Ricardo Andrade Jardí
No deja de ser nauseabundo ver cómo la ética y la moral de las tan mentadas instituciones de la democracia ceden ante los designios de la ilegalidad, mientras el cinismo se apodera de todas las instancias de la supuesta y pretendida vida republicana. La nefasta decisión de dictar auto de formal prisión contra los estudiantes y jóvenes de Yucatán detenidos ilegalmente y brutalmente golpeados el martes 13 de marzo, a raíz de la visita del asesino terrorista G.W. Bush, quien pasó por nuestra ciudad como Pedro por su casa, mientras, quienes, en un ejemplo de dignidad ciudadana, salían a las calles de Mérida a manifestar el sentir de la gran mayoría de los habitantes del planeta.
Pero sin pruebas y en el más nefasto uso de la justicia, que más bien es injusticia, el Poder Judicial de Yucatán, se suma al del Estado de México y al de Oaxaca, entre otros, incorporándose a las claras señales del golpe de Estado que promovió el Poder Judicial al calificar la elección de julio como válida, pese a reconocer su muchas "inconsistencias" (fraude en castellano) de dicho evento avalado por el Estado Mayor el 1 de diciembre al tomar la protesta al espurio por la puerta de atrás.
El auto de formal prisión contra los estudiantes y jóvenes de Mérida responde a una persecución bien clara contra un estilo de vida que ya no responde a la enajenación del conservadurismo amoral, que la oligarquía yucateca pretende imponer para mantener sus privilegios, al tiempo que los ex banqueros usureros se apoderan del Estado despojando a los campesinos y ejidatarios de sus tierras, para convertirlos en explotados trabajadores al servicio de esa oligarquía mediocre que se debate entre sus mismos fraudes y sus inmorales formas encubiertas en la doble moral del conservadurismo decadente.
Pero a mayor represión, mayor será la respuesta, mayor será la organización y las formas de resistencia.
La decisión del Poder Judicial de Yucatán contra los jóvenes y los estudiantes es una clara declaración de guerra entre las decadentes y corrompidas instituciones de la "democracia" contra la ciudadanía conciente, pero también es la señal de que llegó la hora de abrir frentes de resistencia civil contra la represión.
Es hora de crear otra vez un frente nacional que frene la violencia de un sistema que, desde su imposición y su ilegitimidad, recurre a la única forma que le queda: la violencia contra la ciudadanía organizada: Atenco, Oaxaca, Oxcum, Mérida son, junto con la represión desatada en otras regiones, los ejemplos de la mano dura de un sistema que premia a los ex banqueros ladrones y condena a los jóvenes y estudiantes.
¡Felicidades al POR ESTO! y a su director Mario R. Menéndez por los XVI años del periódico de la Dignidad!
¡Libertad inmediata a los presos políticos de Yucatán!
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