sábado, octubre 14, 2006

Cárdenas y sus defensores

Sique (en azul)

Me había propuesto ya no dedicarle tiempo y espacio a Cárdenas pues hay tantas sucesos realmente importantes en nuestro país que la cuestión de este individuo, discutida hasta el cansancio en parte para elaborar su pérdida y reconocer que lo que muchos interpretamos como una verdadera preocupación en la democracia de nuestro país fue una pantalla para acceder a la presidencia, pasa a tercer término en importancia. Sin embargo, la defensa que se hace hoy en artículo de La Jornada de sus actuaciones con el consecuente ataque a López Obrador me parece tan injusto que me despertó otra vez el deseo de aclarar lo que pienso al respecto.

Seb Tal (en verde)

También he decidido comentar al alimón con Sique, esta colaboración falaz.

Enrique Calderón A. (en negro)

Cuauhtémoc Cárdenas y los centenarios

Luego de la derrota de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 2 de julio, empezaron a darse algunas críticas al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, principalmente entre comentaristas de radio, así como entre articulistas y caricaturistas de La Jornada y otros diarios. Las críticas se reducían a dos asuntos básicos, diferentes aunque de alguna manera vinculados entre sí.

Iniciar con "la derrota" de Obrador denota la mala leche y la tendencia de todo el texto. Desaparecer por completo el evidente fraude es el mismo objetivo propagandístico de la derecha. En todo el texto no se menciona una sola vez. El reclamo de millones de personas es invisible. La posición política se define por las acciones, por ende, si actuamos como la derecha, somos de derecha. Tampoco fueron "algunas críticas" como tampoco fueron "algunas mentadas" las lanzadas a Cárdenas en el Zócalo a quien millones de personas consideran un traidor al movimiento de izquierda como la encuesta de Galván Ochoa de La Jornada lo demuestra.

El primero de ellos era un reproche a Cárdenas por no haber participado en la campaña de López Obrador y apoyado su candidatura, la segunda a su aceptación a presidir los festejos del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución. De estas críticas, me llamó la atención que el mismo López Obrador no hiciera un comentario público de respaldo a Cárdenas, lo cual habría terminado con ellas.

Bastante hizo López Obrador con no hacer comentario público alguno de respaldo a Cárdenas por no apoyarlo en su campaña, ni en su aceptación a presidir los festejos del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana cuando Cárdenas se había dedicado ha criticar todo lo que AMLO hacía. ¿Se pretende que López Obrador apoye que no lo apoyen? Esto es un absoluto sin sentido.

¿Así que López Obrador debía apoyar a Cárdenas en su nueva chamba otorgada por el abyecto gobierno de Vicente Fox? ¿A cambio de la campaña lanzada desde los Pinos en su contra?

Lejos estaba de suponer que era el mismo López Obrador quien las instigaba, como me quedó claro luego de la orden que dio a Elena Poniatowska para que hiciera referencia a la carta de Cárdenas publicada en el diario Milenio, provocando la descalificación masiva de la multitud enardecida, reunida el 16 de septiembre en ocasión de la convención a la que se había convocado.

¿De dónde sacará el articulista que era el mismo López Obrador quien instigaba las críticas? Cada vez que se hacía referencia a Cárdenas en alguna de sus entrevistas, él externaba su respeto y no se prestaba más que a reconocerle su parte en la historia, cuestión que no era ni lejanamente recíproca de la otra parte. Dice que le quedó claro luego de la "orden" que dio a Poniatowska para que hiciera referencia... Esto, además de sacado de la manga es un insulto a su inteligencia y una falta de respeto al valor moral de la escritora, Elena no recibe órdenes de nadie, tiene suficiente personalidad, capacidad, y autonomía para expresarse libremente como ella quiera, además de suponer infundadamente como todos los calumniadores de López Obrador y los que descalifican la libre expresión de quienes simpatizamos con él que somos viles subordinados a sus deseos.

Además de la profunda misoginia que demuestra el Sr. Calderón A., miente. La referencia que hizo Elena de Cárdenas en el Zócalo fue: "Cuauhtémoc Cárdenas me honró al escribirme una carta que agradezco porque el oír al otro engrandece y contribuye al diálogo, pero sigo pensando que la elección fue injusta y fraudulenta y que hacemos bien al defender nuestra dignidad." Se explica por sí sola. Suponer que fue un llamado a la "descalificación masiva" es un absurdo. El pueblo reunido en la plaza se expresó honestamente cuando escuchó el nombre del Ingeniero quien sí ha demostrado su oposición a las personas que nos encontrabamos ahí y Elena tiene el derecho de responder como le plazca y donde le plazca a las cartitas del hijo del expresidente de México.

Los argumentos de Cárdenas en torno a su postura respecto a López Obrador están contenidos precisamente en esa carta dirigida a la señora Poniatowska y no han sido desmentidos o contestados ni por ella ni por López Obrador, ni por alguno de sus colaboradores cercanos, aceptando con ello que esas críticas carecían de fundamentos.

La ambigüedad y las contradicciones de los argumentos de Cárdenas en torno a la postura de López Obrador contenidos en esa carta a Poniatowska, no han sido desmentidos o contestados ni por ella ni por López Obrador, en mi opinión por pena ajena a dejar más en claro su envidia disfrazada de racionalidad o como nos ha ocurrido a otros porque ya no hay que perder el tiempo en atender patadas de ahogado que lo único que hacen es hacer más evidente la debilidad de sus juicios, no porque aceptemos que esas críticas carecen de fundamentos.

La carta de Cárdenas resultó otra vez, una exposición de un programa espurio de candidato virtual. Daba un poco de lástima. La capacidad solidaria de Cárdenas ha demostrado ser nula pues no ha tenido empacho en descalificar totalmente a López Obrador y a sus millones de simpatizantes. No ha reconocido un solo mérito a las fuerzas progresistas del movimiento de López Obrador y es en gran parte por esto, que la izquierda lo identifica con un adversario.

El 30 de septiembre, el periódico español La Vanguardia publicó un artículo de Joaquín Ibarr titulado "Las perversiones de la secuestrada izquierda mexicana", en el que hace un análisis bastante claro de los cuestionables roles de López Obrador y de algunas otras figuras de segunda importancia que se proclaman líderes de la izquierda, y en el que señala que el peor error de Cárdenas fue dar poder y oportunidad a un advenedizo autoritario que terminó secuestrando a la izquierda, dando la espalda a la democracia.

No sabía que una ideología podía secuestrarse en tanto los pensamientos son insecuestrables, pero en fin...

Calificar a López Obrador de ser un "advenedizo autoritario"es hacer justamente lo que AMLO no ha hecho con Cárdenas. Faltar a la historia. López Obrador ha sido un luchador social reconocido, incluso por el mismo Cárdenas hace no mucho tiempo, y su trayectoria es obviamente nada advenediza. Joaquín Ibarr, aunque sea español y escriba en el periódico catalán, es un ignorante. Enrique Calderón A. es doblemente ignorante al citarlo.

En ello no estoy de acuerdo; si algo ha distinguido a Cárdenas es ser un hombre de principios, su conducta ha sido siempre de congruencia con ellos. Así, una vez concluida su gestión como presidente del PRD, fue siempre respetuoso de no imponer ni apoyar a ninguno de los candidatos que de manera sucesiva aspiraron a dirigir su partido; ello lo saben Muñoz Ledo, López Obrador, Jesús Ortega, Amalia García, Rosario Robles y Leonel Godoy. No se puede ser demócrata y al mismo tiempo imponer dirigentes o candidatos. Pareciera que esto ha dejado de ser la norma en ese partido, pero de ello CCS no tiene responsabilidad alguna.

Cárdenas no impone porque el único que quisiera imponerse es él y no puede, y menos apoya a ninguno de sus candidatos por lo mismo, lo único que desea es ser apoyado, no quiere que nadie le haga sombra, lo cual en el caso de López Obrador es prácticamente imposible ya que ni remotamente cuenta con la fuerza, la inteligencia, ni el carisma de AMLO como ya ha quedado suficientemente demostrado.

La razón de Enrique Calderón de citar a Joaquín Ibarr de La Vanguardia queda clara, sólo quería incluir en su escrito "advenedizo autoritario" y seguir en el tenor descalificatorio.

Antes de referirme al tema de los festejos centenarios a los que, por cierto, los caricaturistas de La Jornada minimizaron, como si se tratase de un simple festín culinario sin significado alguno para los mexicanos, es necesario reconocer a Cuauhtémoc Cárdenas el lugar que le corresponde como la principal figura actual de la izquierda mexicana, recordando que fue él quien logró unir y fortalecer a los diferentes grupos de izquierda, creando y llevando al PRD, a la posición que hoy tiene, a partir de una larga campaña propositiva y de enfrentamiento real a las fuerzas más oscuras y retrógradas que operan en el país.

Bajo la circunstancias del México actual, gobernado por el PAN, esos festejos sí resultan una burla, un festín de simuladores de menor importancia que un festín culinario, sin significado alguno para los mexicanos que hemos estado sometidos a una dictadura de partido y ahora por una oligarquía rapaz bajo la cual no existe ni independencia ni justicia social, razón de la revolución. Cárdenas ya no es la principal figura de la izquierda mexicana, se ha convertido en una especie de mayordomo de la derecha y lo único que últimamente ha logrado es desmembrar partes de la izquierda. La posición que hoy tiene el PRD no se debe a él, sino a López Obrador, cuando él estaba a la cabeza tenía el 17%, con AMLO tiene el 35%. Su campaña propositiva y de enfrentamiento a las fuerzas más oscuras y retrógradas que operan en el país, ahora se ha subordinado a éstas.

"Es necesario reconocer a Cuauhtémoc..." ¿Para quién? Hoy la izquierda no es nada más el PRD. La sensibilidad social de López Obrador ha permeado a millones de mexicanos y la exigencia de abatir la desigualdad hoy es un reclamo masivo y urgente y con una participación social activa de la sociedad que se resiste al neoliberalismo como nunca lo había hecho. (Por lo menos en los 35 años que tiene el que esto escribe.)

Para muchos ha sido fácil calificarlo de traidor a la izquierda, sin dar prueba alguna de ello y en buena parte de los casos sin entender tampoco qué es la izquierda. Ser de izquierda hoy en nuestro país implica, entre otras cosas, tener una posición clara respecto a la soberanía nacional, sobre los derechos exclusivos para la explotación de nuestros recursos naturales y en particular sobre los energéticos, en beneficio de la nación, respecto a la necesidad de tener una banca mexicana que facilite la formación de nuevas empresas y el fortalecimiento de las existentes, para asegurar su competitividad, así como para permitir la generación de los empleos que el país necesita; ser hoy de izquierda implica tener una posición clara sobre la existencia de un gobierno fuerte que responda a los compromisos que le fueron asignados por la Constitución en materia de educación, vivienda y servicios básicos para la población y tener así mismo una posición de compromiso con las naciones latinoamericanas, empeñadas en la formación de un bloque económico para hacer frente a la globalización. En nada de ello ha transigido Cárdenas, y esto lo saben con claridad sus contrarios, muchos de los cuales han aprendido a respetarlo, luego de años de confrontación política, ubicándolo como un referente de la política nacional. La excepción curiosamente se reduce sólo a López Obrador y a sus allegados, quienes no de ahora, sino de tiempo atrás han pretendido minimizar su obra y desprestigiarle como si en ello les fuera algún beneficio faccioso.

¿Cómo se le dice a alguien que se hace cómplice precisamente de aquellos que socavan la soberanía nacional y que quieren privatizar los energéticos? Pues traidor, Cárdenas se ha convertido en un traidor de la izquierda y víctima de la envidia, está a punto de traicionar a su padre y a la patria haciéndose cómplice de quienes quieren atentar contra el patrimonio nacional. El que sí ha externado claramente su postura respecto a la soberanía nacional... ha sido López Obrador... Repito, está plenamente documentado en todas las entrevistas, López Obrador siempre ha reconocido a Cárdenas como líder moral y jamás lo ha desprestigiado, esas son calumnias. Siempre ha dicho que jamás se peleará con la historia. Justamente quien levanta esas calumnias en contra de López Obrador es quien pretende minimizar su obra y desprestigiarle como "si en ello le fuera algún beneficio faccioso".

Para decir "Ser de izquierda hoy en nuestro país implica" hay que ser de derecha, La "competitividad" es una palabreja que responde al discurso neoliberal. El "respeto" de la derecha a Cárdenas se debe a que éste ya no representa nada en la izquierda y lo usan para explotar propagandísticamente su distancia con Obrador. La "excepción curiosamente" no "se reduce solamente a López Obrador y sus allegados". La "excepción" somos unos cuantos millones.

Dentro de cuatro años, la nación estará celebrando el bicentenario del inicio de la guerra que hizo de México una nación libre y soberana, así mismo estaremos celebrando el centenario del inicio de la Revolución, ambas serán motivo de reivindicación de los más caros ideales y principios nacionales de soberanía, libertad y justicia social. La designación de Cárdenas, propuesta al gobierno por la legislatura anterior con el beneplácito de todos los partidos, para coordinar y presidir estas celebraciones, no constituye una dádiva, sino el reconocimiento de su trayectoria, de su ejemplo y de su visión. Es así mismo una oportunidad para hacer de esos festejos un factor de recuperación de la dignidad nacional, del acercamiento y la amistad con las naciones latinoamericanas, de recuperación para la memoria nacional de hechos, de acciones y epopeyas que hicieron de México una gran nación, bastante distinta por cierto de lo que ahora es.

Lo que va a reivindicar los más caros ideales y principios nacionales de soberanía, libertad y justicia social no son frívolos festejos que organice un gobierno de derecha y una simulación a la que Cárdenas se ha prestado sin pudor alguno, sino la ardua lucha que actualmente están llevando a cabo dirigentes y luchadores de izquierda dentro de los cuales López Obrador es el líder más fuerte.

Ya no hay que perder el tiempo defendiendo lo indefendible.

Ya no somos una nación libre y soberana, ahí reside el problema, los que lo creen así son los conservadores. Los que quieren que México "siga por el mismo camino". No hay nada que celebrar.

La única forma de recuperar "la dignidad nacional" es impidiendo que la derecha se venda a sí misma y a las trasnacionales todos los recursos naturales que nos quedan, y que se nos imponga un pelele desde la oligarquía y no con fuegos artificiales. La "gran nación" solo ha existido en los libros de historia. El tiempo de México ha transcurrido, normalmente, en la injusticia. Por eso es un honor estar con Obrador.


(Nota: No hemos podido encontrar la dirección de correo de Enrique Calderón A. Si alguien lo tiene encarecidamente le suplicamos hacerle llegar lo que pensamos de su colaboración en La Jornada.)



1 comentario:

Beam dijo...

Y?

El ingenierito esta podrido y copado. Ya fue.

El sicofante que escribio esto no es mas que otro intelectual organico pro-salinista.

Excelente refutacion, mas posts de estos, por favor.

Saludos.