14 enero 2009
"Felipe Calderón fue a ver a Barack Obama para pedirle que rescate su proyecto de país".
Jaime Chimal, inmigrado mexicano en Estados Unidos.
I
Barack Obama escuchó pacientemente durante un par de horas a Felipe Calderón. Y lo que el estadunidense escuchó del mexicano fue sólo una propuesta: que EU intervenga directamente en México.
¿Intervenir en un país ya intervenido por EU en lo económico, financiero,m bancario y bursátil y en lo cultural? Sí, intervenir. Pero bajo otra guisa, la de influir en las fuerzas armadas de México.
Tal es la conclusión de la lectura acuciosa y análisis metódico de los documentos --que incluyen declaraciones-- del encuentro "privado" entre ambos personajes emblemáticos.
El encuentro ocurrió en un entorno desfavorable políticamente al mexicano, pues el estadunidense estaría informado de los cuestionamientos a la legitimidad de la investidura calderonista.
También estaría informado don Barack de que don Felipe se alzó con la Presidencia de México mediante una grotesca coartada leguleya y que su representatividad social y moral es limitada.
Estaría informado también don Barack de que la campaña militar y policiaca contra ciertos cárteles del narcotráfico en México carece de apoyo popular franco y de las fuerzas políticas convencionales.
Antojaríase predecible que al señor Obama le haya extrañado que don Felipe no le presentase propuesta concreta alguna en materia de la emigración mexicana a EU y los inmigrados mexicanos en ese país.
II
Señálese que el señor Obama ha mostrado vena receptiva al registrar la migración, atraído principalmente por las dramáticas manifestaciones de éste fenómeno.
Esas manifestaciones describen por sí mismas el aspecto humano, doloroso y trágico, del proceso migratorio, independientemente de otro atributo de la migración, el de definir la relación bilateral.
O, por mejor decir, define con nítida precisión los términos filosóficos, ideológicos, políticos, económicos, sociales, culturales y hasta estratégicos de la relación bilateral.
También define los términos geoestratéticos de una relación entre dos Estados nacionales cuyo hilo conductor es la dependencia del más débil, México, con respecto del más fuerte, EU.
Vero. La migración emblematiza las asimetrías de un trato entre dos Estados nacionales --imperias, uno; otro, subordinado-- que es a la luz de la realidad una forma sui generis de colonialismo.
Así es. México es lo que en los cenáculos del poder real --el de las grandes corporaciones trasnacionales-- llaman país de "ida y vuelta", sinónimo pío de "colonia": proveedor de materia prima y, a la vez, mercado cautivo.
III
México provee de minerales fósiles a EU y otras materias primas esenciales, transformadas en bienes que son vendidos a consumidores mexicanos. Muchos de esos bienes son innecesarios.
Ese mercado de consumidores mexicanos es dúctil y maleable; se le manipula e induce a conductas pulsivas mediante los vehículos de la aculturación. Consumimos más bebidas de "cola" que los estadunidenses.
Esa condición de "ida y vuelta" tiene un equivalente coloquial: patio trasero. EU vende a México desde alimentos básicos hasta bienes raíces y nociones culturales de la filosofía del fetichismo.
Desde la perspectiva geoeconómica, esa relación trasciende la dependencia y se convierte en una subordinación cruda que exhibe indicios de una anexión de hecho. México es un protectorado de facto.
Y como protectorado de facto, el grupo de poder dominante en México ha desarrollado una cosmovisión correspondiente: buscar y obtener en EU la solución de los problemas mismos de la condición anexada.
Ese grupo de poder actúa de esa guisa, como si fuese anexada y dada esa peculiaridad, sólo piensa en su seguridad. Por ello exigen la intervención directa, ya sin tapujos mi eufemismos, de EU.
En ese telón de fondo destaca la omisión para entender y atender el fenómeno de la migración en sus verdaderas dimensiones. Proveer a EU de mano de obra barata --semiesclava-- es parte del trato.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Jaime Chimal, inmigrado mexicano en Estados Unidos.
I
Barack Obama escuchó pacientemente durante un par de horas a Felipe Calderón. Y lo que el estadunidense escuchó del mexicano fue sólo una propuesta: que EU intervenga directamente en México.
¿Intervenir en un país ya intervenido por EU en lo económico, financiero,m bancario y bursátil y en lo cultural? Sí, intervenir. Pero bajo otra guisa, la de influir en las fuerzas armadas de México.
Tal es la conclusión de la lectura acuciosa y análisis metódico de los documentos --que incluyen declaraciones-- del encuentro "privado" entre ambos personajes emblemáticos.
El encuentro ocurrió en un entorno desfavorable políticamente al mexicano, pues el estadunidense estaría informado de los cuestionamientos a la legitimidad de la investidura calderonista.
También estaría informado don Barack de que don Felipe se alzó con la Presidencia de México mediante una grotesca coartada leguleya y que su representatividad social y moral es limitada.
Estaría informado también don Barack de que la campaña militar y policiaca contra ciertos cárteles del narcotráfico en México carece de apoyo popular franco y de las fuerzas políticas convencionales.
Antojaríase predecible que al señor Obama le haya extrañado que don Felipe no le presentase propuesta concreta alguna en materia de la emigración mexicana a EU y los inmigrados mexicanos en ese país.
II
Señálese que el señor Obama ha mostrado vena receptiva al registrar la migración, atraído principalmente por las dramáticas manifestaciones de éste fenómeno.
Esas manifestaciones describen por sí mismas el aspecto humano, doloroso y trágico, del proceso migratorio, independientemente de otro atributo de la migración, el de definir la relación bilateral.
O, por mejor decir, define con nítida precisión los términos filosóficos, ideológicos, políticos, económicos, sociales, culturales y hasta estratégicos de la relación bilateral.
También define los términos geoestratéticos de una relación entre dos Estados nacionales cuyo hilo conductor es la dependencia del más débil, México, con respecto del más fuerte, EU.
Vero. La migración emblematiza las asimetrías de un trato entre dos Estados nacionales --imperias, uno; otro, subordinado-- que es a la luz de la realidad una forma sui generis de colonialismo.
Así es. México es lo que en los cenáculos del poder real --el de las grandes corporaciones trasnacionales-- llaman país de "ida y vuelta", sinónimo pío de "colonia": proveedor de materia prima y, a la vez, mercado cautivo.
III
México provee de minerales fósiles a EU y otras materias primas esenciales, transformadas en bienes que son vendidos a consumidores mexicanos. Muchos de esos bienes son innecesarios.
Ese mercado de consumidores mexicanos es dúctil y maleable; se le manipula e induce a conductas pulsivas mediante los vehículos de la aculturación. Consumimos más bebidas de "cola" que los estadunidenses.
Esa condición de "ida y vuelta" tiene un equivalente coloquial: patio trasero. EU vende a México desde alimentos básicos hasta bienes raíces y nociones culturales de la filosofía del fetichismo.
Desde la perspectiva geoeconómica, esa relación trasciende la dependencia y se convierte en una subordinación cruda que exhibe indicios de una anexión de hecho. México es un protectorado de facto.
Y como protectorado de facto, el grupo de poder dominante en México ha desarrollado una cosmovisión correspondiente: buscar y obtener en EU la solución de los problemas mismos de la condición anexada.
Ese grupo de poder actúa de esa guisa, como si fuese anexada y dada esa peculiaridad, sólo piensa en su seguridad. Por ello exigen la intervención directa, ya sin tapujos mi eufemismos, de EU.
En ese telón de fondo destaca la omisión para entender y atender el fenómeno de la migración en sus verdaderas dimensiones. Proveer a EU de mano de obra barata --semiesclava-- es parte del trato.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Eufemismos: manifestaciones suaves o decorosas de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.
Fetichismo: idolatría, veneración excesiva de bienes materiales u objetos. Acumulación obsesiva de objetos..
Geoeconómica: de geoeconomía. Vínculo y/o relación política entre la geografía y la economía.
Protectorado: parte de soberanía que un Estado ejerce, señaladamente, sobre las relaciones internas y externas en un territorio o país o Estado que no ha sido incorporado plenamente al de su nación y en el cual existen autoridades propias de los pueblos autóctonos.
Pulsivas: de pulsión. Compulsión.
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