domingo, octubre 22, 2006

Bien y de buenas, ya lo sabíamos

Sique

Creo que la mayoría de los que estamos comprometidos con la idea de que nuestro país tiene que transitar al fin por una vía democrática, de que necesitamos una revolución de la conciencia y de que México requiere de un cambio profundo en el cual nosotros somos factores de vital importancia, jamás dudamos de la fortaleza de nuestro dirigente Andrés Manuel López Obrador de quien no habíamos sabido desde un día antes de la nefasta elección de Tabasco. La mayoría hemos seguido desde nuestras particulares trincheras en esta lucha y tenemos la convicción de que AMLO "ni se va a dejar ni se va a rajar" y de que siempre estará con los que luchan por un país mejor. Conociendo su enorme capacidad de trabajo, suponemos que está en una ardua labor configurando con su equipo, las giras, el gabinete y todas las acciones de suprema importancia que habrá de realizar después de su toma de protesta. Sin embargo, agradecemos que Ortiz Pinchetti nos lo confirme y nos de algunas noticias de nuestro querido presidente:

Diario de Guerra (poselectoral)

José Agustín Ortiz Pinchetti

A quienes colaboramos en el equipo de AMLO (nadie ha desertado hasta ahora) nos asombra su presencia de ánimo a pesar de los intentos de aniquilarlo, las presiones, los reveses y las traiciones. Se mantiene "bien y de buenas".

Ningún personaje político contemporáneo ha conquistado tan apasionada simpatía y a la vez un odio tan reconcentrado. Buena parte de la población lo aclamará como presidente legítimo, pero otro tanto cree y repite como verdades evidentes las calumnias inventadas y orquestadas por quienes defienden la imposición. Incluso escritores progres e ilustres afirman, sin un examen riguroso de los hechos, que no sólo no hubo fraude electoral, sino que los comicios fueron los más limpios e imparciales. Primero aconsejaron a AMLO que se sometiera a los veredictos "legales" y ahora aconsejan al PRD que traicione y jubile a su ex candidato.

La intención evidente es aniquilarlo a él y al movimiento que puede llegar a encabezar. La capacidad para resistir sin perder la calma y conservando el buen ánimo puede explicarse por varios factores. Citaré tres:

1. Resistencia política. Así llamaba el general Lázaro Cárdenas a la capacidad de absorber los ataques, superar y aun aprovechar los reveses, no dar rienda suelta al resentimiento y a la venganza. En esto ha demostrado una capacidad notable AMLO.

2. Una consistencia ética excepcional. AMLO parece fiel al pensamiento de Emmerson: "Si tienes buena conciencia, contarás con el sufragio del mundo". Puedo decir después, de seis años de trabajar cerca de él, que nunca lo he visto faltar a un acuerdo intencionalmente, hacer o consentir un abuso o un robo o traicionar a alguien. Esto contrasta con la degradación actual de la clase política. El oportunismo, la traición, la inconsecuencia ideológica, la corrupción y la garantía de la impunidad son las reglas.

3. La potencialidad de la causa que encabeza. Todo indica que el liderazgo de AMLO y la corriente de centro izquierda que encabeza van a sobrevivir. Probablemente se convierta en un eje para la transformación política. El prevé la reaparición de los dos grandes partidos históricos para que México tenga una auténtica competencia democrática. Este optimismo se deriva de los signos de vitalidad de miles de grupos que se organizaron a su favor desde la época del desafuero y que se mantienen activos. Según las encuestas, en más de 100 días de ataques devastadores, AMLO conserva una intención de voto entre 30 y 28 por ciento.

Por otro lado, ni el PRD ni el Frente Amplio Progresista parecen sentirse atraídos por la idea de abandonarlo. Puede haber sorpresas desagradables, pero creo que no sólo por consistencia política, sino por estricto cálculo, las fuerzas reformistas que han logrado su unidad y otras que se le seguirán sumando poco a poco reconocerán en AMLO al único líder de la oposición verdadera.

Nosotros también estamos bien y de buenas.

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