El acuerdo sobre yacimientos transfronterizos entre México y EEUU delimita la explotación del petróleo en las zonas marítimas del golfo de México pero en realidad lo que hace es dar “certeza jurídica” a las compañías extranjeras que trabajen del lado mexicano. Con los contratos incentivados, podrán explotar el petrróleo y el gas de nuestro subsuelo bajo la protección de Pemex, la reformada Constitución y los acuerdos internacionales. Por eso Hillary Clinton está tan contenta.
Los límites y la soberanía
El resumen del gran acuerdo sobre yacimientos transfronterizos entre México y EEUU parece más bonito que un cuento de Walt Disney:
Felicidad transfronterera: ¿Por qué? (Foto: notisistema.com)
Los gobiernos de México y Estados Unidos suscribieron este lunes un acuerdo para la explotación de los yacimientos transfronterizos de Hidrocarburos en el Golfo de México.
El presidente Felipe Calderón Hinojosa aseguró que la firma del documento refleja el compromiso de ambas naciones por encontrar soluciones a los grandes desafíos energéticos que comparten, bajo una visión de responsabilidad compartida.
Agregó que con el acuerdo firmado por la canciller Patricia Espinosa y la secretaria de Estados de Estados Unidos (EU), Hillary Clinton, se termina “el viejo temor de muchos mexicanos de que el petróleo de México fuera extraído unilateralmente desde el otro lado de la frontera, el llamado efecto popote”.
Calderón aseguró que el acuerdo contó con la colaboración de senadores de diversos partidos y por ello confió en que será ratificado en esa instancia legislativa.
Lo mejor es que cualquier yacimiento conjunto se explote por ambos países y las ganancias se distribuyan equitativamente; “así ganamos todos y garantizamos que nuestro petróleo sea usado en beneficio de los mexicanos, concluyó.
Pero quitemos las bellas palabras y vayamos a los hechos: Este acuerdo es la conclusión legal de la privatización de los hidrocarburos que iniciara su ruta crítica en tiempos del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000). porque da a las compañías extranjeras que explotarán el crudo mexicano garantías legales sobre su actividades extractiva. Veamos paso a paso cuál es la jugada que quieren vendernos como un acto de patriotismo.
Abriendo las puertas de par en par.
En realidad, la reforma energética del 2008, necesaria para que los mexicanos tuviéramos acceso a la riqueza escondida en el fondo del mar que se estaban sorbiendo los gringos desde sus grandes plataformas, nunca fue el tema de fondo. Se ttrataba más bien de buscar una vía de acceso para que las compañías extranjeras pudieran aprovechar el crudo de las costa mexicano: cercano a la frontera y en aguas someras. Todo un negocio.
Siempre posible porqué la soberanía de la nación sobre los hidrocarburos, consagrada en la Constitución, nunca aplicó para los yacimientos transfronterizos y esa es la clave del acuerdo firmado el 20 e febrero del 2012 con EEUU. Lo contaba en 2008 el abogado constitucionalista Atilio Alberto Peralta Merino:
Plataformas petrolíferas: el gran negocio que viene (Foto: zocalo.com.mx)
¿Qué debemos entender por yacimientos transfronterizos?, esto es muy interesante ¿dónde está el tesoro de las aguas profundas, el llamado polígono del hoyo de dona? El territorio nacional comprende entre otros muchos aspectos a las zonas marítimas, México tiene 12 millas de mar territorial medidos a partir de la línea de base, la línea de base es donde hay el máximo nivel de plano y dónde empieza la bajada; a partir de esa línea de base son 12 millas, en esas 12 millas impera plenamente la soberanía del estado mexicano, después de esa zona territorial se tiene una zona contigua de 24 millas a partir de la línea de base, ó sea: 12 millas adicionales al mar territorial, en donde únicamente imperan las leyes fiscales aduaneras y sanitarias; después se tienen 200 millas que son económicas exclusivamente en donde ya no impera la legislación nacional…
Vamos a abordar: ¿Por qué se privatiza el tesoro profundo del mar? Está a 350 millas el polígono de hoyo de dona, ¿En donde están las supuestas reservas petroleras? están dentro de la plataforma continental, dentro de las 350 millas, ó sea que te empalmas con la plataforma continental de los Estados Unidos y de Cuba. Entonces por éso se habla de yacimientos transfronterizos, ojo: en la ley del petróleo vigente, dice que el petróleo que está en el suelo es de propiedad nacional, incluidas las zonas marítimas son propiedad exclusiva del estado mexicano, mas no así las que están en yacimientos transfronterizos, por una razón: cuando en el 44 (1944) se suscribe el convenio de aguas transfronterizas entre México y Estados Unidos se debate sobre su constitucionalidad, los más grandes constitucionalistas Manuel Herrera, Obregón, y Antonio Martínez Báez; presentan sus argumentos y la aportación de argumentos de Antonio Martínez Báez, en el párrafo quinto del artículo 27, donde habla del dominio de la federación sobre las aguas: no puede abarcar las aguas extraterritoriales porque esas aguas abarcaran a otra soberanía nacional, por lo tanto es perfectamente válido suscribir un convenio con los Estados Unidos, (y que) las autoridades norteamericanas tengan atribución para regular las aguas transfronterizas junto con México para apropiarse de parte de su caudal.
Con base en ése antecedente, del convenio de aguas del 44, pues resulta que también los convenios para la explotación de yacimientos transfronterizos marcan su explotación mercantil, tal como está redactado es: “yacimientos transfronterizos”, como son yacimientos transfronterizos queda implícito que los puedo privatizar de todo a todo, suscribir un convenio internacional entre Cuba y Estados Unidos; ese es el asunto de las aguas profundas que en este momento se está debatiendo. Ese es el tesoro escondido.
Por tanto, el acuerdo entre México y EEUU legaliza, tras diez años de moratoria, la explotación por parte de compañías extranjeras del crudo existente en la plataforma continental de la costa mexicana, en especial Tamaulipas. Lo cual por cierto es algo que no esconden los gestores de Felipe Calderón.
La reforma energética del 2008, que abrió las puertas a los llamados contratos incentivados o la explotación de gas y petróleo por parte de empresas privadas, se basó en el discurso del efecto popote. Este reflejo nacionalista usado por los partidarios del libre comercio según el cual Estados Unidos se bebía, bajo el agua, las reservas petroleras mexicanas con sus brutal tecnología submarina.
Por ello era mejor abrir las puertas a compañías privadas que del lado mexicano pudieran aportar su tecnología y dar parte de sus regalías al estado mexicano pues Pemex no tenía la capacidad para hacer tamaña inversión en aguas profundas.
Tal efecto popote fue la excusa para todos los acuerdos que darían a la industria norteamericana acceso al subsuelo de México pero esta coartada fue una mera dramatización de algo que en realidad no sucede nunca. Así lo cuenta un académico serio, como Victor Rodríguez-Padilla:
El “efecto popote” es un fenómeno físico que se observa en estructuras geológicas porosas, de ahí que, en el caso de los yacimientos transfronterizos, existe el riesgo real de que los hidrocarburos situados en México fluyan a través de la roca hacia pozos perforados del otro lado de la frontera, con la consecuente pérdida de hidrocarburos y energía del yacimiento.
Si aún no te aburriste, en una segunda parte continuamos con la entrega de la soberanía petrolera en el norte de México.Por esa razón, en el seno de la industria petrolera internacional se han desarrollado acuerdos para explotar yacimientos compartidos asegurando racionalidad técnico-económica, así como un reparto equitativo de la renta petrolera entre aquellos que ejercenderechos de propiedad.
Dichos acuerdos se denominan de unificación o de explotación mancomunada. Sin embargo, “es un mito que desde EstadosUnidos o cualquier otro país puedan extraerse los hidrocarburos de los yacimientos localizados completamente en el lado Mexicano. Principalmente porque constituye una flagrante violación a la propiedad privada de México y al Derecho Internacional, y a que no es factible técnicamente perforar pozos con un alcance horizontal mayor a 12 kilómetros.
Vía libre para las compañías norteamericanas.
Petroleros texanos; no sólo refinan el petróleo, ahora lo perforarán (Foto: leblogfinance.com)
Esta línea de pensamiento y acción fue forzada, además, por el final de la moratoria de exploración en aguas del Golfo de México, que terminaba en 2011 e implicaría un nuevo tratado como el firmado ayer entre Hillary Clinton y Patricia Espinoza, la esperada vía libre para abrir el espacio petrolero mexicano a compañías extranjeras dándole la necesaria certeza jurídica en la frontera:
Inversionistas privados podrán participar en la exploración y desarrollo de yacimientos petroleros transfronterizos por la parte mexicana, una vez que concluyan las negociaciones con Estados Unidos para la explotación de crudo localizado en la línea limítrofe de los dos países en aguas profundas del Golfo de México.
Todavía en negociaciones con su contraparte estadunidense, el secretario de Energía, Jordy Herrera Flores, manifestó que con base en las disposiciones de la reforma energética de 2008, se podrá permitir la participación privada a través de la figura de contratos incentivados para la exploración, desarrollo y explotación de crudo en los yacimientos transfronterizos.
“Nosotros tenemos clara nuestra legislación, no está considerado que alguien distinto a Pemex sea el que pueda explotar la riqueza (pero) en todo caso y de acuerdo con la reforma de 2008, nos podremos apoyar en los contratos incentivados.
Un esquema cristalino: Las posibles reservas del lado mexicano movieron la codicia de los grandes inversores mundiales y del lobby petrolero norteamericano pese al desastre ecológico de la plataforma Deepwater Horizon que contaminó las costas de Louisiana en 2010. La soberanía energética de EEUU o la estrategia para no depender de las importaciones de Oriente Medio se basa en el aprovechamiento de los recursos energéticos de Canadá y México, desde el petróleo al shale gas.
La catastrofe ecológica del Deepwater Horizon: aviso a navegantes (Foto: neatorama.com)
Y no se trata solamente de asegurar el suministro sino que sus multinacionales tengan acceso al negocio de los hidrocarburos en los países vecinos. Por eso la campaña transexenal por la apertura o reforma energética en México que el gobierno de Felipe Calderón llevó a término en 2008. Pero para poder operar en México, el cártel petrolero norteamericano necesita la famosa certeza jurídica tanto para trabajar en México como para perforar en los linderos entre México y EEUU evitando pleitos legales entre empresas, particulares y naciones.
Este reparto, cooperación y apertura del mercado petrolero en los yacimientos fronterizos tiene una marcada hoja de ruta. Anunciada a los cuatro vientos desde otoño del 2011:
En febrero de 2012 iniciará la perforación de tres pozos en el yacimiento Perdido, en aguas profundas del Golfo de México, donde se estiman recursos prospectivos por unos 3,000 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (petróleo y gas).
El director general de Pemex Exploración y Producción (PEP), Carlos Morales Gil, destacó que para la perforación de los pozos, así como los trabajos exploratorios para la delimitación de los yacimientos, será necesaria una inversión de 1,000 millones de dólares.
Precisó que de confirmar la existencia de reservas en ese yacimiento localizado frente a las costas de Tamaulipas, cerca de la frontera marítima con Estados Unidos, los requerimientos financieros para el desarrollo y explotación de los recursos pueden ascender a 10,000 millones de dólares.
Las reservas probadas de hidrocarburos ascienden en la actualidad a alrededor de 14,000 millones de barriles. Aunque hasta el momento los recursos de Perdido son sólo prospectivos, de confirmarse y llegar a ser probados representaría un aumento de poco más de 21% a esas reservas.
Morales Gil aclaró que ante la probabilidad de que en esa región marina existan yacimientos transfronterizos (compartidos entre México y Estados Unidos), será necesario un acuerdo bilateral, para lo cual ya iniciaron las negociaciones formales con vistas a la explotación de lo que sería el yacimiento más importante en las últimas décadas.
Mientras Pemex se reserva el área de Yacimiento Perdido en la frontera de Tamaulipas, el resto será para compañías extranjeras, generalmente norteamericanas que llevan años trabajando en aguas someras y profundas. Y gracias al nuevo acuerdo petrolero, ya pueden entrar con todo en esta zona maritima de Tamaulipas:
Pero además del yacimiento de Perdido, PEP ha definido entre seis y siete áreas que se van a explotar posteriormente por medio de la modalidad de contratos incentivados: se habla de Perdido, Campeche Profundo, Pánuco, Cordilleras Mexicanas, Oreos, Coatzacoalcos, todas están en evaluación.
Del diseño de los contratos para los trabajos el avance que se tiene es superior al 50% y lo que se busca es mantener el equilibrio entre las utilidades de los contratistas y las necesidades de Pemex.
Es urgente hacer este tipo de proyectos porque los equipos de empresas petroleras en Estados Unidos están muy cerca de la línea, apenas a unas 12 millas.
Junto a la la prevista legalización de los contratos incentivados para que compañías como Halliburton extraigan gas de esquisto de las formaciones rocosas del norte de México, la Shell y los otros gigantes de Texas ya tienen los cambios constitucionales y los acuerdos transfronterizos para trabajar, bajo paraguas legal, en el lado mexicano de la frontera.
Torre Pemex, DF, al servicio del amigo americano. (Foto: mexicomaxico.org)
La apertura energética de Calderón, fundamentada en la campaña de terror sobre el efecto popote que secaría nuestras reservas de hidrocarburos, ha concluído un proceso de convergencia con EEUU que es también el final de la soberanía energética de México en beneficio de Washington y su lobby petrolero.
Operación concluida, soberanía entregada.
Toda la retórica sobre el tesoro escondido en aguas profundas que México se perdía por no hacer reformas fue siempre un señuelo porqué en realidad el estado mexicano no tiene nada allí donde el gobierno de Calderón decía que teníamos sino en la plataforma continental mexicana, Tamaulipas especialmente, que es justo donde va a empezar la fiesta petrolera de las multinacionales de EEUU. Resumiendo lo que Victor Rodríguez-Padilla decía en 20008 ante el ensordecedor ruido de la reforma energética:
El interés estadounidense de extender su dominio sobre todas las zonas con potencial petrolero en el Golfo de México, y la voluntad de cerrar el paso a terceros que pudieran reivindicar derechos sobre el polígono occidental, hasta entonces aguas internacionales, llevaron a Estados Unidos a entablar una negociación con México para el reparto del área, de aproximadamente 17 000 km2
.
El resultado fue el Tratado entre el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el Gobierno de los Estados Unidos de América sobre la Delimitación de la Plataforma Continental en la Región Occidental del Golfo de México más allá de las 200 Millas Náuticas, el cual se firmó en Washington el 9 de junio de 2000 y entró en vigor el 17 de enero de 2001. El objetivo oficial fue reconocer y fijar compromisos sobre esa área en materia de yacimientos de petróleo o de gas natural que pudieran extenderse a ambos lados de la nueva frontera. El área en referencia está ubicada en profundidades marinas que varían de 2 500 a más de 3 500 metros. Las de menor profundidad quedaron del lado estadounidense. A México le tocó la mayor parte del polígono, cierto, pero se trata de llanura abisal desprovista de estructuras geológicas (Barbosa Cano, 2006 y Oviedo Pérez,2008).
En cambio, a Estados Unidos le correspondieron las zonas con potencial petrolero: las del Escarpe de Sigsbee y la Terraza Amery (mapa 5). Ése fue el resultado del poder de negociación y persuasión por parte del país vecino, pero también de la debilidad del Estado mexicano que renunció a reconocer la existencia de la isla Bermeja, porción de tierra que implicaría llevar la frontera marítima más al Norte de lo pactado. En el mapa 3 se puede apreciar cómo la frontera quedó finalmente con un quiebre hacia el sureste cuyo efecto es alejar a México de la plataforma continental frente a Texas y Louisiana.
El lector se dará cuenta de que se firmó un tratado para fijar compromisos en materia de yacimientos compartidos en una porción de frontera donde es muy poco probable que se descubran, porque las estructuras favorables quedaron del lado estadounidense. El área asignada a México está desprovista de interés petrolero por ser llanura abisal en su mayor parte. En otras palabras, se trata de un tratado hueco, sin sustancia, sin materia real de cooperación. Nuestros vecinos se salieron con la suya. Nos hicieron participar en una negociación sólo para legalizar el despojo de una parte del territorio nacional.
El despojo se cumplió en aguas profundas, entregando a EEUU las zonas donde si había potencial petrolero. Sólo faltaba regular el acceso de compañías extranjeras a las zonas de frontera, marítima o terrestre, donde si hay gas y petróleo a ras de suelo, de extracción barata y rápido transporte a Estados Unidos.
Gracias al acuerdo rubricado ayer entre México y Estados Unidos, todo lo que un día soñara Washington y las siete hermanas para su traspatío está siendo conseguido. Pasito a pasito.
¿Y la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas? Bien, gracias. Pasó a mejor vida sin hacer demasiado ruido
Ver mas AQUI.
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