jueves, noviembre 20, 2008

Columna Asimetrias. Definir la Opresión

Por Fausto Fernandez Ponte
20 noviembre 2008
"El primer paso hacia la libertad es (el de) tomar conciencia de que no se es libre. El oprimido que no sabe que vive en opresión piensa que ésta es libertad".Nelson Mandela

I

Los caros leyentes Máximo Magaña y Edna Sato, quienes leen éstos pergeños en Diario Libertad desde Estados Unidos, el primero, y Guanajuato, la segunda, comentan epistolarmente algunos temas tratados aquí, en éste espacio.

El señor Magaña escribe: "Cuando vivía en México pensaba que era un mexicano libre, pero al llegar a EU fui descubriendo que había emigrado de la opresión e inmigrado a la esclavitud. Eso me tomó muchas lecturas y años".

Describe que emigró a EU buscando mayores oportunidades de desarrollo personal, bienestar y plenitud, pero en ese momento no asociaba su situación como (una de) opresión. Yo pensaba que vivir así era lo natural".

La leyente Sato interroga: "¿Por qué afirma usted en sus escritos que hay opresión en México y que los mexicanos vivimos oprimidos? A decir verdad, yo no veo opresión ni oprimidos: usted miente y exagera; usted vive en otro México".

La señora Sato prosigue: "Usted es de ese tipo de periodistas amargados que ve moros con tranchete en todos lados y se opone a todo lo que el gobierno hace, que es gobernar, mantener la paz social y el orden y seguridad".

Las expresiones de los leyentes Magaña y Sato aquí consignadas plantean experiencias personals que bien podrían definirse como de mayor o menor grado de conciencia (o inconciencia) acerca de la realidad. En el caso, nuestra realidad

II

Nuestra realidad, discernida con arreglo a los paradigmas de la ciencia política, la exégesis del materialismo dialérctico y las premisas de la lógica dialéctica, es opresión, descrita como acción y efecto de oprimir.

Y oprimir, a su vez, es ejercer presión sobre algo, según el diccionario del idioma castellano –una de las lenguas españolas--, dominante en Nuestra America. Opresión es una molestia producida por algo que oprime.

El diccionario también nos ofrece otra definición del verbo oprimir: someter a una persona, a una nación, a un pueblo, etc., vejándolos, humillándolos o tiranizándolos. El verbo oprobiar es de la misma familia.

Y oprobiar es vilipendiar, infamar, causar oprobio. Ambos verbos –oprimir y oprobiar— tienen el mismo ADN, remontado su origen al latín, madre de las lenguas romances, incluyendo las que se hablan en España, excepto el vascuence.

Al pueblo de México se le vilipendia, infama, oprobia; se le tiene, pues, oprimido. ¿Y quién lo oprime, oprobia, vilipendia e infama, lo tiene sometido? ¿Quién nos veja, nos humilla y nos tiraniza y esclaviza?

Nos oprime y oprobia una forma de organizacion económica, política y societal –o sistema— cuyas expresiones culturales tienen por enseres centrales la simulación, el control social y un doble discurso para manipular.

III

La manipulación, el control social –las fuerzas armadas, la religión organizada para fines de poder y negocios, los medios de difusión para las masas, el régimen educativo, etcétera, son usados por ese sistema para inducir conductas colectivas.

Las conductas colectivas inducidas tienen un objetivo: forzar la adhesión de la ciudadanía a ese sistema, cuyo proyecto estratégico de país es el de continuar beneficiando una élite dominante, la oligarquía.

La opresión y el oprobio sistémicos hace a los mexicanos cautivos –rehenes— de los personeros mayores de la forma de organización prevaleciente y se traduce en pobreza rampante, desigualdad e inequidad. Un pueblo pobre en un país rico es un pueblo esclavo.

El Estado mexicano –que siempre ha sido plutocrático, salvo ciertas breves etapas históricas— dilapida nuestros impuestos, dígase para construir una carretera, la cual concesiona a un particular y éste nos cobra por usarla.

Y en esa vena lo mismo ocurre con el petróleo, la electricidad, nuestros ahorros para el retiro, etcétera. A ello súmesele la corrupción y los abusos propios del monopolio legal de la coacción violenta. Saqueáse al pueblo.

Hay represión –desaparecidos, presos políticos, fallos judiciales monstruosos--, estratificación societal, desempleo (y malos empleos), carestía de bienes y servicios básicos, inflación, inseguridad pública y social.

Y hay también desesperanza, incertidumbre, crispación y una alienante enajenación generalizada. Vastas porciones del territorio nscional son controladas por el narcotráfico, la vertiente más vil del crimen organizado.

Y otras vertientes del crimen organizado —mafias políticas, bancarias, financieras, bursátiles, del comercio, etcétera— y su cultura hamponil tienen a México por ínsula barataria. Impunemente. Con cinismo y arrogancia.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Alienante enajenación: de los verbos alienar y enajenar: el primero, proceso de transformación –alienación propiamente-- de la conciencia y de pérdida ell entimiento de la propoia identidad; el segundo, poner a alguien fuerade sí, entorpecercerle o turbarle el uso de la razón.

Diario Libertad: periódico cotidiano en internet (www.diariolibertad.org.mx). Circ: 80 mil visitas por día..

Ínsula barataria: en El Quijote, de Cervantes,vilugar del cualk fue gobernador Sancho Panza, escudero de Don Quijote.

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