domingo, mayo 27, 2012

El movimiento de estudiantes, "apartidista, no apolítico"

*Saldrán a la calle a promover el voto informado y la participación ciudadana el primero de julio
"La gente debe saber que la elección no se ha decidido y extender su crítica al PRI y a Televisa" 
*Engañan a alumnos con invitaciones a actos nuestros a cambio de mejor calificación: priístas
Estudiantes de 17 instituciones públicas y privadas realizaron ayer en la Plaza de las Tres Culturas una asamblea para definir la estrategia a seguir en los próximos días.

Exhorta López Obrador a jóvenes no caer en las provocaciones

"Al dinosaurio no le alcanza el disfraz para taparse la cola. Se le ve la cola, el mogote y el copete".  

Oaxaca, Oax. Andrés Manuel López Obrador refrendó aquí que es respetuoso del movimiento de los jóvenes; dijo que en forma alguna intentaría conducir esa protesta y sólo pidió a los estudiantes evitar las provocaciones.
"Al dinosaurio no le alcanza el disfraz para taparse la cola. Se le ve la cola, el mogote y el copete". Por ello, insistió, los jóvenes deben mantener su movimiento en la vía pacífica, como hasta el momento.
En conferencia de prensa esta mañana, antes de iniciar un recorrido por municipios de la zona mixteca, respondió que los jóvenes han tomado la decisión de enfrentar a Enrique Pena Nieto porque representa al viejo régimen, a la corrupción.
El candidato presidencial del Movimiento Progresista recalcó que se trata de un movimiento apartidista, que va más allá de la coyuntura electoral.
Admira el movimiento, insistió, porque se trata de un relevo generacional, ya que los estudiantes entendieron que es a través de los medios de comunicación masivos "como se administra la ignorancia y se mantiene el actual régimen de corrupción".
El que los jóvenes estén en contra de ello es algo extraordinario, "por eso los admiro y respeto".
López Obrador aseguró asimismo que fracasó ya el intento de las televisoras de imponer en la presidencia a Pena Nieto, a quien promovieron como si fuera "un producto chatarra".
Durante la conferencia pidió a las organizaciones sociales y sindicales establecer una tregua, a fin de concentrarse en lograr el cambio verdadero el próximo primero de julio.
El llamado incluyó a los maestros oaxaqueños. Se pronunció por la solución negociada del conflicto magisterial en el estado.
Argumentó por que se requiere una tregua. Sin un cambio de régimen, recalcó, nada se resolverá.
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Diario de guerra: el gran despertar

El despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti

Bajo el sol dentro del polvo. Una multitud recibe a AMLO a una temperatura de 40 grados. En Tecamachalco, Puebla, más de 18 mil personas llenan el campo de San Juan. Indígenas de la Mixteca, mestizos de los llanos y también profesionistas y empresarios de todo Puebla. Reciben con aclamación al candidato. Habla durante 50 minutos sin que nadie se mueva. Centra su discurso en el combate a la corrupción. Dice que no le va a temblar la mano y le creen. Un abogado de la ciudad de México que nunca lo había oído, me comenta: Me asombra cómo arma su propuesta y la sustenta en principios, su gran claridad, su sencillez, habla para todos los niveles. Aquí, el que esto escribe organizó un mitin hace seis años. Hoy la multitud duplica o triplica la de 2006. ¿Esto no se refleja en las encuestas?
La gran rebelión. Surge una eclosión. Los jóvenes toman la iniciativa. Una provocación (increíblemente torpe), contra los estudiantes de la Ibero desata una respuesta múltiple. El viernes 18, el sábado 19 se movilizan estudiantes, trabajadores, familias enteras. Las universidades privadas toman la delantera, pero pronto se unen las públicas hasta formar una sola fuerza. Protestan contra Peña Nieto y contra las televisoras: Televisa te idiotiza y Tv Azteca te apendeja. Hay varios momentos de apogeo: el asedio a Televisa, la marcha contra Peña, el Zócalo lleno, réplicas en varias capitales de los estados, toda una red de imágenes de grupos en 80 ciudades del mundo: la apoteosis: 45 mil llenan la Plaza de las Tres Culturas para vitorear a AMLO en Tlatelolco. Es un símbolo. La juventud de 2012 rescata la épica de sus padres, la juventud de 1968. El PRI oscila entre descalificar, reprimir y afirmar hipócritamente que respetarán el derecho a manifestarse. Es el PRI de siempre acartonado, maligno, arcaico.
¿Qué hay en la raíz de todo esto? La resistencia de la juventud y la clase media contra el regreso de los grandes reptiles carnívoros del PRI. En la misma semana se ventilan los excesos de Romero Deschamps, los latrocinios de Moreira y otros gobernadores. Yarrington, impune en México, tiene que afrontar la justicia estadunidense. Ese tipo de gente es la que acompañaría a Enrique Peña en su gobierno. Su caída es evidente, en todo menos en las encuestas. Los priístas se consuelan porque según estas tiene más de 20 puntos de ventaja. ¿De veras?
¿Por qué no leer los periódicos de la víspera de las elecciones para gobernador de Puebla en 2010. Entonces, las mismas encuestadoras que hoy dan ventaja a Peña la daban al PRI. Mitofsky sostuvo hasta la víspera de la elección que la alianza PRI-Verde obtendría 45 por ciento de la votación y que el segundo lugar no alcanzaría 30 por ciento. En las elecciones el PRI perdió por 13 puntos. Mitofsky y el coro de encuestadores tuvieron un margen de error de 13 puntos. ¡Nada mal para casas tan serias!
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Priístas agreden a miembros de #YoSoy132 que buscaban entrar a acto del mexiquense
¡No se muevan, caiga quien caiga!, la consigna para impedirles el paso

Guasave, Sin., 26 de mayo. Una treintena de integrantes del Movimiento #YoSoy132 fue agredida por un centenar de jóvenes militantes del PRI, quienes les impidieron el paso y los obligaron a retirarse después de destrozar sus pancartas y empujarlos afuera del estadio de beisbol Francisco Carranza Limón.
El conato de bronca fue por la calle Adolfo López Mateos, a pocos metros del estadio, casa del equipo de beisbol Algodoneros, en la ciudad de Guasave, donde se llevó a cabo el mitin de Enrique Peña Nieto, candidato del PRI a la Presidencia.
Los manifestantes se reunieron en la zona conocida como El Indio, cerca del centro comercial Plaza Ley, y de ahí partieron hacia el estadio, donde fueron recibidos por un grupo de jóvenes que ya los esperaban, entrelazados e iracundos. ¡Hay que impedirles el paso! ¡No se muevan, caiga quien caiga!, gritó uno de ellos, quien aparentemente los dirigía.
Los inconformes llevaban pancartas con leyendas como Yo no vine por mi torta, vine por mis huevos, ¡Ya basta!, Queremos menos telenovelas y más escuelas, Somos informados, no somos acarreados, y Soy #132 Guasave, y advertía: ¡Si hay imposición, habrá revolución!.
Los priístas, que cada vez rodeaban más a los inconformes, les respondían a coro: ¡Están pagados!, y ¡Fuera!. Uno de los del grupo afin a Peña Nieto arrebató la pancarta a una joven y la destrozó, y después el grupo de choque empezó a acorralar a los manifestantes y a obligarlos a retroceder.
Rodolfo Garay, del Movimiento #YoSoy132, manifestó que no era su intención provocar, pero fueron recibidos con insultos y empujones, a pesar de que nosotros venimos a manifestarnos libremente, ellos nos están agrediendo, y aun así no vamos a caer en provocaciones.
Uno de los dirigentes de la turba de priístas, entre quienes había menores de edad, dijo que ellos no impidieron el paso, sólo evitaron que hubiera actos contra su candidato presidencial. El hombre tenía inscrito el nombre de Feliciano en la camisa.
Los jóvenes priístas también reclamaron a los periodistas por las preguntas que hacían. Una reportera de un noticiario radiofónico también recibió empujones y agresiones verbales; en el incidente no intervinieron policías y tampoco hubo lesionados ni detenidos.
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Algunas razones y un par de sí…
Guillermo Almeyra
Las encuestas prelectorales –sobre cuyas intenciones y precisión hay mucho que decir– siguen dando una ventaja de 10 puntos al candidato de Televisa y del establishment, Enrique Peña Nieto. Sin embargo, a pesar de los grandes medios de desinformación e intoxicación, y gracias a las masivas manifestaciones populares y de universitarios, Andrés Manuel López Obrador está reduciendo esa distancia cuando queda algo más de un mes para votar. Por tanto, hay margen para destacar algunas cosas.
En primer lugar, la fuerza de los conservadores y reaccionarios consiste en el atraso, la desinformación, el conservatismo y la despolitización de millones de ciudadanos que tradicionalmente votan por los aparatos de los partidos de gobiernos (PRI y PAN) por razones clientelares, esperando una mísera recompensa prometida, o que aceptan pasivamente la hegemonía de las televisoras y los diarios bien regados por el gran capital. A ellos se suman quienes por la lejanía de donde están empadronados o por pasividad y resignación o ignorancia vestida de apoliticismo, simplemente se abstienen, como si fuese posible abstenerse ante un incendio que está consumiendo todo el país, en vez de, por lo menos, intentar combatirlo. Esa masa amorfa, ese magma formado por víctimas ignaras del sistema, por esclavos mentales y por pillos que trabajan para perpetuar su dominación, no se organiza, no hace manifestaciones y no es visible sino bajo la forma de una espesa y densa resistencia al cambio social. Una parte vota por la derecha y se entierra aún más, y otra, con su abstención, le da a esa derecha posibilidades, ya que si los electores no toman en sus manos su propio destino y luchan, decidirán por ellos los aparatos del PRI, el PAN y sus sirvientes en el PRD.
Hay que ver, por consiguiente, qué mella hacen las movilizaciones populares y estudiantiles que, sustituyendo un aparato inexistente, luchan por abrir con AMLO el camino a un cambio social y político o por lo menos por evitar que el desastre actual se mantenga y se agrave. ¿Los estudiantes contagian con su acción a los jóvenes más pobres, sin estudios ni trabajo, tentados por la emigración, la desesperación o la delincuencia? 
¿La propaganda horizontal, boca a oreja, como en los países árabes, podrá destrozar la losa del cuasimonopolio de los medios de información por los hacedores de presidentes títeres? ¿Las movilizaciones irán in crescendo y constituirán una evidente y permanente encuesta pública que opaque las mentiras interesadas de las encuestas pagadas para engañar a los votantes? ¿Se podrá evitar el laxismo proveniente de las ilusiones en el ya ganamos, en mitad de la batalla y cuando todavía ésta no ha acabado ni se dará en las urnas sino, previamente, en la conquista de las mentes de los trabajadores mexicanos?
Si las manifestaciones contra Peña Nieto continuasen y se amplificasen, llegando a todo el país, el panorama prelectoral cambiaría profundamente y habría esperanzas de imponer una brecha para iniciar, con esas movilizaciones, un cambio social.
Si los estudiantes, intelectuales, trabajadores de todo tipo, comenzasen a autorganizarse en forma masiva, serían sumergidos y superados los aparatos del PRI, del PAN y de quienes en el PRD se dedican a sabotear a AMLO y esperan que éste sea derrotado para tener el campo libre para el próximo periodo presidencial… si todavía el país mantuviese su independencia formal. Por eso es indispensable insistir con las manifestaciones independientes, a la vez para arrastrar a los indecisos y, sobre todo, para autorganizarse y cambiar la relación de fuerzas sociales de modo de hacer respetar el veredicto de las urnas.
Permítanme ahora cantar mi voto. Pondré en la urna la papeleta de AMLO, pero no porque vote por éste o por su programa pues, aunque lo respeto, soy su amigo y reconozco su honestidad, creo que su campaña y sus objetivos pecan de excesiva autolimitación y timidez, y no son suficientemente incisivos como para llevar a un cambio social; además, porque pienso que cree sumar fuerzas incorporando gente que en muchos casos es un lastre y en muchos otros un enemigo apenas disfrazado.
En realidad, sí votaré Morena para: 1) cerrarle el camino a la mafia de Atlacomulco que, después de esquilmar al estado de México y al mismo Distrito Federal, con el salinista Carlos Hank González, el amigo del siniestro del Negro Durazo, se prepara a extender sus tentáculos a todo el país; 2) lo haré también para evitar que se refuerce aún más el nexo existente entre el aparato estatal y el narcotráfico o con la trata de personas (como el góber precioso de Puebla); 3) votaré para salvar lo que queda de Pemex y de los bienes comunes y para que no se cierre definitivamente el periodo abierto por la Revolución mexicana, en el que convivieron elementos del nacionalismo revolucionario, como el cardenismo, con fuerzas comunitarias y hasta impulsos socialistas; 4) le daré mi voto a AMLO para que Peña Nieto, el salvaje represor de los campesinos y vecinos de Atenco, no pueda ejercitar en escala nacional su prepotencia, su carencia de escrúpulos, su desdén por los derechos humanos, convirtiéndose en un sirviente dictatorial de la derecha de Estados Unidos que considera a México un apéndice semicolonial, que podría incluso ser incorporado al territorio estadunidense.
Si las movilizaciones populares y juveniles comenzasen a plantear algunos puntos programáticos y, sobre todo, a aplicarlos directamente allí donde pudiesen, AMLO, que es receptivo, podría ser empujado hacia delante. En eso confío y para eso le daré mi voto.
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SIMULACROS ELECTORALES

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