sábado, mayo 30, 2009

La Compra Doméstica, Auténtico Índice de Precios

Analistas doctorados en finanzas y sus sesudas econometrías y explicaciones, no tienen nada qué hacer frente a las amas de casa, que a diario ven cómo compran cada vez menos con el dinero que les dan sus esposos o el que ellas separan de su salario, para alimentar a su familia.


Por Eileen Truax/Los Ángeles


Olvídese usted del Dow Jones, de la cotización del dólar o el Índice de Precios al Consumidor en México.

La crisis hoy día se mide volteando a ver su carrito del supermercado. Yo le digo el índice “supermarket basket” (SMBI).

La idea la lanzó la semana pasada la revista Newsweek en un artículo que lleva por nombre Watching us save one cart at a time. Durante una visita a una tienda de autoservicio Wal-Mart, la autora conversó con la gerente del lugar, quien comparte sus observaciones sobre los hábitos de consumo de los clientes en tiempos de crisis.

Resulta que, para empezar, la crisis no le ha pegado a tiendas como Wal-Mart. Aunque la gente se queja de la calidad del servicio, la mayoría de los clientes reconoce que los precios ahí son más bajos que en otro lugar; así que en tiempos de vacas flacas, se sacrifica la sonrisa linda recibida en otro lugar, por ahorrarse unos dólares que bien hacen falta.

Lo que sí se altera es el ritmo de compra. Las compras a mitad de la quincena, por ejemplo, han descendido notablemente. Pero el día de pago, en el esquema 15-30, la gerente tiene que poner personal extra para atender las cajas. O sea, la gente sigue comprando, pero está viviendo al día.

No sólo la frecuencia de la compra dice algo, sino también la “calidad” (SMBI). Las ventas en ropa para adultos han bajado notablemente; la venta de medicinas y suplementos vitamínicos ha aumentado. La gente le pregunta a los farmaceutas de la tienda cosas que habitualmente le preguntaría al médico. La lectura de la gerente: en una época en la que el desempleo ronda, nadie se quiere enfermar; implicaría faltar al trabajo y posiblemente perderlo.

Los productos de marca genérica, otro ingreso para las cadenas de supermercado, se venden más. Junto a las filas de estos productos aparecen los “de marca”, dejados ahí evidentemente cuando el consumidor descubre la diferencia en el precio. La gente sigue comiendo pizza, pero ya no la ordena en un restaurante: en el supermercado, la pizza congelada ayuda a crear la ilusión del viernes por la noche.

La gente está yendo de compras con una lista de las cosas que va a comprar, lo que habla de un deseo de limitarse a comprar sólo lo indispensable. Al llegar a la caja, piden a quien los atiende que les dé subtotales para saber cuánto llevan gastado. Los productos abandonados en la fila para pagar se multiplican en estos tiempos (SMBI again).

Mientras miles de negocios en Estados Unidos cierran sus puertas, Wal-Mart alcanza ganancias de 400 mil millones de dólares en plena recesión. Los productos básicos, los alimentos, los productos de cuidado personal siempre en oferta, mantienen a la cadena en pie.

Pero no sólo de pan vive el hombre. Curiosamente los televisores, los muebles de patio y las parrillas para asar carne han elevado sus ventas también. Al parecer si la gente se queda en casa porque no hay dinero para pasear, por lo menos desea quedarse lo más placenteramente posible. Tanto, que uno de los productos más vendidos se agota en cada vez que lo vuelven a surtir: un asiento de W.C. que se vende por cinco dólares.

Me encantaría saber si alguno de ustedes ha visto un fenómeno similar en su país. Si tienen un momento, ¿lo comparten con nosotros?

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