martes, diciembre 02, 2008

La NeoFeudalización de México

Por Eduardo Jose Alvarado Isunza


En distintas zonas metropolitanas de México (y San Luis Potosí no es la excepción) ha comenzado a darse el fenómeno de la feudalización. Barrios y colonias han comenzado a convertirse en territorio de bandas de rufianes que imponen condiciones a los vecinos.

Entre esas condiciones destacan el cobro de peaje por el tránsito en la zona, incluso a distribuidores de productos comerciales, o de cuotas de protección que no son sino formas de extorsión con las cuales pueden divertirse o alimentarse en el momento.

Mientras iba en camión a mi trabajo, en un periódico de esta ciudad leí cómo en una de las colonias (se referían a la “Primero de Mayo”) una banda de delincuentes ejercía este tipo de acciones contra los vecinos, como si fuese un territorio de guerra ocupado.

Ahí exigen por igual a escolares, amas de casa, trabajadores o repartidores de productos comerciales una cuota por permitirles transitar por su territorio. También les demandan dinero para alimentarse o divertirse. Lo reclaman por su seguridad.

Algo similar pasa en otros espacios urbanos y en distintas ciudades mexicanas, como si en cada zona metropolitana estuvieran constituyéndose pequeños feudos, cuyos habitantes son obligados a pagar tributo a este tipo de ejércitos de lúmpenes.

Estamos ante uno de los fenómenos ocasionados por 26 años de neoliberalismo. Es el costo de la política privatizadora y de la concentración de enormes fortunas de dinero en unos cuantos monopolios, frente al empobrecimiento de la masa humana.

Es cierto que este modelo económico ha dado resultado. Es innegable el progreso económico, científico y tecnológico. Nunca en la historia de la humanidad se había producido tanta riqueza y dominado a tal punto a las fuerzas de la naturaleza.

Pero, mientras la generación de riqueza ha elevado a unos cuantos seres a espacios nunca antes ocupados por otros semejantes, una masa descomunal de gente vive con lo mínimo. Y eso de mínimo significa apenas echarse un poco de bolo al estómago.

Nos han vendido como idea de progreso el hecho de que empresas trasnacionales rapaces y depredadoras aniden por época en nuestros espacios geográficos. De esa forma nos emplearán y tendremos algo de dinero para llenar con porquería el estómago.

A causa de nuestro analfabetismo, ignorancia y fanatismo, incluso agradecemos y besamos la mano a esos amos que destruyen nuestro entorno y chupan nuestras riquezas económicas, por su buena voluntad de echarnos una galleta mojada en agua, como perros.

Está claro que esa condición de deficiencia intelectual es consecuencia de aquella misma política perversa, dirigida por los dueños del poder. Siempre será más difícil lidiar con un pueblo culto, informado, crítico y racional, que con una masa de pueblo estúpida.

Debido a que son bastante absurdos los salarios pagados por esas empresas succionadoras de recursos, muy pocos jóvenes se sienten atraídos a emplearse en trabajos honrados para vivir. Incluso el estudio en las escuelas ha perdido sentido.

Nuestros jóvenes sólo piensan pasarla bien y al día. Esto significa vagar por las calles y sobrevivir como sea posible, ya sea vendiendo alguna artesanía, pidiendo dinero, tocando un instrumento hechizo (una botella de plástico incluso) o robando.

Estamos ante la contradicción del modelo económico neoliberal. Quizás nuestros tecnócratas, que no son sino intelectuales al servicio de los monopolios, y los mismos dueños del poder, jamás hayan reflexionado en ese bello concepto del efecto mariposa.

Más que una extravagante idea metafísica (más bien soy miembro de la filosofía del materialismo histórico dialéctico), aquella expresión nos invita a reflexionar acerca de las consecuencias de cada pequeña acción consumada y de las leyes de conexión universal.

Es cierto que la unidad y lucha de contrarios es parte de esas leyes descubiertas por la filosofía del materialismo dialéctico. Sin embargo, una acción humana consecuente con la reflexión y el estudio puede impedir efectos desastrosos de la contradicción.

Como nuestros tecnócratas, y menos los pragmáticos amos del poder para quienes sólo hay el credo del dinero contante y sonante, son asnos en cuanto a ideas filosóficas, desconocían los alcances de la contradicción ocasionada por su modelo privatizador.

Tanto la feudalización de zonas metropolitanas, como el trepidante ritmo ascendente de la criminalidad, de la violencia y de la inseguridad, se han convertido en un fenómeno cocinado en el hogar del neoliberalismo.

Estamos ante esos escenarios que hace unos 35 años asomaban en películas de Stanley Kubrick (Naranja Mecánica) o George Millar (Mad Max), dominados por vagos cuyo placer ontológico era vivir en y para la violencia.

Cada vez más aquellas aterradoras escenas vienen a convertirse en ingredientes de nuestra realidad. Crecen las zonas dominadas por pandillas de seres a quienes el capitalismo monopolista trasnacional redujo a lo más despreciable de la evolución humana.

Sus “modus operandi” y sus “modus vivendi” están justificados por la misma lógica rapaz de la ecología capitalista donde nos desarrollamos. Como viera Piaget, existe una correlación entre conocimiento y supervivencia.

En la lucha contra todos está la autopoiésis del sistema. Un orden donde sólo sobrevive el más fuerte; en donde socialmente se privilegia al más adaptado. Esto concreta en la filosofía del “with the money dancing the dog” o en autos, residencias, dinero, placer.

Tampoco será por la vía del endurecimiento de los sistemas de seguridad pública por donde mejorará nuestra forma de vida. Tenemos que aceptar que vivimos en un sistema irracional, una de cuyas lógicas de manicomio también dice: “el poder se ejerce”.

En verdad, la vida de la gente en los ghettos nada importa a los amos del poder. Incluso la expresión “ghetto” deberá resignificarse, porque ya no sólo denomina a los barrios de pobres, sino a los asentamientos de ricos pobres de las colonias del imperio.

Además ¿qué caso tendría contratar más policías y gastar más en uniformes, armas, municiones, vehículos y burocracia de logística, si cada vez es más vaga la frontera entre delincuencia y seguridad y justicia?

Recordemos cómo en alguien con un cerebro atrofiado (como el de Homero Simpson con un crayón atorado en la máquina del pensamiento) surgió la estúpida idea de regimentar pandilleros en las fuerzas policiacas. Ésa es la política desde hace años.

Sólo con una humanización del sentido de progreso y desarrollo económico, necesariamente con un acento socialista y comunista, es como podrá erradicarse toda forma de violencia. Y felizmente no estamos lejos de un horizonte histórico de ese carácter.

Por lo pronto, quizás una nueva forma de organización y lucha será la autodefensa de las propias familias en los ghettos. No hace mucho vimos horrorizados por televisión, escenas de linchamiento en algunas zonas metropolitanas, como Tlalpan.

Es posible que un siguiente movimiento del compás sea el de la autodefensa familiar y vecinal, con todo el horror que trae. Sin embargo, el sentido de identidad y pertenencia, asociados al de familia y cooperación, también fueron disueltos por el capitalismo.

Aún así, la necesidad de supervivencia (eso que también llaman “instinto”) puede llevarnos a consumar actos inéditos, porque bien dicen: “a todo se acostumbra el ser humano, menos a no comer”. Y agregaría: “ni a vivir en el terror”.

ealvaradois@yahoo.com

En tierras juarenses ya han cerrado escuelas por la operación de estas bandas de criminales que están extorsionando pidiendo las susodichas "cuotas"...La cosa está peligrosa y muy incierta. Por el momento nosotros tomamos la decisión de seguir enviando o llevando, mejor dicho, a nuestros niños a clases...Algunos padres en la desesperación fueron incorrectamente, a pedir ayuda al ejército represor, afortunandamente no les hicieron caso, de haber sido así yo tenía tomada la decisión de no enviar más a mis pequeños a la escuela.

Si hay culpables del crecimiento exponencial del trafico de drogas y la delincuencia que de esta se desprende,. es precisamente el ejército, ellos son responsables de combatir los sembradíos que proliferan en los campos mexicanos, además de que con los retenes que tienen por todas las carreteras del país, deberían de detectar todo tipo de drogas, cosa que a todas luces no ha ocurrido por OMISOS en sus funciones o por COMPLICES y COPARTICIPES EN ESTE SUCIO NEGOCIO.



JUAREZ NO ES CUARTEL FUERA EL EJERCITO DE EL!!!! CUANTO MAS OPERAN MAS CRIMENES SE COMETEN.

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