
Carta abierta visita Calderón a Canadá 2010
Paulina Monroy / Rubén Darío Betancourt, fotos / enviados
Tulum, Quintana Roo. Las oficinas del diario Expresiones de Tulum están instaladas en una casa de piso de cemento. No tiene las paredes pintadas ni nada que identifique que ahí se crea un periódico. La rotativa de medio uso está en el patio, es una máquina que parece sacada de una tienda de antigüedades. En el pequeño librero se guardan biblias y biografías. La habitación de las niñas está convertida en la redacción. Todavía hay estampas en las paredes. En par están las sillas de plástico, las mesas y las computadoras. Aquí es donde los vecinos vienen a denunciar lo que les parece injusto o inapropiado. Los reporteros les sirven de oídos y voz.
Para relevar las placas se improvisó un aparato con focos y madera. Podría decirse que el diario Expresiones de Tulum se creaba de manera casi artesanal. Después del atentado, el equipo ve necesario mudarse. Ha pasado tiempo desde que dos bombas molotov explotaron en la puerta. Han pasado cuatro meses desde que, a menos de 300 metros, Alberto Velásquez, fundador del periódico, fue asesinado.
Aquel 22 de diciembre, el reportero fue el último en llegar a la posada celebrada en las instalaciones del diario. Le prometió a su esposa María Dolores que no tardaría. Ella decidió no acompañarlo porque todavía había ropa que empacar. Por la noche se irían a Tabasco, donde ella daría a luz a su hijo más pequeño. Alberto nunca la había hecho esperar. Esa tarde sería la excepción.
Dicen que lo vieron vacilar en salir o no, cuando una mujer lo buscó en la puerta. Sus colegas se preguntan por los hubiera: de haberse quedado; de haber advertido algo; de haber preferido viajar a Tabasco. Lo cierto es que cuando giró en una calle en reparación, un motociclista se acercó para meter la pistola por la ventana abierta del Corsa rojo y dispararle casi a la altura del corazón.
Herido, Alberto los siguió por la avenida Kulkukán. Siguiendo el camino llegó a la casa de la exesposa del presidente municipal Marciano Dzul. Con la intención de señalar al culpable, según lo aseguran sus compañeros, chocó contra un vehículo estacionado. La exesposa del regidor salió a su auxilio y platicó con el reportero. La Cruz Roja lo trasladó al Centro de Salud de Tulum, donde se negaron a socorrerlo pues sus heridas requerían atención de otro nivel.
Los medios de comunicación ya seguían el rastro de Velásquez. Expresiones de Tulum fue el último en ser informado. Cuando el director y el reportero Luis Gamboa llegaron al lugar del atentado, su compañero ya había sido llevado a Playa del Carmen. Ahí lo estabilizaron y otra vez fue trasladado. En el trayecto a Cancún, perdió la vida.
Sus últimas palabras fueron grabadas por una reportera del periódico Quequi: que al agresor lo conocen como el Biónico, que era gente del alcalde Marciano Dzul. Hasta hoy, la grabación está pérdida. Nadie quería hablar con María Dolores por sus casi nueve meses de embarazo. Esperándolo, los hijos de Alberto se quedaron dormidos. Le dijeron a su mamá que, cuando llegara, le diera un beso por ellos.
En el tabloide Expresiones de Tulum la cuenta no es regresiva. No se esperan cuántos días faltan para… sino los días que siguen corriendo sin que el caso sea esclarecido. En el cintillo de la edición del 27 de abril se lee el reclamo: “Ya van 127 días del impune asesinato de Alberto Velásquez”. Quizás la cuenta siga creciendo.
La manta frente al Palacio Municipal demandó una respuesta: “¿Cuándo van a encontrar a los responsables?” Mientras que en la voz de María Dolores se oye la resignación. ¿De qué vale que capturen o no al asesino cuando le han arrebatado a su marido? La hija mayor tiene una pregunta que no le contestan: “¿Cómo murió mi papá?” En cambio, hay alegría en los más pequeñitos porque juegan despreocupados con las burbujas de jabón. El bebé, que nació 14 días después del asesinato, alza los brazos para tocarlas. Todavía no sabe que tiene la mirada del padre que no conoció.
No parecen importantes los reclamos de justicia ni el silencio de la viuda. Si pasa un día más o hasta un año, no hay ninguna diferencia. El asesinato contra el fundador del diario Expresiones de Tulum sigue impune. No hay detenidos ni siquiera sospechosos en una investigación que, según la Procuraduría de Justicia del estado de Quintana Roo, estaba a nada de resolverse.
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El presidente de Israel, Shimon Peres, quien según documentos desclasificados, en 1975 –cuando era ministro de defensa– firmó un acuerdo militar con el régimen del apartheid de Sudáfrica para venderle armas nucleares. La imagen, durante una ceremonia realizada ayer en Jerusalén en memoria de los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, en el 65 aniversario de la victoria de los aliados en EuropaFoto Ap.
Antecedentes: hace un cuarto de siglo, uno de los seres más humanitarios del mundo, Mordechai Vanunu –anterior técnico nuclear israelí y admirable pacifista–, reveló al Sunday Times (5/10/86) la construcción de bombas nucleares por Israel en la planta de Dimona. Atrapado por el espionaje israelí del Mossad y luego encarcelado en forma inmisericorde, el samaritano Vanunu es tratado como “palestino” por las autoridades israelíes.
Dieter Gerhardt, anterior comandante naval de Sudáfrica, encarcelado en 1983 por espionaje en favor de la URSS, al salir liberado en 1992, al colapso del régimen apartheid (la discriminación de la minoría blanca contra la mayoría negra), exhumó la existencia de un acuerdo (bajo el código Chalet) en el que Israel se disponía a vender a Sudáfrica ocho misiles Jericó dotados de armas nucleares. Gerhardt develó al Johannesburg City Press (20/2/94) la “misteriosa” prueba nuclear conjunta de Israel y el régimen del apartheid el 22/9/79 (confirmado por The National Security Archive: diciembre 79 y 25/8/08).
Según la televisora CBS, en 1990 Israel y Sudáfrica (todavía bajo el régimen del Apartheid) realizaron una prueba nuclear conjunta en el océano Índico. El célebre investigador israelí-estadunidense Seymour Hersh reveló en su clásico libro La opción Sansón la forma en que Shimon Peres, belicoso padre de la bomba atómica israelí –por cierto, Premio Nobel de la Paz–, adquirió en forma clandestina los materiales de Francia para iniciar la construcción de centenas de artefactos atómicos.
La Federación de Científicos Estadunidenses (FAS, por sus siglas en inglés) –cuyos científicos provienen del Proyecto Manhattan, que construyó la bomba atómica de Estados Unidos y cuyas tareas son avaladas por 84 “Premios Nobel” en química, economía, medicina y física– calcula un máximo de 400 bombas nucleares clandestinas en manos de Israel, que rehúsa firmar el Tratado de No Proliferación (TNP), y no es vigilado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) sobre las encubiertas actividades militares en el reactor Dimona.
El necrófilo canciller israelí Avigdor Lieberman, segundo de a bordo del gabinete Netanyahu, en el paroxismo del infanticidio de palestinos en Gaza, abogó lanzar bombas nucleares como “solución final”, al estilo de EU en Hiroshima y Nagasaki (Bruce Katz; Atlantic Free Press; 21/5/09). ¿Cómo se pueden lanzar bombas nucleares que supuestamente no se poseen?
Hechos: el periódico británico The Guardian (Chris McGreal, 23/5/10) publicó en exclusiva los documentos desclasificados que exhiben la incontrovertible primera evidencia “oficial” (sic) de la posesión israelí de armas nucleares. La histórica revelación va acompañada de una serie de anexos demoledores: “los memorandos y las minutas que confirman el almacenamiento y la capacidad nuclear israelíes y la política de ambigüedad estratégica”, etcétera.
El acuerdo militar secreto fue firmado en 1975 por los ministros de defensa respectivos de Sudáfrica e Israel: P.W. Botha y Shimon Peres (hoy controvertido presidente de Israel).
Que hace 35 años Israel haya ofrecido vender armas nucleares a Sudáfrica en la etapa aciaga del apartheid descubre un proyecto clandestino nuclear iniciado mucho tiempo atrás, quizá alrededor de los 70, que ha contado con el encubrimiento de EU y los aliados europeos del “Estado hebreo”, a quien desde 1948 le festejan todas sus felonías regionales, en detrimento de la legalidad internacional.
El belicoso octagenario Shimon Peres –insistimos, Premio Nobel de la Paz (¡para lo que sirven!)– ofreció dotar al régimen del Apartheid de arsenales de “tres tamaños”: convencionales, químicos y nucleares. La estrecha colaboración incluyó el suministro de “uranio amarillo” en bruto del gobierno sudafricano para la construcción de armas nucleares de Israel. Los documentos secretos fueron desclasificados por Sasha Polakow-Suransky, académico de EU –por cierto, editor principal de la influyente revista Foreign Affairs, y quien obtuvo un doctorado en historia moderna, por la Universidad de Oxford.
Polakow-Suransky solicitó al presente gobierno de Sudáfrica (Congreso Nacional Africano), liberado del yugo del Apartheid, la desclasificación de documentos oficiales que sirvieron de base para su libro La alianza impronunciable: la secreta alianza de Israel con el apartheid de Sudáfrica (ed. Pantheon, 2010), de reciente aparición.
Mediante su notable excavación arqueológica, Polakow-Suransky tritura toda la hipocresía de los gobiernos israelíes sobre la posesión de armas atómicas cuando exigen desvergonzadamente el desmantelamiento ajeno (v.gr. el programa nuclear todavía civil de Irán, firmante del TNP y motivo de incómodas inspecciones de la AIEA).
En Israel intentan diluir su flagrante hipocresía con el eufemismo oficial de “ambigüedad”: es decir, ni niegan ni confirman la posesión de entre 200 y 600 bombas atómicas, como si la materia nuclear, el punto más sensible de la actividad humana, fuera un asunto privado de alucinantes canonjías paleobíblicas.
Según Chris McGreal, el gobierno israelí intentó impedir la desclasificación de los comprometedores documentos secretos, cuyas “revelaciones serán embarazosas”, particularmente cuando la revisión quinquenal del TNP en Nueva York aborde la “zona libre de armas nucleares en Medio Oriente”, propuesta por Egipto y los países árabes.
A juicio de McGreal, las revelaciones “socavan los intentos de Israel de sugerir que, en caso de poseer bombas nucleares, es en su calidad de potencia responsable, que no usará indebidamente, mientras países como Irán no pueden ser confiables”. Sin todavía arrojar sus armas atómicas sobre las poblaciones de la región, con su simple fuerza convencional de enorme letalidad, Israel ha ejercido en los pasados 62 años las mayores devastaciones bélicas que haya conocido Medio Oriente en toda su historia.
Algo habrá pasado en el trayecto –Polakow-Suransky da a entender que por motivos de “costos”– para que, en lugar de vender las armas nucleares a Sudáfrica, Israel haya colaborado en la construcción de las seis bombas atómicas del régimen del Apartheid, que luego el gobierno de mayoría negra eliminó voluntariamente, sin que nadie se los agradezca en el mundo. Éste constituye un clásico ejemplo cuando cierto tipo de negros se comporta mejor que cierto estereotipo de blancos.
Conclusión: Simon Tisdall plantea en The Guardian las consecuencias: “Ahora el velo roto ha sido puesto de lado. La prueba de que Israel es un Estado nuclear, sin ninguna duda, significa el fin a los asentimientos, guiños y ojos ciegos. Confirma que Israel es la primera potencia armada del Medio Oriente y desafía a todos (sic) los países de la región, incluyendo a Irán, a enfrentar en forma separada o conjunta la amenaza que deriva en el hoy innegable desequilibrio militar”.
¿Ahora quién, que no sea un hipócrita global, se atreve a pedir cuentas a Irán, quien aún no posee bombas nucleares?
¿Cómo enfrentar la amenaza clandestina de las armas nucleares de Israel?
MÉXICO, D.F., 26 de mayo (apro).- No se olvida aún que hace un año el gobierno federal detuvo a 30 servidores públicos de Michoacán, incluidos 10 alcaldes, principalmente del PRD, a quienes la Procuraduría General de la República (PGR) acusó de estar vinculados con el narcotráfico. Esa acción, que meses después resultó ser un fiasco, pues 18 de ellos fueron excarcelados por falta de pruebas inculpatorias, demostró que el gobierno de Felipe Calderón estaba dispuesto a manejar los expedientes judiciales con una intención política electoral.
Hoy un nuevo caso parece reafirmar esta estrategia gubernamental con el candidato del PRD al gobierno de Quintana Roo, Gregorio Sánchez, acusado de estar relacionado con los cárteles de los hermanos Beltrán Leyva y Los Zetas, a quienes, supuestamente, brindaba protección como alcalde de Cancún.
De acuerdo con la Procuraduría General de la República, desde el mes de enero ya se sabía de la presunta relación del perredista con el narcotráfico, gracias a una denuncia anónima y a reportes de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, que detectó diferencias entre los ingresos declarados y los percibidos por Sánchez Martínez.
Durante meses, la PGR no actuó en contra del alcalde perredista, sino hasta ahora que empezaron las campañas en Quintana Roo.
El principal cuestionamiento que se le hace a la PGR es por los delitos que le imputa al perredista, basados en declaraciones de testigos protegidos, así como en una denuncia por un presunto fraude por dos millones de dólares, promovida por el empresario Steve Santander Reyes ante la Procuraduría General de Justicia de Quintana Roo, sino por el momento en que decidió detenerlo y enviarlo al penal de alta seguridad de Nayarit. Es decir, cuando apenas se había registrado como candidato de la alianza PRD-PT-Convergencia.
La sospecha del uso político electoral del expediente del perredista por parte del gobierno federal surge por la forma en que operó en Michoacán, pues en vísperas de las elecciones locales en ese estado, fueron detenidos diez presidentes municipales en medio de un enorme escándalo mediático.
Tras el escándalo que desató la detención y encarcelamiento de 30 autoridades michoacanas, incluidos los 10 alcaldes, bajo un aparatoso operativo policíaco militar, las acusaciones resultaron ser falsas y los detenidos tuvieron que ser puestos en libertad sin mediar una explicación. Lo peor del caso es que el PAN en Michoacán fue derrotado y de nada sirvió el operativo.
Curiosamente, hay otro caso que llama la atención. Se trata del proceso que hay contra el panista Martín Orozco, candidato del PAN al gobierno de Aguascalientes, quien cuando fungía como alcalde de la capital --2005 a 2007-- adquirió unos terrenos que eran propiedad del Ayuntamiento y mediante una triangulación con particulares apareció a nombre del exedil, en octubre de 2007, tras lo cual fue denunciado en noviembre de 2009 por dos regidores priistas.
El 22 de febrero se dictó el auto de formal prisión contra el exalcalde de Aguascalientes y de inmediato fue amparado por el PAN y el gobierno federal. Presentó un amparo para proteger sus derechos políticos y no ser detenido, mientras que su partido promovió una queja en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, instancia que ordenó al Consejo General del Instituto Estatal Electoral (IEE) le repusiera su registro, el cual había denegado bajo el argumento de que había perdido sus derechos políticos con el auto de formal prisión que se le dictó.
A pesar de estar indiciado por el posible fraude millonario, el panista Martín Orozco fue registrado como candidato a gobernador el pasado 16 de mayo. Los priistas de la entidad, como el diputado David Hernández, acusaron que la dirigencia nacional del PAN presionó a los magistrados del tribunal electoral para que resolvieran a favor de exalcalde de Aguascalientes.
La ausencia de autoridades fuertes y efectivas provoca un vacío que es llenado por otros grupos de poder, como es el narcotráfico, que de manera clara están incidiendo en las elecciones.
Las actuaciones erráticas de las autoridades sólo están complicando los procesos electorales que, de por sí, ya tienen visos de violencia.
Los casos de Quintana Roo y Aguascalientes, más las acciones violentas que se han visto contra personajes políticos de Chihuahua, Zacatecas, Tamaulipas y Guerrero, nos dan la idea de que se perfilan unas elecciones violentas y complicadas para el 4 de julio próximo.
Ojalá no sea así, porque ya está demostrado que el gobierno de Felipe Calderón está rebasado por la crisis que hay en el país y la posibilidad de un conflicto social nacional no se descarta
Aristegui - La Detencion De Gregorio ("Greg") Sanchez
http://www.youtube.com/watch?v=g0efuv-Oay0
http://www.youtube.com/watch?v=THTvV7CsQfo
Aeronaves de Mexicana y Aeroméxico en el aeropuerto de la ciudad de MéxcoFoto Francisco Olvera.
El Bancomext (un banco del Estado cuyo objeto, por ley, es financiar el comercio exterior del país y participar en la promoción de dicha actividad”) ha sido vilmente utilizado por el gobierno federal (de Miguel de la Madrid a la fecha) como el gran “rescatador” de empresas privadas que nada tienen que ver con dicho sector (por ejemplo, constructoras, tiendas de autoservicio, telefónicas y líneas aéreas, entre tantas otras), y artificialmente ha sido relegado de su función original por medio de inventos como Proméxico, convertido éste en un verdadero elefante improductivo.
A pesar de que desde tiempos de Fox esta institución fundamental para el desarrollo del país está en la mira para su exterminio, hasta ahora los genios de la tecnocracia no han podido acabar con ella; la han descuartizado, descapitalizado (en lo financiero y en lo laboral) y minimizado, pero mientras terminan con ella le encontraron un uso totalmente apartado de su objeto legal: préstamos a granel y “rescates” a discreción para los amigos de Los Pinos, y en este contexto embona a la perfección Gastón Azcárraga Andrade y socios que lo acompañan en el Nuevo Grupo Aeronáutico SA de CV, como ahora se conoce a la empresa propietaria de Mexicana de Aviación y otras menudencias.
Así, de nueva cuenta el gobierno federal gustosamente apoya a esta aerolínea (“rescatada” hasta el exceso a lo largo de los años y los sexenios) en su nueva aventura financiera, a costillas del erario. Avalará (bonita palabra que encubre el fin real, que no es otro que volverle a sacar las castañas del fuego) el bono que por 250 millones de dólares emitirá el citado consorcio, y para ello otra vez utilizará los recursos del Bancomext, institución que nada tiene que ver en el entuerto, pero que por “instrucciones de arriba” lo hará, como en su momento lo hizo al asumir los pasivos de una telefónica avecindada en Monterrey, una carretera concesionada a Tribasa, los juegos especulativos de una cadena de autoservicio o los excesos de una cementera.
Bancomext es de las pocas instituciones públicas que han quedado fuera del presupuesto federal, toda vez que la instrucción de los dos últimos accidentes políticos instalados en Los Pinos ha sido “que se rasque como pueda, si puede”. Y para ese par el problema es que sí ha podido, aunque no precisamente por la dedicación del par de joyas del sector empresarial que impusieron en la dirección de dicho banco (Mario Laborín y Héctor Rangel Domene, ambos ex funcionarios de Bancomer), sino por la capacidad y entrega del personal que todavía no logran echar a la calle.
En 2008 y 2009, por instrucciones de Los Pinos y del doctor “catarrito”, las famélicas arcas del Banco Nacional de Comercio Exterior se abrieron para atender las urgencias financieras de las grandes empresas nacionales (Vitro, Cemex, Comercial Mexicana y varias más, con sus “hombres de negocios” al frente), y para justificar tal acción el gobierno federal disfrazó la cortesía de programa de “apoyo” a pequeñas y medianas empresas. Y en plena kermés, Mexicana de Aviación, con Gastón Azcárraga a la cabeza, también se atavió de pymes para que Bancomext le soltara alrededor de mil millones de pesos. Ahora, en 2010 éste tendrá que apoquinar 250 millones de dólares para que el susodicho “bono” tenga final feliz, y si no es así asumir el pasivo, pues es aval de la operación.
Es el juego de nunca acabar, y no hay presupuesto que alcance. A capa y espada los tecnócratas neoliberales defienden el libre mercado, y si en el intento alguien revienta, pues será su problema, porque así lo marcan las reglas del juego. Pero como diría Orwell, “todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros” (Rebelión en la granja). Las pymes caen como moscas, y nadie les echa un lazo, a pesar de ser las grandes generadoras de empleo en el país, pero a los grandes empresarios amigos de Los Pinos les sale una roncha y, por instrucciones del inquilino en turno, el erario se vuelca en su “rescate”, sin garantía alguna de retorno y sin importar si habrá resultados.
Lo anterior viene a colación porque un año antes de que el gobierno zedillista “rescatara” a las líneas aéreas nacionales (Mexicana de Aviación y Aeroméxico), y junto a ellas a los bancos y banqueros involucrados, los hermanos Gastón, Enrique y Pablo Azcárraga Andrade no sólo participaban en el Grupo Posadas, como hacen ahora, sino que formaban parte del consejo de administración de ambas aerolíneas; de hecho, Enrique presidía el de Mexicana de Aviación (reprivatizada al cierre del sexenio de Miguel de la Madrid) y Gastón el de Aeroméxico (en aquel entonces conocida como Aerovías de México, y reprivatizada en el salinato). Casi tres lustros atrás esta honorable familia empresarial reventó el citado par de aerolíneas, sólo para que el gobierno de Zedillo las volviera a “rescatar” en 1995, vía Fobaproa.
Pues bien, en 2005 (Mexicana de Aviación) y 2007 (Aeroméxico) el atinado gobierno panista (Fox-Calderón) las volvió a reprivatizar, y Mexicana de Aviación terminó en las mismas manos de quienes la reventaron en 1994. Cuando el de las ideas cortas y la lengua larga se las “regresó” a los Azcárraga Andrade, con Gastón a la cabeza, la calificadora Fitch Ratings advirtió que dichos empresarios esperaban pagar los 165.5 millones de dólares (el precio de ganga, perdón de venta) con una mezcla de capital propio y nueva deuda, lo que “pudiera potencialmente afectar el riesgo de negocios dependiendo del resultado final de la estructura organizacional y financiera, la cual deberá ser definida”. Es decir, en el mejor de los casos, adquirieron la otrora paraestatal con dinero sólo suficiente para el “enganche”, y ya con el negocio en el bolsillo recurrieron, recurren, al crédito y al apoyo de los amigos de Los Pinos para “terminar de pagar”, y si no tienen con qué, pues allí están Bancomext y el erario. Total, en este inacabado cuento de hadas kafkianas (como el de las carreteras concesionadas, los bancos, los ingenios azucareros, y tantos otros) siempre pagan los mexicanos.
Las rebanadas del pastel
Estaba el inquilino de Los Pinos en su fiesta partidaria, cuando a la multitud amenazó: “demostremos lo que somos y lo que queremos”. De inmediato, la mexicanada se retorció y le dijo: “párale, ya chole, que lo has demostrado hasta el exceso”.
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