domingo, julio 27, 2008
Sondeo: 84.7% vota no en DF a privatizar áreas de Pemex
Angel Bolaños
Publicado: 27/07/2008 19:07
México, DF. Según el resultado de la encuesta de salida realizada por la empresa Mitofsky a la pregunta uno de la consulta energética organizada por el gobierno del Distrito Federal: actualmente la exportación, transporte, distribución, almacenamiento y refinación de los hidrocarburos son actividades exclusivas del gobierno, ¿está usted de acuerdo o no está de acuerdo que en esas actividades puedan participar empresas privadas?, la respuesta afirmativa fue de un 15.3 por ciento y opinaron en contra el 84.7 por ciento de las personas encuestada.
A la segunda pregunta: En general, ¿está usted de acuerdo o no está de acuerdo con que se aprueben las iniciativas relativas a la reforma energética que se debate actualmente en el Congreso de la Unión?, el 17.1 por ciento respondió por el sí, mientras que el 82.9 por ciento por el no.
Lo anterior se dio a conocer en conferencia de prensa en la que el director general de la firma Marcelo Ortega entregó a los observadores ciudadanos Guadalupe Rivera Marín, Ana Francis Moor. Sofía Alvarez, Héctor Bonilla y Enrique Semo, en la que estuvieron también el secretario de Gobierno, José Angel Avila Pérez, el diputado Humberto Morgan y el subsecretario de coordinación metropolitana, Héctor Hernández Llamas.
Marcelo Ortega explico que la encuesta se aplicó a lo largo de la jornada en 74 mesas receptoras de opinión en el Distrito Federal a mil 600 ciudadanos.
Gana el 'no' a la reforma energética del Ejecutivo: encuesta
Difunden resultados de un sondeo de salida realizado por Consulta Mitofsky, según la cual 84.7% de los ciudadanos se manifestaron en contra de la participación privada en explotación y refinación de hidrocarburos
EL UNIVERSAL
CIUDAD DE MÉXICO DOMINGO 27 DE JULIO DE 2008
19:06
José Ángel Ávila Pérez, secretario de Gobierno del Distrito Federal, dio a conocer, junto con integrantes del Consejo Ciudadano, los resultados de una encuesta de salida realizada por Consulta Mitofsky, según la cual mil 600 ciudadanos que acudieron a dar su opinión en 74 casillas votaron en contra de la privatización del petróleo.
En la pregunta "Actualmente la explotación, transporte, distribución, almacenamiento y refinación de los hidrocarburos son actividades exclusivas del gobierno, ¿está de acuerdo o no está de acuerdo que en esas actividades puedan ahora participar empresas privadas?, un 15.3% votó por el Sí y un 84.7% por el No.
En el caso de la pregunta "En general, ¿está de acuerdo o no está de acuerdo con que se aprueben las iniciativas relativas a la reforma energética que se debaten actualmente en el Congreso de la Unión?, un 17.1% votó por el Sí y un 82.9% por el No.
Acompañado por Héctor Bonilla, Guadalupe Marín, Enrique Semo, Sofía Álvarez, Ana Francis Moor, entre otros, Ávila consideró que fue todo un éxito la consulta ciudadana sobre la reforma energética.
Y se comprometió a informar más tarde sobre los resultados preliminares de los mismos, una vez que reciban los primeros reportes de las mesas receptoras y de las casillas.
Sin embargo, el funcionario rechazó contestar sobre algunas irregularidades que se presentaron durante la jornada, ya que más tarde habrá un reporte más completo.
fml
VOTA POR EL NO
Publicado por Renegado Legítimo
Esto es un asunto de la mayor importancia. Como movimiento ciudadano, hemos logrado mucho más de lo que los panistas se hubieran imaginado jamás en su triste vida de borregos aspiracionales que creen que todo en México “está perfecto”. Hemos logrado despertar la conciencia de mucha gente, hemos levantado el movimiento social y popular de más fuerza en décadas en este país.
Hoy es una hora definitoria para el futuro de México. La consulta petrolera es un ejercicio democrático que debe ser, y va a ser con nuestra participación, el parteaguas de la vida política de México. Es la hora de derrotar definitivamente a los entreguistas, a los traidores. Es la hora de mandar al basurero de la historia a quienes han tratado al pueblo de México como basura.
Eso lo saben en el PAN, lo saben en Los Pinos. Y van a dar la pelea con las únicas armas que saben usar: la mentira, el engaño, la deshonestidad.
NO PODEMOS PERMITIRLO.
Aunque los panistas y en general sus putas en los medios se han dedicado todo este mes y medio a desacreditar la consulta petrolera, a decir que “no vale la pena”, que no es vinculatoria, que “está amañada”, que “sólo votarán en ella los perredistas”, y un millón de mentiras más; aunque simios descerebrados como Eduardo Ruiz-Healy dice que los que votaremos somos “imbéciles borregos”; aunque “ni nos ven ni nos oyen”; en realidad se están preparando porque quieren HACER FRAUDE.
El PAN quiere repetir la dosis del veneno que le asestó a la fuerza a México en 2006. QUIEREN SALIR MAÑANA MASIVAMENTE A VOTAR POR EL SI. Los hipócritas de azul y blanco han inventado que el Gobierno del DF “obliga” a sus empleados a salir a votar por el “no”, pero SON ELLOS LOS QUE ESTAN ORGANIZANDOSE para ello.
NO LOS VAMOS A DEJAR. NO PODEMOS DARNOS EL LUJO DE DEJARNOS ROBAR DE NUEVO.
HE AQUI LO QUE HAY QUE HACER:
1)Vota. Algo tan simple. Sal a votar. No habrá ejército de buRRócratas del “gobierno federal” ni de maestros gordillistas que pueda con la fuerza de todos los renegados expresada en las urnas. VOTA.
2)Si cada uno de nosotros convence a DIEZ personas más (amigos, familiares, vecinos, etc) de votar por el NO, y además nos comprometemos a LLEVARLOS a que voten, para asegurarnos de que así sea, entonces nuestra fuerza automáticamente se multiplica por 10. ¿Puede alguien contra nosotros? NO.
3)Esto va específicamente para los brigadistas, los 200 000 valerosos mexicanos que han entregado todo en estos meses de lucha: CONFIAMOS EN USTEDES. Para estar atentos y vigilantes a que no haya desmanes ni provocadores que quieran echar a perder este ejercicio.
De nosotros depende que esta consulta petrolera sea un éxito. No les dejemos las manos libres a los rateros de 2006.
Consulta universitaria - Resultados - jueves 24
CONSULTA UNIVERSITARIA SOBRE LA REFORMA PETROLERA
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco
El Comité en Defensa del Petróleo de la UAM-X en conjunto con el Grupo Interno Coordinador Xochimilco del SITUAM, organizamos el pasado jueves 24 de agosto la consulta universitaria sobre la reforma petrolera como una forma de sondear la opinión de la comunidad universitaria en relación a este tema e incorporándonos al movimiento nacional por la Consulta Ciudadana. Impulsamos ésta consulta convencidos de que ¡el pueblo debe decidir! y debe de acatarse su voluntad en este tema tan relevante para la vida nacional.
En este ejercicio participaron 1887 votantes: estudiantes, profesores y trabajadores que representa el 10, 87% de la comunidad que pudieron depositar su voto presentando su credencial de la UAM en una de las 5 casillas instaladas en el interior de las instalaciones universitarias.
A continuación presentamos las preguntas y los resultados obtenidos
PREGUNTA 1:
La iniciativa privada desea incursionar en la explotación, transformación y transportación del petróleo y demás energéticos ¿estas de acuerdo?
Respuesta Porcentaje
SI 13,64%
NO 84,39%
ABSTENCIÓN 1,6 %
NULOS 0,37 %
TOTAL 100 %
PREGUNTA 2
La reforma al artículo 27 constitucional que propone Felipe Calderón desaparece el control del Estado sobre los energéticos y todos los recursos naturales ¿estas de acuerdo con esta reforma?
Respuesta Porcentaje
SI 4,82 %
NO 93,59 %
ABSTENCIÓN 1,40 %
NULOS 0,19 %
TOTAL 100,00 %
PREGUNTA 3
Si el Congreso de la Unión no respeta la voluntad del pueblo. ¿Estarías dispuesto a movilizarte?
Respuesta Porcentaje
SI 87,22
NO 5,67 %
ABSTENCIÓN 6,67 %
NULOS 0,44 %
TOTAL 100,00 %
Personas de otros estados pueden votar en la urnas electrónicas
La iniciativa de reforma petrolera enviada por el presidente Felipe Calderón al Congreso para abrir más el sector quedó maltrecha con los debates públicos sobre el tema, y terminó por derrumbarse cuando el PRI presentó una propuesta alterna. El coordinador de los senadores priistas, Manlio Fabio Beltrones, admite que su paquete de modificaciones legales coincide en muchos puntos con la iniciativa de Calderón, pero afirma que “todas eran ideas originales del PRI”, las cuales fueron retomadas por el gobierno.Al término de los 21 foros de debate en el Senado, los distintos grupos priistas involucrados con la reforma energética le arrebataron al gobierno federal la bandera de la apertura petrolera: el 23 de julio presentaron a través de su coordinador en la Cámara de Senadores, Manlio Fabio Beltrones, un paquete de nueve iniciativas.El proceso para la elaboración de la propuesta priista, llamada por algunos observadores Ley Beltrones, no estuvo exento de desencuentros y presiones, especialmente entre un grupo de 17 diputados del tricolor que preparaba una iniciativa paralela a la que venía trabajando Francisco Labastida, presidente de la Comisión de Energía. Existió, incluso, un borrador que se modificó e incorporó varios puntos propuestos por el exdirector de Pemex Francisco Rojas, otros reclamos de los gobernadores priistas, así como otros puntos del modelo que originalmente planteó Manlio Fabio Beltrones, pero se dejaron intactas varias propuestas de la iniciativa calderonista, como los bonos ciudadanos, la existencia de un “comisario” que defienda estos bonos, y la incorporación de cuatro “consejeros profesionales” al Comité de Administración de Pemex que, en lugar de ser designados sólo por el presidente, deberán ser aprobados por el Senado.Las iniciativas del PRI incluyen la posibilidad de que Pemex y sus empresas subsidiarias puedan firmar contratos con terceros privados, a través de una nueva figura: las “empresas estratégicas filiales”, propiedad “ciento por ciento” de la paraestatal.Entrevistados por Proceso, los senadores Manlio Fabio Beltrones y Francisco Labastida, así como Francisco Rojas, presidente de la Fundación Colosio, reconocen que tuvieron que “conciliar intereses” entre los distintos grupos del PRI para presentar una iniciativa del partido. Los tres rechazan que se trate de un modelo privatizador y advierten que no existen semejanzas con la iniciativa de Calderón.
–¿Por qué fue la secretaria de Energía, Georgina Kessel, la primera en dar la bienvenida a la iniciativa del PRI y afirmar que existen coincidencias? –se les pregunta.“No la ha leído bien. Cuando la lea bien se dará cuenta de que hay más diferencias que semejanzas”, responde Beltrones. “No es cierto que haya semejanzas. Son esencialmente diferentes: las de Calderón eran privatizadoras y las nuestras no. Ellos querían consejeros nombrados por el presidente; nosotros proponemos que pasen por el Congreso”, afirma Rojas.En franca oposición a Beltrones y Rojas, el exsenador del PRI Manuel Bartlett afirma en entrevista aparte que las iniciativas “no desechan la propuesta de Calderón, la retoman. Es un grave error porque encierra un modelo que fue derrotado en los debates. Es la misma jeringa, pero con distinto bitoque”.Para Bartlett, opositor desde el sexenio pasado a la firma de contratos de riesgo en el sector energético, el paquete de nueve reformas que propone el PRI constituye “una apertura a los privados vía contratos. Esa es la puerta de entrada. Todo el capítulo de contratos es el mismo que el de Calderón”.
Negociaciones internas
“Lo más importante es que presentamos una iniciativa sin que el PRI tuviera una división”, afirma Francisco Rojas, quien había expresado su oposición a las propuestas de Calderón y también sus diferencias con las posiciones de Francisco Labastida.Rojas, quien fue colaborador de Carlos Salinas, y Francisco Labastida, candidato presidencial del zedillismo, coincidieron en que la negociación entre los diferentes grupos fue posible por la incorporación de la presidenta nacional priista Beatriz Paredes, así como del secretario general Jesús Murillo Karam.A pregunta expresa, tanto Beltrones como Labastida, protagonistas en el Senado de la reforma energética, rechazan que existiera “desencuentro” entre ambos, pero reconocen que se incorporó en la recta final de la negociación un grupo de diputados federales, encabezados por Carlos Rojas y Alfredo Ríos Camarena, que habían elaborado una iniciativa paralela a la que se trabajaba en el Senado.La versión de Beltrones, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, es la siguiente:“Hubo un grupo de diputados federales que elaboraron un proyecto de iniciativa paralela. Nos dimos cuenta de que habían muchas coincidencias, como la Ley para la Transición Energética y el registro público de contratos, y se incorporaron a la redacción final de la iniciativa.”
–¿Es necesaria aún una consulta interna entre otros grupos priistas? –se le cuestiona al senador sonorense.
–El Consejo Político Nacional en pleno ha hecho suya la iniciativa. Hemos hecho el trabajo con gobernadores, líderes regionales y sindicales. De aquí al 23 de agosto, fecha en que se celebra la Asamblea Nacional del partido, habrá tareas de difusión de su contenido que corrobore lo establecido –contesta.Por su parte, Francisco Labastida relata que inicialmente se trabajó la propuesta con tres o cuatro diputados y tres senadores del PRI que elaboraron “un primer proyecto”. En la última semana se incorporaron a las negociaciones los diputados, encabezados por Carlos Rojas. “Fue una etapa de agregados de ideas de algunos diputados que debía contener la iniciativa”, afirma.
Puntos sacrificables
Manlio Fabio Beltrones admite que en las nueve iniciativas presentadas el 23 de julio (que incluyen reformas a la Ley Reglamentaria del artículo 27 para establecer la posibilidad de crear organismos filiales de Pemex que contraten con terceros y firmen “contratos de producción”) existen puntos que pueden ser eliminados en el proceso de dictaminación. “Los bonos ciudadanos no los tocamos y se pueden eliminar”, ejemplifica.A su vez, Francisco Rojas señala que ni los bonos ciudadanos ni la figura del comisario lo convencen. Al respecto, opina que los bonos pueden dar lugar a ciertos derechos, como obtener información sobre los estados financieros de la paraestatal.Labastida, quien inicialmente encabezó la negociación de la reforma con el gobierno de Calderón, defiende la existencia de los bonos porque “no influyen sobre las decisiones de la empresa, es un mecanismo crediticio que no representará más de 0.1%”.No obstante, reconoce: “Me quedé con la sensación de que era necesario introducir yacimientos transfronterizos” en la iniciativa que presentó el PRI. Explica que para 2010 pueden ingresar barcos petroleros estadunidenses a cargar hasta 30 mil barriles de petróleo por día de estos yacimientos entre México y Estados Unidos. “Me faltó tiempo y capacidad de convencimiento para este punto”, dice Labastida.Sin embargo, los puntos inamovibles que destacan los negociadores del PRI son la creación de las filiales estratégicas propiedad de Pemex, la existencia de un registro público para los contratos que se firmen y la creación de un fondo de transición energética que puede ascender a mil millones de dólares anuales, es decir, más de 10 mil millones de pesos.Este fondo se formaría con modificaciones a la Ley Federal de Derechos que envió Calderón. El 1% de esos derechos que se le cobran a Pemex se destinaría a financiar energías alternativas, como la eólica, la solar y otras, como la geotérmica y la bioenergía.
–¿Por qué se mantiene el modelo presentado en las iniciativas de Calderón? –se le pregunta a Beltrones.
–Porque todas eran ideas originales del PRI antes de que el presidente presentara sus iniciativas. Buena parte de las ideas surgieron de esas conversaciones anteriores con el gobierno, pero desde el principio planteamos que no había posibilidad de que terceros se encargaran de la refinación, el transporte, los ductos y el almacenamiento de hidrocarburos.Al preguntarle a Rojas si las empresas filiales de Pemex pueden ser la vía para privatizar la refinación, el transporte y los ductos de la paraestatal, concuerda con el coordinador de los senadores del PRI:
–Hay que leer bien esta propuesta. Quizás existan problemas de redacción en la iniciativa. Los organismos descentralizados estratégicos son absolutamente propiedad de Pemex. No tienen acciones ni puede haber privatización. Están en consonancia con lo establecido en los artículos 25, 26 y 28 de la Constitución.
Críticas y alternativas
El paquete de iniciativas priistas incluye tres leyes nuevas: Ley Orgánica de Pemex, Ley de la Comisión Reguladora de Petróleo y Ley para la Transición Energética, así como seis reformas a la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional, a la Ley de la Comisión Reguladora de Energía, a la Ley de Obras Públicas, a la Ley Federal de Entidades Paraestatales y a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios.La primera crítica se realizó el miércoles 23 de julio, día que se presentaron las iniciativas. En conferencia de prensa, el senador perredista Pablo Gómez, integrante de las comisiones dictaminadoras, criticó que el PRI no hubiera presentado una reforma a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, “lo cual deja ahí un vacío en una propuesta que nosotros pensamos que iba a abarcar todos los temas”.Gómez expresó su preocupación por la creación de la figura de las filiales, porque en su opinión tendería a la “desintegración de la industria petrolera”. También expresó sus dudas sobre el modelo de contratos propuesto en el artículo 4 de la Ley Reglamentaria del artículo 27 y de la Ley Orgánica de Pemex.En el mismo sentido, Manuel Bartlett afirmó que las iniciativas “no sacan a Pemex del desastre financiero ni se moderniza”. “Los grandes problemas de Pemex implican decisiones políticas. ¿Acaso se resolverán con filiales nuevas que van a fracturar más a la industria o con un nuevo Consejo de Administración?”, afirmó el exsecretario de Gobernación.
Bartlett insistió en que el modelo tiende a abrir la industria mexicana a los contratos con las trasnacionales:“Este es un tema geopolítico, que va más allá de Calderón o Beltrones. No se puede entender si no entendemos que hay una enorme presión del G-8 contra las empresas petroleras nacionales. En este momento del nacionalismo energético en los grandes países productores, ellos están presionando para que México se abra. ¿Qué no nos damos cuenta?”A su vez, en vísperas de la consulta ciudadana del domingo 27 en la Ciudad de México, Mario Di Costanzo, integrante del “gobierno legítimo” de Andrés Manuel López Obrador y experto en temas energéticos, realizó un primer análisis de las nueve iniciativas priistas y consideró que implican “la privatización de Pemex por la puerta de atrás”.Di Costanzo considera que las nuevas empresas filiales, aunque sean propiedad de Pemex, podrán asociarse con empresas como Exxon, Shell o Halliburton para “ampliar o construir” la misma refinería o una nueva, en cualquier porcentaje de participación, porque al final “serían esas empresas extranjeras las que llevarían a cabo las actividades de la cadena productiva y con ello se violaría la Constitución”.Sobre la propuesta de que cuatro consejeros profesionales integren el Consejo de Administración de Pemex, Di Costanzo considera que es la misma propuesta de Calderón. “Más aún, la propuesta de Beltrones generaría más élite burocrática al establecer un consejo de administración para cada filial estratégica”, afirma en su análisis.Del lado del PAN aún no se ha escuchado ninguna crítica. Por el contrario, tanto el dirigente nacional de ese partido, Germán Martínez, como el coordinador de los senadores del PAN, Gustavo Madero, han recalcado que existen coincidencias entre la propuesta del PRI y la del Ejecutivo.
El 5 y 6 de agosto próximos los senadores que integran las comisiones de Estudios Legislativos y de Energía protagonizarán debates sobre las dos iniciativas que se han presentado. Graco Ramírez, senador del PRD, anunció que presentará su propia iniciativa el miércoles 30, tres días después de la consulta ciudadana. l
Se trata de la misma gata pero empanizada
Sin lugar a dudas, el maridaje entre el PRI y el PAN volvió a quedar de manifiesto, pues cuando la propuesta calderonista de privatización del sector petrolero estaba prácticamente desechada, el senador Manlio Fabio Beltrones presentó la versión reloaded, tal como en la película Matrix, del proyecto privatizador de Felipe Calderón.
De esta manera, no obstante las diferencias en cuanto al número de ordenamientos jurídicos creados o modificados, de la comparación de ambos proyectos se puede observar que presentan las mismas deficiencias; siendo la única diferencia la forma en la que se estaría dando paso a la inversión privada.
Esta diferencia en cuanto a forma más no de fondo se puede advertir si comparamos las modificaciones propuestas a la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional; para ello, sólo basta mencionar que ambos proyectos buscan en esencia modificar la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en materia de petróleo.
Así, mientras que en la propuesta de Felipe Calderón la privatización es directa, en la presentada por Manlio Fabio Beltrones ésta se hace por “la puerta de atrás”, al crear la figura denominada “organismos descentralizados de carácter estratégico”, que son un mecanismo para eludir lo dispuesto por el artículo 27 constitucional, que establece claramente, la exclusividad del Estado en materia de explotación de hidrocarburos, añadiendo que “en esta materia no se otorgarán contratos o concesiones de ninguna especie”.
Es decir, mientras que Felipe Calderón ha propuesto la modificación al artículo cuarto de la Ley Reglamentaria del 27 Constitucional para establecer que: “Petróleos Mexicanos, sus organismos subsidiarios y los sectores social y privado, previo permiso, podrán realizar las actividades de transporte, almacenamiento y distribución de gas, de los productos que se obtengan de la refinación de petróleo y de petroquímicos básicos”.
Y añade que: “Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios podrán contratar con terceros los servicios de refinación de petróleo”
Manlio Fabio Beltrones ha propuesto que “el Ejecutivo federal podrá constituir, por decreto, organismos descentralizados con carácter estratégico filiales de Petróleos Mexicanos, con el objeto de realizar, por cuenta de aquél, las actividades de construcción de ductos y los servicios de refinación de petróleo, transporte, almacenamiento y distribución de hidrocarburos y derivados de éstos, que forman parte de la industria petrolera. Dichos organismos filiales serán propiedad exclusiva de Petróleos Mexicanos y se constituirán a propuesta de su Consejo de Administración”.
Añadiendo que: “En los términos de su propia ley orgánica, Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios, así como los organismos filiales referidos en el párrafo anterior, estarán dotados de plena autonomía de gestión y presupuestaria, incluyendo la regulación para la contratación de obras, adquisiciones, arrendamientos y servicios”.
Lo anterior significa que Pemex podrá crear “empresas filiales estratégicas” que gozarán de autonomía de gestión en toda la cadena de valor de la industria y aún y cuando se establece que estas empresas serán propiedad de la propia paraestatal, es decir de la nación, no existe en la iniciativa priísta ningún impedimento para que estas “filiales estratégicas de Pemex” se puedan asociar en cualquier actividad de la cadena productiva (exploración, distribución, transporte, almacenamiento, etcétera) con alguna empresa privada sea nacional o extranjera y en cualquier porcentaje de participación, dado que dichas filiales gozarán de autonomía de gestión.
Es decir y a manera de ejemplo Petróleos Mexicanos podría decidir crear una filial que se dedicara a la refinación de petróleo, misma que podría ser una refinería en operación, como la de Cadereyta o Ciudad Madero.
En tal virtud, estas refinerías ya convertidas en una “filial estratégica de Pemex” y dada su autonomía de gestión; podrían asociarse con Exxon, Shell o Halliburton para “ampliar o construir” la propia refinería o una nueva” en cualquier porcentaje de participación porque al final,’ serían esas petroleras extranjeras las que llevarían a cabo las actividades de la cadena productiva y con ello se violaría la Constitución, al transferir esas actividades estratégicas y por la tanto parte de la “renta petrolera” a la iniciativa privada.
Es muy importante señalar que ninguno de los dos proyectos se aborda y mucho menos se soluciona el problema fiscal y presupuestario que enfrenta Petróleos Mexicanos.
Mucho menos aún, se garantiza que lo excedentes petroleros se destinarán exclusivamente a Petróleos Mexicanos, en virtud de que en la propuesta de Manlio se establece que Pemex podrá contar con el excedente de sus “ingresos propios”; al respecto, cabe señalar que no es lo mismo lo que hasta ahora se entiende como excedentes petroleros y lo que se define como un “ingreso propio de Pemex”.
Por las demás cuestiones, como las relativas al Órgano de Gobierno de Pemex, a los Comités de Transparencia, a la “autonomía de la paraestatal”, al manejo de su deuda, ingresos excedentes, bonos ciudadanos, licitaciones (con excepción de los contratos de riesgo), es prácticamente lo mismo que ha propuesto por Felipe Calderón, por lo que al final de cuentas se puede concluir que se trata de la misma gata pero empanizada.
El PRI miente: su iniciativa energética es PAN con lo mismo
Cuando escuchamos a los legisladores del PRI presentar su iniciativa, parecía que tenían como objetivo evitar la privatización de diversos sectores de la industria petrolera, contenida en las iniciativas que presentó el gobierno de facto. Cuando se estudia su propuesta, desafortunadamente la realidad es otra. Plantean, al igual que el PAN, como eje central la participación de la iniciativa privada en las áreas estratégicas de exploración, extracción, refinación, almacenamiento y distribución de los hidrocarburos.
Para el caso de la exploración y extracción de petróleo y gas natural, su propuesta es la participación de la iniciativa privada nacional y extranjera a través de contratos de servicios. El objetivo es que sean los privados quienes realicen estas actividades, pagándoles en efectivo de acuerdo con la cantidad de hidrocarburos que se encuentren en el subsuelo. Aunque afirmen que ésos no son contratos de riesgo, porque no se comparten los hidrocarburos, en los hechos sí lo son, pues aunque el privado “no cobre” por la exploración, se llevará una ganancia sustantiva de la extracción.
En los debates en el Senado de la República diversos ponentes explicaron que este tipo de contratos son sumamente contraproducentes para el país, porque significan compartir innecesariamente una parte importante de la renta petrolera. Para negar este efecto inevitable de la privatización, de manera pedestre el PRI simplemente decide redefinir el concepto de renta petrolera, de la siguiente forma: “La renta petrolera es la que se obtiene por la venta de los hidrocarburos menos todos los costos económicos para extraerlos en que incurra Petróleos Mexicanos por sí o a través de terceros, en los términos de las disposiciones aplicables” (artículo 58 de su propuesta de ley orgánica).
También, al igual que en la propuesta de Calderón, mantienen la creación de una comisión de petróleo, para que sea un organismo externo a Pemex el que defina las reservas y quien podrá explotarlas. En ambas propuestas, los privados sólo requerirán del permiso de la Secretaría de Energía para iniciar la exploración, aunque carezcan de contratos, facilitándoles las expropiaciones a particulares, ejidos y comunidades, en caso de ser necesarias.
En el caso de la refinación, el almacenamiento y los ductos, la propuesta del PRI plantea establecer, por decreto del Ejecutivo federal, “empresas filiales” de Pemex. De acuerdo con la exposición de motivos de su iniciativa: “Estos organismos serán propiedad exclusivamente de Petróleos Mexicanos y se crearán con el propósito de complementar la capacidad de ejecución de obras y de operación de Petróleos Mexicanos en las áreas estratégicas que le corresponden a la nación, como las actividades de refinación, transporte, almacenamiento y distribución de derivados, así como en la construcción de ductos. Realizarían las actividades mencionadas por cuenta y orden de Pemex, procesando y operando petróleo y gas propiedad del organismo o, en otras palabras, le darían el servicio correspondiente y, en su caso, le entregarían a Pemex los resultados de su operación”… “Los organismos descentralizados de carácter estratégico filiales operarían con contratos de largo plazo que apoyarían el financiamiento de la inversión. Esto permitiría descentralizar la realización y operación de proyectos completos para nuevas instalaciones, sin congestionar la administración de los actuales organismos subsidiarios, a quien darían servicio.”
Estos organismos (de acuerdo con las modificaciones propuestas por el PRI a la ley reglamentaria del 27 y a la Ley Orgánica de Pemex) realizarán contratos de arrendamiento con terceros (léase privados) para que sean éstos los que hagan las obras y, en su caso, operen las refinerías, el almacenamiento y los ductos. Al final del contrato, la infraestructura se le entrega a Pemex. Este es un esquema de contratación que también se usó para la generación de electricidad y que resultó sumamente oneroso.
Hasta aquí la diferencia con la propuesta de Calderón es que los privados no podrían tener bajo su propiedad la infraestructura; sin embargo, en su propuesta de modificación a la ley orgánica, en su artículo 19 establecen que es una atribución del consejo de administración de Pemex:
“IX. Aprobar, a solicitud del director general, la constitución y desincorporación de los organismos descentralizados de carácter estratégico filiales bajo control de Petróleos Mexicanos o de sus organismos subsidiarios, considerados entidades paraestatales, sin sujetarse para esos efectos al procedimiento previsto en la Ley Federal de las Entidades Paraestatales y su Reglamento…”
Es decir, que la nueva infraestructura de refinación, almacenamiento y transporte será construida y operada por privados a través de contratos de arrendamiento con las filiales de Pemex y, por si fuera poco, además, al final podrán ser desincorporadas (léase privatizadas) por el consejo de administración. O sea, la misma privatización, sólo que con tiempos un poco diferentes a los planteados por Calderón.
Por otro lado, existen sólo diferencias de matiz entre las propuestas del PRI y del PAN en las modificaciones a la Ley Orgánica de Pemex. Por ejemplo, el PRI propone que los consejeros profesionales que se integrarán al consejo de administración, deberán ser ratificados por el Senado y todos deberán ser funcionarios públicos. Sin embargo, sus funciones son las mismas: auditorías, remuneraciones y portafolio de inversiones. Los artículos que se refieren a la exención de responsabilidades del consejo de administración en caso de que actúen “de buena fe” y la contratación de fianzas y seguros son iguales. Asimismo, con el mismo esquema conservan los bonos ciudadanos.
Por otro lado, a pesar de que la mayor parte de los ponentes en el debate planteó la necesidad del fortalecimiento de la investigación, en particular del Instituto Mexicano del Petróleo, la propuesta del PRI no toca el tema porque sencillamente no les interesa el desarrollo de la ciencia y la ingeniería nacionales. Finalmente su llamado fondo nacional para la transición energética no establece de dónde saldrán los recursos ni cuántos serán y se orienta para financiar proyectos con créditos. Es decir, de nuevo, nada para la investigación y el desarrollo de fuentes alternas, como un proyecto de Estado. Decir NO este domingo en la consulta, también significa NO a la iniciativa del PRI, porque desgraciadamente ésta también pretende la privatización de la industria petrolera.
Gobernar el país como a una empresa
La derecha como bloque gobernante no está conformada sólo por el PAN en el gobierno ni por la derecha priísta. Sucede también que ni el PAN ni el PRI tienen una militancia uniforme. En ambos partidos hay numerosos empresarios (muchos de ellos de medio pelo y nunca grandes tiburones), clasemedieros tan diversos entre sí que es imposible distinguirlos como un conjunto (muchos son simples reaccionarios ultramontanos, otros son profesionales oportunistas y logreros, otros pequeños empresarios y así por el estilo), el PRI tiene los antiguos sindicatos corporativistas (cuyos dirigentes son ahora empresarios de masas) y muchas organizaciones campesinas (con dirigentes que no son campesinos).
De esa derecha como bloque en el poder forma parte la jerarquía católica, que ha hecho de la máxima evangélica “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” un cómodo estatus de convivencia. Hay también grupos corporativos de profesionales que se dedican a las tareas de consultoría y asesoramiento (esto, en ambos partidos) y que prestan sus servicios a quienes los pueden pagar (sin distinción de colores partidistas, es su lema). Hay, asimismo, simples grupos de fanáticos derechistas que militan por las causas más disímbolas.
En esos términos, podría decirse que se está hablando, esencialmente, de la derecha política incrustada en el poder del Estado y en la sociedad, aunque habría que hacer una excepción a los clasemedieros que se dedican sólo a los negocios. Hay una derecha económica, empero, que es decisiva en la conformación del bloque en el poder: son los grandes empresarios corporativos que dominan la economía del país, que no son sólo mexicanos (pues a éstos se han venido agregando ramas locales de trasnacionales que prevalecen en sectores enteros de las finanzas y de los negocios, principalmente estadunidenses y españolas, pero no sólo). Este es el grupo (se dice que está conformado por no más de 300 corporativos) que ha venido cohesionando ese bloque.
Convertir al país en una empresa no fue una idea de los panistas. Cuando esta idea se puso en marcha éstos todavía se atenían a sus principios de doctrina originales que no tienen nada que ver con ella. Fueron los priístas, ya desde la época de De la Madrid, pero con mayor fuerza en los tiempos de Salinas, los que fueron planteando este proyecto a los grupos empresariales como una gran alianza entre el poder político y el poder económico, cuya distinción, ya se decía entonces, era cada vez más borrosa. Fue en esos días cuando este nuevo bloque gobernante comenzó a funcionar. Los panistas sólo fueron un agregado, a fines de los 90, cuando demostraron que habían entendido la noción.
Fue entonces cuando se decidió, en ese gran bloque de poder económico y político, entregarles el poder. De otra manera resulta muy difícil entender la tersa “transición” que se dio en el 2000. Que Zedillo había decidido entregarles el mando del Estado me pareció siempre una hipótesis muy jalada de los pelos, porque de repente ya el consenso de las más diferentes fuerzas sociales en pugna pareció darse en torno al candidato panista, sin que ello pudiera explicarse con claridad. La imagen de ese Fox que desde fuera imponía su candidatura en el PAN, sin que nadie en este partido pudiera evitarlo, jamás me convenció. Un merolico provinciano, ayuno de cultura y populachero, insólitamente, se convierte en el candidato del bloque derechista en el poder.
Ni Labastida (que parecía más un cartucho quemado) ni Cárdenas (ya para entonces muy desgastado) fueron una amenaza para ese gran bloque de poder, esa Santa Alianza que, en cambio, sintió cercana la helada perspectiva de la derrota con López Obrador. Creo que éste nunca supo contra qué clase de formidable enemigo se enfrentaba hasta que no se dio la desvergonzada maniobra del desafuero. Apelando al pueblo y denunciando ya esa Santa Alianza logró poner a las masas y a los votantes de todas las clases sociales a su favor. Eso empavoreció a la derecha gobernante y se aprestó a defender su poder, como finalmente lo hizo en las sucias elecciones del 2006.
A mí jamás me convenció el pleito casado que agarraron Salinas y Zedillo por el “error de diciembre”. Aquello fue un montaje orquestado desde el bloque en el poder para engordar a los grandes empresarios a costa de una infame megadevaluación. En su nuevo libro, Salinas no aporta ningún esclarecimiento al respecto; prefiere seguir en el terreno de la riña personal y ocultar sus responsabilidades. El atraco en descampado del Fobaproa y los rescates carreteros y otros fueron sólo su secuela. Eso es lo que ha querido decir la frase “gobernar el país como a una empresa”: entregar la riqueza de la Nación entera a los grandes empresarios y gobernar para que ello sea posible y garantizable (y no las insulsas idioteces de Fox: “administrar con la eficiencia de una empresa”).
Los grandes empresarios no gustan de andar metiéndose en los pleitos políticos; prefieren pagarles a otros para que actúen por ellos. Pero tampoco deciden las cosas ellos solos. Ellos sólo hacen sus sugerencias y exigencias y demandan que se cumplan, si no, no hay trato. La clase política derechista sabe que esa es su profesión y la desempeña jubilosa y cumplidamente. El bloque derechista en el poder es, justo, la conjunción letal del poder político con el poder económico verdadero, vale decir, el real dueño de la riqueza del país. Las reformas petroleras de Calderón son el último asalto a la riqueza de la Nación para entregarla a los dueños de la riqueza. Eso es lo que han demostrado los debates sobre la materia.
Los mexicanos estamos hoy enfrentados a esa Santa Alianza del poder político y del gran dinero, y hacía falta una causa “mitológica” y “nacionalista”, como es la defensa de nuestra riqueza petrolera, para poner todas las cartas sobre la mesa. Ahora ya nadie podrá llamarse a engaño, las cosas están más que claras y cada uno puede, como nunca antes, decir lo que piensa y actuar en consecuencia. Eso es lo que han logrado los debates: hacer que se conozca la verdadera realidad y proporcionar el conocimiento necesario para que todos sepan en qué país vivimos y qué es lo que los dueños del poder y de la riqueza se proponen hacer con nuestro país y sus recursos. Sólo les falta el petróleo. Van por él. Y la Santa Alianza sigue sin pagar impuestos.
Llama la atención que aun sin haber estudiado la propuesta petrolera del PRI, el PAN y el PRD se hayan apresurado a darle la bienvenida. Ambos partidos le están concediendo al PRI una posición superior en la política mexicana. En alguna forma le están pavimentando el camino para tener un triunfo en 2009. El viejo partido, al oponerse a la aventura privatizadora de Calderón, ha sido congruente con sus estatutos y con el gusto de su clientela. Pero quiere aprovechar la coyuntura de cara a su asamblea vigésima no sólo para reverdecer sus banderas nacionalistas, sino para obtener ventajas con la reorganización del aparato administrativo de Pemex y acercar a muchos de sus cuadros a grandes negocios. Calderón pierde la reforma original, pero tiene ventajas importantes: continuará sobrexplotando Cantarell y obteniendo recursos estratégicos. Dispondrá de la renta petrolera en forma discrecional y utilizará los excedentes en un año crítico, tanto por la depresión que se anuncia como por ser un año electoral.
Los partidos quieren llegar a un acuerdo y no toman en cuenta a la gente. En las encuestas, las dos terceras partes de la población han podido resistir la costosa ofensiva mediática del gobierno y se oponen a la reforma. Miles o cientos de miles están organizados para la resistencia. Millones de simpatizantes de AMLO y una buena franja de los que votan normalmente por el PRI se oponen. Hoy se realiza la consulta popular en el Distrito Federal y habrá otras el 10 y el 24 de agosto. Muchos sectores, inclusive empresarios y eclesiásticos, se están incorporando a un movimiento sin precedente en México. Esos hechos no cuentan para los parlamentarios.
Entiendo la alegría del PAN: una reformilla puede ocultar la derrota de la aventura de Calderón. Me cuesta trabajo entender el apresuramiento de los perredistas. Pareciera como si el acuerdo cupular intentara “desinflar” la consulta del Distrito Federal. El PRD debería de apostar a ella y tratar de recuperar por ese medio legítimo la popularidad que ha perdido en los últimos meses por el desastroso resultado de sus elecciones internas. En las cúpulas de los partidos ni en el Senado, ni en la Cámara de Diputados, hay una representación cabal de la población. La gente no conoce ni quién la representa. Y para ellos la opinión popular cuenta muy poco.
Hace unos cuantos días, Ana Isabel López, una estudiante avanzada de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, me pidió una entrevista sobre el desarrollo del movimiento obradorista. Es el primer caso que yo conozca que un científico social mexicano se interese por el más grande fenómeno político de los últimos tiempos. Para la abrumadora mayoría de observadores y analistas, lo que ha estado haciendo AMLO viajando por el país y organizando la resistencia, convocando a miles y a millones no tiene importancia efectiva. El despertar de la conciencia sobre la importancia del petróleo y la necesidad de preservarlo como propiedad pública no parece importar a los políticos profesionales. Se equivocan: por primera vez gran parte de la población ha entrado en el foro de la discusión y no será fácil sacarla de ahí.
El Despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti
jaropin@yahoo.com.mx
Algunos legisladores calderonistas –pésimamente “tarjeteados” por asesores clandestinos durante los debates del Senado– suelen desinformar con la supuesta asociación entre la híbrida noruega de control estatal Statoil (ranking 59) y “Rusia” (sin especificar). Por cierto, Statoil cambió de nombre a Statoil Hydro, debido a su reciente fusión con Norsk Hydro Asa. ¡Así de desinformados andan los panistas!
Con el fin de llevar agua a su molino ideológico-propagandístico, los desactualizados legisladores panistas se exponen al ridículo: pierden las proporciones entre la empresa de un relativamente diminuto país frente el gigante ruso (la primera potencia gasera del planeta), y soslayan la tendencia irreversible del Kremlin hacia la desprivatización, la renacionalización y/o la restatización, como se desprende de la disociación entre las empresas rusas con las británicas Shell y BP (Damian Reece, The Daily Telegraph, 22/7/08).
Lo que cuenta es la dinámica conceptual y no un hecho aislado estático sin mayor relevancia que expone los rescoldos del viejo orden petrolero de Yeltsin, quien llevó a la ruina a su país por su necedad privatizadora cuando los ingresos petroleros estatales se fueron a pique. Con la restauración del zar geoenergético global, Vlady Putin, durante ocho años el producto interno bruto (PIB) se multiplicó cinco veces y regresó a Rusia al primer plano geoestratégico, gracias a sus inmensas reservas de hidrocarburos y de divisas, protegidas por su poderoso arsenal nuclear.
Pareciera que los relevantes países productores de hidrocarburos le dan la vuelta a la privatización doméstica y/o foránea mediante la eclosión de empresas estatales que han florecido en Rusia y China.
En realidad, bajo el modelo de la globalización financiera todas las privatizaciones domésticas son foráneas parcialmente, cuando no mayoritariamente, debido a su cotización y control en las bolsas de valores de Wall Street y la City. Sin el control financiero de los estados, en el mejor de los casos, o de las empresas privadas domésticas, cualquier mañana las reservas de hidrocarburos pueden pasar darwinianamente a manos de las trasnacionales foráneas mediante una “captura hostil” en las bolsas de valores.
Esta situación la temen a la inversa, en la fase de profunda crisis crediticia del neoliberalismo global, el G-7 y la OTAN, ante la hipotética captura de sus joyas estratégicas por los países poseedores de los “fondos soberanos de riqueza”, primordialmente el BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y la OPEP.
Desde el año pasado, Bajo la Lupa (12/8/07) había alertado sobre “La nueva guerra gélida por los hidrocarburos del Ártico”, donde se ubicaría 25 por ciento de las reservas del total planetario.
Nada detiene a Rusia en su odisea nacionalista. Después de que Putin desprivatizó, renacionalizó y restatizó la mayor parte de sus hidrocarburos, entregados insensatamente a los “oligarcas” parasitarios por Yeltsin (uno de los peores mandatarios de su historia), ahora el flamante presidente Dimitri Medvedev firmó una ley para desarrollar las inmensas reservas del Ártico exclusivamente por las empresas estatales con un mínimo de cinco años de experiencia, lo que de facto deja solos a Gazprom y Rosneft (Toronto Star, 18/7/08).
En lugar de operar con licitaciones, el gobierno ruso tendrá la discrecionalidad de seleccionar a las compañías estatales para desarrollar las reservas del Ártico. Medvedev considera a la placa geológica continental del Ártico como una “herencia nacional”. Las agencias anglosajonas de noticias que reportaron la nueva postura rusa aducen que se trata de una clara señal de un “movimiento hacia un mayor control estatal sobre la lucrativa (¡súper-sic!) industria energética del país” para “asegurar conscientemente el uso racional de la riqueza nacional”.
La nacionalización de las reservas del Ártico ruso se suma a la anterior ley decretada por el entonces presidente Putin al final de su mandato que estableció límites a la participación foránea en sectores estratégicos como la energía, telecomunicaciones y el sector aeroespacial. La clave de todo radica en la exquisita diferenciación de los sectores estratégicos que Rusia cierra a las inversiones foráneas y domésticas, y aquellas que no lo son y que se encuentran abiertas. Esto lo han entendido a la perfección los jerarcas del Deutsche Bank, quienes no han cesado de invertir selectivamente.
Los analistas anglosajones ponen en tela de juicio la “capacidad” de las principales empresas energéticas rusas de poseer las “necesarias inversiones y tecnologías” (nota: el estribillo fastidioso y odioso) para la extracción de sus mayores proyectos en el Ártico “sin una significativa participación foránea” (léase: anglosajonas; aquí la pirata española Repsol ni pinta).
Tampoco han de estar muy actualizados los analistas anglosajones, a quienes se los olvida que Rusia posee en reservas de divisas (la tercera mundial a punto de desbancar a la segunda, Japón), ya no se diga en “fondos soberanos de riqueza” y en “fondos de estabilización de contingencia”, mucho más que el flujo de caja de todas las petroleras anglosajonas juntas. Sobra recalcar que Rusia es una potencia tecnológica de primer orden y mata de risa que tales analistas anglosajones exageren el conocimiento monopólico anglosajón cuando hasta Brasil dispone de él.
Para estimular a su sector energético estatal, el gobierno ruso propuso una serie de recortes impositivos (¡al revés de Calderón y Pemex!), que les ahorrarían alrededor de 6 mil millones de dólares, además de condonar impuestos a las compañías que operen en el Ártico, con una duración de hasta 15 años o hasta que la producción alcance alrededor de 210 millones de barriles.
El verdadero escollo de Rusia radica en conseguir los casi 3 billones de dólares –que equivale a un poco mas del doble de su PIB– para desarrollar las reservas del Ártico ruso, lo que limita su explotación expedita.
A cada quien su “tesoro”: el Geological Survey de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés, 23/7/08) considera que el polo Ártico posee 90 mil millones de barriles recuperables de petróleo, suficientes para abastecer la demanda mundial durante tres años; amplifica la parte de Alaska y deprime la rusa.
También Calderón y su desinformada secretaria de Energía, Georgina Kessel, abultan con cifras alegres las reservas en las aguas ultraprofundas en el Golfo de México, que equivaldrían a las de todo el Ártico, según USGS; peor aún: Kessel duplica las exageraciones de Calderón.
Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme
Nuestra consulta de hoy
Es sabido que hoy es el día para la consulta, en el Distrito Federal y nueve estados, en favor o en contra de la iniciativa del gobierno federal para cambiar la legislación de Pemex. Esto no sólo es importante para el destino de esa iniciativa y para la defensa de nuestro petróleo. Es un paso importante en una forma de democracia que hasta hace poco no se conocía en nuestro país: que los votos no sólo decidan “quién ganó” este o aquel puesto político, diputación, etcetera, sino que decidan qué ley debe regirnos o no, si un gobierno debe continuar o no, si el petróleo debe privatizarse o no.
Esta última forma de participación ciudadana ha tenido poca vida en México hasta el momento, pero se viene desarrollando desde hace mucho tiempo, incluso siglos. Es más, sólo hay dos países en América Latina que no tienen en su legislación federal o nacional por lo menos alguna de estas formas de participación, y uno de ellos es México. Tenemos legalizada la consulta en el Distrito Federal, pero no en el plano federal.
De hecho, en la pasada campaña electoral López Obrador incluyó en su programa esta participación directa. También se sometió a la revocación de mandato cada dos años, aunque la forma era distinta: una especie de encuesta supervisada y no una votación en urna, que implica infraestructura, inversión, mucho personal y algunos otros elementos. Pero ahora sí la tenemos. En la mayor parte del país la consulta es organizada por personas interesadas y organizadas de alguna manera.
En muchos casos la consulta, el referendo o el plebiscito son convocados por alguna autoridad. Hay casos en que la ley señala cuándo va a haber este tipo de votación; en varias entidades de Estados Unidos son en el mismo día y lugar que la elección convencional. Pero en Perú, Uruguay y Colombia se convoca a este tipo de actos con el 10 por ciento de firmas en relación con el total de posibles votantes. Faltan unos días para una votación en Bolivia para la revocación, o ratificación, del mandato del presidente y del equivalente de los gobernadores. En septiembre se votará en Ecuador en favor o en contra de la nueva Constitución. En un evento reciente, nos informaban que la consulta popular que empieza el domingo 27 es muy importante para otros países de América Latina, porque sienta precedente al someter a votación popular un proceso de privatización de áreas estratégicas.
En Europa se considera a Suiza como país precursor de las votaciones populares de este género, y éstas se han venido extendiendo en alcance y de unos países a otros. En Italia hay referendo revocatorio del mandato y se puede iniciar “desde abajo”.
Si vemos la evolución histórica general, observamos que se extiende más y más la votación directa de los ciudadanos para tomar decisiones y para validar leyes. De modo que el acto de hoy es, además de un paso importante en la defensa de nuestro petróleo, un paso hacia un futuro más democrático.
Es más, algunos legisladores de izquierda han hablado de una iniciativa para dotar a todos los ciudadanos mexicanos de todos estos derechos. El logro de este propósito puede tardar más o menos tiempo, pero va en el sentido en el que marchan los ciudadanos de cada vez más países.
Después de la de hoy, habrá otras dos etapas en esta consulta, el 10 de agosto en los estados del sur, y el 24 de agosto en los del norte. Esta votación, sin embargo, no se puede comparar con una elección “normal”, ya consolidada y legalizada en todo el país, con meses de campaña electoral y con medios de difusión. Es un paso muy importante, pero en cierto sentido es el primero. Para verlo en todo su alcance hay que observarlo en la perspectiva de este proceso al que nos referimos.
26 de julio
el 27 es consecutivo
a la heroica gesta
del 26 de JULIO...
Boletín Informativo ISA núm 488
http://serviciodenoticiasisa.
Sumario:
I. Invita López Obrador a votar por el No en la consulta popular sobre la industria petrolera. Carta del presidente legítimo de México
II. “La propuesta del Revolucionario Institucional es el mismo proyecto que el presentado por Acción Nacional, nada más que revolcado”: AMLO
III. Petróleo: posibles desenlaces, por Rosa Albina Garavito E.
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INVITA LÓPEZ OBRADOR A VOTAR POR EL NO EN LA CONSULTA POPULAR SOBRE LA INDUSTRIA PETROLERA. CARTA DEL PRESIDENTE LEGÍTIMO DE MÉXICO
GOBIERNO LEGÍTIMO DE MÉXICO
PRESIDENCIA
Amigas y amigos:
Como ustedes saben, he venido señalando desde noviembre del año pasado que la patria está bajo un grave peligro. El futuro de México se ve amenazado por la reforma energética enviada por Felipe Calderón al Senado de la República. En ella se propone otorgar a un pequeño grupo de mexicanos y, sobre todo, de extranjeros, el derecho de apropiarse de los beneficios de la industria petrolera nacional que sólo deben corresponder al pueblo de México.
Con la política económica que han venido imponiendo desde hace 25 años, sólo una minoría ha podido progresar, mientras la inmensa mayoría de los mexicanos está condenada al desamparo y a la supervivencia. Además, los gobernantes se han dedicado a entregar a particulares y a extranjeros los bienes del pueblo y de la nación. De 1982 a la fecha, se han privatizado más de mil empresas públicas, por ejemplo: entregaron Teléfonos de México, los ferrocarriles, las minas, los aeropuertos, las líneas aéreas, los bancos, parte de la industria eléctrica y es cosa de preguntarnos: ¿en qué se ha beneficiado la mayoría de los mexicanos? La verdad es que sólo se ha profundizado la desigualdad y la corrupción.
A pesar de esta amarga realidad, por la ambición al dinero, los potentados y sus representantes en el gobierno están empeñados en continuar con la misma política entreguista y de privilegios, como lo demuestra el hecho de que ahora quieren apoderarse de la industria petrolera nacional, lo cual llevaría a más pobreza, desempleo, frustración, inseguridad y violencia. En pocas palabras: la privatización del petróleo significaría apostar a la destrucción del país y cancelar el futuro de millones de mexicanos, sobre todo de las nuevas generaciones
Por eso te invito a que en la consulta que se llevará a cabo el domingo 27 del presente mes digas NO a la participación de empresas privadas en la industria petrolera y NO a la reforma energética entreguista que se debate en el Congreso de la Unión.
Si impedimos la privatización del petróleo, mantendremos las esperanzas de utilizar este recurso natural estratégico para industrializar a México, crear empleos, abaratar los precios del gas, la gasolina y la electricidad, fortalecer nuestro mercado interno y garantizar el bienestar de la población.
Asiste con tu familia a votar, invita a tus vecinos y amigos. No permitas que nos roben el derecho a la esperanza.
Andrés Manuel López Obrador
Presidente legítimo de México
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“LA PROPUESTA DEL REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL ES EL MISMO PROYECTO QUE EL PRESENTADO POR ACCIÓN NACIONAL, NADA MÁS QUE REVOLCADO”: AMLO
Como la propuesta de reforma energética de Felipe Calderón ya está mal vista y no puede sacarla adelante, el PRI la pepena de la basura, la recicla, transcribe párrafos y artículos textualmente y la convierte en un proyecto empanizado, aseguró Andrés Manuel López Obrador.
En vísperas de la primera etapa de la consulta popular sobre la industria petrolera, el presidente legítimo de México puntualizó que “los legisladores y la cúpula priistas copiaron el contenido de la oferta de Calderón Hinojosa, al grado de que hay párrafos idénticos al proyecto que envió el presidente usurpador al Congreso de la Unión”.
Durante su recorrido por municipios de Jalisco, el dirigente de la izquierda mexicana subrayó que “el partido tricolor se convirtió en alcahuete del régimen, le hace el trabajo sucio a los panistas de arriba y presenta en apariencia una nueva oferta de reforma energética. Lo que han hecho los priistas es similar a lo que realizan los estudiantes con sus tareas escolares: recurren al internet para copiar textualmente los párrafos que necesitan para cumplir con sus trabajos de la escuela. En esencia, la propuesta del Revolucionario Institucional es el mismo proyecto que el presentado por Acción Nacional, nada más que revolcado”, añadió.
A unas horas de iniciar la consulta popular, López Obrador hizo un llamado a los habitantes del Distrito Federal y de los estados de México, Michoacán, Guerrero, Morelos, Tlaxcala, Baja California Sur, Veracruz, San Luis Potosí e Hidalgo para votar por el NO a la iniciativa de reforma energética de Calderón y de la derecha panista. “Es necesario que el pueblo de México salga a emitir su voto y a expresar su opinión sobre un asunto, como la industria petrolera, trascendente para el futuro del país”, argumentó.
Al concluir un recorrido de cuatro días por 23 municipios de Jalisco, el presidente legítimo de los mexicanos dijo desde la Ciénega de Chapala que estará atento al desarrollo y a los resultados de la consulta ciudadana sobre el petróleo.
“Si la gente dice no a la privatización de la industria petrolera, eso es lo que vamos a hacer valer, porque se tiene que respetar la voluntad del pueblo; pero si la minoría rapaz, Calderón y los legisladores panistas y priistas pretenden imponer una reforma contraria a los intereses de la mayoría, entonces “os vamos a movilizar a nivel nacional, con el apoyo de aproximadamente 200 mil brigadistas, y no vamos a permitir la entrega del patrimonio nacional a la iniciativa privada, mucho menos a las empresas multinacionales”, anticipó.
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PETRÓLEO: POSIBLES DESENLACES
por Rosa Albina Garavito E.
(publicado en El Universal el 26 de julio de 2008)
Después de ganado el debate para la causa de la no privatización de Pemex, un triunfo político de AMLO y del FAP, la moneda sobre el futuro de la reforma y del país aún está en el aire. En el factible supuesto de que la consulta de mañana sea muy concurrida, algunos desenlaces posibles son los siguientes:
El menos probable: Calderón retira su iniciativa y PAN, PRD y PRI acuerdan una reforma para modernizar Pemex sin privatizarla. Para ello se necesita visión histórica de parte del gobierno federal, de la cual carece. Se necesita también el fortalecimiento de la corriente de Jesús Ortega en el PRD, lo cual ya es evidente. Su aparente molestia después de la anulación de los comicios (“El PRD se ha dado un balazo en el pie)” esconde la satisfacción de que con esa anulación el gran derrotado es AMLO. Con el retiro de su iniciativa, Calderón abriría el camino para consolidar esa derrota política de López Obrador, a pesar de que la lucha social por él encabezada para impedir la privatización de Pemex habría triunfado. Calderón quedaría mal con el capital privado ansioso por obtener mayor “capacidad de ejecución” en Pemex, pero habría ganado al PRD y buena parte de la legitimidad hasta ahora negada. El PAN podría remontar las dificultades hacia 2009 y 2012.
El menos deseable: según información no comprobada, en una cena privada con el secretario de Gobernación, el director de un diario de circulación nacional le pregunta: “¿Qué sucederá un día después de concluida la consulta en el Senado sobre la reforma petrolera?” “¡Ah! Lo tenemos todo muy claro; la iniciativa se dictaminará y se aprobará con los votos de PAN y PRI”. “¿Y el movimiento de resistencia que encabeza López Obrador?” “También lo tenemos todo muy claro, habrá plantones, toma de casetas de peaje, de aeropuertos. Pero nosotros no cometeremos el error de Vicente Fox, nosotros sí aplicaremos la ley y encarcelaremos a AMLO (¡!)”. Semanas después la secretaria de Energía, Georgina Kessel, declara: “La consulta es innecesaria, porque el dictamen de las iniciativas sucederá antes” (cito de memoria). Declaración inconsistente con el calendario, pero congruente con las supuestas afirmaciones de Mouriño. Se lograría la privatización de Pemex al altísimo costo político de la represión. La popularidad de AMLO se relanzaría, el movimiento contra la privatización se profundizaría y la izquierda se unificaría. La miopía del gobierno calderonista y el afán privatizador hacen no descartable este funesto escenario.
El más probable: PRI y PAN reúnen los votos suficientes para que, previo maquillaje de las iniciativas, éstas se aprueben. La iniciativa presentada por el PRI va en ese sentido. La resistencia a la reforma se ve debilitada por la pugna al interior del PRD. El país pierde, pierde la izquierda; gana el capital privado y el gobierno profundiza su precariedad política.
Muy pronto sabremos el resultado.
Consulta petrolera, ejercicio democrático
Con el ejercicio de auscultación ciudadana que se inicia hoy en esta capital y en otras entidades, en torno a las iniciativas de reforma petrolera enviadas por el Ejecutivo federal al Congreso en abril pasado, el país arriba a un proceso trascendental en su historia democrática y su vida política, en el que millones de ciudadanos podrán expresar, en forma ordenada y con espíritu cívico, su posición frente a lo que se ha convertido en tema de discusión nacional en todos los ámbitos: el destino de la industria nacional de los hidrocarburos.
Ciertamente, la consulta convocada originalmente por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, no ha estado exenta de críticas por parte de sectores políticos y sociales allegados al grupo que detenta el poder. Tales críticas han ido principalmente en dos terrenos: el político, en el que se ha afirmado que esta consulta sólo es una “táctica dilatoria” y un “ejercicio partidista, interno y doméstico”, no democrático; y el legal, en el que se han puesto en entredicho las facultades del gobierno capitalino para organizar y llevar a cabo este ejercicio ciudadano, e incluso se ha afirmado que éste es “inútil”, dado su carácter no vinculante, puesto que, a fin de cuentas, serán los legisladores, y no los ciudadanos, los que dictaminen en torno de las iniciativas presidenciales.
Al respecto, es pertinente señalar que la importancia y procedencia de este ejercicio cívico radica, principalmente, en que con él se revalida uno de los principios fundamentales de las democracias modernas: la participación ciudadana; y en que con él se avanza en la construcción de una sociedad responsable y comprometida con los asuntos de interés nacional, que afectan a todos. El mecanismo de la consulta popular resulta particularmente pertinente en un sistema político como el mexicano, que es, en las formas, una democracia representativa, pero en el que abundan los cuestionamientos en torno de si efectivamente los legisladores actúan en consecuencia con la voluntad mayoritaria, sobre todo de frente a un tema tan delicado como lo es la reforma petrolera.
Por otra parte, la consulta representa un medio de expresión civilizada de las diferentes opiniones y proporciona un cauce de manifestación formal para el sentir de los diversos sectores de la sociedad en torno de temas que tienden a ser motivo de polarización. Por añadidura, con este tipo de ejercicios México se suma a la tendencia que han expresado otros regímenes de América Latina, una región que en los últimos años ha exhibido notables avances en los terrenos de lo político y lo social, y en la que se ha recurrido al sondeo público como una forma de validar e incluso determinar los rumbos de acción de los gobiernos.
En lo que toca a esta consulta en particular, no sobra decir que se encuentra en juego no sólo el futuro de Petróleos Mexicanos, la mayor empresa paraestatal del país y una de las más importantes del mundo, sino la viabilidad de la nación misma. Hoy, la ciudadanía ha sido invitada a pronunciarse sobre la eventual privatización de una industria petrolera nacional que, bien administrada y saneada de la corrupción que hoy campea en sus órganos administrativos así como en el aparato estatal en su conjunto, pudiera fungir como palanca para el desarrollo nacional, y cuya riqueza debiera derivar en el beneficio de las generaciones actuales y las futuras.
En suma, ante estos elementos de juicio, cabe esperar la participación enterada, reflexionada y consciente de los habitantes de las entidades donde hoy tendrá lugar ese ejercicio ciudadano. Al margen de las posturas a favor o en contra de la iniciativa presidencial, más allá de preferencias políticas y partidistas, es importante que la sociedad tenga presente que lo que está en juego es, nada menos, el destino del país y un avance en la consolidación de su vida democrática.