Sique
El gobierno espurio plantea reducir el 30% al presupuesto de cultura y 4,500 millones al sector educativo.
Con claridad y precisión, las políticas públicas y econonómicas del pelele que tienden a la privatización de la educación y a la desaparición de la cultura denunciadas por el presidente legítimo durante la campaña, van definiéndose. Y todo porque estos rubros, educación y cultura, no interesan a los empresarios antidemocráticos, ni a Televisa, los verdaderos gobernantes del país; por el contrario, la identidad cultural y la educación estorban a sus fines oligárquicos porque fortalecen a la población mexicana, de quien son enemigos; en cuanto a Televisa, el avance educativo y cultural de los mexicanos encarnaría la tendencia a dejar de ser televidentes de sus canales ya que su programación es un claro insulto a la inteligencia y a la libertad del individuo pues distorsiona la realidad constantemente y se instala en el Big brother que controla y va ordenando mediante anuncios y programas frívolos que exaltan antivalores lo que se debe y no se debe pensar, lo que se debe y no se debe decir, lo que se debe y no se debe hacer.
Prueba de lo anterior es que ante la evidencia de que las iniciativas que se están tomando van dirigidas a reprimir a inconformes mediante prácticas policiacas y militares, a castigar a comunicadores que presenten objetivamente la información y a cerrar el paso a todo aquello que permita la toma de conciencia de amplios sectores de la población, muchos mexicanos aun están instalados en el rechazo a AMLO y empecinados en que el nuevo gobierno espurio va a llevar a cabo una administración para mantener a "México en paz". Están ciegos en un país en el que ya corre la sangre, en el que la polarización de la cual ellos mismos son actores está separando familias y amistades, en el que la represión y la inconformidad crecen de manera alarmante y en el que si a la fuerza opositora a la simulación y a la injusticia se le reprime, tarde o temprano se desahogará en una lucha no necesariamente pacífica como hasta ahora ha podido mantenerse.
La ceguera de los seguidores del PAN llega a tal grado que lejos de tomar una actitud conciliadora ante quienes han ultrajado con el fraude, mantienen una insultante y agresiva, les llaman "locos", "borregos" y "nacos" porque la culpa les genera rabia y ésta odio a los que han hecho víctimas del engaño pues son los testigos de su inmoralidad. Esto, obviamente genera también odio en quienes conocen los mecanismos que se utilizaron para cometerles el fraude, por tanto ya tienen la certeza de haber sido engañados y la polarización va haciéndose cada vez más profunda.
Una reducción en el presupuesto para la educación, la represión y el veto a las expresiones artísticas y culturales y el silencio impuesto a los comunicadores comprometidos con su quehacer de informar no hace más que agravar la situación. No sólo para aquellos que se sienten ultrajados por el fraude, también para quienes son cómplices del mismo ya sea tácitamente o porque se mantienen en silencio. El cerrar los espacios educativos y las expresiones culturales y artísticas a gran parte de la población perjudica a ambos bandos porque el ser humano los necesita para lidiar con su existencia. Es inherente a la naturaleza humana su amor al conocimiento y la necesidad de expresarse. Si se le quitan estas posibilidades sus impulsos destructivos aumentan porque su existencia deja de tener sentido y vuelve entonces a un estado de salvajismo y barbarie. La educación, la cultura y el arte son bastiones de la civilización que le han dado sentido a la existencia del ser humano, no se le puede privar de ello impunemente.
Imaginemos un escenario extremo para comprender el fenómeno. Supongamos que se hiciera un paro cultural y artístico, que se cerraran los teatros, los conciertos, las funciones de danza, la exposiciones de pintura, que se cerraran las librerías y las bibliotecas y que en vez de bloquear carreteras se hiciera lo mismo con las entradas a los cines; que además de ello se impidiera estudiar y aprender sobre sí mismo en las ramas de las humanidades y de la ciencia; y que encima de ello no se pudiese acceder a los platillos que acostumbran comer desde niños y se le sustituyan por pizzas, hamburguesas y hot dogs; tampoco al colorido y a las texturas de sus vestimentas, sustituyéndolas por las creaciones de diseñadores extranjeros; que no se pudiese producir diseños propios sino copiados de revistas extranjeras, ni trabajar el barro o el vidrio soplado; que las palabras que definen sus sentimientos y sus visiones fueran sustiyéndose por las que utilizan en otros idiomas; que sus festividades fueran reemplazadas por otras que no contienen el sentido mítico de sus antepasados (ej. día de muertos por halloween). Si esto ocurriera, bastaría una semana para que toda la población enloqueciera, se desatara una barbarie brutal y se asesinaran unos a otros.
Obviamente está situación ya no podría darse a tal extremo, sin embargo, nos permite entender la dirección que tiene el gobierno espurio y sus seguidores, su ignorancia no les permite darse cuenta del escenario que están configurando, ni saber que eso no sólo perjudicaría a sus adversarios sino a ellos mismos. No se dan cuenta que tan importante es, también para ellos, el conocimiento, la cultura y las expresiones artísticas que nacen de su entorno y de su historia.
Afortunadamente, un aproximado del 30% de la población está consciente de esta situación y este porcentaje va a aumentar con las giras de AMLO, la labor educativa de la resistencia y las movilizaciones, desafortunadamente, esto toma tiempo y hay que trabajar arduamente sin desanimarse y sin pausa. Como decimos "De norte a sur, de este a oeste, ganaremos esta lucha cueste lo que cueste".
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