Barómetro Internacional
Knitto Lucas:
Por Ana Molina*
Ecuador vive una intensa campaña electoral hacia el referéndum sobre la nueva Constitución que se realizará el 28 de septiembre, en esta coyuntura es importante consultar a un experto como Knitto Lucas cuya capacidad de análisis es reconocida en Ecuador y muchos países. Knitto Lucas es un conocido escritor y periodista uruguayo-ecuatoriano, analista de la realidad latinoamericana y ecuatoriana. Pero además conoció la Asamblea Constituyente de Ecuador por dentro como Asesor de la Comisión de Soberanía, Relaciones Internacionales e Integración Latinoamericana, lo que le permitió observar de cerca y criticar lo que ocurríó en la Constituyente. Su último libro La guerra en casa. De Reyes a la Base de Manta, que se basa en el bombardeo al campamento del ex líder de las FARC, estará en librería en pocas semanas bajo el sello de Editorial Planeta. En la siguiente entrevista, Lucas habla sobre la nueva Constitución de Ecuador que irá a referéndum el 28 de septiembre, la realidad política de ese país y el contenido de su nuevo libro entre otros temas de interés.
- Hay quienes se quejan de que el gobierno de Rafael Correa está favoreciendo a ciertos grupos económicos y promoviendo una nueva burguesía. ¿Qué piensa de eso?
- En el gobierno hay un sector claramente identificado de derecha, que busca un reacomodo político y económico, que traba los intentos de cambio y busca fortalecer un modelo que prioriza a nuevos grupos hegemónicos. Un sector que hasta ahora tiene la correlación de fuerzas a su favor y que ha logrado cercar al presidente Correa, aunque él no sea ningún niño para dejarse cercar. Por otro lado hay gente con un pensamiento verdaderamente transformador; hay gente progresista que se acomoda en su silla disputando solo su lugarcito y algunos puestitos burocráticos, pero no el sentido del cambio; y hay oportunistas, pero éstos en cualquier lado siempre caen por su propio peso. Por lo tanto, hay un gobierno en disputa, un sentido de cambio en disputa y la correlación de fuerzas en disputa. En este momento la oligarquía tradicional y la derecha tradicional presionan al gobierno desde su campaña por el No desde afuera, mientras desde adentro del gobierno la nueva derecha presiona para imponer su sentido del cambio. En realidad unos y otros, desde afuera y desde dentro trabajan por desviar el rumbo del gobierno hacia la derecha. El triunfo del Sí (a la nueva Constitución) debe servir para consolidar la correlación a favor de los sectores populares a nivel general y dentro del propio gobierno. Si eso no ocurre, habrá un quiebre muy grande entre los sectores populares y el gobierno. En todo caso, el Sí es un primer paso, después vendrá la lucha por las leyes. A mi me gustaría, como a muchos, que luego del triunfo del SÍ, se de un cambio ministerial profundo que muestre un giro a la izquierda del gobierno y que el Presidente comience a consolidar una relación más estrecha con los movimientos sociales y particularmente con el indígena. Pero eso no depende solo de Correa, depende de la lucha de todos y todas para torcer la correlación de fuerzas a nuestro favor, y presionar sin temor por un verdadero programa de cambios. Después del referéndum el Presidente ya no tendrá tiempo para ambigüedades.
-¿Es posible criticar y presionar al gobierno cuando se promueve el temor de hacerle el juego a la derecha?
- Ese cuento ya no lo creo. Algunos personajes supuestamente importantes del gobierno, cuando había que luchar en todas las trincheras contra el neoliberalismo resaltaban al mercado, veían las privatizaciones como ejemplo de modernización, creían que los banqueros eran buenos filántropos de la cultura y ahora son los revolucionarios del cuento. No hay juego a la derecha si la critica y la presión es honesta y viene de abajo. Una crítica a la derecha del gobierno, sin ningún vínculo con la derecha que está fuera del gobierno. Yo he sido muy critico con el gobierno y con la derecha del gobierno y no le he hecho el juego a la otra derecha porque en esas críticas también he atacado sus intereses. Hay que estar muy claros que las dos derechas defienden intereses similares, y cuando vean que es necesario unirse lo harán. Hay que estar muy claros también, que no es posible aliarse con la vieja oligarquía contra el Sí. La destrucción de la vieja oligarquía y la vieja derecha es un cambio. Lo importante es que los sectores populares puedan apropiarse de ese cambio y darle el sentido para que no sea un mero recambio. Es lo mismo con la Constitución, si los sectores populares no la utilizan como herramienta para consolidar un proceso de transformación, no hay letra que valga. Pero además, en la nueva Constitución existe el derecho a la resistencia, si quieren imponer leyes que van contra los intereses populares, el pueblo tendrá derecho a resistir con cualquier gobierno. Ahora es fundamental socializar la Constitución y tener claro que el camino no termina ahí, el camino es un poquito más largo. Sería irresponsable decir que ésta Constitución inicia una revolución, pero también es irresponsable oponerse a la Constitución por oponerse al gobierno o por no estar de acuerdo con algunas de sus acciones.
- ¿Que significado tiene el próximo referéndum para aprobar la nueva Constitución ecuatoriana?
- Ecuador, como América del Sur, vive un tiempo de cambio, y todo tiempo de cambio profundiza las contradicciones políticas, sociales y económicas. Si no ocurriese eso, no podríamos hablar de que se vive un tiempo de cambio. Este tiempo tuvo un momento importante en la Asamblea Constituyente que aprobó una Constitución progresista, transformadora en algunos aspectos, para nada revolucionaria, aunque sí de quiebre con el modelo anterior. Si el pueblo la hace suya y presiona para que las leyes que se aprueben después sean acordes con el texto constitucional, podremos considerar que ese momento de cambio es real y no se trata solo de un recambio de grupos de poder. Para que se consolide un real tiempo de cambio primero es necesario que se apruebe la nueva Constitución el 28 de septiembre, y luego prepararse para luchar por esas leyes para que el triunfo en la cancha no se anule en la mesa. Por lo tanto es importante primero que triunfe el Sí, a partir de lo cuál podremos divisar si el tiempo de cambio se encuadra dentro de un proceso histórico de transformaciones o se queda a medio camino. Pero hoy, más que nunca, la transformación depende del propio pueblo y de la presión que ejerza.
- Usted estuvo en la Asamblea Constituyente como asesor de la Comisión de Soberanía, Relaciones Internacionales e Integración Latinoamericana. Fue redactor de artículos de soberanía territorial, relaciones internacionales e integración. Por lo tanto conoce lo que ocurrió en la Asamblea desde adentro.
¿Tienen sustento la denuncia de que esta Constitución es un fraude? ¿O que fue hecha por asesores españoles?
- Si esta Constitución fuese un fraude no la estaría apoyando. Esta Constitución es bastante digna justamente por el trabajo de muchas asambleístas y asesores que defendieron principios y pelearon en la Asamblea por esos principios. Es verdad, que la comisión de redacción modificó algunos textos que, a mi juicio, no debía haberlo hecho, aunque tenía la potestad para eso. Espero que no haya sido de mala fe sino solo por la incapacidad de los integrantes. Pero con todas las modificaciones, esta nueva Constitución es ampliamente superior a la actual y da herramientas al pueblo y a sus organizaciones sociales para construir y exigir un futuro transformador. El buen vivir, la plurinacionalidad, la interculturalidad, los derechos colectivos y de la naturaleza, el rescate de la soberanía, el trato del ambiente en general, la soberanía alimentaria, la apuesta clara a la integración latinoamericana, la gratuidad de la educación hasta el tercer nivel, la universalización de la seguridad social, el agua como derecho humano, los derechos de los /as migrantes, la ciudadanía universal, los derechos de las personas en movilidad, el respeto a las diversidades, la economía solidaria, el derecho a la comunicación, la renovación de la justicia y el derecho del pueblo a la resistencia son algunos de los logros de esta Constitución y razones claras para votar por el SI en el referéndum.
- ¿Y en cuánto al caso de los españoles?
- Desde un comienzo se supo que había constitucionalistas españoles asesorando en la Asamblea, eso fue transparente, nunca se ocultó. Además no tiene nada de malo. Antes los gobiernos eran asesorados permanentemente por representantes del FMI (Fondo Monetario Internacional) y quienes ahora están haciendo escándalo no decían nada. Lo que sí es una gran mentira, es que ellos hayan hecho la Constitución, ni siquiera parte de ella. Aunque no veía nada malo, yo siempre estuve en desacuerdo con esas asesorías porque, a mi juicio, aportaban poco, ya que mostraban un desconocimiento del país, además que una cosa es España y otra, un poquito distinta, Ecuador: En todo caso, los soportaba mientras no molestaran a nuestra mesa (comisión). Las dos veces que intentaron hacer observaciones en nuestra mesa fueron desacreditados y no se les tuvo en cuenta. Si informaron a la procuraduría, que ellos hicieron artículos para la mesa 9, son unos cuenteros y que vayan a vender espejitos al rey Juan Carlos. En nuestra mesa no colocaron ni una palabra en ningún texto. En todo caso, tanto lo de la comisión de redacción como lo de los españoles se está sobredimensionando desde una oposición derrotada y unos medios de comunicación que en lugar de discutir sobre el texto constitucional concreto, prefieren el escándalo para ver si la gente se desencanta y vota contra la Constitución. Esos sectores no tienen ningún interés en defender los intereses del país, lo único que quieren es defender sus intereses, que pueden ser atacados por esta Constitución y para eso se valen de todo tipo de artimañas.
- Usted fue muy duro en algunos artículos, durante el tiempo que estuvo asesorando en la Constituyente. ¿No es una contradicción su apoyo al Sí?
- Yo siempre soy duro con lo que se hace mal o va contra los intereses populares, pero además soy tremendamente crítico y autocrítico. Es imposible aplaudir cosas como la amnistía a (ex presidente Gustavo) Noboa o el Mandato Agrario –que dicho sea de paso va contra la Soberanía Alimentaria que establece la nueva Constitución- o la aparición en "paracaídas" en una Constituyente soberana de un personaje de derecha como Alexis Mera o la falta de capacidad política e inconsistencia ideológica de un buró político. Pero cuidado, todo eso no se contradice con la defensa de esta Constitución. Al contrario, justamente porque hay que cambiar todo eso, y para lograr que el gobierno encause su rumbo es que son necesarias las herramientas que nos proporciona esta nueva Constitución. Además, una vez aprobada, el Presidente Correa no podrá escaparse de profundizar el cambio.
- Usted ha promovido junto a otras personas y movimientos sociales un frente de organizaciones sociales para apoyar el Sí a la nueva Constitución ecuatoriana denominado Unidad por el Sí y el Cambio. ¿Cuál es el sentido de ese frente?
- El momento que se comenzó a vivir con la instalación de la Asamblea Constituyente, se fortaleció con la elaboración de la nueva Constitución y se consolidará con su aprobación el 28 de septiembre, no es parte de un calendario más, es parte del espíritu de la época, como diría (Georg) Hegel.
La aprobación de la nueva Constitución requiere de un trabajo colectivo que muestre claramente los caminos que se abren con esa aprobación, los logros sociales que se pueden conseguir, la apertura a un modelo incluyente que se puede iniciar y el cambio hacia un modelo económico más solidario. Pero además implica mantenerse vigilantes para que el sentido de la nueva Constitución no se tergiverse en las leyes. Para eso es fundamental caminar en colectivo, consolidando un frente en defensa de la Constitución, independiente del gobierno, porque en la encrucijada que vive Ecuador, lo principal no es apoyar un gobierno sino apoyar una herramienta que servirá al pueblo para consolidar un proceso de cambio que viene de atrás, de muchos años de lucha. El Sí de éste frente como el de tantas personas y organizaciones es un Sí crítico, de conciencia, no es ningún cheque en blanco al gobierno.
- En el libro Plan Colombia. La Paz Armada y en alguna entrevista, usted le dice a Raúl Reyes que con la implementación del Plan Colombia se entraría en una fase desconocida en el conflicto colombiano, en la cual se realizaría primero una limpieza de la base social de la guerrilla y luego bombardeos selectivos a campamentos guerrilleros. Era una premonición que fue desestimada por el jefe de las FARC. ¿De que se trata La guerra en casa –De Raúl Reyes a la Base de Manta-, su nuevo libro que publicará Editorial Planeta?
- Como usted dice, Reyes no creyó mi análisis sobre el Plan Colombia en lo que se refería a los bombardeos selectivos. Recuerdo que me dijo que era imposible utilizar esa tecnología en la selva donde la guerrilla se movía. Creo que por un lado fue demasiado ingenuo y por otro creía demasiado en el poderío de las FARC. Al final el tiempo me dio la razón. En toda esta historia del conflicto colombiano el único que no ha sido ingenuo en ningún momento es Alvaro Uribe. En cuanto al libro, va mucho más allá de ese ataque y de la muerte del propio Reyes, para entender porque se llegó a ese bombardeo. Contextualiza históricamente el Plan Colombia, la entrega de la Base de Manta y su objetivo, las relaciones entre Ecuador y Colombia, el papel de las fuerzas armadas y la policía ecuatorianas en el conflicto colombiano, los diferentes intentos de canje humanitario frustrados por el gobierno de Alvaro Uribe, el papel de los franceses en las negociaciones por el canje humanitario. Y además brinda datos importantes y poco conocidos, sobre el bombardeo al campamento del comandante rebelde, y sobre la liberación de Ingrid Betancourt. Con información recopilada en diversas fuentes, militares, gubernamentales, guerrilleras. Si el libro Plan Colombia. La paz armada decía lo que iba a ocurrir, La guerra en casa. De Reyes a la Base de Manta, dice porque y cómo ocurrió lo que ya se había anunciado.
* Peridista de AIN, Quito
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