domingo, diciembre 26, 2010

El capitalismo, el ecosistema de la corrupción

Wikileaks y Assanges bombardeando la alcantarilla diplomática
Por Fabián Núñez Baquero

WikiLeaks is designed to make capitalism more free and ethical.
Julián Assange

( Entrevista en Forbes )
http://blogs.forbes.com/andygreenberg/2010/11/29/an-interview-with-wikileaks-julian-assange/7/http://blogs.forbes.com/andygreenberg/2010/11/29/an-interview-with-wikileaks-julian-assange/7/

Julian Assange, el director de Wikileaks, pasará a la historia como el precursor del desenmascaramiento a la podrida diplomacia capitalista, el ángel exterminador de las conspiraciones del imperio a puerta cerrada y con supuesto seguro de desgravamen. Una especie de Robespierre de las corporaciones.
Assanges es un periodista australiano que acaba de remitir a su página de internet más de un cuarto de millón de documentos que revelan no sólo el lenguaje de alcantarilla de la diplomacia del imperio, o la prepotente y permanente conspiración del imperio norteamericano en el mundo, sino que, al mismo tiempo que destaca la corrupción de todo el sistema basado en el capitalismo, pretende regular de forma ética las operaciones de bancos y corporaciones, industrias y negocios. Así al menos lo declara en una entrevista de Andy Greenberg para Forbes.
Pero por grotesco o insultante que parezca el ecosistema de la corrupción, la célula del lucro, no se puede extirpar con bocadillos o agua de valeriana. Y esto no significa que despreciemos una tarea minuciosa y despiadada para desenmascarar el juego sucio de EEUU en Irán y Afganistán, la liberación de cientos de miles de documentos sobre las operaciones de la CIA y la diplomacia y los documentos que prepara sobre la corrupción bancaria, de las petroleras y las transnacionales farmaceúticas. Lo que nos asombra y conmueve es que teniendo en sus manos la constatación fáctica de la degeneración global del modo de producción capitalista, no abogue por la necesidad de la cancelación definitiva de un sistema que es causante del hambre mundial, de la violencia, la delicuencia y las masacres concatenadas en un mundo que sólo vive y respira para obtener ganancia.

Por eso es increíble que un trabajo tan refinado y voluminoso, que le puede en fin de cuentas costar incluso la vida, lo haga con el propósito de mejorar un sistema de producción con pronóstico reservado. Es como usar una bomba atómica con el fin de curar a un drogadicto. Assange defiende la economía de mercado, el capitalismo, pero está convencido seriamente en que no hay demasiado capitalismo, mercado libre para todos. Odia el monopolio del mercado y quiere un mercado sin monopolio.No sabemos si Correa es seguidor de Assage, o Assange imitador de Correa. Porque éste último en Illinois defendía algo parecido al despropósito de un mercado sin mercado. Assange está seriamente imbuido de una escolástica ética que pretende convertir en ángeles a foragidos consuetudinarios, en niños buenos a incorregibles timadores financieros, a punta de reformas y regulaciones. Parece que no se ha percatado que un árbol torcido o un cáncer constitucional no se pueden enderezar con oraciones o leyes regulativas. A pesar de que Assange ha etiquetado al viejo capitalismo como el “ecosistema de la corrupción” , no ve que su colapso necesariamente debe dar paso al socialismo, pretende regenerarlo porque, a la final, es un defensor del libre mercado:
¿ Te llamas a ti mismo un defensor del libre mercado?
-Por supuesto. He mezclado las actitudes hacia el capitalismo, pero me encanta los mercados. Después de haber vivido y trabajado en muchos países, puedo ver la vitalidad tremenda, por ejemplo, el sector de las telecomunicaciones de Malasia en comparación con el sector de EE.UU. En todo EE.UU. está integrado y estructurado verticalmente, por lo que no tienen un mercado libre. En Malasia, tiene un amplio espectro de jugadores, y usted puede ver los beneficios para todos, como consecuencia de ello.


Una especie de “ el mercado capitalista ya es de todos”. No sé cómo se pueda pensar en un sistema en que todos ganen. La pregunta obligada es: ¿ Si todos ganan entonces quién pierde? Lo fabulosamente absurdo es que quiere un mercado que funcione como en Malasia y no un mercado como el de EEUU al cual vende Malasia y más de la mitad del mundo viviente. Como Correa que pretende que funcione el mercado capitalista sólo en América Latina y no en y con EEUU. Tampoco se da cuenta que EEUU representa al denominado libre mercado capitalista, tal como Atenas o Roma eran centro del esclavismo, o comoTenochtitlán o el Cuzco eran la matria del modo de producción del despotismo asiático. ¡ Y hasta llega a negar que EEUU tenga mercado libre!
Creemos que Assange expresa la desproporción entre el gigantismo tecnológico actual y y la pobreza enana del pensamiento filosófico y social que obedece, en última instancia, al pragmatismo ciego de la burguesía agonizante. Pero el pragmatismo es muy útil para impedir que las personas piensen y saquen conclusiones reales. Ahora toda la prensa y hasta los cerebros dotados están pendientes de si en realidad la señora Cristina Fernández está en sus cabales, si de verdad Kadaffy es tan psicótico como para hacer filmaciones diarias sobre el estado de su salud, qué hay de entretelones en llamar a Putín, el “macho alfa” por excelencia o a Berlusconi el nuevo Tiberio con “fiestas salvajes” en su curriculum o llamar a Sarcozy un “emperador desnudo”. Estas imágenes y expresiones sirven muy bien para hacer olvidar a la gente lo principal: Ninguna “revolución verde”- la que propugnaba un caudillo nacionalista como Kadaffy- ha servido ni servirá para librarnos de la lepra capitalista. Putín- no importa lo “macho” que sea- lo único que representa es la continuación de la farsa criminal de José Stalin y la burocracia estalinista. Por eso lo defiende, lo canoniza como el santo principal de la sociedad del lucro en Rusia y, de paso, sofoca toda oposición. Lo que necesitamos no son chismes diplomáticos, sino que a través de los chismes veamos cómo se pulveriza un sistema que ahora tiene en Irlanda y Portugal sus víctimas más cercanas.
Por supuesto no olvidamos que el desenmascaramiento de otro banco fraudulento, que promete Assange, y todo su material voluminoso sobre la lucha entre los mismos burgueses transnacionales o cómo los estalinistas chinos dejarán indefensa a Norcorea, son y serán documentos-pruebas de la obsolescencia definitiva del capitalismo y tenemos que agradecerle. Nadie puede negar su coraje y su capacidad tecnológica y moral. Pero sabemos que las conspiraciones imperiales contra Chávez o Evo Morales,en contubernio con las burguesías locales latinoamericanas, son parte de las “fuerzas del mercado” que tanto maravilla y defiende Assange.
La guerra de mercados dentro del capitalismo se convierte en guerra de clases, en guerra y masacres reales, en genocidio o en crímenes de estado o del narcotráfico. El mercado es ganancia y ésta lleva hasta el crimen, las drogas, la prostitución, la delincuencia. Lo vemos en México, en Brasil, donde las fuerzas terroristas del estado tienen que intervenir para desalojar a narcotraficantes de favelas y de la fabulosa ganancia de las drogas. Lo vemos en Rusia, en Italia, donde las pandillas de delincuentes hacen que sean una broma las pandillas de Latinoamérica. Lo vemos en la matriz del imperio, EEUU, en todas partes. No existe lugar en el mundo que no esté aquejado de la febril demencia de la ganancia que se traduce en las formas más violentas de depredación y maldad. Mientras más alta es la clase social más refinados son sus métodos de expropiación y robo. Todo por la ganancia, como resultado del “libre mercado”.

El socialismo siempre ha propugnado que los tratados comerciales y diplomáticos, que las relaciones entre países, que la economía y las cuentas estén abiertas a la luz del día y para inspección de todos. Nada debe haber secreto, absolutamente nada. Por lo que debemos defender a Assange de los ataques del imperio y la burguesía y por el derecho a la libre información que tienen las masas en todo el planeta. Pero a la vez decimos que las montañas de información sobre el ecosistema de la corrupción, que cada vez aumentarán, no son suficientes. Menos aún las bien intencionadas propuesta de reformar, regenerar el sistema. No necesitamos una conciencia calvinista o una moral aristotélica para librarnos de este salvaje modo de producción. La globalización capitalista debe dar paso a la globalización socialista. A la planificación consciente, científica y centralizada de la economía en todo el globo,bajo el mando de la vanguardia socialista más elevada de la clase obrera mundial. Si esto no sucede, lo obvio será el despliegue de una macabra lucha intestina en cada país entre hordas ciegas y avezadas cuyo único objetivo será adueñarse de la mayor cantidad de riquezas sin importarles la destrucción de fuerzas productivas, de la naturaleza y de la misma humanidad.

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