jueves, octubre 28, 2010

REFLEXIONES DEL COMPAÑERO FIDEL. El imperio y el derecho a la vida de los seres humanos

Por Fidel Castro Ruz









La Habana, 28 de octubre de 2010

(Tomado de CubaDebate)

¡Qué bárbaros!, exclamé cuando leí hasta la última línea de las revelaciones del famoso periodista Seymour Hersh, publicadas en Democracy Now y recogidas como una de las 25 noticias más censuradas en Estados Unidos.

El material se titula "Los crímenes de guerra del general de Estados Unidos Stanley McChrystal" y fue incluido en el Proyecto Censurado, elaborado por una universidad de California, que incluye los párrafos esenciales de aquellas revelaciones.

"El teniente general Stanley McChrystal, nombrado comandante responsable de la guerra en Afganistán por Obama en mayo de 2009, fue antes jefe del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC, por su sigla en inglés), dependiente de Dick Cheney [el vicepresidente de George W. Bush]. La mayor parte de la carrera militar de 33 años del general McChrystal se mantiene clasificada [o sea, secreta], incluyendo sus servicios entre 2003 y 2008 como comandante del JSOC, unidad de élite tan clandestina, que por años el Pentágono rehusó reconocer su existencia. El JSOC es una unidad especial de ‘operaciones negras’ [asesinatos] de la Navy Seals (Fuerzas Especiales de la Marina de Guerra) y Delta Force [Fuerza Delta, soldados secretos del ejército para operaciones especiales, que formalmente se llama ‘Destacamento-Delta Operacional de Fuerzas Especiales (SFOD-D), mientras el Pentágono la nombra como Grupo de Aplicaciones de Combate, CAG].

"El ganador del premio Pulitzer de periodismo Seymour Hersh reveló que la administración Bush operó un anillo ejecutivo de asesinatos que dependía directamente del vicepresidente Dick Cheney y que el Congreso nunca sintió ninguna inquietud por indagar. Equipos del JSOC viajaban a diferentes países, sin siquiera hablar con el Embajador ni el Jefe de la Estación CIA, con una lista de gente que buscaban, encontraban, mataban y se iban. Había una lista vigente de gente marcada como blanco, elaborada por la oficina del vicepresidente Cheney. [...] Hubo asesinatos en docenas de países del Oriente Medio y en América Latina, afirmó Hersh. ‘Existe un decreto ejecutivo, firmado por el presidente Ford en los años 70, prohibiendo tales acciones. Esto no sólo contraría: es ilegal, es inmoral, es contraproducente’, añadió.

"El JSOC también estuvo implicado en crímenes de guerra, incluyendo tortura de presos en sitios secretos ‘fantasmas’ (ghost) de detención. El Campo Nama en Iraq, operado por el JSOC bajo McChrystal, fue una de tales instalaciones ‘fantasmas’, ocultada al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y acusada de algunos de los peores actos de tortura."

Oficialmente instalaron al Mayor General en Fort Braga, Carolina del Norte, pero era "un visitante frecuente del Campo Nama y de otras bases de las fuerzas especiales en Iraq y Afganistán, donde tuvieron asiento las fuerzas bajo su comando".

A continuación se aborda un punto de especial interés, cuando tales hechos entran en conflicto con funcionarios que, en el cumplimiento de sus funciones, eran obligados a cometer hechos que los enfrentaban abiertamente con las leyes e implicaban graves delitos.

"Un interrogador del Campo Nama describió que encerraban a los presos en contenedores de barcos por 24 horas en tiempo de calor extremo, luego los exponían al frío extremo mojándolos periódicamente con agua helada, los bombardeaban con luces brillantes y música ruidosa, los privaban del sueño y les daban severas golpizas."

De inmediato, se abordan las flagrantes violaciones de principios internacionales y convenios suscritos por Estados Unidos. Los lectores cubanos recordarán la historia narrada en los dos textos en que relato nuestras relaciones con la Cruz Roja Internacional, a la que devolvimos el alto número de prisioneros del ejército enemigo que cayeron en nuestras manos, durante la defensa de la Sierra Maestra y la contraofensiva estratégica posterior contra el ejército de Cuba, entrenado y abastecido por Estados Unidos. Jamás un prisionero fue maltratado, y ninguno de los heridos dejó de ser atendido de inmediato. Esa misma institución, radicada en Suiza, podría dar fe de aquellos hechos.

"El Comité Internacional de la Cruz Roja es el cuerpo encargado, por el Derecho Internacional, de supervisar el cumplimiento de los Convenios de Ginebra y, por lo tanto, tiene derecho a examinar todas las instalaciones donde se mantengan los prisioneros de cualquier país en guerra o bajo ocupación militar."

"En la explicación de por qué ningún otro medio de prensa había cubierto esta historia, Hersh expresó: ‘Mis colegas en la prensa acreditada a menudo no la siguen, no porque no quieran, sino porque no saben a quién llamar. Si estoy escribiendo algo sobre el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, que aparentemente es una unidad clasificada, ¿cómo la van a descubrir? El gobierno les dirá que todo lo que escribo es incorrecto o que eso no pueden comentarlo. Es fácil quedar desempleado por esas historias. Pienso que la relación con el JSOC está cambiando bajo Obama. Ahora hay más control’."

"... la decisión de la administración Obama de designar al general McChrystal como nuevo comandante responsable de la guerra en Afganistán y la prolongación de la jurisdicción militar para los detenidos de EE.UU. en su guerra al terrorismo, encerrados en la prisión de Bahía de Guantánamo, desafortunadamente son ejemplos de cómo la administración Obama continúa siguiendo los pasos de Bush."

"Rock Creek Free Press divulgó en junio 2010 que Seymour Hersh, interviniendo en la Conferencia de Periodismo de Investigación Global en Ginebra, criticó en abril de 2010 al presidente Barack Obama y denunció que las fuerzas de EE.UU. están realizando ‘ejecuciones en el campo de batalla’."

"‘Aquellos que capturamos en Afganistán se están ejecutando en el campo de batalla’, afirmó Hersh."

Al llegar a este punto, la narración entra en contacto con una realidad sumamente actual: la continuidad de una política por el Presidente que sucedió al delirante W. Bush, inventor de la guerra desatada para apoderarse de los recursos gasíferos y petroleros más importantes del mundo en una región habitada por más de 2 500 millones de habitantes, en virtud de actos cometidos contra el pueblo de Estados Unidos por una organización de hombres que fueron reclutados y armados por la CIA para luchar en Afganistán contra los soldados soviéticos, y que continúa disfrutando del apoyo de los más estrechos aliados de Estados Unidos.

La compleja e impredecible zona cuyos recursos se disputan, va desde Iraq y el Oriente Medio hasta los remotos límites de la región China de Xinjiang, pasando por Iraq, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Irán, y las antiguas repúblicas soviéticas de Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán, capaces de abastecer de gas y petróleo a la creciente economía de la República Popular China y la industrializada Europa. La población de Afganistán, así como una parte de Pakistán, país de 170 millones de habitantes y poseedor de armas nucleares, es víctima de los ataques de aviones sin piloto yankis que masacran a la población civil.
Entre las 25 noticias más censuradas por los grandes medios, seleccionadas por la Universidad Sonoma State de California —tal como lo viene haciendo hace 34 años—, una de ellas, correspondiente al período 2009-2010, fue "Crímenes de guerra del general Stanley McChrystal"; y otras dos se relacionan con nuestra isla: "Medios ignoraron ayuda médica de Cuba en terremoto de Haití" y "Todavía brutalizan a los presos en Guantánamo". Una cuarta afirma: "Obama reduce el gasto social y aumenta el militar".

Nuestro Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, fue responsable político de la Misión Médica Cubana enviada a Pakistán cuando un destructor terremoto golpeó fuertemente la ruda naturaleza del nordeste de ese país, donde extensas áreas habitadas por la misma etnia, con igual cultura y tradiciones, fueron arbitrariamente divididas por el colonialismo inglés en países que después cayeron bajo la égida yanki.

En su discurso de ayer 26 de octubre, en el seno de la ONU, demostró cuán excelentemente bien informado está de la situación internacional en nuestro complejo mundo.

Su brillante alegato de ayer y la Resolución aprobada por esa institución, por su trascendencia, requiere una Reflexión que me propongo elaborar.









Fidel Castro Ruz
Octubre 27 de 2010
9 y 16 p.m.

Plaza Pública. Código de justicia militar, insuficiente

Por Miguel Angel Granados Chapa



28 octubre 2010
ma@granadoschapa.com

La iniciativa de reformas al Código de justicia militar, presentada al Senado de la República la semana pasada no cumple la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuyo cogollo consiste en impedir la impunidad uniformada (como la llama Human Rights Watch) mediante una reducción severa de la jurisdicción castrense.

No se trata, como se dice, de una modificación al fuero militar. Ese permanece intacto en el artículo 13 constitucional, pues allí se establece su verdadera naturaleza, adulterada por la legislación secundaria: "Subsiste el fuero de guerra para los delitos y faltas contra la disciplina militar."

El Estado mexicano ha sido reacio a admitir en la práctica los tratados que en abstracto parece lucidor firmar, ratificar y alabar. Se demora en aplicarlos, como si se ignorara que la dilación de la justicia es injusticia. Después de meses de renuencia, el Ejecutivo publicó en el Diario Oficial, el 9 de febrero pasado la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Rosendo Radilla, un campesino guerrerense detenido en 1974 por miembros del Ejército que no lo presentaron al ministerio público y del que desde entonces jamás se supo nada. Por lo tanto, transcurrieron más de ocho meses antes de que el Presidente de la República iniciara la enmienda al artículo 57 del Código de justicia militar.

Igualmente tardío es su acatamiento a la recomendación del Comité de Derechos Humanos de la ONU que en marzo pasado propuso al Estado mexicano "modificar el código de justicia militar a fin de que la justicia (castrense) no sea competente en casos de violaciones de derechos humanos. En ningún caso la justicia militar podrá juzgar hechos cuyas víctimas sean civiles. Las víctimas de violaciones de derechos humanos perpetrados por militares deben tener acceso a recursos eficaces".

El documento de la ONU es una recomendación, susceptible de ser aceptada o no. En cambio, la sentencia de la Corte Interamericana es eso, el fallo de un tribunal que debe ser cumplido en sus términos, no de cualquier manera. Para que así ocurra, ese tribunal internacional estableció criterios como el que "la jurisdicción penal militar ha de tener un alcance restrictivo y excepcional y estar encaminada a la protección de intereses jurídicos especiales, vinculados a las funciones propias de las fuerzas armadas", que "la jurisdicción penal militar no es el fuero competente para investigar y en su caso sancionar a los autores de violaciones a los derechos humanos, sino que el procesamiento de los responsables corresponde siempre a la justicia ordinaria" y que "si los actos delictivos cometidos por una persona que ostente la calidad de militar en activo no afectan los bienes jurídicos de la esfera castrense, dicha persona debe ser siempre juzgada por los tribunales ordinarios".

La iniciativa propone excluir de la definición de delitos contra la disciplina militar, y por ende poner a sus autores a disposición de la justicia ordinaria, tres ilícitos: desaparición forzada, tortura y violación. Es una lista breve, correcta, pero insuficiente. Es sano que en esta coyuntura, donde tanto se practica ese delito, el Ejecutivo reconozca la necesidad de poner ante tribunales del fuero común a los responsables de desaparición forzada (privación ilegal de la libertad practicada por agentes del Estado y con encubrimiento igualmente estatal, sin que se ponga al detenido a disposición de una autoridad competente).

La Comisión de Derechos Humanos del D.F., el Centro Miguel Agustín Pro Juárez, Amnistía Internacional y Human Rights Watch consideraron necesario que se amplíe el catálogo de los delitos juzgables en tribunales del fuero común. Luis Arriaga, del Centro Pro, propuso que conforme a los criterios de la Corte interamericana, cualquier delito cometido por militares sea juzgado en los tribunales ordinarios.

Puede el Senado por lo pronto, y el Congreso todo, completar el proyecto del Ejecutivo. Las cámaras están obligadas también por la justicia internacional para enmendar la legislación. Y si la Presidencia lo hizo menos que a medias, el legislativo debe ir más allá.- México, D.F.

karina_md2003@yahoo.com.mx

Detrás de la Noticia. Peor, imposible: ¡ya basta!

Por Ricardo Rocha




28 octubre 2010

El escenario de nuestra violencia de cada día es un homenaje a la muerte, la sangre, las balas y el absurdo: el señor Blake admite que 400 municipios no tienen policía, lo que deja espacio al crimen organizado, pero que a pesar de esto, no está en riesgo la gobernabilidad en este país; como botón de muestra, los 14 policías del municipio de Los Ramones, en Nuevo León, renuncian luego de un ataque con granadas y disparos que dejaron cacariza la fachada de su comandancia y como coladeras sus vehículos; en Oaxaca, por la carretera a Tuxtepec aparecieron cuatro cuerpos con huellas de tortura; “el programa Todos somos Juárez no ha dado resultados, es más, ni caso tiene que vuelva a venir el presidente Calderón”, lo dice no un crítico trasnochado o un priísta resentido, sino el mismísimo obispo de Ciudad Juárez, don Renato Ascencio; mientras, la dirigencia del PAN en el DF pide no caer en la paranoia nada más por las recientes matanzas en Juárez y en Tijuana ya que, dice, son las organizaciones criminales las que están nerviosas por los golpes del gobierno federal. O sea que vamos ganando aunque no lo parezca. Pero ¿acaso la nueva matanza de 15 jóvenes, apenas ayer, en Nayarit, sigue siendo una casualidad, otro hecho aislado?

En respuesta simultánea, apenas ayer surgieron tres gritos coincidentes en sus términos: ¡Ya basta! El primero del rector José Narro, quien advierte que nuestra UNAM está inconforme y dolida por la muerte de jóvenes, una situación que no es aceptable bajo ninguna condición ni circunstancia, por lo que urge mejorar las condiciones que padecen millones de muchachos que siguen sin trabajo ni escuela; en paralelo, una veintena de organizaciones de derechos humanos también gritan un “¡Ya basta… ni uno más!” en un desplegado que denuncia la “catástrofe humana” en que están sumidas muchas ciudades del territorio, sobre todo en la frontera norte; al mismo tiempo, nuestro admirado Carlos Fuentes alerta sobre la fuga de jóvenes a las filas del crimen organizado, por lo que demanda un proyecto nacional visible y urgente para contrarrestar esta tendencia, al grado de comparar esta crisis con el histórico New Deal que en su tiempo propuso Roosevelt para dar empleo masivamente a los jóvenes… “o damos un viraje o nos lo dan”, puntualizó Fuentes.

Curiosamente, ayer mismo, en EL UNIVERSAL, se publicó el diagnóstico implacable de que México es cada vez más corrupto y menos democrático. Y es que Transparencia Internacional nos da la peor calificación en 10 años en corrupción, algo que, según Transparencia Mexicana, tiene que ver con las enormes probabilidades de corruptelas que ha abierto la llamada guerra contra el narco. Para acabarla, en la misma edición se asienta otra evaluación internacional que nos exhibe a la baja en bienestar. Todas, asignaturas que obviamente tienen que ver con todo lo anterior.

Parece un rompecabezas desafiante e imposible. Pero no lo es tanto. Sólo que requiere de inteligencia y determinación para juntar las piezas. A ver quién le atora.

Plan B. Pedófilos célebres

Por Lydia Cacho









28 octubre 2010




El español de 31 años sube al metro en Tokio y se encuentra “con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda… Tendrían unos trece años”. “Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba”. “No hay nada como la piel tersa, los pechitos como capullos…”. El autor de estas declaraciones publicadas en el libro Dios los cría y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción (Ed. Planeta) es nada menos que el famoso Fernando Sánchez Dragó, multipremiado escritor español y conductor del programa literario Las noches blancas, de la televisión pública Telemadrid. En la página 159, antes de narrar lo de las lolitas, el dramaturgo y coautor Albert Boadella le dice que a él le gustan las mujeres cincuentonas. Dragó le contesta: “A mí me gustan las de 15”. Y sigue: “Llámame viejo, llámame como quieras, pero es así”. Como sus palabras quedaron publicadas, argumentó que si fue delito ya prescribió porque eso sucedió en 1967.

Otro europeo famoso, Frédéric Mitterrand, titular francés de Cultura, sobrino del ex presidente francés y emblema de la apertura de Sarkozy con la izquierda, escribió en su autobiografía La mala vida (2005) sus visitas a prostíbulos de Bangkok en busca de niños. Escribe: “He cogido la costumbre de pagar chicos [...] Evidentemente, he leído lo que se ha escrito a propósito de esos chicos de Tailandia, he visto muchos reportajes [...] sé lo que hay de inconsciencia cuando no de avaricia en la mayor parte de las familias, las montañas de dinero que esto genera cuando los muchachos no se quedan más que las migajas, los detalles sórdidos de todo este tráfico [...] no dejo de pensar en eso, lo que no me impide volver. Todo ese ritual de feria de efebos, de mercado de esclavos, me excita enormemente".

Entre muchos otros famosos usuarios y promotores de la trata sexual de menores, estos dos reconocidos personajes representan la idealización del abuso sexual de infantes, la normalización de la pedofilia desde el poder mediático, político y cultural. Aparentemente, cuando estas confesiones se dan en un contexto intelectual y literario tiene perfecta cabida, sin ambages; eso es lo que permite a estos sujetos ufanarse y escribir a detalle lo que consideran arranques de exotismo erótico (aunque en el fondo saben que cometieron delitos y que saldrán librados). Sánchez Dragó, ante las críticas en España, ha dicho que exageró en sus explicaciones. Mitterand, por su parte, aseguró que como era la ultraderecha quien lo criticaba se sentía honrado. Durante siglos el abuso sexual infantil ha sido exaltado en el mundo literario; las cosas comienzan a cambiar lentamente, pero mientras no encontremos a más líderes culturales y escritores tomando posturas éticas al respecto la tragedia que viven a diario millones de criaturas esclavizadas será la anécdota literaria de una generación de famosos indispuestos a asumir la responsabilidad de sus palabras y sus hechos.

EDITORIAL. De Educación y Salud.

Año 8, número 3516
Jueves 28, octubre del año 2010


Los tres pilares fundamentales sobre los que se formaron las sociedades fueron la seguridad; ya que en torno a quien pudiera defenderlos, generalmente el hombre más fuerte, se comenzó a formar la comunidad.

Llegaron a un arreglo: “Tú nos defiendes de los agresores, animales u otras tribus, y nosotros te proveemos de lo necesario”.

Al hombre fuerte se le unió el curandero como personaje importante dentro de la naciente sociedad, persona que conocía de plantas y remedios generalmente transmitidos de boca en boca y que adquiría su poder regresándoles a los ciudadanos la salud.

También sus necesidades eran cubiertas por los ciudadanos, en un “Tú nos curas y nos defiendes de las enfermedades y nosotros te proveemos de lo necesario”.

A este segundo personaje se le agregó el sabio, generalmente el más viejo de la comunidad, al que acudían todos para conocer las tradiciones de la comunidad y para recibir consejos e indicaciones. Eran los guías.

Pero de los tres, el más importante era sin duda el curandero, que posteriormente se convirtió en brujo. En un charlatán que, para disfrazar su ignorancia y conservar el poder, comenzó a responsabilizar a las fuerzas del mal y a decir que tenía comunicación con esas y otras fuerzas del bien. Ya podemos suponer en lo que finalmente se ha convertido.

Pero hoy el hombre fuerte no cumple con su encomienda a pesar de que se le sigue manteniendo y cada vez pide más dinero. El curandero ha tirado la toalla. Ya no va a dar medicamentos y al rato tampoco va a dar consultas, todo lo encarga a la IP. Somos una Nación de enfermos; y eso es grave, muy grave, porque de una pueblo enfermo no puede esperarse mucho.

El hombre sabio, el que daba consejos y encaminaba a los integrantes de la comunidad, brilla por su ausencia. Sigue dando consejos, pero da malos ejemplos.

De una Nación como la nuestra, en donde la salud es de tercera, la educación de quinta y la seguridad no existe, no puede pedirse que todo lo demás funcione; por eso se dice del Estado fallido.

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