Del Diario Libertad. Columna Asimetrías
¿Qué significa lo de Mouriño?
Por Fausto Fernández Ponte
I
La designación de Juan Camilo Mouriño como secretario del despacho
de Gobernación del Presidente --cuya espuriedad lo tiene en el vacío
en el que ejerce la investidura-- exhibe significados.
Y esos significados son, a nuestro ver, ominosos que contrastan
engañosamente con el rostro juvenil del señor Mouriño --tiene apenas
36 años de edad-- y una impulsividad que su inteligencia no matiza.
Esos significados ominosos confirmarían a su vez la verdadera
razón de ser estratégica del Poder Ejecutivo en su modalidad actual:
una, servir a intereses ajenos a los de México.
Y, otra, reprimir a los descontentos y discrepancias activas que
causa servir a intereses ajenos a los nuestros. Hay, pues, represión
social y política y a crítica periodística o pública.
Identifiquemos esos significados:
1) Acentuación del doble discurso del titular del Poder Ejecutivo.
Por un lado, habla de dialogar con las expresiones políticas de
ideologías opositoras, mas por otro rechaza la interlocución.
2) Consolidación --fusión-- de ciertas funciones operativas de la
secretaría del despacho de Gobernación asumidas por Los Pinos desde
los primeros días de la administración actual, en 2006.
II
Pudiérese suponer no sin premisas objetivamente discernidas que el
relevo de Francisco Ramírez Acuña en la citada secretaría del despacho
de Gobernación no fue sólo por inepcia, sino por desgaste político.
Ese desgaste político fue rápido. Se manifestó incluso
dramáticamente desde los inicios mismos de la administración. ¿Razón
del desgaste? La propia espuriedad del titular del Poder Ejecutivo.
Por otra vena, a ese desgaste contribuyó en gran medida la
convulsión social que preside la vida nacional. En un país
convulsionado, el débito o costo político aumenta y se hace
insostenible.
Y es que la violencia en el país --muchos "ejecutados" todos los
días-- y la inseguridad pública y la incertidumbre social se traducen
en decrecimiento de un capital político por sí magro.
Así, tal desgaste se había agudizado en semanas recientes. Y la
llegada del señor Mouriño al relevo sólo hará mayor ese desgaste,
predeciblemente. Sus causales objetivas y subjetivas persisten.
III
Es de temerse que esas causas no podrán ser eliminadas ni superadas
ni remontadas con nuevos --o frescos-- recursos humanos, los que
representa don Camilo. Las causas del desgaste vienen de origen.
Ello es indudable para millones de mexicanos. El proyecto
panista/priísta de país --entrega al poder trasnacional de grandes
consorcios de Estados Unidos y España y el saqueo voraz de México-- es
inviable.
Y darle viabilidad a ese proyecto requiere, insoslayablemente, un
contrato social, que no es objetivo estratégico del Poder Ejecutivo ni
del Estado mexicano en su conjunto.
Esto nos lleva a los significados ominosos del cambio de titulares
en Gobernación. El señor Ramírez Acuña se negó terminantemente al
diálogo y su suscesor reitera en los hechos ese rechazo.
Es más, el señor Mouriño ya incurrió en su primer yerro político:
dijo que el Poder Legislativo es la única instancia para dialogar
porque allí están representadas todas las ideologías. Ello es falso.
No están representados el zapatismo ni los indígenas. No lo están
tampoco vertientes revolucionarias u otras opciones políticas,
sociales y culturales de ideologías reivindicatorias.
No hay un contrato social. Y sin éste, el espacio de maniobra del
señor Mouriño para actuar es breve. Sus alternativas son el acuerdo a
la Obregón o la represión, lo cual atiza más la discrepancia.
ffponte@gmail.com
Glosario:
A la Obregón: coaccionar para acuerdos políticos mediante
"cañonazos" de 50 mil pesos de entonces (1924) o cañonazos verdaderos.
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