viernes, julio 17, 2009

Un mal presagio

Ricardo Andrade Jardí

Un ejemplo de lo mucho y malo que nos espera en el futuro, con el regreso de los dinosaurios, es lo acontecido el miércoles 15 en el Congreso local de Yucatán, donde después de la elección intermedia, los representantes de la “nueva mayoría”, aunque en la práctica, parece ser que sólo representen a minorías conservadoras, que junto al corrupto PAN, han votado una reforma de ley que implica un terrible retroceso en materia de derechos humanos y muy particularmente en lo que se refiere a equidad de género y diversidad sexual.
Los representantes de la “nueva mayoría” han desatendido las voces ciudadanas que alertan sobre el inmenso retroceso que significa la idea de “matrimonios modelo”, que en Yucatán se traducen en trágicos casos como el Medina Millet, por poner un ejemplo. Con los que se reduce a la mujer a una pura condición de reproductora y excluyendo cualquier otra forma de unión social sentimental.
Una vez más los imaginarios represivos de una oligarquía inmoral, católica, conservadora y con una pronunciada tendencia al fascismo, inicia una campaña de intervención en la vida privada. Proponen reformar la Constitución del Estado para homologar a los códigos canónicos la idea de “matrimonio” como hombre, mujer e hijos, expulsando del reconocimiento legal y de la protección del Estado, a toda forma de convivencia que no entre en ese “status” elevado por los mismos priístas a la institución, madres solteras, viudas, divorciadas o padres en los mismos casos, quedan fuera del “status institucional” aprobado por los legisladores de la “nueva mayoría” junto con los legisladores panistas, que en todo caso son consecuentes con su posiciones políticas e ideológicas. Pero no así los representantes del PRI autodefinido como partido social demócrata.
Las reformas, que el miércoles han votado, son contrarias a la lógica social demócrata y a insistente propaganda que ofrece ser, en Yucatán, un gobierno que escucha a la gente.
En todo caso los priístas debieron abrir un debate público sobre el tema y escuchar a todas las partes y no sólo a la oligarquía rapaz, que lo que está impulsando son los primeros pasos hacia el retroceso y reconstrucción de gobiernos totalitarios, represores y clericales, que parecían ya cosa del pasado.
No nos engañemos. Los legisladores yucatecos que el miércoles votaron una reforma constitucional que nos retrocede, en el tiempo, unos cien años, son similares a los que el 28 de junio del 2009 “votaban” la destitución de Manuel Zelaya, luego de que el ejército lo expulsara de su país por atreverse a preguntarle al pueblo que lo eligió, como Presidente, si consideraba conveniente que en las elecciones presidenciales de noviembre se llamara también a una asamblea constituyente que modificara una Constitución prohibitiva de la participación ciudadana que fue redactada, en los años ochenta, por la Casa Blanca.
Los legisladores, del PRI yucateco, han puesto de manifiesto, que el discurso de la gobernadora con relación a la equidad de género y con respecto al respeto a la diversidad sexual, que hace unas semanas defendía y acompañaba en el día del orgullo gay, no es más que demagogia pura.
O en el mejor de los casos, que igual es muy malo y debe encender también las luces de alerta, los legisladores del PRI no respaldan la “política tolerante” que el Ejecutivo estatal dice promover.
Como sea... lo que los legisladores de Yucatán han votado, no es para nada un buen presagio del México que nos espera con una mayoría priísta cada día más al servicio de la burguesía fascista.

¿En algo habrá ayudado el voto nulo? No, no os preocupéis, porque los del voto nulo seguro nos van a ayudar a salir del atolladero ¿verdad? Nos vamos a saltar de la no representatividad a la participación... síiiiiii, cómo de que no.

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