto en la isla de Diego García. Según el jefe del Foreign Office (Cancillería británica), en 2002 las aeronaves, con un detenido cada una, recargaron combustible. Empero, se negó a identificar a los reos. Por su parte, Stafford Smith cree que uno de ellos habría sido Muhammad Saad Iqbal Madni, un ciudadano egipcio-paquistaní capturado en Jakarta, Indonesia, en enero de 2002. El sospechoso insistió en su inocencia y denunció haber estado detenido 92 días bajo custodia egipcia antes de ser transportado a Afganistán –donde permaneció 11 meses– y a la Bahía de Guantánamo, donde estuvo preso seis meses. En ese lapso, intentó suicidarse en varias ocasiones.El otro detenido que pasó por Diego García fue Ibn al-Sheikh al-Libi, transferido del buque USS Bataan en 2002. Según Reprieve, fue trasladado a Egipto, donde fue torturado y “admitió” que Al-Qaeda tenía armas de destrucción masiva. Después de los interrogatorios fue entregado a las autoridades libias. La ONG plantea que los prisioneros Ramzi Bin al-Shibh, Riduan Isamuddin y Abu Zubaydah pueden también haber pasado en secreto por Diego García.
Mientras tanto, se ha dado cuenta de desaparecidos como:
–Abu Naseem, un ciudadano tunecino arrestado en Peshawar, Pakistán, en abril de 2003 y bajo custodia de Estados Unidos. Un testigo reportó haber escuchado su voz y sus gritos en un centro de detención secreto en Afganistán.
–Al-Mahdi-Jawdeh, un ciudadano libio bajo custodia de Estados Unidos que estuvo en un centro de detención secreto antes de ser enviado a Libia en diciembre de 2006.
–Osama bin Yousaf, paquistaní o saudita capturado en Faisalabad en enero de 2005 luego de que los espías estadunidenses intervinieron su teléfono celular. Fue transferido a Lahore en agosto de 2005 y luego a Islamabad, donde agentes secretos, posiblemente de la CIA, lo interrogaron y torturaron.
–Retha al-Tunisi, un tunecino aprehendido en julio de 2002 en Karachi, Pakistán, y cuyo paradero se desconoce, aunque se cree que podría estar en la prisión de Guantánamo.
–Mustafá Mohammed Fadhil, nacional de Egipto o Kenia que fue arrestado en Pakistán en marzo de 2004. Se encontraba en la lista de “los más buscados” que el FBI elaboró en 2001. Su paradero sigue siendo desconocido.
–Musaab Aruchi, paquistaní detenido en junio de 2004 que supuestamente era miembro de alto rango de Al-Qaeda y en julio de 2006 fue incluido en la lista de “terroristas que ya no son una amenaza”.“Técnicas de investigación profundas”Frente a tales hechos, el parlamentario liberal democrático Edward Davey exhortó el 2 de junio al gobierno británico a identificar a las personas de los “vuelos de rendición”. “El gobierno sólo recuperará la confianza de la población si rechaza estos secuestros ilegales en todas sus formas y es transparente sobre su complicidad en el pasado”, expresó el legislador. Una investigación del Consejo de Europa sobre las “rendiciones extraordinarias” estableció el 14 de junio de 2007 que agencias de espionaje y militares estadunidenses utilizaron la base militar de Diego García para “procesar” a detenidos “muy buscados”.Así mismo, se documentó que existen prisiones secretas de la CIA en Tailandia, Afganistán, Polonia y Rumania, además de que hay centros clandestinos de tortura en Siria, Jordania, Marruecos y Egipto.La información sobre las “prisiones flotantes” salió por primera vez a la luz en junio de 2005, cuando el comisionado especial de la ONU para el terrorismo, Manfred Novak, habló sobre acusaciones “muy, muy serias” acerca de que Estados Unidos estaba deteniendo en secreto a sospechosos de terrorismo alrededor del mundo, especialmente en embarcaciones en el océano Índico.Hasta el propio presidente Bush admitió el 6 de septiembre de 2006 que la CIA operaba redes secretas de “agujeros negros” en los que sospechosos de terrorismo eran detenidos y sujetos a lo que llamó “técnicas de interrogación profundas”, un término que según el Consejo de Europa se refiere “esencialmente a algún tipo de tortura”.Barry McCaffrey, general estadunidense retirado y profesor de estudios de seguridad internacional de la Academia Militar de West Point, reconoció públicamente a comienzos de este mes el uso de Diego García para la detención de sospechosos. “Probablemente –calculó– mantenemos detenidas a unas 3 mil personas, en la base de Bagram (Afganistán), en Diego García, en Guantánamo, y en 16 campos esparcidos por Irak. El problema es una vergüenza nacional que debe salir a la luz de una vez.” l