De Blogotitlan
Según la propuesta fiscal de Agustín Carstens, para que la alta burocracia de México siga conservando sus viajes y canonjías, y aumentando sus "fideicomisos privados" para cuidar las utilidades de los grandes empresarios, la plebe nacional debe aguantar más impuestos, más alzas de precios y más injusticia. Carstens pretende salvar al gobierno arruinando al país.
Según la propuesta fiscal de Agustín Carstens, para que la alta burocracia de México siga conservando sus viajes y canonjías, y aumentando sus "fideicomisos privados" para cuidar las utilidades de los grandes empresarios, la plebe nacional debe aguantar más impuestos, más alzas de precios y más injusticia. Carstens pretende salvar al gobierno arruinando al país.
El paquete fiscal de Felipe Calderón para 2010, presentado por Agustín Carstens --quien sí puede pasar hambres y no morirse, dadas las voluminosas reservas físicas que tiene en su humanidad--, es una auténtica guadaña contra los ciudadanos, en contraste con la navaja de pluma aplicada al recorte de dependencias inútiles para el país, pero importantes para el CCC (club de cuates de Calderón).
Evidentemente, los economistas neoliberales adueñados del gobierno, como Carstens, manejan fríos números inanimados, abstrayéndose de la realidad cotidiana conformada por seres humanos con necesidades y urgencias. Su reducida visión monetarista les impide apreciar la perspectiva real, confiando en que una fuerza metafísica y metaeconómica pueda compensarles su cortedad.
Propone Carstens, según lo apenas conocido, un nuevo impuesto (dizque "antipobreza") del 2% aplicable a TODO, para supuestamente "salvar" las finanzas del gobierno... NO DEL PAÍS, DEL GOBIERNO.
En la línea filosófica de Carlos Salinas de Gortari, inducida por su gurú y alter ego Joseph Marie Córdoba Montoya, "si le va bien al gobierno, le va bien al país", Carstens pretende salvar al gobierno arruinando al país. Porque EL PAÍS NO ES EL GOBIERNO. Éste es una mera expresión concreta de un pacto o contrato social. Pero EL GOBIERNO ES SECUNDARIO AL PAÍS, no al revés como sucede en los hechos.
México es lo que sus ciudadanos, no su gobierno, y lo vemos todos los días.
El gobierno es próspero, sus funcionarios en los tres poderes ganan mucho y gastan más, abre fideicomisos privados con dinero público para atender minucias colaterales que el Presupuesto no les permite pagar, como contratos y concesiones para amigos y parientes, por mencionar lo más ilustrativo y visible.
Los ciudadanos mexicanos, por contraste, no sólo tienen que lidiar con las condiciones adversas con que se despiertan todos los días, sino que deben cargar con un gobierno que además de torpe e ineficaz, es sumamente insensible, ajeno a la realidad del país.
Para colmo de males, ellos (los ciudadanos) NO ELIGIERON ese gobierno, sino que les fue impuesto por un grupo de corruptos, que buscaban proteger sus intereses particulares.
Pero en vez de que ese gobierno tratara de justificar su robo con la atención a las necesidades ciudadanas, lo primero que hizo fue autorizar más ventajas y canonjías a los corruptos que lo impusieron, a costa del padecer ciudadano.
Alega el gobierno que se ha desplomado su recaudación fiscal, y no tiene dinero para gastar. ¿Y cómo no habría de caerse la recaudación si el mismo gobierno propicia la caída, autorizando trampas evasoras a los mega contribuyentes, devolviéndoles impuestos por miles de millones y permitiendo que paguen por "resultados consolidados" ¡74 pesos al año!? El ciudadano más jodido paga por lo menos 5 veces más.
El gobierno no sólo deteriora los ingresos de los ciudadanos que lo sostiene, sino que les corta sus fuentes de trabajo, de donde saca para vivir y hacer que viva el gobierno, que insiste en mantener una política económica neoliberal depredadora y empobrecedora, que los mismos países que la impusieron ya abandonaron ante su fracaso evidente, pero que en México sigue vigente porque beneficia a unos cuantos empresarios que imponen políticos que los protegen y quienes prefieren que se acabe el país, pero no sus descomunales ganancias y fabulosas canonjías.
Evidentemente, los economistas neoliberales adueñados del gobierno, como Carstens, manejan fríos números inanimados, abstrayéndose de la realidad cotidiana conformada por seres humanos con necesidades y urgencias. Su reducida visión monetarista les impide apreciar la perspectiva real, confiando en que una fuerza metafísica y metaeconómica pueda compensarles su cortedad.
Propone Carstens, según lo apenas conocido, un nuevo impuesto (dizque "antipobreza") del 2% aplicable a TODO, para supuestamente "salvar" las finanzas del gobierno... NO DEL PAÍS, DEL GOBIERNO.
En la línea filosófica de Carlos Salinas de Gortari, inducida por su gurú y alter ego Joseph Marie Córdoba Montoya, "si le va bien al gobierno, le va bien al país", Carstens pretende salvar al gobierno arruinando al país. Porque EL PAÍS NO ES EL GOBIERNO. Éste es una mera expresión concreta de un pacto o contrato social. Pero EL GOBIERNO ES SECUNDARIO AL PAÍS, no al revés como sucede en los hechos.
México es lo que sus ciudadanos, no su gobierno, y lo vemos todos los días.
El gobierno es próspero, sus funcionarios en los tres poderes ganan mucho y gastan más, abre fideicomisos privados con dinero público para atender minucias colaterales que el Presupuesto no les permite pagar, como contratos y concesiones para amigos y parientes, por mencionar lo más ilustrativo y visible.
Los ciudadanos mexicanos, por contraste, no sólo tienen que lidiar con las condiciones adversas con que se despiertan todos los días, sino que deben cargar con un gobierno que además de torpe e ineficaz, es sumamente insensible, ajeno a la realidad del país.
Para colmo de males, ellos (los ciudadanos) NO ELIGIERON ese gobierno, sino que les fue impuesto por un grupo de corruptos, que buscaban proteger sus intereses particulares.
Pero en vez de que ese gobierno tratara de justificar su robo con la atención a las necesidades ciudadanas, lo primero que hizo fue autorizar más ventajas y canonjías a los corruptos que lo impusieron, a costa del padecer ciudadano.
Alega el gobierno que se ha desplomado su recaudación fiscal, y no tiene dinero para gastar. ¿Y cómo no habría de caerse la recaudación si el mismo gobierno propicia la caída, autorizando trampas evasoras a los mega contribuyentes, devolviéndoles impuestos por miles de millones y permitiendo que paguen por "resultados consolidados" ¡74 pesos al año!? El ciudadano más jodido paga por lo menos 5 veces más.
El gobierno no sólo deteriora los ingresos de los ciudadanos que lo sostiene, sino que les corta sus fuentes de trabajo, de donde saca para vivir y hacer que viva el gobierno, que insiste en mantener una política económica neoliberal depredadora y empobrecedora, que los mismos países que la impusieron ya abandonaron ante su fracaso evidente, pero que en México sigue vigente porque beneficia a unos cuantos empresarios que imponen políticos que los protegen y quienes prefieren que se acabe el país, pero no sus descomunales ganancias y fabulosas canonjías.
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