viernes, mayo 18, 2007

Para que vivamos mejor

Carlos Fernández-Vega

Toma cuerpo el principal compromiso de Felipe Calderón, según repetitiva oferta compendiada en su atinado lema de campaña. Resulta que "para que vivamos mejor", y ya con el oferente sentado en Los Pinos, el ritmo de crecimiento económico del país se desplomó 40 por ciento de un trimestre (el último del "cambio") a otro (el primero de la "continuidad") y 53 por ciento si se comparan los resultados de los tres primeros meses de este aún joven 2007 con igual periodo de 2006.

Difícilmente país alguno puede "vivir mejor" cuando al de por sí escuálido balance económico de los últimos 25 años se le suma un resultado aún más raquítico, y eso es exactamente lo que registró el producto interno bruto mexicano en el primer trimestre de 2007.

Andaban los jilgueros oficiales y oficiosos lanzando loas por la "solidez" económica mexicana, que "está más fuerte que nunca" y que "mejor preparada que en el pasado", cuando el INEGI les envenenó el canto: en el primer trimestre de 2007, el producto interno bruto reportó un "avance" de 2.6 por ciento, menos de la mitad que un año atrás y 40 por ciento por debajo de lo registrado en el periodo octubre-diciembre de 2006.

Desde el segundo trimestre de 2006 se fortaleció la tendencia descendente en el ritmo de actividad económica en el país, pero los supuestos encargados de corregir el rumbo, lejos de tomar las precauciones del caso robustecieron el discurso triunfalista. En enero-marzo de ese año, el producto interno bruto se incrementó 5.5 por ciento; un año después la proporción se desplomó a 2.6 por ciento, y si el resultado no fue peor fue gracias a que una de las pasiones de Felipe Calderón, la "cultura del jardinero", reportó el mejor comportamiento de los sectores considerados, o lo que es lo mismo el de servicios.

Un par de semanas atrás, el discurso del inquilino de Los Pinos, como se consignó entonces en este espacio, reflejó su orgullo y pasión por el subdesarrollo, porque aquel sueño de un México industrializado, sólido, independiente y soberano ahora es considerado como pesadilla, porque orgullosamente dijo: "la economía de México al igual que la economía del mundo será pronto una economía fundamentalmente de servicios, una economía donde los procesos productivos, primarios, agrícolas y aún los industriales irán poco a poco cediendo terreno a otras actividades, básicamente el comercio y los servicios que requieren y aportan mayor calidad humana y un enorme valor agregado al país", o lo que es lo mismo la "cultura del jardinero" que tanto gustaba a su antecesor.

De hecho, Calderón debe actualizar su discurso: la mexicana no "será pronto" una economía "fundamentalmente de servicios", una economía con "cultura del jardinero"; ya lo es, y en los últimos seis y medio años este sector creció casi ciento por ciento contra el cada vez más raquítico comportamiento del sector industrial; México sólo produce mano de obra muy barata, tanta, que se da el lujo de exportarla masivamente.

Pues bien. "Para que vivamos mejor" y la plena satisfacción del inquilino de Los Pinos, el único sector económico que reportó un crecimiento medianamente atendible en el primer trimestre de 2007 (aunque menor al de octubre-diciembre de 2006) fue el de servicios: 3.7 por ciento. Para llorar, el comportamiento del sector industrial (0.6 por ciento, contra 5.4. en enero-marzo del año pasado y 4.2 por ciento en octubre-diciembre), y el agropecuario, silvícola y pesquero (0.2 por ciento, contra 2.6 y 9.8 por ciento, respectivamente).

Del informe del INEGI, sobresale: el producto interno bruto aumentó 2.6 por ciento en términos reales durante enero-marzo de 2007 con relación a igual periodo de 2006, el menor "incremento" de los últimos dos años. Cifras desestacionalizadas indican que el PIB registró una variación de 0.16 por ciento en el lapso referido respecto al inmediato anterior.

El PIB de los servicios se elevó 3.7 por ciento en el trimestre de referencia, debido al crecimiento en las actividades de transporte, almacenaje y comunicaciones (7.6 por ciento); en servicios financieros, seguros y actividades inmobiliarias y de alquiler (4.9); en servicios comunales, sociales y personales (2.1), y el comercio, restaurantes y hoteles (1.6).

El PIB del sector industrial "creció" 0.6 por ciento anual, por "alzas" en tres de sus cuatro componentes: minería, 0.3 por ciento; construcción, 2.1, y generación de electricidad, gas y agua, 5.3. Las manufacturas disminuyeron 0.1 por ciento. De las 49 ramas que conforman la industria manufacturera, 44.9 por ciento reportó caídas con respecto al primer trimestre de 2006.

El PIB del sector agropecuario, silvicultura y pesca se "incrementó" 0.2 por ciento a tasa anual, a pesar de la mayor superficie cosechada en el ciclo otoño-invierno.

Entonces, si ese es el compromiso y esa la propuesta "para que vivamos mejor", frito está el país, fritos los mexicanos.

Las rebanadas del pastel

Difícilmente las autoridades afectarán los intereses de la pandilla empresarial-panista involucrada en los dramáticos sucesos en Pasta de Conchos: Germán Larrea y su corte de ex funcionarios públicos, Vicente Fox, monseñor Carlos Abascal, Francisco Javier Salazar Sáenz y sus parientes, pero en vía de mientras la comisión legislativa que investigó el caso dictaminó que se trató de una explosión causada por negligencia y omisión, de tal suerte que se debe proceder contra los responsables. Entre otras cosas, exige: inhabilitación por 20 años de los servidores públicos y ex servidores de las secretarías del Trabajo y de Economía involucrados; sancionar al secretario de Economía, Eduardo Sojo, por ocultar información; la reparación del daño; y aplicar la ley a Industrial Minera México y a General de Hulla en materia de evasión fiscal, defraudación y lo que resulte. Obvio es que el PAN votó en contra... Costosísimas le resultaron las hormonas a Paul Wolfowitz: lo renunciaron del Banco Mundial.


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