LAS VOCES LEGÍTIMAS
En este servicio informativo presentamos las voces legítimas de Luis Linares Zapata, secretario de Desarrollo Económico y Ecología del gabinete legítimo, quien alerta sobre dos fenómenos que permean e identifican al mundo hoy: el final de la era de los alimentos baratos y los altos precios del petróleo, situación que obstaculiza el logro de la independencia alimentaria en México; Alejandro Encinas critica la campaña de difamaciones que, a partir de los problemas suscitados en Iztapalapa, dieron pretexto a Calderón para desvirtuar las acciones del gobierno capitalino en lo tocante a drenaje profundo y cuestiones ambientales; por su parte, Luis Javier Garrido asevera que el caso Zhenli Ye Gon representa ya un estigma para el régimen panista, en el que Fox y Calderón no pueden negar su responsabilidad; Julio Boltvinik nos habla del libro de López Obrador La mafia nos robó la Presidencia, al que considera un instrumento de lucha porque mantiene viva la memoria y no abre la ventana al olvido; por último, Agustín Ortiz Pinchetti, secretario de Relaciones Políticas del gabinete lopezobradorista, evalúa el valor que tiene el que en medio del sistema político mexicano en decadencia, la capital del país se mantenga gobernada por fuerzas de izquierda desde hace ya casi diez años.
Luis Linares Zapata. El futuro comprometido (La Jornada). Dos fenómenos concurrentes marcan la actualidad mundial: el final de la era de los alimentos baratos y la continuidad de los altos precios del petróleo. En ambos sectores la estructura productiva del país se halla peligrosamente desajustada, incapaz de responder con la urgencia que la oportunidad exige. Fruto de políticas públicas de ínfima eficacia y nula previsión de las administraciones dominadas por el fundamentalismo neoliberal del priísmo tardío, la fábrica nacional no podrá, al menos en el corto y mediano plazos, extraer de ellas las derivadas productivas y de calidad de vida que pueden esperarse.
Los altos precios de los alimentos han empezado a mostrar sus devastadores efectos para los dos polos de la cadena alimentaria en México: los micro y pequeños productores por un lado y, por el otro, el perjudicado de siempre: el consumidor final. Se descubre, de nueva cuenta, a los pocos villanos de la serie: el mal apreciado, por conocido, intermediario. El desmantelamiento de las redes de protección y balances que aportaban las agencias públicas, principalmente Conasupo, pero también los bancos de fomento, centros de investigación y otros auxilios varios, harán que la fábrica nacional quede atorada en la estratosfera de los deseos patrióticos frustrados.
Tres factores aseguran la continuidad de los altos precios de los alimentos: 1) El crecimiento exponencial de la demanda con motivo de nuevos consumidores. China e India contribuyen con su bonanza económica, pero, además, hay 30 millones de nacimientos adicionales en el resto del mundo que habrán de ser alimentados. 2) La pugna por tierras y cosechas para dedicarlas a energía alternativa, los famosos biocombustibles. 3) El efecto que sobre las cosechas tendrá el calentamiento global (ya inevitable). Alrededor de 25% de reducción en las cosechas se le deberá cargar a la elevación de sólo 2 grados de temperatura.
En lo que corresponde a los precios altos del petróleo la situación mexicana no puede ser más desalentadora. Los tecnócratas avizoran la continuidad privatizadora como salida única a los males de una abundante tesorería dedicada a financiar los impuestos no pagados por la plutocracia mexicana. No se tienen las cadenas que conecten a la extracción de hidrocarburos con sus refinados secundarios, con la petroquímica y con los proveedores de partes, materiales, tecnologías o servicios, que bien podrían sustentar un enjambre de industrias adicionales. Todas con altos salarios, capacidad reproductora y numerosos empleos.
Alejandro Encinas. Al borde de la catástrofe (El Universal). Esta frase sintetiza la campaña que, de nueva cuenta, el señor Felipe Calderón ha emprendido para denostar al gobierno del Distrito Federal. A partir de los problemas suscitados en Iztapalapa, arremetió primero contra el drenaje profundo y posteriormente contra diversos asuntos ambientales, lo que demuestra —además de un estado de irascibilidad— dolo y falta de información.
El drenaje profundo inició sus operaciones en 1975 con la conclusión del emisor central, con el objetivo de evacuar las aguas pluviales durante la temporada de lluvias, pero la pérdida de capacidad de desalojo de aguas residuales del Gran Canal en los 80 obligó a la utilización permanente del sistema. Esto ocasionó que en los últimos años especialistas advirtieran sobre el riesgo de que por falta de mantenimiento el drenaje profundo pudiera colapsarse.
En 2002 el GDF construyó dos plantas de bombeo que incrementaron la capacidad de desalojo de las aguas en 65 m3/seg, y en 2005, en coordinación con la Comisión Nacional del Agua, se [revisaron] los 60 Km del emisor central. Se concluyó que no había ninguna obstrucción ni derrumbes en el sistema, el drenaje tenía flujo normal. Dicho dictamen —que conoce puntualmente el director de la CNA, quien entonces ocupaba el cargo de secretario del Medio Ambiente— estableció que no existía riesgo de colapso del sistema, e incluso se presentó públicamente el 23 de mayo de 2006, ante especialistas y medios de comunicación.
En 2006 se contrató la rehabilitación de compuertas y captaciones del emisor central y la construcción del interceptor oriente. En 2007, el jefe de Gobierno anunció la construcción del nuevo emisor oriente y la rehabilitación integral del sistema, con lo cual quedará concluido su mantenimiento. Más aún, el Fideicomiso 1928 y el Fondo Metropolitano incluyen otras obras hidráulicas fundamentales, las cuales cuentan con mil 379 millones de pesos para 2007, que garantizan su financiamiento.
Los acuíferos se encuentran sujetos a una sobreexplotación histórica, que provoca el hundimiento de la ciudad y se requiere de acciones inmediatas. Sin embargo, la regulación y manejo del agua en bloque es una atribución federal; desde 1997 la dotación de agua a la zona metropolitana se ha mantenido en 65 m3/seg y el propio gobierno federal ha frenado los programas del DF para recargar el acuífero. Por ejemplo: en 2002 el GDF publicó una norma local para la recarga de los acuíferos, con lo cual inició la construcción de pozos de infiltración. Semarnat y CNA interpusieron una controversia ante la Suprema Corte aludiendo que no se tenía competencia para la emisión de dicha norma, lo que fue ratificado por la Corte en 2005, por lo que se suspendieron los trabajos. Las autoridades federales se comprometieron a emitir la norma correspondiente, lo que a la fecha no ha sucedido.
En cuanto a la contaminación del aire, los años 2005 y 2006 han sido considerados los mejores desde que se monitorean los contaminantes. Desde 2002 no se han rebasado los límites máximos permisibles de monóxido de carbono y dióxido de azufre, y desde 1995 la norma de salud de plomo se cumple todos los días. La última contingencia por ozono ocurrió el 18 de septiembre de 2002. Cabe destacar que estos logros se han alcanzado debido al importante esfuerzo social, público y privado, y de ellos se tiene pleno conocimiento, ya que la Semarnat forma parte de la Comisión Ambiental Metropolitana. En materia de reforestación, de 1998 a la fecha se han plantado más de 60 millones de árboles en la zona rural de la ciudad, con una tasa de supervivencia superior a 50%, lo que representa uno de los mayores esfuerzos de restauración ambiental a nivel nacional. La verdadera catástrofe es el manejo faccioso de la información y de las instituciones públicas.
Luis Javier Garrido. La Seudo efedrina (La Jornada). El caso del chino-mexicano Zhenli Ye Gon lejos de haber concluido está poniendo cada vez más en entredicho al gobierno de facto de Felipe Calderón, que sigue sin dar una respuesta convincente ante la gravedad de los acontecimientos.
Los muy probables actos delictivos cometidos por Fox y Calderón no pueden ya ser negados por los aludidos y han dejado al régimen panista marcado para siempre por el estigma de la corrupción. Fox facilitó la entrada ilegal al país de contrabandos de seudo efedrina utilizados para producir estupefacientes, como documentó Proceso en su número 1602, protegió durante años a Ye Gon y le concedió la naturalización felicitándolo personalmente.
5. El gobierno al intentar acallar con recursos públicos el escándalo, lo que está logrando es confundir los intereses privados con los públicos, los privilegios de él y de Fox con los derechos del pueblo a tener una administración pública honesta y a que se aplique la ley.
El régimen calderonista no pudo tener por su origen espurio viabilidad histórica alguna, y mucho menos la tiene ahora. El chinogate, que está muy lejos de haber terminado, está fincado en gravísimos actos de corrupción oficial, que demuestran fehacientemente la connivencia de los panistas con el bajo mundo.
El procurador general, Eduardo Medina-Mora, en vez de investigar el asunto a fondo, está dedicado a fabricar un culpable único. Germán Martínez, titular de la Secretaría de la Función Pública, que ya contribuyó a proteger a los hijos de Martha Sahagún, está ahora entregado a encubrir tanto a Fox, como a su jefe Felipe Calderón.
México lo que requiere con urgencia es una renovación a fondo de su vida pública y esto no es posible con el gobierno de facto, que está entregado a la corrupción, al tráfico de influencias y a las componendas, sin tener más programa que el derivado de su subordinación a intereses trasnacionales y a su alianza con grupos delictivos y del crimen organizado, para los cuales está trabajando.
La inviabilidad del régimen actual la han entendido ya amplios sectores de mexicanos, y lo novedoso tras el estallido del caso Zhenli Ye Gon es que esta situación la están comprendiendo también en diversas instancias del poder económico nacional e internacional, a pesar de los millones gastados por Calderón y sus amigos en autopropaganda.
Julio Boltvinik. Economía Moral (La Jornada). La mafia nos robó la Presidencia, el libro de AMLO, es como el Gobierno Legítimo, la Convención Nacional Democrática, el Frente Amplio Progresista, las giras de AMLO por todo el país, un instrumento de lucha. La lectura masiva de la obra ayudará a mantener viva la memoria, a no olvidar.
El libro aporta datos importantes sobre el fraude electoral. El más novedoso y central para probar la existencia del fraude electoral es que en las más de 9 mil casillas en las que hubo una aparente participación ciudadana, que rebasó la media del distrito electoral correspondiente en 10 por ciento o más, violando las reglas elementales de la probabilidad (ya que participación electoral y preferencia partidaria, sobre todo en una elección cerrada son variables independientes), 43.3% de los votos fueron para el PAN y sólo 28.7% para AMLO (casi 15 puntos de ventaja), cuando los datos nacionales muestran una diferencia de 0.6 por ciento. Aún peor, en 28 de las 32 entidades federativas, incluyendo algunas donde arrasó, en todas las casillas con mayor participación ciudadana, el candidato del PAN tuvo un porcentaje más alto, y AMLO uno menor, que sus porcentajes promedio en los distritos. Esto es imposible estadísticamente, demostrando que una parte de la supuesta mayor participación fueron votos falsos añadidos a Calderón, que muestran el fraude electoral.
El 2 de julio de 2006 y los meses que le siguieron, hubo un incruento golpe de Estado en México. Por eso el 2 de julio no se olvidará nunca. AMLO es, sin duda, un hombre feliz: por ello La mafia nos robó la Presidencia finaliza con un fragmento de un poema de Carlos Pellicer lleno de esperanza: algún día se eliminarán el hambre (el maíz será de todos) y la injusticia, y la belleza será de todos: abrirán rosas nuevas, más rosas, todas las que necesitamos.
José Agustín Ortiz Pinchetti. La capital en un sistema decrépito (La Jornada). El viejo sistema está agónico, pero funciona. Es como una casona resquebrajada por un sismo, aún de pie. De los tres mecanismos que le permitieron operar en su etapa de oro, dos (disminuidos) siguen vigentes: un monarca sexenal impuesto más débil e inepto. Y una agrupación política sucesora del viejo gran partido, conservadora, el PRI y el PAN. Pero hay una tercera pieza que ya no le funciona: el gobierno de la capital tan poderoso que es capaz, hasta cierto punto, de contrabalancear al poder federal. Fue un resorte clave. Cuando lo perdió en 1997, el sistema empezó a dislocarse. Tuvo buen cuidado para mantener ciertos mecanismos indebidos de control sobre el gobierno capitalino; su sucesor, Vicente Fox, los utilizó todos para intentar destruir políticamente a AMLO: bloqueó la restructuración de la deuda externa, intentó desequilibrar las finanzas con una reforma insensata al artículo 122 de la Constitución. Destituyó al jefe de la policía, organizó un aparatoso proceso de desafuero. Estos ataques a la ciudad de México la dañaron y mostraron lo peligroso que era no otorgar a plenitud la autonomía. Al gobierno federal no le importa que este fenómeno ocasione tensiones mayores y que ponga en manifiesto la ilegitimidad del régimen. Tienen interés de parar a Ebrard a como dé lugar.
Una solución distinta, inteligente y creativa sería impulsar la reforma que culmine con la autonomía del Distrito Federal. Bastaría con darle a la ciudad de México el carácter de ciudad capital y una Constitución. Establecer con claridad las relaciones entre las autoridades locales y las federales. Cancelar los instrumentos de control indebido. La reforma pareciera estar al alcance de la mano. No existen objeciones técnicas ni doctrinarias. Todos los partidos se han declarado en favor.
Pero soy pesimista: Calderón intentará golpear a Marcelo Ebrard. No le importará dañar a la capital. Es de suponerse que impedirá la reforma y el PRI-PAN lo apoyarán, asumirá los costos y abusará de los poderes que indebidamente se le conceden al Ejecutivo federal. La oposición verdadera debería estar alerta y poner en relieve, y combatir a tiempo, estas agresiones.