viernes, septiembre 18, 2009

Vitral ¿De quién es la ficción?

Por Javier Solórzano






18 septiembre 2009


Si no se puede seguir viviendo bajo la economía ficción, suponemos que se debe a que la ficción ya dio de sí. Cuando la economía se mueve en estos terrenos es un engaño. Así hemos vivido desde hace mucho. Hace poco recordábamos una conversación con el actual presidente de Brasil sobre Carlos Salinas y Fernando Collor de Mello. Fue contundente: “Son vendedores de ilusiones”. La diferencia al paso del tiempo entre Brasil y México es que Lula se arriesgó y aprendió y aquí seguimos como párvulos.

Entre el mundo de los Salinas, los Zedillos, los Fox y los Calderón, para hablar de lo reciente, algo está claro: hemos estado entre ilusiones, fantasías y, por lo que nos dijo el beisbolero secretario, la ficción. El desarrollo económico se petrolizó y ninguno de estos personajes pensó más allá de lo que inevitablemente vendría. El petróleo se iba a acabar por consumo interno, por exportación, por malbaratarlo o por corrupción y componendas ante las cuales ninguno de los anteriores y actuales secretarios de Hacienda, directores de Pemex y presidentes es ajeno. Se hizo y se ha hecho de Pemex una forma de desarrollo económico y hasta una forma de gobierno.

La ficción se ha venido heredando y nadie corrió el más mínimo riesgo para cambiar o intuir el futuro. Después de tres años de gobierno nos hemos dado cuenta de dos cosas. Primero, Felipe Calderón lanzó un plan de 10 puntos para hacernos ver que lo que se había hecho, por decir, era pasado y que supuestamente había que cambiar el rumbo; el presupuesto ya nos mostró que no parece que vaya por ahí. Los interesantes 10 puntos son una especie de programa de gobierno, la cuestión es que sólo le quedan tres años. Segundo, vivimos en la ficción, porque si se están tomando estas medidas vía el proyecto del presupuesto, es porque lo mucho de lo que se ha hecho hasta ahora tiene que recomponerse y en más de algún caso dejarlo en el olvido. En México los pobres son cada vez más pobres y más, y los ricos son cada vez más ricos y menos. Mientras el gobierno quiera seguir resolviendo centralmente su problema de caja y no el todos seguiremos en el laberinto. La crisis no ha terminado y si alguien está en la ficción es el propio gobierno.

Los legisladores nos mostraron la otra cara de la ficción. Llenaron de adjetivos al beisbolero secretario y muy pocos, o ninguno, ofreció opciones reales. Más bien “aprovecharon” el momento para despotricar. Unos y otros están en la ficción, los que no andan en ella son al menos 50 millones de mexicanas y mexicanos, como se estila decir hoy en día para ser políticamente correcto.

¡OUUUCHCHCH! A un año todo está igual. Tres detenidos que, según testimonios directos, no estaban en Morelia particularmente nos ofrecieron pruebas de ello; ocho muertos; un michoacanazo; detenidos por doquier, en algunos casos sólo porque alguien dijo que dijo; un diputado electo que anda brincando; una relación política deteriorada; y una opinión pública que quiere quitarle el acta de nacimiento al Presidente como michoacano.

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