Maude Versini Lancry, exesposa de Arturo Montiel, denuncia que el exgobernador sigue demorando la entrega de sus hijos pese a que ya existe una resolución judicial para que se los devuelva a su madre. Entrevistada por la corresponsal de Proceso en París, Anne Marie Mergier, revela que a partir de 2005, cuando la prensa difundió indicios de su inexplicable fortuna, el mandatario mexiquense se tiró al alcoholismo, “uno de los factores que hizo imposible la vida en común”. Además, dice, hace un año fue detenido en Miami por una riña callejera. Sin embargo, Versini enmudece cuando se le cuestiona sobre el origen de la fortuna de Montiel, quien es tío, impulsor y protector del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, que por cierto ni siquiera le contestó una petición de ayuda.
PARÍS.- “Nunca me imaginé que Arturo Montiel Rojas hubiera podido
caer tan bajo. Me faltan palabras para calificar las pruebas que nos
está imponiendo a mis hijos y a mí. Lo más insoportable es lo que
inflige a sus propios hijos. Es cruel, inhumano, perverso y vil. Por si
eso fuera poco, su desaire para con las autoridades judiciales francesas
y mexicanas es aberrante y simplemente insostenible para un político de
tan larga trayectoria que, en su tiempo, aspiró a la Presidencia de la
República.”
La voz de Maude Versini Lancry es tajante, su mirada
endurecida. El enojo parece irreprimible. Adelgazó mucho desde su
primera entrevista con la reportera, el 26 de enero pasado.No es para menos. Lleva una batalla judicial muy ardua para recuperar a los tres hijos que tuvo con Arturo Montiel Rojas, a quienes, afirma, el exgobernador del Estado de México “tiene secuestrados desde hace seis meses”.
Esa disputa legal empezó a principios de enero, cuando Montiel acusó a Versini y a su actual esposo, Philippe Lancry, de maltratar a los gemelos Adrián y Sofía, de ocho años, y Alexi, de seis y quien padece autismo.
El político mexiquense exhibió la resolución de un juez de Metepec que le otorgaba la custodia provisional de los menores como justificación para negarse a devolverlos a Versini. Desde entonces ella sustenta una doble acción judicial, en París y en México (Proceso 1839, 1841 y 1848) para que se respete el acuerdo que firmaron los dos excónyuges cuando se divorciaron en 2006, el cual otorga la custodia de los vástagos a Versini y estipula que deben pasar dos meses de vacaciones con su padre: todo julio, 15 en diciembre y otros 15 en la Semana Santa.
Maude Versini saca una carpeta de su bolsa y la coloca en la mesa de la cafetería donde citó a la reportera en el barrio de París donde radica. La abre y escoge varias hojas.
Bebe un sorbo de té y, casi sin darse tiempo para respirar, lee la resolución que dictó el pasado 29 de mayo la juez Guadalupe Escalona Valdez, del juzgado tercero civil de primera instancia de Lerma, Estado de México. En resumen, el documento exige el regreso inmediato de sus tres hijos a Francia y rechaza tajantemente la pretensión de Arturo Montiel de quedarse con los niños:
Fue fundada y procedente la solicitud de restitución internacional de menores instada por Maude, Marie, Laure … Versini a través de la Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior. (…) El requerido Arturo Montiel Rojas no justificó las excepciones opuestas en su escrito de oposición a la restitución. (…)
Se ordena la restitución inmediata de los menores Adrián, Sofía y Alexis, de apellidos Montiel Versini, a la ciudad de París, Francia, por lo tanto se decreta que la autoridad central en México, representada por la Secretaría de Relaciones Exteriores, realice todos los trámites administrativos necesarios que sean conducentes a fin de lograr y permitir la salida legal de los menores en conjunto de este país y su entrada legal a París, Francia. En cuyo caso el requerido Arturo Montiel Rojas deberá solventar los gastos necesarios para ello.
Se le requiere a Arturo Montiel Rojas a fin de que el día y hora que sea señalado de ejecución del siguiente fallo presente en el lugar que ocupa ese juzgado a los menores Adrián, Sofía y Alexis Montiel Versini a fin de ser entregados de manera inmediata a la requirente o por conducto de la autoridad central o en su caso por conducto del procurador de la defensa del menor y de la familia.
Maude Versini respira hondo y agrega:
“Usted puede constatar que el 29 de mayo gané ese juicio de restitución de mis hijos que se celebró en el marco de la Convención de La Haya, firmada por Francia y México. En ese caso el Poder Judicial del Estado de México actuó con apego a la ley. Es la segunda vez en tres meses que se reconoce mi inocencia tanto en México como en Francia.”
Mira fijamente a la corresponsal:
“Tal como se lo explicó mi abogado francés, Philippe Bouchez el Ghozi (Proceso 1848), el pasado 5 de marzo la justicia francesa desechó la demanda contra mí y contra mi actual esposo, Philippe Lancry, por niñeras mexicanas contratadas por Arturo Montiel Rojas. Obedeciendo las órdenes de su patrón, estas personas que vivían bajo mi techo supuestamente para cuidar a Adrián, Sofia y Alexi, nos acusaron de malos tratos a menores de edad ante la policía judicial francesa.
“La Brigada de Defensa de los Menores llevó una investigación de nueve meses sin encontrar el menor elemento en contra de nosotros. El Tribunal de Gran Instancia de París ordenó, por lo tanto, el sobreseimiento del caso. Mandé ese dictamen a mi abogada mexicana, Marissa Mosso Celaya, del bufete Mosso Abogados, que lo incluyó en mi expediente y me aseguró que esa decisión de la justicia gala había consolidado mi posición frente a Arturo Montiel Rojas.”
–¿Entonces por qué los niños no están con usted en París?
–Porque, con el cinismo que lo caracteriza, Arturo Montiel Rojas se da el lujo de burlarse de todo y de todos, incluso de sus propios compromisos públicos. Como bien recordará, el pasado 6 de febrero tanto en el portal de Proceso como en la revista impresa se publicó la respuesta de Arturo Montiel a la entrevista que sostuve con usted en enero. En esa carta él afirmó textualmente: “Es ante las propias autoridades francesas y mexicanas, a las que respeto y me acojo, instancias a las cuales debe responder mi contraparte”.
“Es una frase mal construida gramaticalmente pero que tiene por lo menos el mérito de ser explícita –comenta Versini–. Estas dos instancias a las que se ‘acoge y respeta’ se pronunciaron a mi favor, dejando en claro que no existía prueba alguna de maltrato a mis hijos y, sin embargo, Arturo Montiel no acata su veredicto. ¿Qué pasó con ese respeto para la justicia mexicana y francesa que tanto pregonaba en Proceso y en otras declaraciones públicas?”
–¿No acató la decisión del tribunal tercero civil de primera instancia, que le ordena restituirle a sus tres hijos?
–Por supuesto que no. El 29 de mayo, cuando dio a conocer su fallo la juez Guadalupe Escalona Valdez, precisó también que el señor Montiel tenía 10 días para apelar. Así lo estipula la ley. Sus abogados esperaron hasta el 12 de junio por la tarde, es decir, hasta la última hora del último día, para apelar. Fue maquiavelismo puro. Me ilusioné mucho, pensé que iba a acogerse a la justicia mexicana, tal como lo había declarado, pero no lo hizo.
Corrupción, depresión, alcoholismo
Maude Versini bebe otro sorbo y confía:
–El 29 de mayo yo estaba en México. Asistí al juicio.
–¿En esa ocasión vio a Montiel?
–No. Desde que secuestró a mis hijos no da la cara. Vino una sola vez al tribunal. Fue el 24 de abril, durante la primera audiencia, cuando los abogados de ambas partes se presentaron ante la juez. Se quedó cinco minutos. Explicó que actuaba por el bien de los niños y se fue, dejando a sus abogados con el juez.
–¿Cuántas audiencias hubo?
–Tres más: una el 10 de mayo. Sólo estuvieron presentes sus abogados. Pidieron que se aplazara la audiencia.
–¿Qué argumentaron?
–Que las autoridades francesas y mexicanas no les habían hecho llegar documentos que necesitaban. Se dio una tercera audiencia el 24 de mayo. En esa ocasión mi madre y mi hermana viajaron a México. Pensábamos que la juez podía dejar entrever un fallo a mi favor. Arturo Montiel tampoco acudió a esa audiencia. Sus abogados presentaron un amparo y de nuevo se atrasó todo el proceso.
–El convenio de La Haya estipula que el cónsul general de Francia puede asistir a esas audiencias. ¿Lo hizo?
–El 24 de mayo, por motivos que no me quedaron muy claros, se le impidió el acceso a la sala de la audiencia. Estaba furibundo. Mi madre y mi hermana pasaron varios días en México esa vez. Pidieron a Gerald Martin, el cónsul general de Francia, que les organizara un encuentro con mis hijos. Arturo Montiel les negó esa posibilidad.
–¿Usted sí logró verlos durante esa estancia en México, a finales de mayo?
–Jamás. La noche del día 29 llamé a Montiel. Quería ponerme de acuerdo para ver a mis hijos. Me contestó cosas incoherentes.
–¿Incoherentes?
–Estaba ebrio. No se le entendía casi nada. Antes de colgar logró, más o menos, decirme que me llamaría al día siguiente. Nunca me llamó. Pasé una semana en México. Lo llamé no sé cuántas veces al día para suplicarle que siquiera me dejara abrazar a mis hijos. Llevo seis meses sin verlos. Siempre me tropecé con su contestadora.
–¿Usted habló con la juez al respecto?
–Por supuesto que sí, pero ella no pudo hacer nada. Le tocaba esperar primero que acabara el plazo de 10 días que tenía Montiel para apelar. No podía ordenar antes que se ejecutara su resolución.
“Sin embargo, (la juez) se portó con mucha elegancia. Actuó un poco como mediadora. Ofreció su propia oficina del tribunal de primera instancia para que yo pudiera tener un encuentro con Montiel. Mi meta era fijar con él una agenda de visitas a mis hijos.
“La juez no tenía obligación alguna de hacer eso, pero tomó esa iniciativa porque midió mi desesperación. Se decidió que nos viéramos Montiel y yo el 4 de junio. Ese día él no apareció en la oficina de la juez y no pude ver a mis hijos. En realidad Montiel lleva seis meses escondiéndose.”
–¿Usted está segura de que Montiel estaba ebrio el 29 de mayo, cuando lo llamó por teléfono? Quizás simplemente estaba molesto por haber sido condenado a restituirle a sus hijos.
–No olvide que viví cinco años con él. Lo conozco muy bien. Cuando le toca enfrentar situaciones graves tiende a refugiarse en el alcohol.
–¿Es alcohólico Arturo Montiel?
–Siempre le gustó echarse sus copas.
–En nuestra entrevista de enero usted habló de la profunda depresión que sufrió el exgobernador a finales de 2005, a raíz del escándalo de corrupción en el que se vio envuelto.
–Pasó, efectivamente, por una tremenda depresión que empeoró con el abuso de los tragos. Durante varios meses viví un infierno. Fuera de la casa había reporteros por doquier que nos acosaban mientras la clase política se desataba. En casa Montiel mezclaba antidepresivos con licores fuertes.
–¿En algún momento amenazó la integridad física de usted?
–Dos veces, una de ellas en presencia de mi madre.
–¿Pidió auxilio a los representantes diplomáticos franceses?
–Nunca. No sé de dónde Jorge Castañeda sacó ese chisme que publicó en su libro La diferencia, pero es absurdo.
–¿Fue el alcoholismo el principal motivo de su divorcio?
–Fue uno de los motivos. Era peligroso y malsano para los niños y para mí. No se puede criar a niños en semejante ambiente. Por eso me indigna verlo jugando el papel de padre protector desde diciembre.
Versini saca otra hoja de la misma carpeta. La mira, reflexiona unos segundos y de repente explica:
–En julio del año pasado Montiel se llevó a los niños de vacaciones a Miami. Me enteré de que había sido detenido por la policía durante esa estancia en Florida. La policía lo agarró totalmente borracho, peleándose con otras personas en la vía pública. Pasó varias horas en la cárcel de Key Biscayne, que pertenece al condado de Miami Dade. Eso ocurrió el 29 de julio de 2011. Sus abogados tuvieron que llegar corriendo para sacarlo de ese mal paso y pagar una fianza para que recobrara su libertad.
Versini entrega a la corresponsal una ficha policial (mugshot) de Arturo Montiel bajada de internet. Es el registro que la policía de Florida le tomó al exgobernador mexiquense cuando ingresó a la mencionada prisión. Se aprecian sus datos. Edad: 67 años. Fecha de su detención: 07-29-2011. Motivo del arresto: Disorderly conduct/ breach of the peace (conducta irregular y alteración del orden).
Precisa Versini:
“Mi abogada tiene el informe completo de todo ese asunto judicial que se prolongó hasta noviembre de 2011. Basta consultar la página web de la Corte de Justicia de Miami Dade para corroborar lo que estoy diciendo. No me hizo gracia saber que mis hijos estaban solos con su nana mientras su padre se agarraba a trompadas con desconocidos en las calles de Miami. Ya no se tiene acceso a ese mugshot: Montiel contrató a una empresa suiza cuya especialidad es borrar toda huella de documentos en internet.
El código de silencio…
y la llamada
y la llamada
–Volviendo a la audiencia del pasado 29 de mayo, ¿qué argumentaron los abogados de Arturo Montiel para apelar la decisión de la juez Guadalupe Escalona Valdez?
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