sábado, febrero 10, 2007

Ideas perversas: alianzas implícitas

Jaime Avilés

Salvo pruebas documentales en contrario, Marcos nunca escribió que Felipe Calderón era "un peligro para la izquierda" o "el que nos va a partir la madre". Y nunca llamó a la movilización contra el candidato panista. En diversas ocasiones, en cambio, a lo largo de su "otra" campaña electoral, auguró con obsesiva insistencia que Andrés Manuel López Obrador era, él sí, "un peligro para izquierda", y profetizó que también era, por lo tanto, "el que nos va a partir la madre".

Ahora, en un comunicado que La Jornada publicó ayer, Marcos denuncia que las tropas de Calderón incrementaron "la presencia militar en Chiapas" y que los paramilitares se reagrupan "entrenados y abastecidos por el Ejército federal". Cualquiera pensaría que, a primera vista, le falló el pronóstico: antes de los comicios de julio, no supo o no quiso identificar al verdadero enemigo de las comunidades indígenas. Ahora, cuando éste pasa a la ofensiva en su contra, parece inclusive que se alegra. Preguntémonos por qué.

Sí, porque en un segundo comunicado, que también se publicó ayer, en lugar de referirse a la carestía provocada por Calderón, al malestar general que el pueblo de México está padeciendo o, lo más grave, a la privatización de Pemex que ya están preparando el "gobierno" espurio y los legisladores del PRIAN, Marcos se dedicó a hablar, otra vez, solamente en contra de López Obrador. Y terminó de escribir ese texto poseído de tal euforia que lo firmó así: "El Sup Reloaded and Improved (¡arrrrrrrrrrroz con leche)".

"Reloaded", en inglés, significa recargado, e "improved", mejorado. Pero no sé a qué obedece su vitaminado entusiasmo. Que aumente la presión militar sobre las comunidades traerá consecuencias horribles para las bases zapatistas: habrá más niños y mujeres con úlceras e insomnio a causa del miedo, menos personas trabajando en milpas y cafetales debido al temor a los soldados, y, por lo tanto, menos comida y productos para vender, lo que agudizará aún más el hambre. ¿Esa perspectiva recarga y mejora al Sup? ¿Por eso termina exultante con ese estentóreo "arrrrrrrrrrroz"?

ARP: dinero, dinero, dinero

Hay otras alianzas implícitas y no menos perversas que se están haciendo visibles en estos momentos, como la que han entablado los líderes de los tres partidos que integran el Frente Amplio Progresista (FAP) con Ana Rosa Payán (ARP). Al postular como candidata al gobierno de Yucatán a una mujer que representa todo aquello que la izquierda combate por principio, los mánagers del PRD, Leonel Cota; del PT, Alberto Anaya, y de Convergencia, Dante Delgado, no están pensando en el pueblo.

Si doña ARP gana, sus partidos, y ellos mismos, obtendrán muchísimo dinero y privilegios del erario yucateco; si pierde pero logra una abultada votación, de todos modos recibirán, en forma de prerrogativas electorales y otros conceptos, igualmente muchísimo dinero y los mismos privilegios. Lo malo es que para ello tendrían que pasar por encima de López Obrador, lo que no parece importarles en absoluto.

Si entre hoy y mañana, tras la reunión del Consejo Político Nacional del PRD, doña ARP reconfirma su candidatura, Andrés Manuel no podrá volver a decir que su partido "no busca el poder por el poder" ni que él no está dispuesto a "llegar al poder dejando pedazos de dignidad en el camino", como tantas veces proclamó durante 2006.

La candidatura de doña ARP sólo traería dinero a los vividores de la política que intentan sacarle una tajada más a la autoridad moral de López Obrador que ya les construyó el grupo parlamentario más grande jamás habido en la historia de la izquierda mexicana , pero le asestaría un durísimo golpe a las bases de la Convención Nacional Democrática (CND), es decir, a la mayor reserva de esperanzas populares depositadas en López Obrador como factor de cambio para México... si no es ya demasiado tarde para que el tabasqueño, o cualquier otra persona, conduzca el proceso de transformación nacional por la vía pacífica.

Coincidencias

Cuando Leonel Cota regaña a los mortales que le critican su alianza con doña ARP porque entorpecen (sic) "el avance estratégico de la izquierda"; cuando los líderes neocharros como el telefonista Francisco Hernández Juárez se oponen a marchar junto a López Obrador porque les estorba en sus planes de negociar con Calderón; cuando en sus posdatas de ayer Marcos lanza dardos podridos de amargura contra Guillermo Almeyra, Elena Poniatowska, Luis Mandoki y Gustavo Iruegas por quienes meterían la mano al fuego millones de mexicanos , surgen otras sospechas.

Tanto los hombres de negocios de los partidos y de los sindicatos como el "héroe"· de la selva están coincidiendo extrañamente en el propósito de no coincidir, esto es, de ignorar el clamor popular que exige acuerdos ya entre todas las fuerzas opositoras para de- sarrollar un programa conjunto de lucha contra Calderón, que ya dijo que va a quedarse en Los Pinos hasta 2030.

Y están coincidiendo, esos profesionales de la política, en el empeño de sacrificar, excluir o destruir a López Obrador y a la CND cuando está a punto de arrancar la campaña de Calderón, Televisa, los senadores del PRIAN y los gobiernos de Estados Unidos y España para lograr, ahora sí, la privatización de Pemex, cueste lo que cueste. ¿De eso se trata? ¿De sacar de la jugada, como primera medida, al jefe de la verdadera oposición, a la única figura capaz de conducir y articular la resistencia masiva contra el asalto final a las escasas reservas petroleras de México?

Sí, pues, a la mejor de eso se trata: de que ya no tenemos país y todavía no acabamos de darnos cuenta. ¿Qué dirá doña Jesusa Ramírez, que hoy cumple 90 años?

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