lunes, marzo 26, 2007

Bola de cristal cuando la realidad se aleja del discurso oficial

Carlos Fernández-Vega


Con un modelo
que mantiene a tres cuartas partes de los mexicanos fuera de la jugada, que registra raquíticas tasas de crecimiento desde hace tres lustros, y que lo único que ha logrado es concentrar lo de por sí concentrado, no falta el iluso que, micrófono en mano, se la pase pronosticando que "en unos cuantos años más" México será la cuarta potencia económica mundial.

Cinco gobiernos consecutivos no han podido con el paquete, pero ello no arredra a los optimistas, y mientras ellos hacen fabulosos pronósticos sobre el hipotético futuro económico nacional, algunos organismos internacionales mantienen la pésima costumbre de ponerle cifras a la realidad mexicana, la cual se aleja cada vez más del discurso oficial y sus maravillosas predicciones.

Durante el gobierno del "cambio", mientras la economía real rodaba, el discurso oficial la ubicaba cada vez más arriba; de la "décima posición" mundial en la que la acomodó al inicio de su paso por Los Pinos, Fox cerró el sexenio cantando victoria porque "ya somos la octava". Ello, al tiempo que organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional la situaba en los escalones 12 y 14, respectivamente, con ganas de clasificarla aún más abajo.

Arrancó la "continuidad" y lo único que se modificó fue la perspectiva descendente de la cacareada "octava" economía mundial. En 2007, si las cosas caminan bien, el crecimiento económico del país será una cuarta parte menor a la de 2006, y la tasa resultante será la más baja de los últimos cuatro años. Ello, sin embargo, no opaca la bolsa de cristal del nuevo inquilino de Los Pinos, quien ya ve a tiro de piedra que México se convierta en la "cuarta" potencia económica internacional.

Mientras el michoacano se entretiene con el juego foxista, alguien más serio, la Cepal, documenta la verdadera ubicación que la economía mexicana alcanzó en 2006: tras un sexenio pletórico de logros de micrófono (a la par del que inicia), México y su enclenque economía logró colarse al decimocuarto escalón (de 20 en total), pero no a nivel mundial, sino latinoamericano.

Todo un logro si se le compara con el eufórico discurso del "cambio" con "continuidad", pero sobre todo cuando uno se entera que la poderosa economía mexicana sólo pudo colocarse por arriba de potencias económicas como Bolivia, El Salvador, Nicaragua y Haití, y estar a la par de Guatemala.

Con la solidez mostrada en los últimos cinco lustros, más la ubicación real en la comunidad latinoamericana al cierre de 2006 (con ganas de empeorar en 2007), la bola de cristal de Los Pinos no requiere limpieza, sino reposición, y esa frase ya célebre de que en "unos cuantos años" la economía mexicana será la cuarta potencia mundial bien podría incorporarse a la nueva edición (actualizada) de las sandeces del inquilino de Los Pinos en turno.

Las naciones latinoamericanas que mayor crecimiento económico registraron en 2006 constituyen parte del "eje del mal" (versión regional, según clasificación de la Casa Blanca): Venezuela (10 por ciento) y Argentina (8.5), aunque si se incluye al Caribe la cereza se la llevó Cuba, con 12.5 por ciento.

En Los Pinos tendrán que aplicarse, porque si el balance del "cambio" con "continuidad" (lo que lleva) es bastante enclenque, en 2007 la cosa se va a poner un poco más seria. De acuerdo con la Cepal, la economía mexicana mostrará mayor lentitud que el año previo, y a nivel regional la perspectiva es favorable, pero "no tanto".

El organismo prevé que para el próximo año el contexto internacional continuará siendo positivo para la región, aunque menos favorable que el de 2006, dado que se espera una desaceleración del crecimiento mundial, que se situaría en torno a 3 por ciento. La probable desaceleración de la economía estadunidense podría ir acompañada de un proceso similar en Japón y en la zona del euro, aunque de menor magnitud.

El crecimiento del PIB regional durante 2007 (el menor de los últimos cuatro años, de acuerdo con sus propias proyecciones) se sustenta en la existencia de un entorno macroeconómico interno sano y en el impacto que tendrá sobre la demanda interna este mismo proceso continuo de expansión. Esto es un hecho muy auspicioso, ya que en el pasado la región siempre sufrió de un elevado grado de volatilidad macroeconómica que conspiró contra la inversión, con lo que los países vieron afectada su capacidad de alcanzar un crecimiento sostenido.

Por otra parte, la evolución de la cuenta corriente le permitiría a la región mantener tasas de crecimiento relativamente altas, sin que se prevean fuertes tensiones en el sector externo. Sin embargo, hay aspectos que aún requieren atención, advierte el informe. En especial, es necesario contar con mecanismos que sostengan la competitividad externa de la región, mediante un mayor crecimiento de la productividad.

Las rebanadas del pastel

Más historias cotidianas del cuento "impediremos que México sea un botín": "hace tres años adquirí un seguro de cobertura amplia con la empresa ING Comercial América; sufrí un accidente contra un camión del Servicio Público Federal, y por la naturaleza del impacto mi auto quedó inmóvil, permitiendo al camión darse a la fuga. El ajustador de ING llegó dos horas después del percance. Al no encontrar al responsable del siniestro (huyó), el ajustador quiso adjudicarme la culpa y propuso que yo no manejaba el vehículo, y que encubría a un familiar ebrio. Inaudito pero cierto. El ajustador se dedicó a proteger los intereses de ING, y me señaló como responsable. A casi tres meses del accidente ING no se hace responsable de la pérdida total. Jurídicamente ha intentado invalidar mi póliza para que mi reclamo no surta efectos. He tratado de exponer mi caso con las instituciones de gobierno, pero me dicen que todo está en manos de la aseguradora" (Felipe García Balderas, felipebalderasg@yahoo.com.mx).

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