Carlos Beas TorresA punto de terminar el año pasado, las declaraciones de dos diputados panistas volvieron a darle una dimensión internacional al conflicto que se vive en Oaxaca. El 30 de diciembre pasado, los legisladores federales del PAN Alejandro Landero Gutiérrez y Cristian Castaño Contreras aseguraron que el partido español Izquierda Unida (IU) estaba interviniendo en la política nacional, ya que había manifestado públicamente su apoyo a la lucha de la APPO. Además, sin pruebas, estos legisladores señalaron que IU había entregado recursos económicos para sostener las movilizaciones que han venido ocurriendo en Oaxaca y, pletóricos de amor patrio, advirtieron de "una clara trasgresión al artículo 33 de nuestra Constitución política" y de una violación a la soberanía nacional.
Claro que, de inmediato, los voceros de la APPO negaron tal versión y aclararon públicamente que son cientos de organizaciones y grupos políticos en más de 30 países que han manifestado su respaldo a la lucha del pueblo oaxaqueño, y que esa lucha es mantenida por el pueblo mismo.
En España, las manifestaciones de solidaridad frente a la embajada y consulados mexicanos han movilizado a varios miles de personas de diferentes grupos y sindicatos que simpatizan con la causa oaxaqueña. Decenas de grupos españoles, que van de los sindicalistas de la CNT y la CGT a los colectivos que apoyan la causa zapatista, se han movilizado en toda la geografía ibérica.
Sin embargo, las declaraciones de estos "patriotas" diputados panistas omiten la abierta intervención que ha tenido el neofranquista Partido Popular (PP) y los intereses que representa en la vida política y económica de nuestro país, particularmente en Oaxaca. Por supuesto, "olvidan" que el 21 de febrero pasado, en un acto público celebrado en nuestro país, José María Aznar pidió el voto para el candidato panista a la Presidencia de la República, hecho por el cual por cierto el Partido Acción Nacional fue sancionado, aunque tardíamente.
Este acto injerencista es una muestra de la estrecha alianza que existe entre el PAN y el PP. Ambos partidos, además de ser integrantes importantes de una red internacional de partidos demócrata-cristianos, comparten los mismos intereses económicos. Bajo la administración de Vicente Fox, de manera ilegal se abrieron espacios del estratégico sector energético a grandes empresas españolas, como Unión Fenosa, Endesa, Repsol e Iberdrola.
También son públicas las estrechas relaciones que existen entre el Partido Popular y las grandes corporaciones energéticas y bancarias de esa nación, al grado de que altos directivos de estas empresas han ocupado cargos de primer nivel bajo gobiernos del derechista PP.
Un caso emblemático, sin lugar a dudas, es el del gigante eléctrico Iberdrola, ya que hombres clave de esa empresa, como Benigno Blanco, Guillermo Heras, Pascual Fernández y Jaime Matas, fueron integrantes de primer nivel del gabinete que encabezó el ex presidente Aznar.
Por ello no es mera coincidencia que el gigante Iberdrola también fuera beneficiario de los favores del gobierno de Fox, ya que ejecutó en 2006 el proyecto La Venta II, con una inversión calculada en más de 110 millones de dólares. En el istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, se ha echado andar un megaproyecto eólico, para el que se ha requerido la intervención directa del gobierno estatal, de caciques priístas y de funcionarios federales de diferentes dependencias.
Ejidatarios y comuneros zapotecas de los pueblos de La Venta, La Mata, La Ventosa e Ingenio Santo Domingo han denunciado constantemente los métodos gansteriles que han utilizado personeros de los gobiernos de José Murat y Ulises Ruiz para obligar a los campesinos e indígenas a malvender sus tierras. Por su parte, Greenpeace ha denunciado que la Secretaría del Medio Ambiente dio por buenos aberrantes y malhechos estudios de impacto ambiental.
Este megaproyecto apenas arranca y es claro que para las grandes empresas españolas involucradas en el mismo, el triunfo electoral de Felipe Calderón era fundamental para su continuidad. En su momento, nunca dude de que la organización Amigos de Fox recibiera fondos de estas empresas españolas y presumo que también deben de haber hecho importantes aportaciones a la campaña electoral panista de 2006. Esta suposición la fundo en el tono de exigencia que utilizaron los inversionistas ibéricos en una reciente reunión con el presidente Calderón.
Parece que las grandes empresas españolas quieren cobrar de inmediato sus facturas, ya que el tono que usaron algunos inversionistas de ese país en el Foro de Inversiones y Cooperación Empresarial México-España, el pasado 5 de diciembre, fue de exigencia.
Y, sin dejar lugar a dudas, la respuesta del presidente Felipe Calderón sólo constató que los intereses de las corporaciones españolas serán bien atendidos por su gobierno, ya que señaló que hay ventanas de oportunidad en la construcción de aeropuertos, carreteras, puentes, presas, infraestructura energética y turismo.
La sombra del dictador Francisco Franco se pasea por el istmo oaxaqueño y, ¡oh sorpresa!, no camina sola: la acompaña, seria y callada, la sombra de Porfirio Díaz.Carlos Beas Torres
La sombra de Francisco Franco recorre Oaxaca
A punto de terminar el año pasado, las declaraciones de dos diputados panistas volvieron a darle una dimensión internacional al conflicto que se vive en Oaxaca. El 30 de diciembre pasado, los legisladores federales del PAN Alejandro Landero Gutiérrez y Cristian Castaño Contreras aseguraron que el partido español Izquierda Unida (IU) estaba interviniendo en la política nacional, ya que había manifestado públicamente su apoyo a la lucha de la APPO. Además, sin pruebas, estos legisladores señalaron que IU había entregado recursos económicos para sostener las movilizaciones que han venido ocurriendo en Oaxaca y, pletóricos de amor patrio, advirtieron de "una clara trasgresión al artículo 33 de nuestra Constitución política" y de una violación a la soberanía nacional.
Claro que, de inmediato, los voceros de la APPO negaron tal versión y aclararon públicamente que son cientos de organizaciones y grupos políticos en más de 30 países que han manifestado su respaldo a la lucha del pueblo oaxaqueño, y que esa lucha es mantenida por el pueblo mismo.
En España, las manifestaciones de solidaridad frente a la embajada y consulados mexicanos han movilizado a varios miles de personas de diferentes grupos y sindicatos que simpatizan con la causa oaxaqueña. Decenas de grupos españoles, que van de los sindicalistas de la CNT y la CGT a los colectivos que apoyan la causa zapatista, se han movilizado en toda la geografía ibérica.
Sin embargo, las declaraciones de estos "patriotas" diputados panistas omiten la abierta intervención que ha tenido el neofranquista Partido Popular (PP) y los intereses que representa en la vida política y económica de nuestro país, particularmente en Oaxaca. Por supuesto, "olvidan" que el 21 de febrero pasado, en un acto público celebrado en nuestro país, José María Aznar pidió el voto para el candidato panista a la Presidencia de la República, hecho por el cual por cierto el Partido Acción Nacional fue sancionado, aunque tardíamente.
Este acto injerencista es una muestra de la estrecha alianza que existe entre el PAN y el PP. Ambos partidos, además de ser integrantes importantes de una red internacional de partidos demócrata-cristianos, comparten los mismos intereses económicos. Bajo la administración de Vicente Fox, de manera ilegal se abrieron espacios del estratégico sector energético a grandes empresas españolas, como Unión Fenosa, Endesa, Repsol e Iberdrola.
También son públicas las estrechas relaciones que existen entre el Partido Popular y las grandes corporaciones energéticas y bancarias de esa nación, al grado de que altos directivos de estas empresas han ocupado cargos de primer nivel bajo gobiernos del derechista PP.
Un caso emblemático, sin lugar a dudas, es el del gigante eléctrico Iberdrola, ya que hombres clave de esa empresa, como Benigno Blanco, Guillermo Heras, Pascual Fernández y Jaime Matas, fueron integrantes de primer nivel del gabinete que encabezó el ex presidente Aznar.
Por ello no es mera coincidencia que el gigante Iberdrola también fuera beneficiario de los favores del gobierno de Fox, ya que ejecutó en 2006 el proyecto La Venta II, con una inversión calculada en más de 110 millones de dólares. En el istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, se ha echado andar un megaproyecto eólico, para el que se ha requerido la intervención directa del gobierno estatal, de caciques priístas y de funcionarios federales de diferentes dependencias.
Ejidatarios y comuneros zapotecas de los pueblos de La Venta, La Mata, La Ventosa e Ingenio Santo Domingo han denunciado constantemente los métodos gansteriles que han utilizado personeros de los gobiernos de José Murat y Ulises Ruiz para obligar a los campesinos e indígenas a malvender sus tierras. Por su parte, Greenpeace ha denunciado que la Secretaría del Medio Ambiente dio por buenos aberrantes y malhechos estudios de impacto ambiental.
Este megaproyecto apenas arranca y es claro que para las grandes empresas españolas involucradas en el mismo, el triunfo electoral de Felipe Calderón era fundamental para su continuidad. En su momento, nunca dude de que la organización Amigos de Fox recibiera fondos de estas empresas españolas y presumo que también deben de haber hecho importantes aportaciones a la campaña electoral panista de 2006. Esta suposición la fundo en el tono de exigencia que utilizaron los inversionistas ibéricos en una reciente reunión con el presidente Calderón.
Parece que las grandes empresas españolas quieren cobrar de inmediato sus facturas, ya que el tono que usaron algunos inversionistas de ese país en el Foro de Inversiones y Cooperación Empresarial México-España, el pasado 5 de diciembre, fue de exigencia.
Y, sin dejar lugar a dudas, la respuesta del presidente Felipe Calderón sólo constató que los intereses de las corporaciones españolas serán bien atendidos por su gobierno, ya que señaló que hay ventanas de oportunidad en la construcción de aeropuertos, carreteras, puentes, presas, infraestructura energética y turismo.
La sombra del dictador Francisco Franco se pasea por el istmo oaxaqueño y, ¡oh sorpresa!, no camina sola: la acompaña, seria y callada, la sombra de Porfirio Díaz.
Esperemos que a esas sombras las desvanezca la luz del espíritu republicano, y que esta vez, no se desmembre por fisuras de puntos y comas mal puestos sino que haya una verdadera conciencia de lo que significa el triunfo de los ideales humanistas ya después nos preocuparemos de la puntuación.