martes, diciembre 22, 2009

La verdad de lo ocurrido en la Cumbre

A los jóvenes interesa más que a nadie el futuro.
Hasta hace muy poco se discutía sobre el tipo de sociedad en que viviríamos. Hoy se discute si la sociedad humana sobrevivirá.

No se trata de frases dramáticas. Hay que acostumbrarse a los hechos reales. Lo último que pueden perder los seres humanos es la esperanza. Con la verdad en la mano, hombres y mujeres de todas las edades, especialmente los jóvenes, han librado en la Cumbre ejemplar batalla, ofreciendo al mundo una gran lección.
Lo principal ahora es que se conozca lo más posible en Cuba y en el mundo lo ocurrido en Copenhague. La verdad posee una fuerza que supera la inteligencia mediatizada y muchas veces desinformada de quienes tienen en sus manos los destinos del mundo.
Si en la capital danesa se logró algo importante, fue que a través de los medios masivos la opinión mundial pudo observar el caos político creado y el trato humillante a Jefes de Estado y Gobierno, Ministros y miles de representantes de movimientos sociales e instituciones, quienes llenos de ilusiones y esperanzas viajaron a la sede de la Cumbre en Copenhague. La brutal represión contra manifestantes pacíficos por parte de la fuerza pública, recordaba la conducta de las tropas de asalto de los nazis que ocuparon la vecina Dinamarca en abril de 1940. Lo que nadie podía imaginar es que, el 18 de diciembre del 2009, último día de la Cumbre, esta sería suspendida por el gobierno danés -aliado de la OTAN y asociado a la carnicería de Afganistán- para entregar la sala principal de la Conferencia al Presidente Obama, donde él y un grupo selecto de invitados, 16 en total, tendrían el derecho exclusivo de hablar. Obama pronunció un discurso engañoso y demagógico, lleno de ambigüedades, que no implicaba compromiso vinculante alguno e ignoraba el Convenio Marco de Kyoto. Se marchó de la sala poco después de escuchar a algunos oradores más. Entre los invitados a usar de la palabra estaban los países más industrializados, varios de las economías emergentes y algunos de los más pobres del planeta. Los líderes y representantes de más de 170, solo tenían derecho a escuchar.
Al finalizar el discurso de los 16 escogidos, Evo Morales, con toda la autoridad de su origen indio aymara, recién electo por el 65% de los votos y el apoyo de las dos terceras partes de la Cámara y el Senado de Bolivia, solicitó la palabra. Al Presidente dinamarqués no le quedó otra alternativa que cedérsela ante la demanda de las demás delegaciones. Cuando Evo concluyó sus sabias y profundas frases, el danés tuvo que cederle la palabra a Hugo Chávez. Ambos pronunciamientos pasarán a la historia como ejemplos de discursos breves y oportunos. Cumplida cabalmente la tarea, los dos partieron hacia sus respectivos países. Pero cuando Obama hizo mutis por el foro, no había cumplido todavía su tarea en el país sede de la Cumbre.
Desde la noche del 17 y la madrugada del 18, el Primer Ministro de Dinamarca y altos representantes de Estados Unidos se reunían con el Presidente de la Comisión Europea y los líderes de 27 países para proponerles en nombre de Obama, un proyecto de acuerdo, en cuya elaboración no participaría ninguno de los restantes líderes del resto del mundo. Era una iniciativa antidemocrática y virtualmente clandestina, que ignoraba a miles de representantes de los movimientos sociales, instituciones científicas, religiosas y demás invitados a la Cumbre.
Durante toda la noche del 18 hasta las tres de la madrugada del 19, cuando ya muchos Jefes de Estado se habían marchado, los representantes de los países estuvieron esperando el reinicio de las sesiones y la clausura del evento. Todo el día 18, Obama sostuvo reuniones y conferencias de prensa. Lo mismo hicieron los líderes de Europa. Después se marcharon.
Ocurrió entonces algo insólito: a las tres de la madrugada del 19, el Primer Ministro de Dinamarca convocó una reunión para la clausura de la Cumbre. Quedaban representando a sus países ministros, funcionarios, embajadores y personal técnico.
Fue sin embargo asombrosa la batalla que libraron esa madrugada un grupo de representantes de países del Tercer Mundo, que impugnaban el intento de Obama y los más ricos del planeta de presentar como acuerdo por consenso de la Cumbre el documento impuesto por Estados Unidos.
La representante de Venezuela, Claudia Salerno, con energía impresionante mostró su mano derecha, de la que brotaba sangre, por la fuerza con que golpeó la mesa para ejercer su derecho a usar de la palabra. El tono de su voz y la dignidad de sus argumentos no podrán olvidarse.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, pronunció un enérgico discurso de aproximadamente mil palabras, del cual escojo varios párrafos que deseo incluir en esta Reflexión:
“El documento que usted varias veces afirmó que no existía, señor Presidente, aparece ahora. [...] hemos visto versiones que circulan de manera subrepticia y que se discuten en pequeños conciliábulos secretos…”
“…Lamento profundamente la manera en que usted ha conducido esta conferencia.”
“…Cuba considera extremadamente insuficiente e inadmisible el texto de este proyecto apócrifo. La meta de 2 grados centígrados es inaceptable y tendría consecuencias catastróficas incalculables…”
“El documento que usted, lamentablemente, presenta no tiene compromiso alguno de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.”
“Conozco las versiones anteriores que también, a través de procedimientos cuestionables y clandestinos, se estuvieron negociando en corrillos cerrados…”
“El documento que usted presenta ahora, omite, precisamente, las ya magras e insuficientes frases clave que aquella versión contenía…”
“…para Cuba, es incompatible con el criterio científico universalmente reconocido, que considera urgente e insoslayable asegurar niveles de reducción de, al menos, el 45% de las emisiones para el año 2020, y no inferiores al 80% ó 90% de reducción para el 2050.”
“Todo planteamiento acerca de la continuación de las negociaciones para adoptar, en el futuro, acuerdos de reducción de emisiones, debe incluir, inevitablemente, el concepto de la vigencia del Protocolo de Kyoto [...] Su papel, señor Presidente, es el acta de defunción del Protocolo de Kyoto que mi delegación no acepta.”
“La delegación cubana desea hacer énfasis en la preeminencia del principio de ‘responsabilidades comunes, pero diferenciadas’, como concepto central del futuro proceso de negociaciones. Su papel no dice una palabra de eso.”
“Este proyecto de declaración omite compromisos concretos de financiamiento y transferencia de tecnologías hacia los países en desarrollo como parte del cumplimiento de las obligaciones contraídas por los países desarrollados bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático [...] Los países desarrollados, que imponen sus intereses mediante su documento, señor Presidente, evaden cualquier compromiso concreto.”
“…Lo que usted llama, señor Presidente, ‘un grupo de líderes representativos’ es, para mí, una grosera violación del principio de igualdad soberana que consagra la Carta de las Naciones Unidas…”
“Señor Presidente, le solicito formalmente que esta declaración sea recogida en el informe final sobre los trabajos de esta lamentable y bochornosa 15 Conferencia de las Partes.”
Se les había concedido solo una hora a los representantes de los Estados para emitir opiniones, lo cual condujo a situaciones complicadas, vergonzosas y desagradables.
Se produjo entonces un largo debate en el que las delegaciones de los países desarrollados ejercieron fuerte presión para tratar de que la Conferencia adoptara dicho documento como resultado final de sus deliberaciones.
Un reducido número de países insistió con firmeza en las serias omisiones y ambigüedades del documento impulsado por Estados Unidos, en particular en la ausencia de compromiso de los países desarrollados en cuanto a la reducción de emisiones de carbono y al financiamiento para adoptar medidas de mitigación y adaptación de los países del Sur.
Después de larga y extremadamente tensa discusión, prevaleció la posición de los países del ALBA y de Sudán, como Presidente del Grupo de los 77, de que el documento en cuestión era inaceptable para ser adoptado por la Conferencia.
Ante la evidente falta de consenso, la Conferencia se limitó a “tomar nota” de la existencia de ese documento como la posición de un grupo de alrededor de 25 países.
Tras esa decisión adoptada a las 10 y 30 de la mañana, hora de Dinamarca, Bruno -después de discutir junto a otros representantes del ALBA amistosamente con el Secretario de la ONU y expresarle la disposición a seguir luchando junto a Naciones Unidas para impedir las terribles consecuencias del cambio climático- partió en compañía del Vicepresidente cubano Esteban Lazo hacia nuestro país para asistir a la reunión de la Asamblea Nacional, dando por finalizada su tarea. En Copenhague quedaban algunos miembros de la delegación y el embajador para participar en los trámites finales.
En la tarde de hoy informaron lo siguiente:
“…tanto a los que participaron en la elaboración del documento, como los que -como el Presidente de los EE.UU.- se anticiparon a anunciar su adopción por la Conferencia… como no podían rechazar la decisión de limitarse a ‘tomar nota’ del supuesto ‘Acuerdo de Copenhague’, intentaron proponer un procedimiento para que otros países Partes que no habían estado en esta componenda se sumaran a ella, declarando su adhesión, con lo cual intentaban darle un carácter legal a dicho acuerdo, que de hecho podía prejuzgar el resultado de las negociaciones que deberán continuar.”
“Este intento tardío recibió nuevamente una firme oposición de Cuba, Venezuela y Bolivia, que advirtieron que este documento que la Convención no había hecho suyo no tenía ningún carácter legal, no existía como documento de las Partes y no podía establecerse regla alguna para su supuesta adopción…”
“Es en este estado que terminan las sesiones de Copenhague, sin que se haya adoptado el documento que fuera preparado subrepticiamente durante los últimos días, con una clara conducción ideológica de la administración americana…”
Mañana la atención se centrará en la Asamblea Nacional.
Lazo, Bruno y el resto de la delegación llegarán hoy a media noche. El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba podrá explicar el lunes, con los detalles y la precisión necesaria, la verdad de lo ocurrido en la Cumbre.
Diciembre 19 de 2009
8 y 17 p.m.

“Gulfo”: petrodivisa árabe del CCPAG para desplazar al dólar

Bajo la Lupa
*“Gulfo”: petrodivisa árabe del CCPAG para desplazar al dólar
El dólar estadunidense, en riesgo de ser desplazado como petrodivisa.Foto Reuters
El clásico pequeño Medio Oriente” –a no confundir con el “gran Medio Oriente” de los geoestrategas israelíes, quienes lo extienden hasta Cachemira, el Cáucaso, Mauritania y Somalia (el cuerno de África)– exhibe un nuevo orden pentapolar regional que desplazó su centro de gravedad más al norte y noreste (el mar Caspio: la tercera reserva de hidrocarburos del mundo) y consta de tres añejas potencias –Egipto, Arabia Saudita e Israel–, ubicadas en el centro-sur, y dos nuevas potencias emergentes en el norte-centro (Turquía e Irán).
La debilidad de Turquía e Irán, dos medianas potencias militares, radica en el ámbito financiero dominado todavía por la dupla anglosajona (y su aliado israelí), mientras Arabia Saudita representa la máxima potencia financiera tanto del mundo árabe como islámico, lo cual se deriva de su sabio manejo de los hidrocarburos (al revés del “México neoliberal”, que se quedó prácticamente sin banca nacional, lo cual demuestra la validez de nuestro axioma sobre el inextricable binomio “hidrocarburos-banca”) y bajo cuya sombra se ha cobijado el restante de las otras cinco petromonarquías árabes del Golfo Pérsico, quienes han creado el bloque comercial CCPAG (Consejo de Cooperación de los Países Árabes del Golfo), que excluye a dos países ribereños: uno árabe, Irak (bajo ocupación anglosajona), y otro persa, Irán, ambos de mayoría chiíta.
No es ninguna novedad: en nuestro libro Hacia la desglobalización (Jorale Editores, 2007) expusimos la tendencia a nuevas “regionalizaciones” en que destacan los proyectos de divisas comunes tanto del Mercosur como del CCPAG, quien busca para 2010 la concreción de lanzar la divisa compartida “gulfo”, según los deseos de su reciente cumbre celebrada en Kuwait (An-Nahar, 16/12/09).
La crisis de Dubai y la feroz querella financiera entre Kuwait y el siniestro Grupo Carlyle –que controla el nepotismo dinástico texano de los Bush (su representante local es Luis Téllez Kuenzler, quien tanto daño le ha causado a México para beneficiar a Estados Unidos)–, catalizaron el nuevo arreglo para lanzar el “gulfo”, a lo que estaba reticente Kuwait, a quien siempre señalamos como una “gasolinera anglosajona en el desierto” y que ahora empieza a quitarse los grilletes de su dependencia, como fue notorio durante la conferencia anual FIKR (que significa “pensamiento” en árabe) y donde se realizó un correcto diagnóstico sobre la decadencia financiera y económica de Estados Unidos.
Sobra narrar que el hoy quebrado grupo petrolero texano Carlyle estafó enormes sumas de dinero a Kuwait (arabfinance, 2/12/09). ¿Cuánto no habrá saqueado el Grupo Carlyle al “México neoliberal”?
Las seis petromonarquías del CCPAG –Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Bahrain, Omán y los Emiratos Árabes Unidos (que comprenden Dubai y Abu Dhabi)–, creado hace 28 años, tienen un territorio de casi 2.7 millones de kilómetros cuadrados, una población total de 40 millones, un PIB (nominal) de 1.1 billones de dólares y, sobre todo, detentan alrededor de 45 por ciento de las reservas de petróleo y 25 por ciento del gas a escala planetaria.
En la fase de la “sequía crediticia” global la suma de sus reservas de divisas colocaría al CCPAG en el cuarto lugar mundial con 476 mil 943 millones de dólares, detrás de China, Japón y la eurozona, y por delante de Rusia, India, Corea del Sur y Brasil.
Arabia Saudita sola (que de por sí ya ostenta el cuarto lugar mundial) aporta 83 por ciento de todas las reservas; de allí que su capital Riad sea la sede del nuevo banco central de la unión monetaria del CCPAG.
El polémico analista británico Ambrose Evans-Pritchard, portavoz oficioso de los intereses financieros de la City, considera que el “gulfo”, basado en el modelo del euro, constituye “la más reciente amenaza a la hegemonía del dólar” (The Daily Telegraph, 15/12/09).
Lo peor: es probable que “desplace potencialmente (sic) al dólar como la divisa para cotizar los contratos de petróleo”, además de gozar una enorme “influencia en los intercambios mundiales de divisas y en los mercados de capitales”. A su juicio, “su influencia financiera sería igual a la de China”, lo cual suena muy exagerado.
Ambrose Evans-Pritchard amarra las clásicas navajas balcanizadoras entre sunitas y chiítas, así como entre árabes y persas: “los países sunitas (sic) del Golfo están profundamente preocupados sobre las grandes (sic) ambiciones de poder del chiíta Irán y su búsqueda de armas nucleares, al punto de que el tema de una posible guerra (¡súper-sic!) entre Irán y una constelación (sic) de países encabezados por Arabia Saudita ha irrumpido en los debates de los medios”.
Evans-Pritchard padece la obsesión tanto por una tercera guerra mundial como por una guerra regional medioriental con el fin de que prevalezcan los intereses financieros israelí-anglosajones. Nada más que se equivoca vulgarmente al tildar al CCPAG de “sunita” en su totalidad, cuando la isla de Bahrain exhibe una notable mayoría chiíta (casi 70 por ciento de chiítas frente a 30 por ciento de sunitas del total islámico), lo cual confiesa hasta el gobierno británico (British Foreign and Commonwealth Office), a quien no consultó en su intrépida propaganda bélica.
La percepción regional cuenta y llama la atención el enfoque militar de The Daily Times (de Pakistán: gran aliado de Arabia Saudita; 16/12/09), quien afirma que las seis petromonarquías árabes “aliadas de Estados Unidos (sic)”, quienes “comparten los temores de Washington sobre el programa nuclear iraní”, acordaron formar “una fuerza conjunta de intervención rápida contra las amenazas a su seguridad”, como sucede ahora en Yemen.
Al Jazeera (15/12/09), con sede en Qatar, se centra en la unión monetaria del CCPAG, que produce 15 millones de barriles al día, pero tampoco pasa por alto que varios de ellos “hospedan bases militares de Estados Unidos” –a las que habría que agregar la más reciente de Francia en los Emiratos Árabes Unidos (ver “Radar Geopolítico”, Contralínea, 13/12/09)– y “han gastado miles de millones de dólares para robustecer sus fuerzas militares después de la invasión de Irak a Kuwait”.
Se desprende la alta vulnerabilidad militar del CCPAG, paradójicamente una potencia geoeconómica y geofinanciera.
El rotativo libanés An-Nahar (16/12/09) se enfocó más a desechar las amenazas económicas de Irak “en elevar en forma masiva su producción”, que pasaría de 2.5 a 12 millones de barriles al día, a la par de Arabia Saudita, en los próximos años.
La cumbre del CCPAG consistió en un arte acrobático entre el apoyo irrestricto a Arabia Saudita en su combate contra la secesión de la tribu “houthi” chiíta de Yemen (supuestamente apuntalada por Irán) y la “oposición a cualquier acto militar contra Irán” en represalia a su programa nuclear.
En medio de la hipercomplejidad situacional se asoma el triunfo de Irán en Irak (a mayoría chiíta árabe), el nuevo competidor religioso y petrolero de Arabia Saudita, mientras una guerra de Israel contra Irán, con la bendición tácita de Estados Unidos y la OTAN, afectaría al CCPAG como a nadie.
Nada es tan linealmente maniqueo ni simplista en el Golfo Pérsico ni en el mar Rojo. Mucho menos, cuando se trata de lanzar una divisa global como el “gulfo”, que afecta intereses “hegemónicos”.

Columna Asimetrías. Balance 2009 y Moralejas

Por Fausto Fernández Ponte





22 diciembre 2009

"Este ha sido en peor año desde que tengo memoria. Pero creo que los que vienen serán peores. (Felipe) Calderón seguirá desgobernando”.

Joaquín Pérez Hernández, de 97 años.

I

Un balance del año, por muy conservador y optimista que fuere, nos arrojaría números rojos sangrientos-- en una demasía que sería insoslayablemente dramática. Sus moralejas, empero, son variopintas, siendo las principales las siguientes:

Una, la de que es inviable, por anti-mexicana, la forma de organización económica, política y social prevaleciente, impuesta por la flagrante traición de nuestros presidentes de la república del PRI y el PAN a favor de intereses creados ajenos a los de los pueblos de México.

Otra, la de que nadie –ningún providencial dios cristiano, judeo o musulmán, o Estado extranjero ni ningún carismático mesías político criollo o mestizo o indígena-- nos rescatará de nuestra lamentable y triste situación, excepto nosotros mismos.

No huelga describir esa lamentable situación; no huelga también enumerar sus peculiaridades tan siniestras, pues es sabida y sufrida en extremo por todos en mayor o menor grado, aunque pocos sean los que tienen conciencia cabal y plena de ella y, sobre todo, de sus causales.

Más que festinar en esas características de la crisis –desempleo y pobreza crecientes, mayor desigualdad e injusticia, inseguridad, represión, militarización espectacular del país, etc.--, es imperativo para tener conciencia del statu quo es saber sus causales.


II

Así, si sabemos éstas –orígenes, motivos— sería el paso primero para iniciar la gran marcha hacia la remoción del statu quo que nos oprime y hacia la liberación. Allí se localiza la moraleja más trascendente que se desprende de éste año tan terrible para los mexicanos.

Empero, esa inconsciencia nuestra tiene atenuante justificatorio: el poder político del Estado mexicano ha logrado para fines propios y de sus patrones, las oligarquías locales y trasnacionales, someternos a un control social del que siquiera hemos tenido ni tenemos noción.

El caro leyente Pérez –quien, dícenos, abreva en éstos pergeños en el diario El Mexicano, de Tijuana, B. C. “gracias a mi bisnieta Hilda Pérez Rolón, quien me lee en voz alta”-- parece habernos ofrecido el balancé más sucinto del año que concluye.

También nos dice: “Veo desalentados y desmotivados a los jóvenes de nuestro país, que son el futuro ya aquí presente, sin incentivos ni ímpetus e inseguros e inciertos ante los obstáculos que enfrentan y una realidad sin esperanza que les estamos heredando”.

“Pero éste es un problema nuestro, creado por nuestra propia irresponsabilidad, indiferencia, ignorancia, egoísmos y cobardía, de manera que sólo nosotros tenemos que resolverlo. De que podemos, (sí) podemos, pero no queremos o no sabemos hacerlo…

III

“Todos, hasta los jóvenes que veo, esperan que “algo” pase que les cambie sus vidas, que les ofrezca no sólo esperanzas, sino concreciones (…) estoy seguro de que eso no va a pasar si ellos, nosotros, hasta los viejos, no hacemos lo que hay que hacer”.

“A mi edad, me preocupa que al morir no les deje problemas a mis descendientes, pero esa preocupación no se compara con la que me causa ver que muchos jóvenes y adultos con más conocimientos que yo no tienen conciencia de la situación”.

Hasta allí la misiva de don Joaquín, enviada por Internet gracias al buen oficio de su ya citada bisnieta, pero nos deja con una inquietud en su sentencia final, la de que “si ellos, nosotros, hasta los viejos, no hacemos lo que hay que hacer”.

¿Y qué es lo que hay que hacer y que, al parecer, la inmensa mayoría de los mexicanos no quiere hacer? Modificar el statu quo. Destruir ese estado de cosas que nos oprime y nos tiene viviendo esperanzados en un milagro que vendría de la nada.

Ese milagro –el cambio espontáneo del statu quo o de mejoría de nuestra apremiante situación— no ocurrirá. La nada sólo produce nada, entendida ésta con arreglo a la filosofía. Nadie vendrá a salvarnos. Sólo nosotros. El pueblo mismo.

fffponte@gmail.com

EDITORIAL. Primero que no, y ahora que sí.

Año 8, número 3206
Martes 22, diciembre del año 2009

Las palabras del cardenal Norberto Rivera Carrera, apoyando al Ejército para que continúe su guerra contra el narcotráfico, o sea, a favor de que la violencia se combata con más violencia.

Lo que en un principio había acremente censurado cuando Calderón decidió hacerlo, hoy lo aplaude, aunque supuestamente es contrario a lo estipulado en su doctrina, y por lo tanto sobradamente incoherente.

Sabiendo el Cardenal que nuestros soldados han sido ya cooptados (corrompidos, sobornados) por el narcotráfico, de los que ellos son socios gananciosos, no solamente da a entender que estos individuos, los cura$, están con todos los barones de las drogas (y de hecho con cualquiera que tenga el suficiente dinero para comprarlos)

Y más, que con la complacencia del Estado, los religiosos se siguen metiendo en asuntos que no son de su incumbencia y, consecuentemente, dividiendo a los mexicanos.

Como ya lo han hecho, una vez más, con el asunto de la Ley antiaborto que han promovido por todos lados, afortunadamente sin el éxito deseado.

Pero no solo eso, pues en el fondo, al pedir que el Ejército continúe su insensata y perdida guerra, están cantando a los cuatro vientos su fracaso como institución. Pues se supone que son ellos los encargados de hacer buenas a las personas y por lo visto, esto no ha sucedido así.

Lo que es absolutamente comprensible, porque si en tanto tiempo no han podido ellos ser mejores, pues tienen Siglos siendo los mismos, o sea los mismos incoherentes y ambiciosos desde que fundaron su igle$ia sobre el fraude de los Estados Pontificios que, literalmente, le robaron al Imperio Romano.

Atendiendo la premisa de que nadie da lo que no tiene, difícil pues hubiera sido que pudieran hacer mejores hombres, cuando ellos vienen siendo lo peorcito de la humanidad (que ya es decir bastante)

http://www.diariolibertad.org.mx/diario/index.php

Detrás de la Noticia. El extraño caso del Jefe de Jefes

Por Ricardo Rocha






22 diciembre 2009

No es que a uno nada le guste. Ni que sea un opositor sistemático a todo lo que venga del gobierno. Tampoco se trata de abominar los colores blanquiazules. Pero la verdad, la verdad, a mí la muerte a balazos de Arturo Beltrán Leyva me genera muchas más dudas que certezas.

Por supuesto que hay que reconocer que siempre serán un gran acierto las acciones exitosas en contra del crimen organizado. Pero es igualmente válido cuestionar el grado de éxito de esta en particular: para empezar, ¿se trataba de capturar vivo al capo sinaloense o de silenciarlo? ¿Por qué cien marinos de élite comenzaron a disparar a las cinco de la tarde cuando tenían cercado el edificio desde las 12 del día? ¿No era más fácil aguantar hasta que se rindieran, detenerlos e interrogarlos para extraerles información valiosísima? O se trataba de matarlos de cualquier manera. Y si es así, ¿por qué? ¿Algo tendría que ver el hecho de que los Beltrán Leyva fueron quienes sembraron narcomantas en buena parte del país exigiendo una guerra más democrática al gobierno? Es decir, que combatiera por igual a los cárteles y dejara —como hizo Fox— de proteger a Joaquín El Chapo Guzmán. ¿Valió la pena pagar el precio de la sospecha?

Y no sólo eso. Hay preguntas fundamentales que son todavía más peliagudas e inquietantes. ¿Por qué rayos el operativo lo llevó a cabo la Marina? ¿Qué hacían sus fuerzas especiales de policías a 240 kilómetros de la costa más cercana? Por qué las versiones contradictorias y excluyentes: de la propia Armada, de que ellos llevaban meses con la indagatoria; de la DEA, señalando que es “el resultado de la cooperación y el intercambio de información entre autoridades estadounidenses y nuestros valientes socios mexicanos”; finalmente, la versión de la PGR de que el operativo se debió a denuncias anónimas. Por cierto ¿a quién le reprocha el procurador Chávez Chávez cuando dice que “el Estado mexicano nunca ha perseguido ni va a perseguir a los delincuentes para matarlos, porque esa no es su función, sino la de cumplir con el estado de derecho”? ¿Entonces no se cumplió aquí con el estado de derecho? Más aún, qué papel jugaron, o de plano no jugaron y por qué, el Ejército y la propia PGR, que venían ocupándose de estos asuntos. ¿A tal grado llega la desconfianza entre estas instituciones? ¿A ese nivel están penetradas unas y otras por el narco? ¿Es la Marina el último reducto confiable? ¿La nueva guardia pretoriana de Felipe Calderón?

¿Es verdad —como asegura Ricardo Ravelo en Proceso— que el mismo día de la balacera Arturo Beltrán esperaba a comer en su departamento a un invitado tan especial como el general Leopoldo Díaz Pérez, jefe de la Zona Militar 24 con sede en Cuernavaca? A ver, si nos atenemos a las cabezas recientes de EL UNIVERSAL, la cosa está de escalofrío: “Militares y policías protegen a El Barbas (también Jefe de Jefes). Y es que resulta que la Armada tuvo que desarticular cuatro anillos de seguridad que protegían a Arturo Beltrán Leyva, cuyo sistema de resguardo incluía elementos del Ejército, policías municipales, estatales y ministeriales y una vasta red de informantes. Todo lo cual consta en un expediente de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada a cargo de la PGR. ¿Está claro? Por lo pronto, a mí me parece que además de la guerra contra el narco, hay otra guerra interna en el gobierno por encuentros, desencuentros y favores que pagan cuantiosísimamente los diversos cárteles del crimen organizado.

Otra: “Beltrán edificó un imperio en Morelos” en la que explica que el capo era señor y dador de vida y muerte en al menos 15 de los 33 municipios del estado, que controlaba a su antojo. A través de ellos armó un importante corredor de tráfico de drogas, para lo que corrompió hasta la médula a jefes y agentes policiacos.

Y uno se pregunta ¿por qué en el panista estado de Morelos? ¿Por qué desde el anterior gobierno de Sergio Estrada Cajigal los barones de la droga están tan a gusto ahí? ¿Alguien en los dos gobiernos federales recientes investigó en serio aquella afirmación que incluso involucraba pasionalmente al susodicho gobernador con Nadia Esparragoza Gastélum, hija del legendario narcotraficante Juan José Esparragoza, alias El Azul?

Finalmente, ¿es posible admitir que en una operación de esta naturaleza se trate de una ocurrencia chistosa la que zangoloteen el cadáver de un lado a otro, le bajen los pantalones para pintarle un número 3 en los calzones y luego lo cubran de billetes y joyas? ¿Es un hecho a propósito? ¿Un mensaje?

Así que, felicitaciones al gobierno, pero nos debe muchas explicaciones.