Carlos Salinas de Gortari no quiere quedarse fuera del deba-te actual sobre la reforma petrolera que impulsa el gobiernodel presidente Felipe Calderón. El exmandatario sostiene que los gobiernos de Zedillo y Fox abusaron de los ingresos de Pemex al malgastarlos en gasto corriente, además de que,sostiene, debilitaron a la paraestatal en forma deliberada para su posterior “entrega”. El siguiente es un extracto del capítulo 4 de La “década perdida” relacionado con el tema.
Otro efecto adverso a la soberanía: los neoliberales también debilitaron Pemex
Uno de los hechos más perjudiciales para la soberanía y el desarrollo ha sido el debilitamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex). Esto ocurrió a pesar del trabajo de la mayoría de sus trabajadores, dirigentes obreros, técnicos, ingenieros, directivos y administradores, comprometidos con la empresa y con la nación. El grupo de neoliberales puso en riesgo la capacidad para disponer de fuentes soberanas de energía para el crecimiento nacional.Hacia finales de 2006, Pemex era la novena empresa petrolera más grande en el mundo. Por mandato constitucional, sus reservas son propiedad de la nación mexicana y explotadas exclusivamente por Pemex. Sin embargo, para el año 2012, México habría consumido todas sus reservas petroleras probadas. Escenario tan ominoso se explicaba por la relación entre el monto de reservas probadas de la empresa paraestatal y el ritmo anual de extracción de petróleo mantenido por el gobierno neoliberal. Esto se conoció detalladamente al divulgarse el informe que Pemex se vio obligado a entregar, con total transparencia y veracidad, en el mercado de valores de Nueva York, en el cual cotizaba. El correspondiente a 2006 refleja los resultados del período neoliberal.(…) Una vez concluida esta década neoliberal, se agregaron elementos a la denuncia sobre el debilitamiento de Pemex durante ese período: “No se construyeron refinerías, no se mantuvieron ductos y terminales, se despidió personal calificado, se frenó la investigación y el desarrollo tecnológico y se privilegió la producción de crudo para exportar”.El debilitamiento de Pemex significaría que nuestra gran nación, de más de 100 millones de habitantes, en unos cuantos años tendría que importar petróleo y gas en cantidades crecientes. Como acto desesperado, el gobierno decidió invertir en los campos declinantes más de 100 mil millones de pesos, “95% de los cuales serán por vía de Pidiregas”, el mecanismo de gasto paralelo al presupuesto oficial.Sin embargo, el director de Pemex Exploración y Producción anunció, al inicio de 2006, que Cantarell, el principal yacimiento petrolero en México y tercero a nivel mundial, “tendrá un desplome de su producción de poco más de 600 mil barriles diarios hacia 2008”, al pasar de 2 millones de barriles diarios a sólo 1.4 millones. Sólo este yacimiento aportaba 60% de la producción total de crudo en México.
Una empresa petrolera muy rentable…
La extracción de petróleo era un negocio muy rentable para la nación. En 2005, extraer cada barril de petróleo le costaba 4.24 dólares a Pemex. Ese año lo vendió a 42.7 dólares en promedio (dentro del total de exportaciones de crudo, la mayor parte, 83%, era del tipo pesado Maya, el cual se cotizaba casi 20% por debajo de los crudos ligeros). Para 2005, el precio promedio de exportación de petróleo estuvo 130% por arriba del de 2001, un aumento que permitió una ganancia notable.La enorme diferencia entre el costo de producción y el precio de venta derivó en un ingreso que la nación mexicana se apropiaba por la vía fiscal. Tan sólo en 2004, Pemex pagó en impuestos 60% del total de sus ingresos, esto es, un monto de 637 mil 400 millones de pesos (58 mil millones de dólares). En 2005, el pago de impuestos se incrementó a 726 mil 100 millones de pesos (66 mil millones de dólares).
... que utilizaba todos sus recursos para gasto corriente...
La debilidad de Pemex residía en que, además de pagar una elevadísima cantidad de impuestos, usaba los recursos restantes para el pago de gasto corriente –es decir, la nómina de sueldos salarios– e intereses. No había recursos propios para los gastos de inversión indispensables para mantenimiento, exploración, refinación, ductos, terminales, aprovechamiento del gas asociado, capacitación, investigación y desarrollo tecnológico.Recuérdese que entre 1988 y 1994 la plantilla de personal de Pemex se redujo en 100 mil puestos (su nómina crecería grandemente en la década del neoliberalismo), a pesar de lo cual aumentó la producción, de 2 millones 500 mil barriles diarios en 1988 a 2 millones 700 mil en 1994: durante el liberalismo social la productividad de Pemex se elevó de manera notable al producir más con menos personal.Diez años después, el neoliberalismo elevó el personal de Pemex en casi el mismo número que la habíamos reducido: a cerca de 140 mil trabajadores, de modo que, aunque aumentó su producción a 3.4 millones de barriles diarios, su productividad quedó estancada.Durante esa década neoliberal, los ingresos de Pemex por exportación de petróleo y venta doméstica se utilizaron en su totalidad para el pago de sueldos y salarios, servicio de su deuda e impuestos al gobierno. Prácticamente la totalidad del programa de inversión de Pemex se financió con endeudamiento. La empresa recurrió a otras inversiones fuera de presupuesto, llamadas Pidiregas, que representaron la mayor parte de su gasto de capital (90% del total, y alrededor de 10 mil millones de dólares en 2005).Este gasto de inversión, sin sustento en ingresos propios, repercutió en la deuda, pues la empresa se endeudó excesivamente. Para finales de 2004 debía, sin incluir los pasivos laborales, 39 mil millones de dólares (sólo ese año la deuda creció 23%). Ya para entonces Pemex tenía que reconocer ante autoridades financieras internacionales que esto tendría “efectos adversos en sus condiciones financieras y resultados de operación”
.... al final resultó una empresa en quiebra
Al término de la década neoliberal, Pemex resultó una empresa prácticamente quebrada: de acuerdo con los datos del informe a la SEC, al final de 2005 tenía activos por un valor de 84 mil millones de dólares, pero pasivos (deuda, más exigencias laborales) por 81 mil millones. Su valor contable era solamente de casi 3 mil millones de dólares. Para 2006, la deuda reconocida de Pemex ascendió a 614 mil millones de pesos (el doble que en 2001), cifra a la que había que incluir los Pidiregas acumulados, por 42 mil millones de dólares. Finalmente, el pasivo laboral ascendía a 456 mil millones de pesos.En total, casi 150 mil millones de dólares de deuda, al tipo de cambio de esa fecha: 10.84 pesos por dólar. El valor contable de Pemex se volvió negativo durante el neoliberalismo. Los recursos derivados de aumentos temporales de precio del petróleo no se invirtieron en un fondo de contingencia; otro aspecto negativo consistió en que el neoliberalismo hizo un uso inadecuado de los ingresos por los altos precios del petróleo: el aumento de precios permitió un flujo extraordinario de divisas, pero esos recursos no se canalizaron a un fondo especial para nuevas exploraciones de Pemex, la promoción de fuentes alternativas de energía o la creación de reservas financieras de contingencia en prevención de bajas en el precio internacional del crudo.Otros países con importantes ingresos derivados de los aumentos del precio internacional de sus productos, como Noruega y Chile, formaron esos fondos preventivos. En México los neoliberales no constituyeron un fondo similar, sino que emplearon esos recursos extraordinarios para gasto corriente, sin un propósito productivo eficiente. Todo llevó a debilitar a Pemex para facilitar su entrega. l