Si Hillary Clinton parece imbatible, no se puede eliminar la probabilidad diabólica de otro montaje hollywoodense de un “atentado terrorista” (incluso nuclear, para ultrajar al máximo a la cándida opinión pública intoxicada por Fox News) en vísperas de las elecciones (la “sorpresa de octubre”), que sería atribuido a un “chiíta iraní” de las “Brigadas Al Quds”, para colocar en la presidencia número 44 al “hombre del 11/9”: Rudolf Giuliani.
Antecedentes (para normar criterios axiológicos):
1. EU ha sido el único país en la historia que ha arrojado dos bombas nucleares sobre las dos poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki, lo cual parece haber sido olvidado por los revanchistas bélicos nipones.
2. Luego que la CIA derrocó al gobierno nacionalista de Mossadegh en 1953, para acorralar a la antigua URSS en el mar Caspio y a lo largo de Asia Central, EU inició el proyecto nuclear iraní con su aliado el sha de Irán (Peter Galbraith, The New York Review of Books, 11/10/07), a quien luego desechó por inservible durante la crisis energética de los 70.
3. En vísperas de la ilegal invasión unilateral de EU a Irak, la teocracia chiíta, muy preocupada tras haber sido artificialmente colocada en el delirante eje del mal bushiano, había buscado la “mediación suiza” para concertar un arreglo de desnuclearización con el régimen torturador bushiano. (Alianza traicionera: los tratos secretos de Israel, Irán y EU, Trita Parsi, Yale University Press, 2007)
4. En los 80 existieron puntos de contacto, traslapes y hasta colaboración triangulada entre EU, Israel y la teocracia chiíta iraní, como exhibió el fétido escándalo de trueque de armas por cocaína del caso Irán-contras que fue develado por la revista libanesa As-Shiraa, conectada a Siria (3/11/86), cuando EU vendió armas a Irán para dizque liberar a sus secuestrados por Hezbollah. El embajador israelí en EU clamó que más allá de la cocaína procurada a Nicaragua para abastecer en forma clandestina a los contras, la razón principal se centraba en “establecer vínculos con los elementos del ejército de Irán”. El irascible Michael Leeden, en la actualidad quizá el más iranófobo del planeta junto a Bernard Lewis y Norman Podhoretz, entonces consultor del asesor de seguridad reaganiano Robert McFarlane, “solicitó al primer ministro israelí Simón Peres su ayuda (sic) para vender armas a Irán”, enfrascada en una larga guerra contra Saddam Hussein (The Iran-contra affair, Jewish Virtual Library, The American-Israeli Cooperative Enterprise, 13/9/06).
Por cierto, parte de las pestilentes transacciones del Irán-contras pasaron presuntamente por el Edifico Omega de Paseo de Reforma en la ciudad de México, Campos Elíseos 345, Polanco: asiento de COMEXI y propiedad del argentino Andrés Holzer Neuman, cuñado de Andrés Rozental Gutman, medio hermano de Castañeda Gutman, hoy degradado a jefe de giras de Fox.
Hechos:
En reacción a la visita triunfal a Teherán de Vlady Putin, Baby Bush estremeció al planeta entero con su ominosa amenaza de desatar una TGM (Presstv.ir, 18/10/07), al unísono de un “holocausto nuclear” (The Times, 29/8/07), en caso de que Irán consiga dotarse de una bomba atómica.
En entrevista con The Daily Telegraph (27/10/07), vinculado al partido fundamentalista hebreo Likud y a los neoconservadores straussianos de EU, Norman Podhoretz “urgió el bombardeo de Irán mediante los misiles crucero y los destructores de búnkers lanzados desde los tres portaviones y los submarinos que EU mantiene en el golfo Pérsico, para retroceder el programa nuclear iraní por cinco años”. En forma fatalista, arguyó que “ninguna de las alternativas a la acción militar –negociaciones, sanciones, la instigación de una insurrección interna– podrá funcionar”. Imperturbable, asegura que el “bombardeo tomará cinco minutos (¡súper sic!). Una mañana cuando se despierten los bombardeos habrán sido realizados durante la noche. Todo lo que el presidente tiene que decir es: ‘¡adelante!’”. ¿Para que duren cinco minutos los eficientes bombardeos no estará alucinando el casi octogenario Podhoretz un “holocausto nuclear”?
El rotativo israelí-británico lo envuelve en un aura de sacra inimputabilidad: “a sus 77 años y en su posición como prominente (sic) intelectual (¡súper sic!) conservador de la política exterior, Podhoretz da a entender que no solamente piensa lo impensable, sino que dice lo indecible”. Oh, la, la!
Junto a Daniel Pipes y Michael Rubin, es “el más eminente” (sic) de los asesores del grupo de “halcones indefectibles en torno a Giuliani” y consideran el abordaje diplomático de Rice con Irán como “una debilidad”. La tesis de Podhoretz es que la “guerra contra el terrorismo global constituye la cuarta guerra mundial (CGM) y que la larga guerra fría de 42 años debería ser más propiamente descrita como la TGM” (tesis que ya había adelantado el ex director de la CIA James Woolsey).
En suma: los 77 años de Podhoretz –suegro del convicto del Irán-contras y hoy segundo de a bordo de la seguridad nacional en el gabinete bushiano, el también neoconservador Elliot Abrams– han sido de paranoica guerra permanente. Ambos, suegro y yerno, fueron firmantes del documento Proyecto por un nuevo siglo estadunidense que dio luz verde conceptual a la invasión ilegal de Irak que resultó una catástrofe.
En la primavera, Podhoretz se reunió con Baby Bush en el hotel Waldorf Astoria durante 35 minutos, de donde “salió convencido inquebrantablemente de que Bush atacará a Irán antes de dejar su cargo”; agrega que “está rezando” (¡súper sic!) para que se consume su petición celestial.
No se puede soslayar la pertenencia del “incendiario apocalíptico”, como lo cataloga DeDefensa (27/10/07), centro de pensamiento estratégico europeo, al siniestro e hiperbólico Comité por el Peligro Presente (CPD, por sus siglas en inglés) que copreside el senador Joe Lieberman (compañero de lista para vicepresidente de Al Gore) –otro delirante del bombardeo unilateral a Irán– y del que son miembros conspicuos Enrique Krauze Kleinbort y el ex presidente español José María Aznar López.
Podhoretz recibió la máxima presea civil de EU, la Medalla de la Libertad, de manos de Baby Bush, así como el Premio Guardián de Sión, de la Universidad israelí Bar-Ilan. ¿No se tratará más bien de condecoraciones escatológicas, desde el punto de vista metafísico?
¿Por qué prácticamente la misma fauna del putrefacto Irán-contras (Podhoretz, Elliot Abrams, Michael Leeden etcétera), que trianguló las fétidas operaciones clandestinas con la teocracia chiíta iraní en la década de los 80, encabeza ahora su CGM contra el “Islam-fascismo (sic)” una generación más tarde?