Cada quien toma su sitio.
No cabe duda que una de las consecuencias positivas del movimiento por la democracia que dirige Andrés Manuel López Obrador es que está colocando a cada quien en su sitio dentro de una línea que va desde la ultraderecha y la aberrante reacción hasta la izquierda radical, la cual también puede ser aberrante ya que los extremos se tocan. Y ahí en esa línea nos vamos ubicando todos. Pero hay otra línea que corre paralela y no sólo representa la postura política, sino que tan fundamentada en principios y convicciones sustentados en valores éticos está dicha postura. En ello, es importante detectar el compromiso que cada quien tiene con la verdad, la justicia, la libertad y la democracia. El que cada quien tome su posición permite ser identificado como lo que es en este sentido. A veces, uno se sorprende pues descubre que nuestra creencia en que tal o cual persona tendría una cierta postura estaba equivocada, resulta que tiene otra opuesta o al menos diferente a la que creíamos, sin embargo, basta con revisar algunas declaraciones, escritos o acciones en el pasado y encontraremos la congruencia con su postura actual.
Tomemos por ejemplo a José Luis Cuevas, sabemos que artísticamente es mediocre, sin embargo, ha tenido una gran visión comercial y un manejo mercadotécnico de su imagen a través de lo cual ha podido cotizar sus obras muy por encima de su valor artístico real, en pocas palabras ha sido un fantoche que marea a sus compradores que también algo de fantoches o de comerciantes deben tener; por otra parte él se ha creado su propio museo, lo cuál también habla de un narcisismo un poco vergonzante, en fin, esto y otras cosas nos muestran que no es una persona muy de fiar en cuanto a valores éticos se refiere. Otro ejemplo, Denise Dresser, basta saber para quien ha trabajado, como ha sido subvencionada, leer algunos de sus artículos como uno que publicó Proceso en el que juzga la actuación de AMLO comparándolo con un curandero que es verdaderamente de quinta; la señora con su aspecto monjil y la actitud prepotente que ha mostrado en los programas de Trujillo, ha exhibido un conocimiento bastante superficial en sus juicios. Es otra fantoche. Germán Dehesa, para muestra un botón: en el mes de abril publicó un artículo en Proceso, cuando había tantas cosas importantes de que hablar, en el que se quejó porque en un viaje que hizo las azafatas no eran bonitas y no sé que otras frivolidades y juicios clasistas y racistas (en su línea, como si él estuviera tan guapo). Bueno, y José Woldenberg quien desde antes de la contienda declaró que era imposible cometer fraude en el IFE, ¡válgame el Señor!, semejante declaración muestra o una oligofrenia galopante o una corrupción evidente. Como si el IFE fuera un organismo que funciona independientemente de los humanos. De manera que ya sabíamos de que lado estaba y eso de que había sido un magnífico presidente del IFE era porque estaba alineado a modo en los arreglos del PRI y el PAN de aceptar el cambio, en tanto la ciudadanía ya lo estaba pidiendo a gritos, y no porque hubiera sido un paladín de la democracia.
Pero también, en un sitio menos vergonzante que los anteriores, tenemos a Monsiváis, quien también como literato ha sido mediocre, sin embargo, ha sabido moverse en medios de intelectuales y ha sido constante en su quehacer; su “Por mi madre bohemios”, ya resulta algo cargante, ya que se le ocurra otra cosa por piedad; su sarcasmo que si bien a veces ha resultado entretenido, en lo general sus escritos son bastante retorcidos y hay que leerlos varias veces para entenderlos, no sé si están a propósito escritos así para que el lector sienta que es idiota y que los pensamientos del escritor así como su manejo del lenguaje son tan elevados que no están al alcance de cualquiera, afortunadamente cuando este mismo lector lee a Saramago, Singer, Tolstoi o Dosteyevky y se da cuenta que todo lo entiende, viene el rescate de su autoestima; o sus jueguitos de palabras a veces ingeniosos pero a veces tan faltos de sustento como el de que no se entiende “la movilización con inmovilizaciones”, que bueno, si se refiere a la del tráfico pues ahí vemos lo superficial de su crítica a pesar de que suena ingeniosito. Ya dejemos de idealizar a Monsiváis, en general es una persona inteligente, sin mucho talento y más o menos correcto políticamente. Todos podemos entender y aceptar que tiene el derecho a no estar de acuerdo con el bloqueo de Paseo de la Reforma dado que lo traiciona su juicio pequeño burgués pero muy bien hubiera podido expresárselo a su amigo Andrés Manuel y no ventilarlo ante sus enemigos, en pocas y vulgares palabras, bien hubiera podido callarse el hocico y no darle cuerda a las ya de por sí virulentas críticas de los enemigos del movimiento por la democracia ¿o no? ¿O que no se da cuenta que estamos en un momento crítico? A su juicio fue un error político, bueno pues el error político de él fue mucho mayor.
Y ya en esto, hablemos de La Jornada, evidentemente es el único periódico de izquierda que en general defiende la democracia y saca a la luz cuestiones que en otros medios no salen. Confieso y acepto que es uno de los pocos periódicos que se pueden leer y lo seguiré leyendo. Sin embargo, también hay que reconocer que es un periódico que cobija a un grupo de intelectuales, que su actitud es elitista dentro de esta modalidad y que como buenos hijos del PRI que somos todos sólo publica a los que pertenecen a su mafia, y que las colaboraciones pasan por un filtro de amiguismo, y porqué no, cierta fantochería. En tanto el que escribe tenga algún prestigio adquirido a buena ley o por la mercadotecnia tendrá un lugar, por ejemplo, si José Luis Cuevas, Woldenberg o Julia Carabias escriben una nota, claro que la publican en vez de la de Juan Pérez aunque esta fuera sustancialmente mucho mejor. Afortunadamente dentro de su mafia hay periodistas de valía que vale la pena leer, pero la forma de actuar del periódico es bastante parecida a como se manejan otros grupos de poder antidemocráticos.
Otra cosa, ya vamos entendiendo de una vez por todas que los intelectuales son como los campesinos, los obreros, los empresarios, los comerciantes, las amas de casa,… en cuanto a sus cualidades humanas. Hay analfabetos mucho más nobles que muchos intelectuales. Uno pensaría que el conocimiento permite que el ser desarrolle y refuerce su estructura ética, sin embargo no siempre es así, porque el amor al ser humano, al semejante, deviene del impulso no de la racionalización ni de la capacidad intelectual. El conocimiento desarrolla la inteligencia no los afectos, éstos se registran en otra dimensión, la del ello. Sabemos que hay mujeres humildes que no saben leer pero que son capaces de dar su vida por una causa noble porque no es que lo piensen, es que la carga de su impulso las impele a hacerlo desde su naturaleza. Así mismo, hay eruditos que son un cúmulo de mezquindad y odio.
Por lo anterior, esto de los blogs es magnífico, en tanto le da voz a todos y permite que todos nos expresemos sin discriminaciones. Claro que estaremos sujetos al criterio del dueño del blog pero afortunadamente hay muchos y siempre encontraremos un espacio, o bien, tenemos la prerrogativa de crear nuestro propio blog y órale a expresarse y decir aunque sean pendejadas pero muy nuestras pendejadas.
Resumiendo, cada quien es quien es y se posiciona congruentemente en la línea que va desde quien sólo se mueve por principios y convicciones que atienden a la ética hasta aquellos que son meros mercachifles y psicópatas. Cada quien toma su lugar, al cual tiene derecho en la democracia y lo importante es que todos sepamos en que lugar estamos y en que lugar están los otros, y sepamos en quien se puede confiar y hasta donde y en quien no.
Evidentemente lo ideal es alguien inteligente y amoroso y de eso hay muy pocos, en mi opinión Andrés Manuel López Obrador lo es, por eso hay que seguirlo, podrá equivocarse, no es perfecto, sin embargo el fondo es siempre ético y de buena voluntad, eso basta porque es lo importante.
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