jueves, agosto 31, 2006

Cuando el borrachín de Ugalde quemó la Embajada


Es evidente que Ugalde estaba alcoholizado cuando se atrevió a gritar "voto por voto y casilla por casilla" en Perisur, pues cuando este hipócrita está sobrio su actitud es como de acólito de Norberto Rivera (antes de empedarse con el vino de consagrar). Esto me recordó cuando este borrachín incendió la Embajada Mexicana en Washington siendo Secretario Particular de Jesús Reyes Heroles.


Esta es la información que tenemos de la quema de la embajada: resulta que este lacayo Ufraude llegó a la embajada totalmente ebrio, se quedó dormido con un cigarro prendido y provocó un incendio que quemó un sector de la Embajada Mexicana.

Este es el presidente del IFE que hoy va a tener el descaro de presentarse al informe del otro mequetrefe drogadicto. Habría que recordarle al New York Times quien es el presidente del IFE pues la noticia del incendio en la Embajada Mexicana y su responsable fue ampliamente conocida en Washington. Hay que evitar a toda costa que tipejos como estos vuelvan a ostentar cargos de responsabilidad en nuestro país.

Esta es la carta del
Correo Ilustrado de La Jornada donde se describe el incidente:

Relata provocación ocurrida en Perisur

Señora directora: Ayer, 29 de agosto, a las 17:30 horas aproximadamente, me encontraba en el área de periódicos, libros y revistas de la tienda Sanborns Perisur, cuando escuché que alguien venía gritando "¡no al fraude electoral... voto por voto, casilla por casilla!", y al voltear me doy cuenta de quién era esa persona. Mi sorpresa y mi indignación fueron enormes... y no me pude contener. Le grité "¡Eres un cínico, cabrón!" Varias personas que estaban cerca y lo presenciaron asintieron moviendo la cabeza, manifestando también su indignación por la conducta del personaje aludido.

El tipo, rodeado de al menos seis sujetos que lo escoltaban, hizo como que no escuchó lo que le grité, sonrió burlonamente y salió de la tienda.

El personaje referido es Luis Carlos Ugalde, el mismísimo consejero presidente del Instituto Federal Electoral.

Ahora ya sabe el ciudadano Ugalde quién contestó a su burla, y los lectores del prestigiado periódico que usted dirige, la calidad de quien no se ha podido conducir como un digno ciudadano, ni dentro ni fuera de la institución que preside.

Atentamente

Porfirio Martínez González

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