viernes, septiembre 24, 2010

Disfraz de medio-ciudadanos

Barómetro Internacional

Desde Brasil

Bruno Peron Loureiro

La opinión propia es una de las manifestaciones de ciudadanía. La primera actitud digna de cualquier ciudadano es concordar o discordar, sin miedo a la limitación del sentido común o a aquella atmósfera que le rodea cuando se destaca de lo que hace y piensa la mayoría. Aún mejor que esta etapa rudimentaria de ciudadanía, es tener la capacidad para justificar su decisión, su elección o su opinión.

Así, el conocimiento es una forma de poder universal que cualquiera puede usufructuar, a menos que grupos o individuos pretenciosos quieran acapararlo para sí, creyendo que saben mucho cuando en realidad no saben nada: masones, “iluminati”, escuelas poliglotas de elite, patentadores de medicamentos que salvan vidas, o guardianes del sótano del Vaticano.

Muchas tradiciones ya se perdieron con ancianos que no las compartieron, o con la imposición de modos de vida “superiores” o “conquistadores”, o con saberes que se redujeron a cenizas, como en el incendio de la Biblioteca de Alejandría antes del nacimiento de Cristo.

Lo que ocurre es una división de intereses y placeres entre aquellos que conocen de A y los que saben de B, y que se entienden poco. Los resultados de un experimento de post-graduación en biología solo interesan a los especializados en el asunto.

Esta tendencia de segregación del conocimiento no deja de implicar un avance científico para la humanidad o para toda una nación, aunque parte de ella se detenga en la creencia de que el humor político que ve en la televisión lo transforma en un ciudadano más culto y más informado.

A despecho de la dificultad de evitar los procesos doctrinarios, algunos de los cuales nos vuelven convictos y obstinados en seguir ideas que parezcan ser convincentes y verdaderas, es importante la apertura a otras cosmovisiones. Ellas pueden sorprendernos.

El “circus tupinicanus” se estancó porque la capacidad creativa y constructiva ha sido cobrada por una grey política en vez de por el poder que emana de los ciudadanos, que desconocen su fuerza. Gran parte de ellos se olvidará de los candidatos por los cuales votaron en las elecciones, por lo tanto no tendrán a quien reclamar sus promesas electorales, y acabaran tachando a la clase política de incompetente.

Mientras que científicos foráneos recogen semillas brasileras para hacer investigaciones en sus instituciones educativas, se plantan copiosamente “semillitas” en el Brasil, para que la pobre e hinchada generación siguiente disfrute en algún apocalíptico momento de la “generosidad” de un gobierno decrépito.

El sueño del pleno empleo está cada vez más distante. El presidente estadounidense Barak Obama anunció la reducción de impuestos a la clase media y a las empresas pequeñas y medianas de su país a fin de incentivar el crecimiento económico y reducir el desempleo.

Mientras supuestamente la crisis financiera mundial pasó desapercibida en los países latinoamericanos, dónde las empresas automovilísticas se lucraron estratosféricamente, y se flexibilizaron las leyes de trabajo para justificar los despidos masivos (previstos y deseados por el gran capital desde mucho antes del estallido de la crisis), el país de Rambo reconoció disimuladamente su fracaso en Irak. Se banalizaron además las bajas civiles en ese país.

Aunque Ahmadinejad no es tonto como para aceptar la bestialidad norteamericana, el apetito de destrucción de este país tolera la desgracia petrolera que fluyó en el Golfo de México.

Un ciudadano de verdad no ejerce cabalmente la prerrogativa ciudadana frente a las urnas, si se comporta como un espectador pasivo de programas televisivos que intentan condicionar la escena política a partir, por ejemplo, de fórmulas humorísticas despreciativas.

El certamen de los medios de comunicación se tropieza –o se aprovecha– de la división de intereses y objetos de deleite que se manifiesta entre los distintos patrones educativos en Brasil. Unos están muy bien educados y preparados para vivir en condiciones dignas, mientras que otros son incapaces de tirar la basura en las papeleras y mucho menos de reciclar.

Las empresas que controlan los medios informativos en Brasil presionan a favor de la libertad total para sus contenidos y en contra de lo que llaman “censura”. Es bueno el afán de libertad de expresión, pero es lamentable el nivel de información, y está muy distante un nivel educativo satisfactorio. Es la degradación del Brasil.

El panorama en consecuencia es el de un disfraz de medio-ciudadanos donde cada uno finge que tiene derechos y deberes mientras se ignoran las leyes y se lamenta la unilateralidad del pago de impuestos, que no dan retorno al pueblo a la altura del nivel de recaudación.

Mientras tanto, el Ministerio de Inmigración francés propone la intensificación de las deportaciones de extranjeros que practican el “robo y la mendicidad”, señalando en especial a lo gitanos que se trasladan sobre todo de Bulgaria y Rumania para residir en Francia. El problema migratorio francés se da al mismo tiempo que el aumento del control de africanos saharianos en España, y a la polémica en el Estado de Arizona sobre la ley que amplía la posibilidad de deportación de inmigrantes ilegales.

El reconocimiento como ciudadano, en cualquier país del mundo depende del uso e intercambio que se hace del conocimiento, la capacidad y el deseo de cambio y de la opinión autónoma sobre los diversos asuntos en la agenda mundial.

¿Cuál es el primer paso –sin disfraces– que dará Ud. a fin de ejercer su ciudadanía por entero, o mostrar que ya lo está haciendo?

http://www.brunoperon.com.br

Traducción: Miguel Guaglianone

Las diversas actitudes frente al mundo real

Barómetro Internacional

Desde Colombia

Por: Libardo García Gallego

Hablemos de nuestra interpretación y actitud frente a los acontecimientos cotidianos, cercanos o lejanos, simples o complejos, inmediatos o mediatos. De acuerdo con estos parámetros nos autocalificamos o nos califican de realistas, objetivos, idealistas, pragmáticos, utilitaristas, derechistas, reaccionarios, ultra reaccionarios, intransigentes, conciliadores, sectarios, cavernícolas, fanáticos, radicales, centristas, centro derechistas, centro izquierdistas, apolíticos, revolucionarios, anarquistas, creyentes, escépticos, etc.

Para el marxismo la conciencia social está determinada por el ser social; es decir, el modo de existir nos condiciona el pensamiento. Las vivencias o experiencias personales en el hogar, en la escuela, en la sociedad, así como las convicciones adquiridas a través de la vida; las enseñanzas de los padres, de los familiares, de los amigos, de los maestros; el tipo de educación formal, etc. Todo esto construye nuestro “ser social”. De allí surgen las diversas actitudes filosóficas, ideológicas, políticas,….. Somos, pues, el resultado de la interacción de muy distintas y contradictorias fuerzas en los tiempos y medios en que nos ha tocado vivir. Las fuerzas interactuantes determinantes de nuestra conciencia se han multiplicado con la globalización capitalista y con la mundialización de los conocimientos en la era de la Informática.

Partamos de nuestra concepción de naturaleza y de ser humano. ¿De dónde procedemos y desde cuándo?. ¿Qué es la vida, cómo surgió y qué sentido tiene?. Cuál debe ser el modelo ideal de comportamiento?. ¿Qué son lo bueno y lo malo?. ¿Qué es una Constitución o un Manual de convivencia estatal?. ¿Cuáles son los paradigmas de Estado y de Gobierno que quisiéramos para nuestro país y para el planeta?. ¿Cómo entendemos los conceptos de democracia, justicia, libertad, igualdad, pluralismo, desarrollo, progreso, sostenibilidad, meritocracia, moral, ética?

Hagamos un ejercicio de simulación

Frente al planeta tierra se puede pensar en que fue construido por un ser superior o que es el resultado de la evolución de una determinada materia durante millones de años; lo mismo puede pensarse del ser humano: es producto de un soplo divino o procede de la evolución de una especie de mamíferos arborícolas que fueron desarrollando un cerebro especial a través del trabajo. Las mitologías de los distintos pueblos explican estos orígenes de múltiples maneras. Las ciencias aportan al esclarecimiento de la cuestión y, aunque no están definidas las causas últimas, algunos científicos, como Stephen Hawking, tienen muy clara la respuesta al interrogante. En resumen, las explicaciones oscilan entre el idealismo y el materialismo.

En relación con las formas de gobierno, los dictadores o autoritarios rechazan las opiniones de los opositores, considerándolos incapaces de participar responsablemente en el manejo del Estado. Son sectarios e intransigentes, no confían sino en sí mismos, y suelen ocultar sus propios intereses individuales. Mucha gente del común, generalmente alienada, carente de consciencia autónoma, suele apoyarlos a cambio de promesas y mendrugos. Es la nostalgia del esclavismo y del servilismo. Los gobiernos “demócratas” con frecuencia confunden la democracia con una vulgar manipulación de las conciencias, bajo la idea que el poder se consigue y se sostiene con dinero, sin importar para nada la calidad participativa de sus amigos y simpatizantes. Por lo general los y las ciudadano(a)s reducen la democracia al derecho de votar cuando ésta es muy amplia e incluye la garantía de todos los derechos humanos de la población. La gente se ubica dentro de un continuo o amplia gama de posibilidades que va desde una satrapía moderna hasta una auténtica democracia.

Cada individuo suele expresar actitudes similares las cuales configuran su personalidad social y permiten ubicarlo dentro de los grupos enumerados en el primer párrafo de este escrito. Por ejemplo, una asociación lógica de actitudes en una persona podría ser: apoyar los gobiernos autoritarios o dictaduras, aprobar la represión contra quienes protestan por las injusticias de los gobiernos o de los patronos; someterse ciegamente a la moral, los dogmas y cultos religiosos; ser intolerante con las religiones y partidos políticos diferentes a los suyos, aprobar la desigualdad social como algo impuesto por dios, aceptar la sumisión incondicional a los patronos como un valor altruista, respaldar la concentración de las riquezas en pocas manos, resignarse a la condición de pobreza por ser un decisión divina, negarse a formar parte de sindicatos u organizaciones que luchan por garantizar los derechos. Otra asociación lógica, contraria a la anterior, es dudar de las explicaciones no científicas; defender los intereses de los pobres, haciendo que se eduquen, se organicen y hagan respetar sus derechos; buscar la implantación de la auténtica democracia e igualdad social, oponerse a las imposiciones arbitrarias y unilaterales.

Tomemos casos concretos y actuales

1. Minería. Se anuncia la explotación a cielo abierto por multinacionales de inmensos yacimientos auríferos a lo largo y ancho del territorio colombiano. Ante este hecho surgen opiniones opuestas: Unos exclaman Excelente!, va a haber trabajo y más regalías para el Estado. Otros ripostan ¡Qué desgracia! Nos van a envenenar con el mercurio o el cianuro utilizados en este tipo de extracción minera, se van a contaminar las aguas, se van a talar los bosques y se van a robar nuestro mineral. Preferimos suelos, aguas y bosques sanos a las regalías.
2. Ley de tierras………………………………………………………………… Unos, tipo ex Ministro Arias, prefieren entregar enormes extensiones a los grandes empresarios y además subsidiarlos para que siembren agrocombustibles; otros dan prioridad a una reforma agraria integral que obligue al Estado a comprar, expropiar y entregar tierras, abonos, asistencia técnica, subsidio y crédito, etc. a los campesinos y personas que estén dispuestas a vivir en el campo y a cultivar directamente las parcelas asignadas. Igualmente devolver las tierras robadas a sus legítimos dueños, las familias forzadas a huir del campo.

Cada quien opina con su acervo informativo y formativo qué es lo mejor para Colombia. Es obvio que si el acervo es escaso y de baja calidad, las decisiones son caóticas.

¿Cómo es la Colombia en que Ud. sueña, en la que le gustaría vivir, la que quiere para su descendencia? ¿Va a esperar que se la construyan desde el más allá o que está haciendo para ello? ¿Piensa que para su proyecto de nuevo país es preciso erradicar a sus adversarios ideológicos y políticos o es posible convivir con ellos, discutir sin armas, llegar a consensos y respetarlos? ¿La burguesía gobernante estará dispuesta a permitir la instauración de una completa democracia en la cual se garanticen todos los derechos humanos a cada colombiano(a)?

simiodebuenas@gmail.com

¿El fin de las ideologías?


Barómetro Internacional

Miguel Guaglianone

A principios de la década de los 90, en pleno auge del neoliberalismo, Francis Fukuyama escribió su libro El fin de la Historia y el último hombre en el que planteaba dos ideas básicas para justificar el supuesto predominio inevitable de la “democracia liberal”. Estas dos ideas eran El fin de la historia y el Fin de las ideologías, y suponían la demostración de la inevitabilidad de la hegemonía del pensamiento único. Menos de una década después, los porfiados hechos del proceso social se encargaban de desmentir su propuesta, a tal grado que el autor ha declarado recientemente que no sólo ha abandonado la visión neocom, sino que reconoce que su tesis sobre la historia estaba equivocada.

El fin de la historia era realmente una idea bastante trasnochada, intentaba constreñir el dinamismo del proceso histórico en el chaleco de fuerza de un sistema único capaz de perdurar indefinidamente, lo cual ya sonaba a despropósito desde su propia enunciación, aunque había sido ya una aspiración de otras derechas (entre ellas la nazi). Sin embargo Fukuyama, aunque sea un representante de la nueva derecha, no es un estúpido. Su tesis del fin de las ideologías estaba apoyada en una media verdad.

Dentro del marco del fenómeno de progresiva pérdida de valores que la sociedad occidental venía presentando a partir del renacimiento, y que hiciera eclosión en el siglo XX, sobre todo después de la Segunda Guerra mundial, fue relativamente fácil enunciar el fin de la utopía y la instauración de la Era Neoliberal. La “posmodernidad” se presentó como una época en la cual “todo se vale” porque en ella ya no existían marcos de referencia trascendentes para el hacer humano. Pero el problema de la pérdida de los sistemas de valores, según nuestro punto de vista, no es algo que ataña inexorablemente a la humanidad, sino tan solo un síntoma de la crisis de la Civilización Occidental.

Creemos que esta pérdida de valores es el principal problema que hoy tenemos que vencer para conquistar un mundo mejor. Que la tarea está en la búsqueda, educación y promoción de nuevos parámetros de vida para nuestras gentes y nuestros pueblos, parámetros que por supuesto saldrán de su seno y no podrán ser impuestos desde arriba.

El vacío

Creemos como Arnold Toynbee , que las distintas civilizaciones que la humanidad ha generado durante casi ocho milenios, se han organizado y estructurado a partir de lo que ese autor define como una propuesta espiritual. La idea no se refiere específicamente a una religión –aunque en varias de las civilizaciones que Toynbee estudia, esa propuesta espiritual sí se organiza en una institución social religiosa– sino que es aquella que define la existencia de un sistema de valores trascendentes que el grueso de la sociedad comparte.

Nuestra sociedad occidental ha perdido su credibilidad en cualquier sistema de valores trascendentes, y ha tratado de sustituirlo con propuestas “pragmáticas” (el culto al hombre, los distintos materialismos, el positivismo y finalmente la sociedad del entretenimiento y el consumo) que no son capaces de llenar el espacio que en las almas de las gentes ocupa el sentido de lo que es trascendente y común entre los iguales.

Este vacío y sus implicaciones fueron analizados en profundidad por Castoriadis y revelan en alta medida las razones de la neurosis característica de nuestra cultura. Explican además la confusión de un mundo posmoderno donde no existen valores colectivos institucionalizados, donde todo da lo mismo, y dónde hombres y mujeres van alternando los parámetros de su sistema ético en la medida de su conveniencia del momento. En pocos períodos de la historia conocida de la humanidad esta tendencia ha sido tan generalizada como en nuestra contemporaneidad.

Reflexiones particulares sobre el problema

Ahora queremos enfocar esa perdida de valores, enlazada al problema de las ideologías, a partir de una de las múltiples facetas con las cuales este fenómeno se presenta en la sociedad y que siempre se me ha aparecido como fascinante. Me refiero a la deserción de los valores y acciones de izquierda en individuos y grupos políticos.

No voy a entablar una discusión sobre sistemas teóricos. La propia posmodernidad y las nuevas propuestas del siglo XXI se han encargado de volver muy confusas las visiones de cambio que surgieron en el siglo XIX y sobrevivieron casi todo el siglo XX, algunas hasta nuestro presente. Creo que basta establecer, visto las múltiples definiciones de “izquierda” de la actualidad, dos (o tres) posiciones básicas para definir nuestros parámetros.

Cada miembro de nuestra sociedad tiene una posición definida (conciente o no) respecto al futuro de ella. Existen quienes creen que es posible y necesario cambiar la sociedad y es un deber de cada persona actuar para lograrlo; y existen quienes creen que la sociedad debe permanecer tal como está, porque eso es lo natural y lógico. Entre los que pertenecen al segundo grupo hay también una división importante. Están los que van a actuar para defender a toda costa el status quo, y están también aquellos que son indiferentes al problema y con su inacción se suman de hecho a los anteriores. Estos son, para poder realizar el análisis, los parámetros básicos que vamos a usar, al primer grupo podemos definirlo como la “izquierda”, al segundo grupo (sobre todo a los que lo encabezan) podemos llamarles en adelante la “derecha”, para no inventar nuevos términos y darle contenido a algunos que han venido perdiéndolo.

Ya desde muy temprano (la segunda década del siglo XX) el socialismo obrerista que había tenido en Europa un importante papel en la organización de los estamentos obreros, conquistó un poder político que se tradujo en su participación en algunos gobiernos (sobre todo en Francia). Ese parece haber sido el principio del fin para las ideas y acciones socialistas de transformar el mundo. Casi un siglo después (con honrosas excepciones como la experiencia de Chille con Allende) las socialdemocracias en general no están dispuestas a transformar nada. Se han integrado totalmente al sistema y exceptuando por algunos pinitos de mejoras a los ciudadanos, no se distinguen de los gobiernos de derecha. El caso actual de las socialdemocracias europeas, protegiendo con sus medidas de gobierno a los grandes capitales y haciendo pagar el grueso de la crisis a las clases medias y obreras, es el más descarnado ejemplo.

También la deserción apareció en otros ámbitos. Algunas de las manifestaciones del llamado socialismo real cayeron en sistemas altamente autoritarios y burocráticos, que llegaron a estar bien lejos de toda aspiración de cambio social. Más bien se transformaron en sistemas defensores de su propio status quo.

Este es el fenómeno social, que evidentemente está emparentado con la pérdida de valores. Será interesante abordar en el nivel personal el fenómeno de esa pérdida de valores.

Winston Churchill, un brillante hombre de la derecha conservadora inglesa, dijo alguna vez, considerando desde su óptica como natural el abandono de las ideas progresistas “El que llega a los 20 años y no es liberal, no tiene corazón y el que llega a los 40 y no es conservador, no tiene cerebro.”

En casi medio siglo de estar del lado del cambio, hemos visto, conocido y vivido el fenómeno de hombres y mujeres abandonando sus ideales de izquierda y cayendo en la aceptación del status quo. A nivel humano, aunque no se comparta, parece ser fácil de entender. El cansancio o la indiferencia, o aún la flojera son razones muy humanas para adoptar la línea del menor esfuerzo. Ir contra la corriente significa un siempre un trabajo constante, una tensión, de la cual es comprensible que alguna persona (o grupo) quiera en algún momento deshacerse. Además, en un mundo donde el lucro y el consumo son la propuesta constante, es posible entender también la compra y venta de actitudes.

Si embargo esa comprensión, por lo menos en mi caso tiene sus límites.

Hay una diferencia entre deserción y traición. ¿Qué sucede con aquellos que no sólo abandonan la utopía, sino que se alían a (o se convierten en) sus tradicionales enemigos? ¿Cuál es el mecanismo interno (dejando de lado a los que siempre fingieron y considerando a aquellos que un día fueron honestos consigo mismos y sus valores) que hace que se abandonen conceptos como la solidaridad, el antiimperialismo, la pertenencia o la necesidad de justicia social, para abrazar las propuestas de individualismo, lucro, consumo, poder económico y supervivencia de los más fuertes?

Los casos cercanos

La Venezuela contemporánea es un excelente laboratorio para el estudio de estos casos. A partir del proceso de la Revolución Bolivariana, el “salto de talanquera” como se dice por estas latitudes, se convirtió en un sistema habitual. La mayor parte de la antigua “izquierda” venezolana milita hoy en las filas de la oposición.

Es comprensible aceptar que una persona de izquierda pueda no estar de acuerdo con el proceso bolivariano, que considere que no es un proceso de izquierda, y que discrepe con sus acciones y sus métodos, y hasta que esté ubicado en una posición de oposición. Hasta aquí todo muy bien, pero después viene un asunto que es muy difícil de entender tanto a nivel racional como emocional. ¿Cómo es posible que en función de no estar de acuerdo con quienes tienen el poder, militantes declarados de izquierda no sólo se alíen, sino que se identifiquen con los más rancios elementos e ideas de la derecha, sus enemigos tradicionales? Y a veces se conviertan hasta en sus más destacados voceros. Allí hay un salto cualitativo muy importante, que mi mente y mi corazón se resisten a entender. Allí aparecen involucradas más que posiciones políticas, valores y ética, motores fundamentales del ser humano.

Son numerosos los ejemplos de individuos como Américo Martín o Pompeyo Márquez, con una trayectoria de militancia y hasta de lucha armada contra el sistema, que son hoy portavoces que defienden cosas como los derechos “inalienables” de los mas ricos, o la entrega de los recursos (el petróleo en primer término) a la privatización transnacional. O el caso de Teodoro Petkoff, que de guerrillero se convirtió (intentando siempre mantener su imagen de contestatario) en ministro de economía de un presidente miembro y promotor del Opus Dei, con una gestión abiertamente neoliberal, y que hoy dirige uno de los periódicos de “oposición” financiado abiertamente por grandes capitales nacionales de la oligarquía tradicional.

Sin embargo, hay ejemplos que van, por lo menos dentro de mi entendimiento, más allá de todo límite. La historiadora Margarita López Maya, que fue siempre una persona crítica y progresista, aunque no fuera abanderada incondicional del proceso bolivariano, ha sido postulada por parte del PPT como candidata a la Asamblea Nacional en las próximas elecciones del 26 de septiembre. Tiene todo el derecho a serlo y a discrepar con la orientación del gobierno. A lo que no tiene derecho desde mi punto de vista, es a defender en una rueda de prensa el derecho a ciertas “ONG” a ser financiadas desde el exterior. No puedo concederle a una persona inteligente, el que sea capaz (en el mejor de los casos) de tener la ingenuidad de no saber quienes y con que objetivos financian a estas ONG o a “movimientos sociales”, o a supuestos “dirigentes estudiantiles”

Conclusiones

Me quedo sin respuestas acerca de los reales por qué de estos virajes. Algunos compañeros de lucha hablan de que se trata de personas que nunca fueron realmente de izquierda. Roberto Hernández Montoya dice que en Venezuela ser de oposición embrutece. La crisis de valores les da un entorno favorable a cambiar de posición política como de camisa. Sin embargo ninguna de estas razones me parece totalmente válida para explicar un fenómeno tan particular y tan generalizado. Pensar que existe un virus que ataca, carcome y vacuna contra el “izquierdismo” podría entonces ser también una hipótesis razonable.

A pesar de todo, se conservan (nos conservamos) en la lucha por un mundo mejor muchos que venimos arrastrando hace largo tiempo el peso de la contracorriente. Y lo más alentador y que nos permite soñar en un futuro mejor, es que aparecen por todas partes nuevas generaciones de soñadores que intentan tomar el cielo por asalto. Están haciendo hoy su huella en toda Latinoamérica y posiblemente sean los herederos del mañana.

Respuesta a la pregunta del título: ¿El fin de las ideologías?

Sí, el fin de las ideologías ya vacías de contenido y el principio de las nuevas visiones de futuro del siglo XXI.

miguelguaglianone@gmail.com

Se debe explicar que se vive sometido a un imperio

Rómulo Pardo Silva
www.malpublicados.blogspot.com

Con la excepción de muy pocos países independientes, miles de millones de personas no tienen conciencia que son semisúbditos del imperio norteamericano y ciudadanos de estados que no son soberanos como dicen.

Es muy importante hacer claridad sobre la realidad, el poder y el plan de futuro de Washington y sus aliados europeos. En especial explicar las consecuencias en la vida diaria de esa subordinación.

Difundir que el poder militar, político, mediático, financiero, de los capitalistas corporativos es abrumador, que su designio es el gobierno absoluto del planeta, la reducción de la población, el apoderamiento de todos los recursos finitos.

Demostrarlo con Chomsky que escribe: “La doctrina de Bill Clinton era que EEUU estaba autorizado a utilizar la fuerza militar para asegurar “el acceso desinhibido a mercados clave, suministros energéticos y recursos estratégicos”, sin siquiera la necesidad de inventar pretextos…”.

Hacer saber que el pensamiento y la libertad de los pueblos están condicionados por el interés del imperio.

Mostrar que la información de prensa con que la gente piensa y toma posiciones está intervenida con el objeto de inducir actitudes y conductas predeterminadas. Que lo mismo sucede con la música, el cine, los entretenimientos, los deportes, la religión, la escuela, donde el inglés es idioma obligatorio. Probar con hechos que Estados Unidos manda, prohíbe o permite.

Descubrir que los soldados norteamericanos siempre están cerca, ya sea porque invadieron, están en alguna base o vigilan desde barcos, submarinos, aviones, satélites. Que tienen oficinas o contactos en el ministerio de defensa, en las escuelas militares, en las comisiones que deciden los ascensos de los oficiales.

Aclarar que la situación económica de cada uno depende en medida importante del imperio. Sus poderes imprimen sin limitaciones el dólar que afecta los precios, su crecimiento y sus crisis repercuten en el empleo, sus negocios están en un alto porcentaje relacionados con todo lo que se importa y exporta.

Enseñar que la calificación como respetable de su gobierno o su descrédito, aislamiento y a veces caída, dependen de la voluntad imperial. Que las políticas de su país están subordinadas al gusto del imperio, que por lo general los poderes locales aplauden, apoyan o callan sus invasiones y los presidentes, parlamentarios y partidos aceptan que la injerencia norteamericana internacional es natural.

Decir que la desaparición de especies por el calentamiento global, la apropiación de tierras agrícolas, de combustibles y de metales bajo la forma de compra, el sufrimiento de las inundaciones y sequías por los cambios climáticos, son consecuencias del orden mundial cuyo gestor principal y gendarme es el imperio.

Explicar que los que mandan en Estados Unidos son enemigos. Que la valoración de la población mundial sobre ellos no es buena, pero no alcanza hasta lo profundo de su responsabilidad en la vida de cada cual, ni mucho menos en las amenazas sobre sus descendientes. Que los ciudadanos norteamericanos no se dan cuenta del todo del egoísmo y crueldad en que participan.

El imperio debido a sus técnicas de ocultamiento y engaño es poco visible. Los socialistas deben dar una lucha de información e ideas para desenmascararlo. Es un primer paso, después deben ofrecer una alternativa global, solidaria y sustentable.

Contacto romulo.pardo@gmail.com

El mayor problema humano es el agotamiento de los recursos naturales

Rómulo Pardo Silva
www.malpublicados.blogspot.com

La economía con que se sustenta actualmente la humanidad será reemplazada porque la producción de bienes en crecimiento constante es insostenible. Es necesario elaborar un proyecto de civilización empobrecida.
Los capitalistas centrales que gobiernan el mundo tienen su programa. Los socialistas deben hacerlo.
En una conversación entre Fidel Castro y Daniel Estulin hay aportes para la reflexión. (1)
Fidel deja en claro que no se trata de un mañana en los límites del siglo 21: “La humanidad debe preservarse para vivir miles de años”, advierte.
Estulin explica que una medida del plan de los dueños de las corporaciones es reducir la población. Afirma: “La obligación de todos los seres humanos es asegurarse la sobrevivencia de toda la especie humana. El Club Bilderberg [agrupación de los personajes más influyentes del mundo] quiere asegurarse exclusivamente de la supervivencia de su especie, una auténtica minoría”.
Estulin que quiere la vida de todos y sabe que los recursos son insuficientes ve como salida emigrar de la Tierra. “Seremos demasiada gente. La única alternativa es que a través del progreso y el desarrollo colonizaremos la Luna, Marte, el espacio y nos aseguraremos de los miles de millones de humanos sobrevivan… ”
Fidel en cambio piensa que la humanidad depende de la Tierra, “…a mi juicio, la vida se va a desenvolver aquí, en este planeta…” La élite global calcula lo mismo por eso su objetivo es la conquista absoluta mediante la fuerza.
Estulin señala que los oligarcas ya han instalado bases militares en la mayoría de los países y que odian a los que son independientes. “El objetivo de los Bilderbergs es destrozar a Rusia como potencia militar y a China como potencia económica”, dice.
Fidel anota que hay 25 mil armas nucleares y de haber guerra “cae todo el mundo”. Concluye la conversación expresando: “Los peligros son muy grandes”.
La máquina militar corporativa para el imperio único está preparada y se perfecciona hasta ser incontrarrestable según los datos de un artículo de Tom Burghardt. (2)
En 2005 The New York Times informó que el general Lance W. Lord, entonces jefe del Comando Espacial de la Fuerza Aérea (AFSPC), declaró que “la superioridad en el espacio no es nuestro patrimonio, pero es nuestro destino… La superioridad espacial es nuestra misión de todos los días. La supremacía espacial es nuestra visión del futuro”.
“ ‘… GeoEye tiene dos satélites en órbita que pueden fotografiar objetos que sólo tienen un tamaño de medio metro’. Perfectas para apuntar directamente contra ‘fuerzas antigubernamentales’ o tal vez disidentes molestos y denunciantes aquí en el interior de EE.UU.”
El programa Ataque Global Rápido tiene como destino poder “bombardear cualquier punto en la tierra en menos de una hora”.
Estados Unidos lanzó el minitransbordador espacial X-37B, un vehículo orbital de ensayo sin tripulación. Antes el AFSPC había proclamado “si estas tecnologías … resultan ser tan buenas como estimamos, harán que nuestro acceso al espacio sea más rápido… y nos lleve a un vector hacia la capacidad de reaccionar a las necesidades del combatiente de un modo más rápido”.
“La semana pasada The Register informó de que los nuevos enjambres “fraccionados” de satélites del Pentágono –en los cuales grupos de pequeños módulos en órbita vinculados por radio reemplazarán las actuales grandes naves espaciales– serán capaces de dispersarse para evitar ataques enemigos y luego volver a formarse en grupos operacionales.”
Gracias a intelectuales, científicos y algunos políticos se ha ido creando una conciencia pública sobre graves amenazas para el hombre, la vida y el medio ambiente: el cambio climático la escasez de agua, la crisis financiera, alimentaria, energética.
Ha quedado atrás la peor: el fin de la economía capitalista por el agotamiento de recursos que impulsa un Tiempo de dictadura global, guerra y quizás de exterminio de la humanidad.
Hay que explicarla para dar paso a la formulación de un programa socialista que apunte a una civilización solidaria sustentable, donde el hombre consuma racionalmente y disfrute la riqueza ilimitada de la cultura.

1 Fidel conversa con Daniel Estulin: “La humanidad debe preservarse para vivir miles de años”
http://www.cubadebate.cu/especiales/2010/08/26/fidel-conversa-con-daniel-estulin-la-humanidad-debe-preservarse-para-vivir-miles-de-anos/
2 Guerra espacial: Preparan el “campo de batalla” para una nueva aventura imperial http://www.rebelion.org/noticia.php?id=112187

Vitral. Pensar en futuro

Por Javier Solórzano




24 septiembre 2010

1. Después de la cruda por el “Desfile de las Rosas”, el mega “Siempre en Domingo”, reflexiones, análisis, películas, series de tv, críticas, más lo que falta, tomando en cuenta que viene el Centenario, debería de llegar el tiempo de pensar más en el futuro y echar al archivo de la memoria colectiva el pasado. Resulta más fácil recordar, fustigar o enfrentarse por los llamados “héroes de la patria”, que pensar en lo mucho que hay que hacer. Pensar en futuro significa ponernos de acuerdo, y es evidente que está más que difícil llegar a acuerdos sobre lo que debemos hacer.

No es sólo pensar cómo vamos diseñando lo que viene, es ante todo la actitud. Hay muchos asuntos que no se pueden resolver en lo inmediato, la clave está en cómo se abordan, cómo se piensan, y sobre todo, en cómo se establecen ante la sociedad. No es sólo pensar el país del futuro a 20 o 30 años, por ejemplo; es la actitud bajo la cual hoy se enfrentan los abrumadores problemas. Termina por destruir más que por construir bajo premisas falsas, como suponer que quien gobierna es poseedor de la verdad. La democracia les importa en la medida en que les beneficia, los puntos de vista opuestos son menospreciados o señalados como una reacción, más que imaginarlos como parte de análisis, razonamientos o de una oposición genuina. Los que piensan diferente terminan por ser menospreciados. La llamada “verdad”, en lugar de ser discutida, pasa a ser un acto de autoridad.

2. Hechos recientes confirman el pensamiento aldeano y carente de autocrítica bajo el que se abordan los problemas. Bajo el inmediatismo en que se ha estancado el gobierno de Calderón, la respuesta fácil y ligera provoca enconos, como de nuevo vino a pasar en Ciudad Juárez. Al igual que se acusó a los jóvenes de Salvárcar de haberse matado entre ellos por un lío de pandillas, ahora el funcionario, del que todos dicen que es muy listo pero que por lo que se vio quizá no sea tanto, Alejandro Poiré, en lugar de construir escenarios, lo único que terminó haciendo es confirmar la falta de visión de Estado.

En lugar de sumar, restan, y hasta ponen cara de enojo. En vez de investigar lo que pasó con el fotógrafo de El Diario, para construir escenarios en un asunto de suyo grave, materialmente se abalanzan para hacer a un lado su responsabilidad como gobierno. Ni siquiera se dan cuenta que cuando dicen que Luis Camilo Santiago fue asesinado por “causas personales”, se le está victimizando hasta en dos ocasiones. La primera está dada por la muerte, la segunda es la interpretación y el dejo de dudas que queda entre familiares y amigos del significado de eso que llaman “causas personales”.

Las evidencias sobre el fracaso del gobierno en Juárez no son una buena noticia y están a la vista. El Presidente no regresa porque, como bien dice Gustavo de la Rosa, “no es bienvenido”. En lugar de buscar salidas, cierran la puerta con doble llave. En lugar de hablar con los directivos de El Diario, se suben al púlpito e interpretan versiones, las sueltan y siembran dudas. Restan no suman. Han dejado a un lado la sensatez y su sentido constructivo. Creen que son presente y futuro y no se han dado cuenta de que por la forma en que ven la vida en Ciudad Juárez, tiene un pie fuera.

¡OOOOUUCHCHCH! No fue sólo Néstor, él asume su responsabilidad como lo ha hecho siempre. ¿Y los dueños apá? ¿Quién juzga a los juzgadores?
www.javiersolorzano.com

EDITORIAL ¿Y ahora?

Año 8, número 3482
Viernes 24, septiembre del año 2010


Hay frases que, dichas por determinadas personas y en especiales circunstancias, pueden ser demoledoras. Capaces por sí solas de echar por tierra la credibilidad de una persona o todo un sistema.

El que don Felipe Calderón, haciendo caso de Joseph Goebbels que decía que “Una mentira dicha diez veces es una mentira, pero dicha cien veces, es una verdad” (lo que de ninguna manera es cierto, una mentira dicha un millón de veces seguirá siendo una mentira; más sus complicaciones y consecuentes mentiras)

Esté todos los días desde hace cuatro años con la cantaleta de que les va ganando la guerra a los narcotraficantes; y ahora en general al crimen organizado.

Declaración que ni estadística ni evidentemente es cierta. El consumo de drogas ha aumentado; y lo que todo mundo ve es contrario a lo que ven desde la Presidencia.

De recordar que al principio la frivolidad de don Felipe le hizo decir que era una goliza la que les estaba metiendo a los narcotraficantes; y hace unos días declaró que, “modestia aparte”, cuando se enfrentaban los soldados con los sicarios, “les vamos ganando”. Como si las vidas de seres humanos fueran solo estadísticas.

Pero el caso es que ha sido crudamente desmentido; y no solo por la señora Clinton, cuando dijo que nos estábamos pareciendo a la Colombia de los años 80s (lo que diplomática y convenientemente después fue corregido hasta por Obama)

Sino ahora también por la señora Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interna, quien acaba de declarar que “la violencia en México, lejos de mejorar, ha empeorado en los últimos dos años”.

Y dijo más: Que “la inseguridad en México y la escalada de narcoviolencia se ha convertido en una amenaza para la seguridad interna de los EEUU”.

Haciendo también referencia a la muerte del reportero gráfico de “El Diario” de Ciudad Juárez, Armando Rodríguez que, según Gobernación, fue asesinado por cuestiones personales.

Lo que ha levantado una ola de reclamos y recriminaciones por parte de todos los medios, que es de esperarse sean acallados con el plan de don Felipe para proteger a los periodistas.

Lo cierto es que ya hay hasta una fiscalía especial en la PGR para la defensa de periodistas, que tampoco sirve para nada. Y que también, conociendo al gremio y sabiendo como actúan, luce extraño que los narcotraficantes vayan contra un reportero gráfico.

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