lunes, julio 09, 2007

BAE: El escándalo del siglo estremece a la corona británica

De lo ultimo de www.larouchepac.com, la publicaciòn acerca de lo que llamamos "el escàndalo del siglo".

Es una serie de reportes sobre como opera el financiamiento y ejecuciòn de guerras privadas, golpes de estados, y guerras contra las naciones soberanas en todo el mundo, a manos de la oligarquia financiera internacional.
Este es el primero de una serie de varios articulos que nos ayudaran a comprender sobre las redes de la oligarquia internacional y sus sucias operaciones a nivel mundial.

Cabe destacar que la BAE (British Aerospacial System), es la compañia de seguridad privada mas grande de Europa. Fuè privatizada en los años 80 bajo el gobierno de Margaret Thatcher. Su principal socia en America es el Grupo Carlyle, de la familia Bush entre otras, y con su representacion en Mexico a traves de los Secretarios de Estado del gobierno pelele, Luis Tellez (secretario de Energia), y Eduardo Medina Mora (Secretario de Seguridad Publica Federal).

espero les sea util la siguiente informacion.

DE WWW.LAROUCHEPAC.COM

El escándalo del siglo estremece a la corona británica y a la City
por Jeffrey Steinberg

El miércoles 6 de junio, la British Broadcasting Corporation (BBC) sacó al aire una noticia sensacional, revelando que la compañía británica fabricante de armas, BAE Systems, le había entregado más de 2 mil millones de dólares en sobornos al jefe de seguridad nacional de Arabia Saudita y por mucho tiempo embajador en Washington, príncipe Bandar bin-Sultan, a lo largo de 22 años. Las revelaciones de la BBC se detallaron aún más el 11 de junio en un documental de Panorama TV, bajo el provocador nombre de "Príncipe, Aviones y Pagos", en donde se detallaba más de una década de investigaciones del diario londinense The Guardian , la BBC y la Oficina sobre Fraudes Serios Británica (SFO, en inglés), sobre el contrato de armas al-Yamamah, un acuerdo de 22 años por casi 80 mil millones de dólares, entre BAE Systems y el Gobierno saudita, mediante el cual se proveería al reino saudita aviones de combate hechos en Gran Bretaña y servicios de apoyo a partir de 1985.

Todos los gobiernos británicos, desde Margaret Thatcher, pasando por John Major, hasta Tony Blair, han estado plenamente involucrados en el escándalo BAE-Saudita. En diciembre del 2006, el procurador general británico, Lord Goldsmith, ordenó cerrar la investigación de la SFO, y declaró que cualquier investigación posterior podría poner en grave peligro la seguridad nacional británica. El primer ministro Blair respaldó completamente a su Procurador General, Lord Goldsmith, y ahora anda embrollado tratando de completar la cuarta fase del acuerdo al-Yamamah antes de dejar el puesto el mes próximo.

El furor que siguió al anuncio de Goldsmith desató varias investigaciones internacionales sobre el escándalo de BAE Systems, entre ellas del gobierno suizo y de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el llamado club de las "naciones ricas"). Más recientemente, se informa que el Departamento de Justicia de los E.U. inició una investigación sobre el lavado de dinero y posible violaciones a la Ley sobre Prácticas Corruptas Extranjeras, por parte de los británicos y los sauditas. Los 2 mil millones de dólares que se estima en pagos acumulados al príncipe Bandar, por su papel de intermediario en el acuerdo al-Yamamah, pasaron por las cuentas del gobierno saudita en el Banco Riggs en Washington, D.C., por lo que es competencia de los E.U.

Aunque las diversas investigaciones británicas sobre el acuerdo de armas al-Yamamah ("la paloma", en árabe) sí desentrañaron una emplia red de compañías de fachada, cubiertas en ultramar y políticos corruptos que se enriquecieron enormemente del acuerdo, la investigación preliminar propia de EIR sobre el escándalo ha puesto al descubierto una historia mucho más significativa, que causará ondas de choque por todos los círculos financieros de la City de Londres, así como entre personajes encumbrados dentro de la monarquía británica, quienes han estado, todos, implicados en un esquema mucho más grande que va hasta las entrañas del sistema liberal angloholandés de finanzas globales a la veneciana, que está ahora en sus últimas.

Al-Yamamah

En 1985, el Reino de Arabia Saudita, en parte asustado por la guerra que había entre sus vecinos Irán e Iraq, que había alcanzado una fase altamente destructiva conocida como la "guerra de las ciudades", procuró comprar una gran cantidad de aviones de combate avanzados para fortalecer su Real Fuerza Aérea. Inicialmente, los sauditas procuraron que el Gobierno de Reagan aprobara la compra de aviones de combate F-15 hechos en Estados Unidos. La venta de los F-15 a los sauditas requería la aprobación del Congreso, y Comité de Asuntos Públicos Israelí-Americano (AIPAC) libró una agresiva campaña para estropear la venta. Según varias fuentes bien informadas de Washington, Howard Teicher, un alto funcionario en el Consejo de Seguridad Nacional de Reagan (director del Cercano Oriente y el Sur de Asia, 1982-1985; director principal de Asuntos Politico-Militares, 1986-1987) también tuvo un papel central en la campaña de AIPAC, que al final logró estropear el acuerdo. Teicher, según las fuentes, le ocultó información a Reagan, demorando la votación en el Congreso hasta que AIPAC estaba totalmente movilizada, y después convenció al Presidente de que retirara la solicitud, para no tener que enfrentar una derrota vergonzosa en el Congreso.

Otras fuentes han ofrecido una versión ligeramente diferente sobre el fracaso del acuerdo de los F-15, alegando que las evaluaciones de la comunidad de inteligencia, desde mediados de los 1970, habían advertido sobre la inestabilidad en el Golfo Pérsico, y que había por lo tanto, otros motivos para poner en tela de juicio lo aconsejable de la ventas de tecnología militar avanzada de los E.U. a Arabia Saudita, en particular después de la Revolución de Jomeini en Irán.

Cualesquiera que hayan sido las razones, el acuerdo no se hizo. Al día siguiente de que el Gobierno de Reagan tiró la toalla, el príncipe Bandar, de hecho el jefe diplomático del Reino en Gran Bretaña, la Unión Soviética y China, así como también en los E.U., voló a Londres para reunirse con la Primera Ministra Margaret Thatcher. Las ventas de armas británicas no requieren aprobación parlamentaria, y el gobierno británico, en 1966, había creado una agencia, la Organización de Servicios de Exportación de la Defensa (DESO, en inglés) para pregonar las armas británicas por todo el mundo. BAE Systems había sido creada en 1981, cuando Thatcher privatizó la industria fabricante de armas británica, que había sido, apenas cuatro años antes, nacionacionalizada por el gobierno laborista. Y BAE Systems, la mayor empresa fabricante de armas en Europa, domina el sector de la defensa británico,

El viaje de Bandar a Londres, para conferenciar con Thatcher, estaba en preparación desde hacía meses. Un documento informativo del Ministerio de la Defensa, preparado para las reuniones Thatcher-Bandar, afirma que "desde principios de 1984, se hicieron esfuerzos intensos para venderle Tornados y Hawks a los sauditas. Cuando, en el Otoño de 1984, parecía que se inclinaban por los aviones de combate franceses Mirage, el señor Haseltine viajó urgentemente a Arabia Saudita, portando una carta de la Primera Ministra al Rey Fahd. En diciembre de 1984, la Primera Ministra inició una serie de importantes negociaciones reuniéndose con el príncipe Bandar, el hijo del Príncipe Sultán... La Primera Ministra se reunió con el Rey en Riyadh en abril de este año y en agosto el Rey le escribió anunciando su decisión de comprar 48 Tornado IDS y 30 Hawks".

Thatcher también tenía todos los motivos para sentirse confiada de que Bandar sería el interlocutor ideal entre Arabia Saudita y Gran Bretaña en el acuerdo del siglo. A los 16 años de edad, varios años después de que su padre, el príncipe Sultán, había sido nombrado Ministro de la Defensa del Reino, el príncipe fue enviado a Inglaterra a estudiar en el Colegio Cranwell de la Real Fuerza Aérea (RAF, en inglés), la escuela de entrenamiento de la crema y nata de futuros pilotos de la RAF. Por lo menos un funcionario de inteligencia estadounidense reporta los rumores extendidos de que Bandar fue reclutado al MI6, el Servicio Secreto de Inteligencia Británico, antes de que terminara su entrenamiento en la RAF. Otras fuentes, íntimamente familiarizadas con lo que pasaba en BAE Systems, reportan que el gigante aeroespacial "privado" tiene una equipo de ventas compuesto casi exlusivamente de "jóvenes" reclutados al MI6 antes de ser contratados.

Ya sea que estos informes sean precisos o no, ciertamente Bandar es un anglófilo serio. La mejor narración de sus aventuras en Inglaterra aparecen en el libro publicado en el 2006, The Prince —The Secret Story of the World's most intriguing Royal (El Príncipe. La historia secreta de la más intrigante realeza del mundo. HarperCollins, Nueva York) por William Simpson, un compañero en Cranwell y aún amigo íntimo del príncipe. Simpson, quien escribió el libro con la cooperación total de Bandar, narra los lazos íntimos de su amigo con todos los ocupantes de 10 Downing Street, el despacho del primer ministro británico.

"En Londres", informa Simpson, "Bandar entraba alegremente en el número 10 con desenfrenada desenvoltura. Desde Margaret Thatcher a John Major a Tony Blair, el acceso de Bandar era extraordinario". Según lo que le cuenta el propio príncipe Bandar a Simpson sobre el al-Yamamah, "cuando por primera vez hicimos el acuerdo, no teníamos un contrato. Fue un apretón de manos mío y de la señora Thatcher en 10 Downing Street". Esto fue meses antes de que se finalizaran los detalles finales del acuerdo al-Yamamah y se firmaran los contratos. Pero incluso antes de que se secara la tinta, los británicos ya estaban haciendo la primera entrega de los aviones Tornado, del inventario de la RAF.

Para cuando se firmó el Memorándum de Entendimiento formal entre los ministros de defensa saudita y británico el 25 de septiembre de 1985, la orden original se había ampliado a 72 aviones de combate Tornado y 30 aeonaves de entrenamiento Hawks, junto con otro equipo y servicios. Ha habido dos acuerdos posteriores, al-Yamamah II y III, y al-Yamamah IV, con un valor de hasta $40 mil millones de dólares en suministro adicional de armas, está en su etapa final.

Petróleo por aeronaves

El acuerdo al-Yamamah se estructuró como un arreglo de trueque. Aunque los sauditas sí acordaron pagar en efectivo por ciertos servicios y construcción de infraestructura en subcontratos por separado —y esos pagos en efectivo fueron a parar, en parte, "remuneraciones por consultoría" o sobornos, como los $2 mil millones de dólares a las cuentas del príncipe Bandar en el Banco Riggs, y los pagos similares reportados al dictador chileno Augusto Pinochet y al príncipe consorte holandés, príncipe Bernardo— el contrato esencial comprometía la entrega saudita de petróleo a Gran Bretaña a cambio de los aviones de combate.

Y aquí es donde la historia se vuelve realmente interesante.

Arabia Saudita acordó proveerle a Gran Bretaña un buque cisterna de petróleo diario, durante todo el tiempo de duración de los contratos al-Yamamah. Un buque petróleo contiene aproximadamente 600,000 barriles de petróleo. BAE Systems empezó la entrega "oficial" de los aviones Tornado y Hawks a Arabia Saudita en 1989. BAE Systems tiene actualmente aproximadamente 5,000 empleados en Arabia Saudita, para cumplir con el contrato.

¿Es posible ponerle un valor en efectivo a las entregas petroleras a BAE Systems? Según fuentes familiarizadas con los intríngulis de al-Yamamah, buena parte del petróleo saudita se vendió en el mercado spot internacional al valor del mercado, a través de British Petroleum (BP) y Royal Dutch Shell.

El economista de EIR John Hoefle ha hecho un mapeo a fondo de los aspectos financieros de las transacciones petroleras, con base en los propios registros diarios de la BP de los precios petroleros mundiales en el mercado abierto. Usando el costo anual promedio de la BP de un barril de petróleo crudo saudita, Hoefle concluyó que el valor total de las ventas de petróleo, con base en el valor del dólar al momento de la entrega, era de 125 mil millones de dólares. En términos del valor actual del dólar estadounidense, ese total se remonta a 160 mil millones.

Basados en los mejores registros públicos disponibles, el precio total de venta del equipo militar y los servicios proporcionados por BAE Systems a Arabia Saudita, en un período de 22 años a la fecha, es de aproximadamente 80 mil millones de dólares. Y esas cifras están infladas en miles de millones de dólares en pagos de sobornos. De hecho, el último escándalo, que causó daño limitado, en torno a al-Yamamah estalló en noviembre del 2006, cuando se filtró un documento del Ministerio de la Defensa, en donde se aportaba el verdadero precio de venta de los aviones de combate. La cifra confirmaba la vieja sospecha de que los precios de los aviones se habían inflado en por lo menos un 40%.

BAE Systems, una joya de la corona en la estructura industrial-financiera de la City de Londres, se asegura para sí unos 80 mil millones en ganancias netas de este acuerdo, ¡en amarres con la BP y la Royal Dutch Shell! ¿A dónde se fue ese dinero y qué tipo de actividades se financiaron con esto? La respuesta a estas preguntas, destacan las fuentes, son la clave del poder de las finanzas angloholandesas en el mundo actual.

El biógrafo y amigo del príncipe Bandar, William Simpson, si que aporta un panorama del teje y maneje del proyecto al-Yamamah: "Aunque al-Yamamah constituye una manera demasiado poco convencional de hacer negocios, sus lucrativas ramificaciones son un subproducto de un objetivo completamente político: un objetivo político saudita y un objetivo político británico. Al-Yamamah es, primero que nada, un contrato político. Negociado en la cima de la Guerra Fría, su estructura única ha permitido que los sauditas compren armas en todo el mundo para financiar la lucha contra el comunismo. El dinero de al-Yamamah puede verse en la compra clandestina de pertrechos militares rusos utilizados en la expulsión de las tropas de Kadafi en Chad. También se puede trazar a las armas traídas desde Egipto y otros países, y enviadas a los muyadejines en Afganistán que combaten a las fuerzas de ocupación soviéticas".

En efecto, el biógrafo del príncipe Bandar confirma que al-Yamamah es el fondo más grande de dinero en efectivo clandestino en la historia; protegido por la Ley de Secretos Oficiales de Su Majestad y las incluso más impenetrables finanzas de la City de Londres y los paraíses financieros no regulados de ultramar bajo dominio británico.

El lado saudita de la calle

Por su parte, la familia real saudita no salió desfalcada que digamos, en el trato de al-Yamamah. Cuando se firmó el contrado en 1985, según fuentes familiarizadas con el acuerdo, Arabia Saudita obtuvo una franquicia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El acuerdo de trueque con BAE Systems no quedó como parte de su cuota de producción en la OPEP. En otras palabras, Arabia Saudita obtuvo la aprobación de la OPEP para producir 600,000 barriles diarios, por encima del tope de la OPEP, para realizar las compras de armas.

Según la Administración de Información de Energía, una rama del Departamento de Energía de los EU, durante la vigencia del programa al-Yamamah, el costo promedio del barril de petróleo saudita entregado a los buques cisterna fue inferior a los $5 dólares. A este precio, el costo anual para los dauditas por los 600,000 barriles diarios fue de $1,100 millones de dólares. Desde la vigencia del contrato a la fecha, el costo para los sauditas del envio diario de petróleo fue de aproximadamente $24,600 millones de dólares. El valor comercial, en dólares corrientes, como se indica antes, fue de $160,000 millones de dólares.

Lo sauditas han forjado una asociación fundamental con la oligarquía financiera angloholandesa, con sede en la City de Londres y protegida por la corona británica. En colusión con BAE Systems, Royal Dutch Shell, British Petroleum y otros gigantes de la City, han establecido una concentración financiera privada, oculta en ultramar, que habría hecho babear de envidia a los administradores de la Compañía de Indias Orientales británica en la mejor época del Imperio Británico.

En estos momentos, no hay manera de calcular cuánto de ese fondo de sobornos políticos fue canalizado a las guerras clandestinas y operaciones encubiertas angloamericanas de las últimas dos décadas. Ni tampoco medir el efecto multiplicador de parte de esos fondos no declarados ni regulados después de pasar por los fondos especulativos de las Islas Caymán, la Isla del Hombre, Gibraltar, Panamá y Suiza.

Lo que sí queda claro es que el escándalo BAE Systems va mucho más allá de los 2 mil millones de dólares que se supone fueron a parar a los bolsillos del príncipe Bandar. Es un escándalo que va al corazón del poder de las finanzas angloholandesas.

Todavía hay mucho, mucho más por desenterrar, ahora que la puerta se abrió un poquito en lo que ya parece ser la estafa del siglo.
Contained in: El escándalo de la Compañía Aeroespacial Británica (BAE)

8 Julio de 2007
De: www.larouchepac.com

¿Fragúa Bandar un golpe de estado en Arabia Saudita?

5 de julio de 2007 (LPAC).— El director del Centro de Investigaciones y Medios de Información en el Medio Oriente, Nassir Kandil, dijo en entrevista con Al-Jazeera el 3 de julio, que el príncipe saudita Bandar bin Sultan, involucrado en el escándalo de la BAE y en los planes de guerras regionales de Cheney, estaba planeando un golpe de Estado en contra del rey Abdallah, como parte de un plan de los E.U. para aumentar la presencia de Israel en la región.

La versión alemana de IRIB, cita a Kandil, de quien se dice es un conocido experto libanés, de acuerdo a EIRNS, diciéndole a Al-Jazeera lo siguiente: "Los E.U. planean establecer una red aún más segura para Israel en la región, antes de retirarse de Iraq. Por lo tanto, Bandar bin Sultan debe tomar el poder en Arabia Saudita". Kandil también dijo que el príncipe Bandar tiene un papel en la creación de Fatah al-Islami en el norte de Líbano, así como también en el intento de golpe de Estado en contra de Hamas en Palestina. Señaló: "Bandar bin Sultan le dijo a los estadounidenses que el podía crear actualmente un nuevo Al Qaeda, como lo había hecho en los 1980, cuando creó Al Qaeda en contra de la Unión Soviética".

Kandil también habló sobre el papel del operativo de Fatah, Mohammad Dahlan, en cooperación con el general Dayton de E.U., en la organización de un golpe de estado en contra de Hamas. El reporte de IRIB en alemán apareció junto con una entrevista sobre el escándalo de la BAE, con Michael Weissbach del BueSo, movimiento que encabeza Helga Zepp-LaRouche.

De www.larouchepac.com

2 Julio de 2007

Kucinich pide investigar a la BAE y a Cheney

2 de junio de 2007 (LPAC).— En un acto de campaña el 1 de julio en la Preparatoria Benson de Portland, Oregon, el congresista Dennis Kucinich (demócrata de Ohio), dijo en respuesta a una pregunta de un miembro del Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM), que "Sí, necesitamos investigar a la BAE más cabalmente y sí, necesitamos ver que tiene que ver Cheney en esto". Kucinich es el segundo miembro del Congreso, después del senador John Kerry, que públicamente pide una investigación sobre el escándalo de la BAE.

La mutitud de aproximadamente 500 personas recibió el volante de LPAC "LaRouche a la presidenta del Congreso Pelosi: el escándalo de la BAE exige el inmediato enjuiciamiento de Cheney". Alrededor de la mitad también recibieron el volante de LPAC, "El viaje de LaRouche a Moscú: una estrategia para evitar la guerra" y la separata de LPAC del artículo.

En su discurso, Kunicih había dicho que los E.U. tenían que comprometerse a construir una "comunidad de naciones" y en este contexto denunció a los "que agitan sables" en contra de Rusia e Irán. También destacó los efectos devastadores de la globalización, tanto para la industria estadounidense como para países como México, lo que ha causado la "crisis" de inmigración.

Tres miembros del LYM pudieron hablar en el período de preguntas y respuestas, felicitando a Kucinich por su resolución HR 333 de juicio político a Cheney, y planteando el escándalo de la BAE, la propuesta de LaRouche sobre las Cuatro Potencias, de cooperación entre los E.U., Rusia, China e India y la necesidad de una movilización de las bases para sacar a Cheney.

de: www.larouchepac.com

Comentarios de LaRouche intercalados con el informe del Washington Post: la historia de la BAE y el legado del 9-11

24 de junio de 2007 (LPAC)

Lyndon LaRouche informa:

Las ocho columnas de la edición dominical del Washington Post tienen un eco considerable de mi discurso de apertura en la última videoconferencia de LPAC, este jueves pasado. Este artículo principal del Post, en su edición dominical, que se presenta como el primero de una serie de cuatro, tiene el gran titular en la primera página de "Un Entendimiento diferente con el Presidente".

El Post describe este artículo principal del domingo como "el primero de una serie de cuatro partes que investiga la vicepresidencia, al hombre más influyente que haya ocupado ese cargo". El Post continúa: "Los artículos examinan el papel de Cheney, en gran medida escondido y poco comprendido, en el diseño de los planes para la guerra contra el terrorismo, la economía y el medio ambiente".

El contenido de la primera parte de esta serie, que aparece en la edición dominical, claramente es un reflejo de mi tratamiento del mismo tema en la apertura de mi videoconferencia internacional este pasado jueves.

Para entender lo que hace el Post en su informe, es necesario intercalar cierta parte de mi discurso de apertura en la videoconferencia internacional de este jueves, con el recuento que hace el Post de los mismos acontecimientos del 2001 que precedieron y llevaron a los acontecimientos terribles del 11 de septiembre del 2001.

Primero, uno tiene que leer cuidadosamente mi explítica advertencia a principios de enero del 2001 sobre un acontecimiento esperado como el que habría de ocurrir el 11 de septiembre de ese año. Segundo, uno debe comparar mi descripción de los acontecimientos en torno a Cheney en la tarde del 11 de septiembre del 2001 con mi propia lectura del significado de estos acontecimientos, tal y como hice público en las horas inmediatamente posteriores a los ataques, y me referí a las similitud del incendio terrorista de Goering al Reichstag, lo que le dió a Adolfo Hitler los poderes dictatoriales en las primeras horas y días después del incendio del Reichstag.

Los editores del editorial de este informe deben intercalar estas observaciones que yo hice, con el artículo principal del Post de hoy, en los órdenes pertinentes. Como dije, y como lo sugiere el recuento del Post, hay un vínculo crucial entre la historia del BAE y el legado perdurable del 11 de septiembre, un legado que ahora arde con más fuego que en cualquier otro momento desde las semanas y meses inmediatos, después de los acontecimientos en sí del 11 de septiembre.

A continuación siguen estos hechos intercalados.

En su discurso de apertura de la videoconferencia internacional del 21 de junio, Lyn hizo la siguiente declaración, que incluye su advertencia explícita de enero del 2001 sobre un acontecimiento como el que experimentamos el 11 de septiembre de 2001:

"El mundo ha estado viviendo bajo un sistema, el sistema del 11 de septiembre, que ya existía, como lo advertí a principios de 2001, antes de que tomara posesión el presidente George W. Bush por primera vez en enero del 2001. Donde dije: 'El sistema mundial ha llegado al punto en el que un displome del sistema ya está en marcha. No podemos determinar exactamente como y cuándo va a ocurrir, pero sí sabemos dos cosas:

"Número uno, sabemos que este Presidente y esta Presidencia no pueden enfrentar esta crisis. Por tanto, debemos esperar que el mundo entero será sometido al tipo de cosa que conocimos en febrero de 1933, cuando Hermann Goering, el hombre detrás del trono, una especie de Dick Cheney del gobierno de Hitler, orquestró el incendio del Reichstag [el Parlamento alemán] como incidente terrorista.

"Y este incidente terorista se utilizaó esa noche, o al día siguiente, para instalar a Hitler con poderes dictatoriales, los cuales Hitler nunca perdió, ¡hasta el día que murió!"

"Y dije en ese entonces, que el peligro es que algo parecido a esto va a ocurrir, bajo las actuales tendencias en los Estados Unidos, y así fue: se le dio el nombre de 11 de septiembre.

"Ahora, sin entrar en los detalles de lo que sabemos y lo que no sobre cómo se orquestó el 11-S, sabemos que la única manera en que se puede orquestar algo como esto se encuentra en un solo lugar: en un complejo financiero con centro en la identidad de la BAE. Ahora bien, ése es el misterio del 11/S. Como se hizo, la mecánica, eso es irrelevante. Lo vamos a averiguar. Y todo mundo dentro y en torno al gobierno que entienda de estas cosas, ¡sabe eso! Y por eso es que hay tanta presión aquí".

Luego en la videoconferencia del jueves 21 de junio, en la sección del diálogo, Lyndon LaRouche abordó directamente los esfuerzos por parte de Cheney durante la tarde del 11 de septiembre del 2001, para usar los acontecimientos de ese día como pretexto para imponer por la fuerza legislaciones u órdenes que establecerían una dictadura en los Estados Unidos.

LAROUCHE: "Yo creo que los bribones pertinentes en las islas británicas probablemente le harán algo horrible a Dick Cheney, no porque no les guste lo que trataba de hacer, sino debido a que no lo logró. La pregunta misma es muy significativa. Aquí se tiene la denuncia del hecho de que el embajador por muchos años de Arabia Saudita en los Estados Unidos, era una figura importante al recibir sobornos hasta por unos 2 mil millones de dólares, entre otras cosas, principalmente mientras era embajador. Y que también era un agente británico, funcionando bajo la careta de ser otra cosa. Así que la pregunta es ¿por qué, y cómo, se mantuvo el secreto? ¡No había ningún secreto al respecto! Vean, esto ya se sabía.

"Déjenme ser muy claro sin decir demasiado. Esta es la pregunta, como indiqué hoy, que ha estado en mi mente, y la mente de muchos otros, desde antes del 11-S. Y como dije antes hoy, esta fue la pregunta en mi mente cuando hice una declaración pública, una declaración difundida desde aquí en los Estados Unidos, antes de la toma de posesión de George W. Bush en 2001, en el sentido de que la situación económica, el patrón de la situación económica es tal, que debíamos esperar en el futuro razonablemente cercano, que alguien tratará de hacer a los Estados Unidos, lo que hizo Herman Goering para convertir a Hitler un dictador en Alemania. Y ví ocurrir eso el 11 de septiembre del 2001. Yo lo ví. Eso no es solamente mi pensamiento. Eso ha sido el pensamiento de mucha gente.

"¿Como nos hicieron eso? Se sabía, por ejemplo, que la mayoría de los cadáveres mostrados, como evidencias, en la secuela del 11/S, eran de origen saudita o relacionado. ¡Alguien montó esa operación! ¿Al-Qaeda? ¿Nos ayuda eso? No. Al-Qaeda era un instrumento. De nuevo, él [Osaba bin Laden] es saudita. Era un instrumento de George H.W. Bush y los británicos, en las operaciones para organizar la guerra de Afganistán de los 1980. Osama bin-Laden es una figura clave, reclutada por estos tipos, entre los sauditas, para conducir esa operación. ¡Al-Qaeda es un producto de esa operación! Es una operación con patrocinio británico-americano y saudita. Los muertos que nos dejaron como evidencia en la secuela del ataque del 11-S, eran en gran medida de este grupo. Y la pregunta ha estdo en la mente de todos, desde entonces, sabiendo cómo funcionan estas cosas. ¡Guau! ¿Cuales son las pruebas? Bueno, tenemos diez prisioneros muertos. ¡Es difícil hacerlos hablar después de que están muertos!

"De modo que ése es el problema aquí. El problema es que, por tanto, ¿no piensan que no se ha hecho un gran esfuerzo para tapar una historia tan grande como esta, dentro de la prensa estadounidense? ¿Piensan que esta historia no estaba disponible, y que su significancia no era aparente —al menos en alguna medida— para toda prensa importante en los Estados Unidos; televisiva e impresa? ¿Por qué no lo informaron? ¡Ocurrió! ¿Y esto no tuvo que ver con dinero? ¿Que no saben todos que para dirigir una operación como lo fue la del 11-S, requiere de muchos miles de millones de dólares? ¿Requiere de la complicidad de un Gobierno, de uno o dos gobiernos?

¿De que éste es un golpe, un intento de golpe de Estado, del mismo modo que Herman Goering prendió fuego al Reichstag para convertir a Hitler en dictador? ¿No hubo esfuerzos en la noche del 11 de septiembre, en las discusiones por la noche, para imponer leyes, o imponer órdenes, que establecerían una dictadura en los Estados Unidos, no logradas del todo, que casi lo lograron pero no del todo? Y, ¿no hemos estado gobernados y dominados por esto desde entonces, por el aparato que se puso en marcha con el pretexto del 11-S? ¿No creen que todo aquel que es conociente en los Estados Unidos en toda posición de poder, no ha tenido estos pensamientos, una y otra vez, de manera persistente, durante estos años? ¿No piensan ustedes que todos los que vieron las pruebas, como ha salido ahora, situado en una posición de poder apropiada para entender como se hacen estas cosas, no ha tenido estos pensamientos? ¿No piensan ustedes que estaban aterrados, casi a muerte, de verse involucrados en sacar a la luz esto?"

Ahora compare los comentarios de LaRouche transcritos anteriormente, con la primera entrega de la serie de cuatro partes del Washington Post sobre Dick Cheney que se publicaron ayer.

Los autores del Washington Post, Barton Gellman y Jo Becker, documentan en detalle el intento de golpe de Estado de Cheney y una camarilla de conspiradores incluso en el momento mismo en que se desplomaban las torres del World Trade Center en la ciudad de Nueva York. Es particularmente revelador la descripción del estado mental emocional de Cheney esa mañana del 11 de septiembre mientras se desplomaba la torre sur, en agudo contraste con otros en el Centro Presidencial de Operaciones de Emergencia. Un testigo dijo: "Hubo un gemido en el salón que nunca olvidaré. Pareciera ser un solo gemido proveniente de todos", entre ellos Rice, su subsecretario, Stephen Hadley, el asesor económico Lawrence B. Lindsey, el consejero Matalin; el Oficial Mayor de Cheney, Libby y la esposa del vicepresidente. Cheney, por otro lado, no emitió sonido alguno. El testigo, leyendo de un cuaderno de anotaciones de observaciones escritas ese día, informa: "Recuerdo haber volteado a ver al vicepresidente, y su expresión no cambió nunca".

Los autores informan que,"Cheney cerró los ojos ante la imagen en un parpadeo lento y largo. Tres personas presentes, no todos ellos sus admiradores, dijeron que no vieron ninguna señal entonces o después de la profunda transformación sicológica que con frecuencia se le imputa a Cheney. Lo que vieron, dijeron, fue una extraordinaria autocontención y un rápido cambió de foco hacia la maquinaria del poder. Mientras otros evaluaban el número de víctimas y el trabajo del 'primer radiofaro de respuestas', Cheney empezó a planificar para un conflicto que convocaría por igual a abogados así como a soldados y espías... Con una pequeña camarilla de aliados, Cheney aportó la racionalización y el músculo político para conducir cambios legales de largo alcance en la Casa Blanca, el Departamento de Justicia y el Pentágono".

El 11 de septiembre, en el Búnker, Cheney y Addington conspiraron para ampliar los poderes presidenciales. Antes de que acabara el día, Addington "unió esfuerzos con Timothy E. Flanigan, el segundo del asesor legal de la Casa Blanca, vinculados mediante video seguro desde el Cuarto Situacional. Flanigan conectó a John C. Yoo en el centro de mando del cuarto piso del Departamento de Justicia. El Asesor Legal de la Casa Blanca, Alberto R. Gonzales se unió después".

El 25 de septiembre, Yoo completó el memorándum que justificaba la vigilancia sin órdenes judiciales. Lo mantuvieron en secreto a los funcionarios que era probable que lo objetaran, en especial de John B. Bellinger III, el asesor legal sobre seguridad nacional de mayor rango en la Casa Blanca.

El 25 de octubre de 2001, el Presidente y miembros dirigentes de la minoría en las comisiones de inteligencia del Senado y la cámara baja fueron convocados a la Casa Blanca para recibir su primer informe sobre el programa de vigilancia sin órdenes judiciales. En vez de reunirse con Bush, se reunieron con Cheney en la oficina del Vicepresidente. Según el ex senador Bob Graham, Bush le dijo que Cheney "tiene el portafolio para las actividades de inteligencia".

El 6 de noviembre, Yoo afirmó por escrito entonces su opinión de que Bush no necesitaba la aprobación del Congreso ni del poder judicial federal para someter a juicio a detenidos ante comisiones militares. Cuando el Secretario de Justicia, John Ashcroft, fue a la Casa Blanca a objetar, de nuevo, la reunión no fue con Bush, sino con Cheney. Bush firmó la orden el 13 de noviembre.

Después Cheney presionó para que los detenidos no estuvieran protegidos por las Convenciónes de Ginebra como prisioneros de guerra. Cuando Bellinger le envió una advertencia legal privada a Rice oponiéndose a esto, se le filtró a Cheney. Powell pidió una reunión con Bush, pero pocas horas después de hacer la solicitud, le enviaron a Bush un memorándum firmado por Gonzales, pero escrito por Addington, en golpe preventivo en contra de la oposición de Powell.

De este modo, Cheney, cuyo nombre clave identifica el Washington Post como "Angler" (persona que usa trucos para conseguir algo) y sus conspiradores judiciales, actuando en la tradición de Carl Schmitt, el "jurista de la Corona" de los nazis, autor de la legislación de marzo de 1933 que posibilitó la dictadura de Hitler, usaron el 11 de septiembre como los nazis usaron la quema del Reichstag para hacer un intento de golpe de Estado en contra de la Constitución de los E.U.

Como declaró LaRouche durante el período de preguntas y respuestas de la videoconferencia: "Ahora, lo que esto significa es que, !Cheney está metido en una salsa bien espesa¡"

"Primero que nada, porque una de las funciones de Cheney era la de ser un agente controlador, para controlar a Estados Unidos a favor de Londres, ¡bajo la dirección de su esposa! Su esposa es prácticamente una agente imperial británica. El también. Ahora su papel se ha depreciado enormemente. No pudo tapar la historia. Ahora es público. Cheney está metido en una salsa muy espesa, y los que no quieren enjuiciar a Cheney también están metidos en una salsa muy espesa".
Contained in: El escándalo de la Compañía Aeroespacial Británica (BAE)
Contained in: El juicio para destituir a Cheney

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